Capítulo 39 - Que pena tú vida

Capítulo 39 –  Que pena tú vida

EPOV

Algo así como un año y medio…

-¡papi! – Deje la fotografía sobre el sillón y estire los brazos a mi pequeño – teno un ato nuevo – lo agito sobre su cabeza hasta que llego a mi lado.

-¡Es como el de papá! – lo tome y lo senté en mis brazos – ¿comiste todas las verduras? – Noah frunció el ceño y saco su lengua.

-Todas, pelo no me ustan – revolví su cabello cobrizo.

-Eres un niño adorable. ¿Estás listo para ir a ver a tu primo? – asintió con una hermosa sonrisa.

Me levante con él en mis brazos, y salí del despacho, en el momento que mi madre se acercaba.

-Alice nos espera, está impaciente como siempre más ahora que Jasper está de viaje– mire a mi mamá y ella sonrió de lado -¿Qué hacías hijo?

-Nada, sólo miraba unas fotografías  - levante los hombros sin mirarla.

- Hijo, como me gustaría que las cosas hubiesen sido diferentes – me miro con nostalgia -  ¿Aún la amas? – susurro, arreglando el cabello de Noah.

-Más que el primer día – tome las llaves del auto y me voltee a mirar a mi madre - Pero a lo largo de estos meses he aprendido que esto es lo que yo mismo provoque, nunca debí guardar nada, menos a Bella… – como rasgaba mi pecho cada vez que pronunciaba su nombre, avanzamos por el pasillo, y de pronto me sentí tan vacío como el primer día sin Bella – ella me hubiera entendido más que nadie en el mundo – salimos  al estacionamiento.

Noah se subió al auto y se apresuró a encaramarse en la silla como pudo, mi madre le aseguro el cinturón y se sentó a mi lado de copiloto. Cuando salimos del estacionamiento del edificio, la luz del medio día inundo el coche, mi madre me miro y alzo la mano para acariciar mi cicatriz.

-¿No has ido a ver al Dr. Alastair? – pregunto mientras se calzaba las gafas Gucci y esconder la consternación de sus ojos.

-No – pare en el semáforo mirando por el retrovisor a Noah y de paso la gruesa cicatriz desde mi ceja derecha hasta perderse en mi mandíbula.

-Hijo…

-Madre, no lo hare, aunque la cirugía ayude a mitigar la marca, no podrá deshacer la que tengo dentro de mí, y de esa soy solamente yo el culpable – no quite la mirada de la carretera, había aprendido el significado de lo que él había hecho, quizás si no hubiese sido así, nunca hubiera despertado de mí imbecilidad, que el único jodido y retorcido siempre fui yo.

Respire profundamente el aire húmedo de Seattle, ya había pasado más de un mes desde que Bella se había ido. En este tiempo había podido contactarme con Sue, ahora no había caso hace más de una semana que nadie contestaba el teléfono, ella siempre fue escueta en darme información, pero algo me decía que Bella estaba acá, que esto no podía seguir así.

El taxi se detuvo frente a la casa de Bella, cancele la carrera y salí a la humedad, toque el timbre por varios minutos pero no había movimiento. Me quede por unos minutos esperando hasta que un auto se aparcó en la entrada de la casa, la ventanilla del lado del conductor bajo.

-¿Te puedo ayudar en algo? – me pregunto la voz femenina, me acerque al auto.

-Busco a Sue – mire a la chica de pelo rojizo, reconocí a la esposa de Jacob.

-Sue, no está ¿Quién eres tú? – escruto mi rostro y un atisbo de reconocimiento brillo en sus ojos ambarinos.

-Soy Edward Cullen, necesito hablar con urgencia con Sue.

-Lo siento Edward, pero si me dejas la dirección del hotel, puede que te averigüe algo… - se tomó un momento - ¿Tú quieres sabes de Bella? – mi corazón bombeo frenético con la esperanza de saber algo.

-Sí, necesito encontrarla… - no quito su vista de mi rostro – ¿Sabes algo de ella?

-No, yo solo vengo a regar las plantas de Sue – miro hacia la reja del estacionamiento - ¿En qué hotel estas?

-En el Marriot.

-Ok – tomo el control presionándolo y la reja del estacionamiento se abrió – si sé algo me comunicare contigo al hotel – arranco el auto y entro en la casa, dejándome tan igual había llegado sin ninguna respuesta.

Me volví al hotel, sin ánimos, totalmente frustrado  - ¿Qué pensabas que te recibirían con los brazos abiertos? -  Me tire en la cama con el relicario de Bella entrelazado en mis dedos. ¿Por qué te fuiste sin darme una oportunidad? ¿Qué es lo que te hizo huir?

Pedí el servicio a la habitación, no estaba de humor para cenar en el restaurant del hotel. Al cabo de una media hora me trajeron la cena, el olor a ternera me hizo agua la boca, no recordaba la última vez que había comido como era debido.

-Deje ahí en la mesa – le indique al mozo, le tendí su propina y salió de la habitación. Camine hacía la mesa y tome la botella de vino, sin pensar en la copa y perdiendo todos los modales arraigados en una vida llena de apariencias, bebí directamente del gollete.

Iba a sentarme a comer cuando la puerta fue azotada, los golpes se repitieron y con la botella en mano fui a abrirla, apenas solté la cerradura la gran sombra de Jacob Black se cernió sobre mí.

-¡Maldito hijo de puta! – Me escupió encolerizado azotando mi cabeza en el suelo donde caímos - ¡Como mierda tienes cara de aparecerte por acá! – tome la solapa de su chaqueta forcejeando para liberarme.

-¡Suéltame Chucho tú no sabes nada! – me planto un puñetazo jodidamente fuerte en la mandíbula, la sentí crujir bajo su puño.

-¡¿Qué no se nada?! ¡ELLA SE FUE! ¡¿Qué más tengo que saber maldito bastardo?! – forcejee hasta liberarme de su agarre y devolverle el golpe, pero el esquivo mi puño levantándome rápidamente arremetí contra él estrellándonos en la pared poniente.

-¡TÚ NO VAS A INTERPONERTE ENTRE ELLA Y YO! – Le lance un nuevo puñetazo que le dio directo en la boca del estómago, dejándolo sin aire - ¡ELLA ES MI MUJER Y MOVERE EL MUNDO PARA TENERLA A MI LADO DE NUEVO!

-¡Eres un imbécil! – jadeo y me miro con odio y desafío, pero nada de eso me importo, porque esto me liberaba, partirle la cara al maldito perro era tan estimulante - ¿Crees que de esta te salvaras? – cuando se terminó de incorporar.

-¡Jódete perro! – nos enfrentamos cara a cara, pero él fue mucho más rápido y de la camiseta me tiro al suelo de nuevo, dándome nuevamente en la cabeza, por lo que varias luces estallaron en mi cabeza, desenfocándome totalmente.

-¡Jódete tú hijo de puta! – sentí como vidrios se quebraban, cuando sacudí mi cabeza, del cuello, Jacob me arrastro, en el momento que pude ver más claramente, sentí el frio vidrio deslizarse y grite - ¡Con esto maldito Edward Cullen te acordaras cada día de que eres un mal nacido y te arrepentirás hora tras hora de haber dañado a Bella! – mis gritos fueron amortiguado por el sonido desgarrador de una mujer, Jacob me soltó inmediatamente y dejo caer la botella que se estrelló en el suelo.

-¡Por Dios! – Me deslice por la pared sintiendo el goteo de la sangre caliente desde mi barbilla -! Seguridad!!Seguridad!–  grito la que parecía ser una mucama, mientras desde la puerta la diminuta figura femenina alternaba su mirada desde Jacob a mí sin saber qué hacer. El chucho camino hacia la puerta sin darse la vuelta para mirarme y la mujer se interpuso evitando que saliera.

-¡Grita más fuerte mujer! – ella se paralizo cuando paso a su lado esquivándola.

-¡¿Lo va a dejar así?! – susurro la mucama, me estremecí cuando mi cuerpo se deslizo hasta el suelo, pero no podía pronunciar ninguna palabra, nada podía salir de mi boca.

-Si quiere demandarme sabe dónde encontrarme  - dijo el chucho  en el momento que otra persona miro desde la puerta y comenzó a gritar. Me palpe el pecho y lo sentí húmedo, mire mis manos, sintiendo como mis pupilas se dilataban al ver que estaban llenas de sangre.

-Hola mamá – Alice saludo a Esme y la abrazo  en el umbral de la puerta.

-¿Cómo te has sentido? – acaricio la pequeña panza de Alice.

-Bien, aun con algo de nauseas matutinas, pero todo bien – Los ojos de mi hermana me traspasaron por un momento y bajo la mirada – Hola Edward ¿Cómo estas hermano?

-Como siempre – Noah se soltó de mi mano y corrió a abrazar las piernas de mi hermana - ¡Cuidado hijo!, ¿te acuerdas que te conté que tía Alice tiene un bebe guardado en la pancita? – él miro a Alice y subió su mano para tocar su vientre. Aparte la mirada, eso era felicidad pura y palpable.

-¿Carlisle ya llego? – pregunte tratando de controlar esa ola de desesperación constante y el peso culpable dentro de mí.

-Si esta con Emmett, Rosalie no puede venir porque Emma esta con varicela.

Me fui por el pasillo siguiendo a Noah que caminaba unos  metros más adelante, moviendo su auto como si lo llevara por una carretera serpenteante.

Tan hermoso mi hijo, tan puro y lleno de luz. Como si supiera que pensaba en él, se quedó parado y volvió a mirarme.

-Te quielo papi – sonrió de lado y comenzó a correr al escuchar a Nick gritar.

-También te amo hijo… - aunque el tiempo pase, sea un año o miles de ellos, estar acá siempre es difícil. La extraño tanto.

-¿Crees que los Red Sox ganaran este año? – la voz ronca de Emmett se filtró cuando doble al llegar al living.

-Es un tremendo equipo, aunque nunca me han gustado – mi padre empino una cerveza, mirando la pantalla.

-¿Sabes porque Jasper viaja tan seguido últimamente? – Emmett se volvió y me vio de pie - ¡Hola hermano! – avance  hasta sentarme junto a mi padre que me palmeo la espalda.

-Hola Emmett, supe de Emma ¿Cómo está?

-Parece una frutilla, pero está bien, solo que con picazón – nos reímos – ¿Te acuerdas cuando nos dio a nosotros de chicos? Me acuerdo que tenía hasta los huevos con postulas… - la expresión de Emmett era tan estúpida que con mi padre no paramos de reírnos.

-¿Cómo has estado tú hijo? – me pregunto Carlisle una vez que se controló.

-Bien – me pase la mano por el pelo, recordando lo cerca que estuve de perder todo -  trabajando bastante, tome a una de mis mejores abogadas para que reemplace a Jasper y está funcionando bien. Lo bueno es que pude recuperar el 30% de las acciones que vendió Jasper de la empresa. Estresante pero necesario.

-Entiendo – asintió mi padre, no quería ver el beisbol así que me distraje mirando la sala de mi hermana, tan como ella, versátil y llena de energía

-¿Es como empezar de nuevo? -  me volví a Emmett que estaba pendiente de la conversación.

-¿Perdona?

-¿Es como comenzar de nuevo? – Me volvió a preguntar – Siempre trabajaste con Jazz, un equipo – hizo el gesto de equipo con la mano -Todos nos sorprendimos cuando decidió poner en venta las acciones.

-Fue mi puta culpa como siempre – mire la cerveza intacta en mi mano – una de tantas estupideces que dije e hice. Pero hay que aprender de los errores, a pesar de esto y de Jasper comience su propio negocio, seguirá siendo mi hermano. – No pasaron desapercibidas las miradas que cruzaron Emmett y Carlisle, por lo que me puse de pie parándome junto a la chimenea.

-¿Dijo dónde iba Jasper está vez? – pregunte mirando las fotos del crecimiento de Nick.

-Creo que a Europa, Londres y Alemania – me detuve en la que sale Bella junto a Jasper con Nick en brazos, pequeño y rosado. – Lo único que le pedí que por favor no se le ocurra hacer negocios en Europa y llevarse a Alice y los niños. – Comento mi padre preocupado – no después de lo de Bella – me lanzo una mirada de reojo y el peso en mi estómago creció – Esme no lo soportaría.

-No creo que este buscando trasladarse, recuerda que Dydime vive en Londres. – Comentó Emmett - ¿Qué dice Alice de todo esto?

-Eso es lo extraño – pase mi dedo por el contorno del rostro sonriente de Bella – no dice nada, sólo que Jasper está en algo importante – finalmente me volví a la conversación.

-Desde antes que separáramos la sociedad el viajo con Alice, quizás quieren comprar propiedades o hacer alguna inversión – comente – no creo que sea algo de tanta importancia.

-Tienes razón – exclamo Carlisle – si fuera importante Alice estaría eufórica  a todo esto ¿a qué hora comeremos?

Sonreí sin mayor ánimo durante la comida siempre fue así, ya nada tenía el mismo sazón, ni el mismo entusiasmo. Lo maravilloso de todo esto es lo unido que somos con Noah.

Me incline y le pase la mano por el pelo, él me miro dejando su tenedor sobre el plato y abrazándome.

-Quielo postle – me susurro quedito.

-Bueno tienes que comerte toda la comida, tú lo sabes. – asintió y tomo una pequeña zanahoria cocida y la mordió. Sonreí preguntándome ¿Qué sería de mi vida si él no estuviera?

…

Viví los ciclos…

El ciclo de la desesperación asfixiante, la necesidad de saber ¿dónde está? ¿Por qué se fue? ¿Dejó de amarme? ¿Estará sola?

La veía por todos lados, todas las castañas, todos los ojos chocolates… por todas partes. Si alguna vez estuve obsesionado en este momento era enfermizo.

Cuando llegaba a casa, pasaba un rato con Noah pero sin sentir nada, para después ahogarme en la miseria durante horas, sin dormir…

Isabella Swan se incrusto en mi piel tan indeleble como un tatuaje, o  un marcado a fuego.

El ciclo de la rabia y el despecho, el más terrible de todos… el que termina matándote, porque buscas la forma de vengarte por la supuesta traición, porque te dejo sin opciones y remeció el ego, que creías intocable…

Cada minuto que la furia hervía en mi interior, buscaba desesperado una salida para sacar de mi piel su aroma, de borrar que ella fue mía… Intentando que alguna mujer  pudiera sacarla de mí, pero simplemente no podía ¡no podía! Tenía que encontrarla…

-¡Búscala! – me erguí de mi silla con los nudillos blancos por la presión de mis puños.

-No lo voy hacer Edward – la tranquilidad en la voz de Dimitri me enfurecía mucho más – Ya las cagaste, si ella se fue debes dejarla partir. No me ofreceré para seguir jodiéndole la vida a otra chica que no se lo merece.

-¡¿Cuánto quieres?! – le grite sacando la chequera, para ver como negaba con la cabeza.

-No todo en la vida es dinero Cullen, ¿Compras la felicidad con dinero? ¿Crees que si la encuentro ella volvería a ti con los brazos abiertos? No seas iluso. Isabella es una mujer que valía todos los esfuerzos Edward y tú cada día las cagas más. – Levanto las manos frente a él levantándose – Está vez no te ayudare.

-¿Por qué?- trate de controlar mi respiración y la ira.

-Se lo prometí a Jasper…

En ese momento perdí el control, salí de mi oficina hecho una furia, abrí la puerta del despacho de Jasper y me abalance sobre él. Esa tarde perdí otra parte de lo que he construido…

Meses  después de volver de Seattle, con mi cara marcada y la herida abierta en mí interior, me di cuenta de pie frente a la que iba a ser nuestra casa, que el único culpable siempre he sido yo… cerrando el ciclo… la autocompasión.

Era el único culpable, un ser miserable y atormentado que había arruinado la única posibilidad de ser realmente feliz, porque mi hijo llenaba una porción, pero habiendo probado la felicidad en toda su extensión, sabía a ciencia cierta la profundidad del vacío.

-Estas tan tenso – unas delicadas manos pasaron por mis hombros apretando levemente, cerré los ojos para despejarme de mis pensamientos.

-Es el cansancio – sonreí cuando paso la mano por mi pelo, sintiéndome como un gato en busca de una caricia – creo que durante todo este tiempo nunca he dormido de corrido toda la noche - ¿Trajiste el informe? – Irina se separó de mi silla.

-Acá te lo deje – Apunto mi escritorio - ¿quieres acompañarnos a cenar? – tome la carpeta y la abrí, sin responderle – Vamos Edward, te servirá para despejarte un poco.

-No lo creo Irina, estoy realmente cansado – extendió la mano sobre el escritorio para tomar mi bolígrafo.

-Cariño, necesitas esto – anoto la dirección del restaurant – tienes que romper el círculo, así jamás sanaras -  no quiero hacerlo

-No te preocupes estoy bien – guarde la carpeta en mi bolso.

-Eres tan terco Edward, si no te quisiera te juro que no te aguantaría – sonreí poniéndome de pie.

-¿me vas a obligar? – tome mi chaqueta desde el closet de mi oficina, mirándola.

-No, sé que eres un caso perdido – se puso de pie, alisando su falda – Recuerda Edward que no solo somos socios, también somos amigos, y para cualquier cosa acá estoy.

-Gracias – irónicamente me complacieron sus palabras, de las cuales me habría burlado hace tanto tiempo atrás – tú también, para lo que necesites.

Salí de la oficina, contrariado había tantas cosas por las cuales aún tenía que hacer en casa, la más importante leerle un cuento a Noah. Mire el reloj aun me quedaba tiempo, así que tome el auto para ir a mi refugio.

Prendí la luz del salón de entrada, ya estaba casi listo, la decoradora  hizo un exquisito trabajo. Por fin después de muchos meses de darle vueltas al asunto, decidí que lo mejor era vivir acá, tener todos esos recuerdos felices junto a mí, y convertir esta casa en el hogar que Noah necesita, porque queda mucho más cerca de sus abuelos y primos. Y si soy completamente sincero, también por si ella vuelve

Estaba por subir la escalera cuando vibro mi BlackBerry, la saque de mi bolsillo.

-¡Alo!

-Sr. Cullen, Noah no se siente bien – la voz de Kate era contenida.

-¿Qué sucede Kate? -  Tome mi chaqueta y mi bolso

-Se queja de dolor abdominal y ya ha vomitado dos veces – cerré la puerta con llave y corrí al auto – En la tarde comió unos caramelos…

-Ten todo preparado para salir a la clínica – le colgué para acelerar y apurarme en llegar a casa.

Apenas llegue al departamento, Kate me tendió a Noah quien se abrazó a mi cuello.

-Vamos campeón, el doctor te revisara – el asintió pálido y ojeroso, mire sus brazos y estaban con pequeñas pintas rojas.

-¿Kate revisaste a Noah? – Ella me miro extrañada aun sosteniendo la puerta para que saliera – mira estas pintas en sus brazos, ella soltó la puerta y se acercó.

-Varicela

-Varicela – dijimos ambos al unísono, a pesar de todo sentí un poco de tranquilidad, era peste nada más – Vamos a asegurarnos que está todo bien.

Lo ingresaron y la pediatra, nos explicó el procedimiento para tratar la varicela, que era muy común y que a pesar de todo era mucho mejor que sucediera de pequeño.

-Va  a presentar fiebre en algún momento, le dan este antipirético cada 8 horas y podrán controlarla.

-¿Para los vómitos? – la Dra. Meyer, frunció el ceño y anoto.

-Hidratación, Gatorade sin cafeína en pequeñas cantidades, si los vómitos persisten. No si hay fiebre. De todas maneras le pediré un análisis de sangre.

Acomode a Noah en su silla y me senté junto a él, Kate se fue de copiloto con Eleazar. Noah se quedó dormido a mitad del camino, acaricie su cabello suave y fino.

-¿Toy Story? – le pregunte a Noah que estaba sentado al medio de la cama con el pijama puesto y su mantita enroscándola.

-¡Sip! – puse la película, mientras comenzaba lo acomode en las almohadas, percatándome de que más manchas rosas aparecían en su carita.

Me acosté a su lado y él se apoyó en mi pecho, así miramos la película. No me gustaba que Noah se enfermara, sé que no es algo que pueda controlar del todo, pero no  dejo de preocuparme, es todo lo que tengo… Todo lo que me queda.

-Nick esta con Varicela también – me dijo Alice por teléfono – Ayer le aparecieron las pintas en la espalda, y ya ahora está en casi todo su cuerpo.

-Noah esta igual, pero no le han aparecido más – cambie el celular de lado – Lo peor es tratar que se quede en el dormitorio.

-Dímelo a mí, no puedo con Nick sola, este niñito es una carga de café negro – me reí.

-Pregúntale a mamá como lidiar con un niño con la energía de generador nuclear.

-ja-ja que chistoso Edward Cullen ¿Cómo te fue con los análisis de Noah? – suspire

-La doctora lo encontró un poco anémico, nos dio medicamentos e incrementar la dieta en alimentos ricos en hierro, lo que significa más berrinches al comer.

-Mi niño, espero que se recupere.

Un mes después del episodio de la varicela las cosas volvían a la normalidad, lo que me permitió tener todo dispuesto para la nueva casa por lo que la mudanza estaba en marcha, muchas cosas ya estaban embaladas y guardadas para ser trasladas.

-Es una casa hermosa hijo – Carlisle dejo a Noah en el pasto y este salió corriendo por el prado en dirección al jardín.

-Lo sé – mire nuevamente toda la extensión de la propiedad, vivir acá será como soñar todo el tiempo, soñar con más niños corriendo por los jardines, soñar con una familia – Mañana comienza la mudanza, así Alice podrá organizar la fiesta de cumpleaños de los chicos para la próxima semana.

-Increíble cómo pasa el tiempo – suspiro mi padre – un pestañeo y ustedes eran niños, al otro son adultos con hijos.

-El tiempo es insondable, hagamos lo que hagamos nunca deja de pasar – avance en dirección al jardín, repasando estos dos años que cumple Noah. Más de año y medio que Bella se fue… ¿Volveremos a verte alguna vez?

…

Cuando por fin aterrizo el avión en NY volví a respirar. Estar cinco días lejos de Noah es un suplicio, mi hijo es el motor que me permite seguir adelante, si él no estuviera más de seguro que me hubiera hundido en toda la mierda de la miseria, porque hasta el momento el hacer todo lo posible por enmendar mis errores, por aprender de ellos es lo que me ha permitido vislumbrar mis faltas y tener los cojones para enmendar con mi familia y a quienes he dañado...

Menos con ella – tragando en seco, recibí el abrigo que me entrego la azafata y me dispuse para salir del avión -  tampoco ella te dio la oportunidad ¿Hubieras cambiado y aceptado realmente tus errores si ella se hubiera quedado?

No, absolutamente no.

-¿Me decías algo? – mire por sobre mi hombro a Irina que tenía alzada una ceja.

-No – no quito su expresión cuando avanzo delante de mí.

Para cuando llegamos a embarque, fuimos a retirar nuestro equipaje, estaba ansioso, quería ver pronto a mi hijo.

-Me alegro que Verónica Henry, este conforme con nuestro trabajo – asentí sintiéndome realmente cansado - Vamos a necesitar un grupo de técnicos jurídicos para trabajar los casos de Bienes Raíces – Sonreí por el entusiasmo de mi nueva socia.

-Dispone de lo que necesites para cumplir con lo pactado, este  nuevo contrato es un plus para muchos más – Tome mi maleta y espere a que llegara la de Irina - ¿Te llevo?

-Eso sería estupendo Edward – subió el asa de su maleta y comenzamos a avanzar entre el mar de gente - ¿Eleazar te viene a buscar?

-Sí – avanzamos hasta el estacionamiento donde Eleazar nos esperaba junto a las puertas automáticas.

-Señores – se apuró a tomar la maleta de Irina y entregarme un paragua, ya que caía un vendaval típico de NY

-¿Cómo está Eleazar? ¿Todo bien en casa? – abrí el paraguas, cobijando a Irina bajo él, hasta llegar al mercedes.

Resguardados en el calor del auto, ambos nos sumergimos en el letargo, Irina cerro los ojos, pero aun así mantenía esa sonrisa ladina… Es una mujer hermosa, esbelta y delicada.

-Me voy a sonrojar, si sigues mirándome fijamente – exclamó con jocosidad, sin abrir los ojos.

-Eres una mujer hermosa – abrió los ojos de golpe y acomodo su pelo rubio en su hombro.

-Tú sabes que no eres mi tipo – asentí sonriendo de lado.

-Lo sé, pero pensaba que quizás… - me quede callado sintiendo el vació latir de mi corazón

-¿Es tiempo de darte una oportunidad? ¿De olvidar? – me perdí en el atardecer que se extendía entre los edificios, sin responder, no seguro si alguna vez sería capaz de olvidar o de tener a alguien más – Edward – la suave voz de Irina y el apretón en mi pierna me hicieron mirarla - ¿Todavía tienes esperanzas que volverá?

-Lo espero con todo mi ser – tome su mano y ella apretó su agarre – ya ni siquiera pienso en las explicaciones, ni en las recriminaciones, sólo deseo verla, decirle que aprendí de mis errores y que jamás, jamás vuelva a dejarme – nos quedamos en silencio durante todo el trayecto a casa de Irina.

-Todavía tienes esperanzas… - Irina beso mi mejilla – eso es lo que la traerá de vuelta. Cuídate amigo.

El camino a casa fue mucho más rápido, aunque las palabras de Irina, seguían dando vueltas en mi cabeza ¿Volveré a verla alguna vez? ¿Qué ha sido de su vida? ¿Encontró el amor que tanto se merece? Y la pregunta de siempre ¿Por qué te fuiste?

En silencio subí las escaleras del estacionamiento para entrar a casa, doble llegar a la cocina parándome en el umbral al ver a Noah dibujar sobre la mesa, arrodillado en la silla y a Kate inclinada mirando lo que dibujaba… restregué mi pecho, aguantando la congoja… eso siempre lo soñé, pero sin Kate.

-¡Papi! – Noah llego a abrazar mis piernas, sacudiendo toda la nostalgia, me agache a su altura y lo abrace, aspirando su aroma, llenándome de paz y amor.

-¿Cómo estas campeón? – el me abrazo por un momento y puso sus manos en mis mejillas.

-Me luele la guatita – mire a Kate quien asintió con preocupación – la buelita Esme me llevo al dostor – lo tome en brazos  y lo senté sobre la encimera.

-¿Te sientes mejor ahora? – el asintió jugando con el pasador de mi corbata - ¿Kate que paso?

-Ha tenido vómitos y rigidez estomacal. La señora Esme no dejo que lo llamáramos para no preocuparle, esta con medicamentos. – la fulmine con la mirada ¿cómo mierda no me avisan?

-Hablaremos más tarde – Tome nuevamente al niño - ¿Comió? – Kate asintió – Bien, dile a Carmen que me prepare un sándwich y lo lleve a mi habitación, estaré con Noah – Mordiéndome la lengua para controlar los deseos de gritar, camine con el niño hasta mi dormitorio. Mientras subíamos las escaleras Noah tomo mis mejillas y me hizo mirarlo.

-Te quielo papá – susurro y se apoyó en mi hombro – te estlañe mucho – cerré los ojos y como siempre calmo todos mis demonios.

-Yo también hijo, te amo y te extrañe mucho – bese su cabecita - ¿Quieres ver una película conmigo? – Lo deje encima de la cama, para poder sacarme la chaqueta y la corbata – La elijes mientras hablo con tu abuelita Esme en el baño.

-¡Ya! – bajo de la cama para buscar entre los DVD que estaban en el mueble de la TV, entre al baño y marque a mi madre.

Me pasee, sacando el faldón de la camisa de los pantalones, mientras esperaba que contestara.

-¡Hijo! – conté hasta cien antes de contestar – Sé que me gritaras, pero no es nada grave, el niño está mejor, la pediatra le hizo unos análisis que estarán listos mañana, no hay nada de qué preocuparse.

-¡Nada! Esme por Dios, mi hijo está enfermo y tú ordenas que no me avisen… ¡Es mi hijo!

-Edward, lo siento.

-Mamá, no puedes… mejor dicho no debes hacer esto nunca más, es lo único que vale en mi vida, es mi vida… jamás escuchaste, jamás vuelvas a tomar una decisión así por mí.

-Lo siento, hijo… no quería preocuparte, a los niños siempre le pasan estas cosas, es normal.

-Él me tiene a mí, madre… y yo sólo lo tengo a él.

-Lo sé, perdóname – la voz quebrada de Esme me saco de mi tormentosa ira y respire profundo – no fue mi intensión pasarte a llevar.

-Lo sé, sé que te preocupas por él tanto como yo – me pase la mano por el pelo – prométeme que nunca más harás algo así de nuevo.

-Lo prometo.

-Gracias – me senté en el váter para sacarme los zapatos y los calcetines – hablamos mañana, voy a preparar a Noah para que veamos una película.

-Está bien, buenas noches los amo a los dos.

-También nosotros mamá.

Colgué y salí del baño para encontrar a Noah en medio de la cama con mi corbata puesta y tratando de abrir la caja del DVD, con mucha concentración.

-¡Toy Story! – grito cuando me vio y no hice más que reír porque ya me la sabía de memoria.

-Ok, pero primero nos vamos a bañar y nos metemos a la cama ¿Por qué no vas por tu pijama de Woody?  Mientras me ducho.

-Yap- se bajó de la cama aun con mi corbata puesta, y me reí mientras tomaba mi pijama limpia y me metía al baño.

Cuando salí, secándome el pelo con una toalla pequeña, Noah estaba parado al lado de Carmen que dejaba la bandeja con mi sándwich y jugo sobre la comoda.

-Buenas noches Sr. Cullen

-Buenas noches Carmen – tome a Noah en brazos removiéndolo mientras reía a carcajadas – Vamos a bañarte vaquero.

Comprobé el agua en la tina y comencé a sacarle la camiseta a Noah, mientras el reía, tirando por el aire su zapatilla. Cuando lo alce para meterlo al agua, me congele al ver su espalda con varios moretones purpuras. Noah me miro asustado.

-Papi…

-Noah ¿Quién te lastimo? – lo saque en vilo de la tina y lo envolví en la toalla dejándole encima de la cama, y saliendo al pasillo - ¡KATE, CARMEN VENGAN PARA ACÁ INMEDIATAMENTE! - Trague bilis de consternación, ¡No! ¡Nadie toca a mi hijo!

-Papi – lo mire apretar la toalla aun asustado por mis gritos, tratando de contener un puchero.

-Hijo, ¿Quién te pego? ¿Fue Nick, Emma? ¿Tú niñera? – él me miraba sin entender, con sus ojitos cristalinos – Noah…

-¿Señor Cullen? – me volví a mis empleadas apretando los puños.

-¿Quién agredió a Noah? – Ambas se miraron sin responder - ¡He preguntado que quien le pego a mi hijo!

-N..No nadie – Kate miro a Noah, por lo que lo levante y les mostré la espalda de mi hijo, y él se puso a llorar asustado, cuando ambas jadearon, lo tome en mis brazos envolviéndolo con la toalla.

-¿Quién mierda le hizo esto a mi hijo?

-Sr. Cullen, Noah no estaba así, hoy a estado todo el día en casa, no se ha caído, nada, en la mañana cuando lo vestí no tenía nada en su espalda – hizo el ademan de acercarse a mi hijo, pero con una mirada de advertencia se detuvo - ¿Noah, pequeño te caíste? – susurro Kate.

-Yo tampoco vi nada en el niño, estaba perfectamente bien durante el día, los medicamentos le hicieron bien, ya no ha vomitado y no le duele el estómago… quizás sea una reacción a ellos.

-Lo llevare a la clínica, si es agresión Kate, atenta a las consecuencias – ella me miro afligida, negando con la cabeza – así que tienes tiempo aún para que me expliques esto – mire a Carmen – prepáreme una muda de ropa y avise a Eleazar que nos vamos a la clínica.

-Sr. Cullen, y…yooo nunca le haría daño – sollozo Kate, cuando Carmen salió del cuarto.

-Espero que digas la verdad, por el momento retirare – ella miro a Noah y lágrimas cayeron por sus mejillas.

Acurruque a mi hijo en mis brazos, consolándolo, consolándome por qué si esto es intencional juro por Dios que nada me detendrá.

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¡¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!!

Ufff cómo pasa el tiempo… jijiji

Ah mi querido y odiado Edward… ¿Cuándo llegara el tiempo bueno? Jajjajaa… quiero saber sus teorías…

Un beso enorme

Axavenus