Capítulo 36 - Tinieblas

Capítulo 36 –  Tinieblas

EPOV

Desilusión, sólo desilusión vi en los ojos de Bella, ese terrible sentimiento que estuve tratando de evitar cada vez que ella quería ahondar en mi pasado con Leah, no pude dejar de mirar sus expresiones con cada palabra que salía de la boca de esa víbora, con cada palabra dicha ella iba perdiendo la fe en mí y en todas mis promesas, lo sabía.

-Mientes – temblaba, mi Bella temblaba vulnerable, buscando en mi mirada la verdad, pero yo estaba tan asolado como ella se sentía – Dime que es mentira Edward, dime que Leah está mintiendo –el suave susurro de su voz me desarmo… ¿Por qué? Simplemente porque me creí dueño del mundo y nuevamente le vida me enseña que no soy dueño de nada…

-No lo va hacer… ¿Qué te prometió? una casa perfecta, un hogar perfecto, hijos, estatus…  - los ojos se le llenaron de lágrimas, avance un paso para tomarla en mis brazos, sin poder pronunciar una palabra, porque no sabía cómo justificarme– no te ilusiones Isabella, el nunca cumple sus promesas…

-¡Suficiente! – grite recobrando la cordura, Bella tenía que escucharme, creerme a mí, no a esa arpía, nada de lo que paso entre nosotros iba a interponerse entre Bella y yo, y si tenía que hacer que se ahogue con su propia ponzoña lo hare. Me gire y tome a Leah apretando su brazo, mientras ella forcejeaba me la lleve por el pasillo

-¿Sabías que él tiene un expediente completo con tu vida? – ¡No! ¡Bella no me va a perdonar nunca si sabe todo eso! Jasper salió a mi encuentro y viendo la escena se apresuró en llegar a mi lado.

-Suéltala Edward – tomo mi hombro y sentí los brazos de Emmett, tomarme por la espalda, empujándome lejos de Leah. Entre el forcejeo ella cayó al suelo, pero se puso de pie sacudiendo su ropa.

-¿Estas contenta ahora? – le pregunte lleno de odio.

-No – arreglo algo su cabello – no descansare hasta que seas tan infeliz como yo lo soy, porque me cagaste la vida Edward Cullen. ¡Me cagaste la vida!... – se dio la vuelta y salió dando un portazo, los tres nos quedamos en silencio viendo la puerta.

-¿Dónde esta Bella? – Jasper me pregunto y yo volví en mí, tenía que hablar con ella. Me gire hacia el pasillo donde la vi desparramada en el suelo.

-¡Bella! – Corrí a su lado, para tomarla  - ¡reacciona mi amor!

-¿Qué le hiciste? – Pregunto Emmett – esta desmayada… - la tome en brazos y subí con ella las escaleras hasta el cuarto de mis padres, que era el primero y donde Alice tenía la puerta abierta con Noah en brazos.

La deje en la cama suavemente, acaricie su mejilla húmeda por las lágrimas, era consciente de que todos me miraban.

-Hijo deja que yo me encargue – Esme se acercó a Bella con un algodón en la mano empapado de alcohol, apenas se lo coloco cerca de la nariz, mi bella comenzó a reaccionar. Me acerque, con la intención de estar ahí apenas ella despierte, pero Emmett me tironeo el brazo.

-¡Tú nos vas a dar explicaciones! – me solté violentamente de él - ¿Qué mierda le hiciste a Bella?

-¡Basta! – Esme se irguió y nos enfrentó, tanto Emmett como yo, nos quedamos quietos - Salgan todos de acá, déjenme con Bella, Alice tú y Rosalie encárguense de los niños, no quiero que ellos estén metidos en el griterío. Apenas Bella quiera hablar con alguno de ustedes les avisare, ahora ella necesita descansar.

-Esme… - le dije acercándome a Bella.

-Ve por tu hijo Edward, si esa mujer vuelve por acá no la quiero cerca de mi nieto, Bella estará bien.

Me odie, con cada paso que di para salir del cuarto de mi madre, pero ella tenía razón Noah necesitaba de mí en este momento, cerré la puerta tras mi espalda.

-¿Qué paso Edward? – me frote la cara antes de mirar a Jasper.

-Leah…

-¿Qué tiene que ver Leah con el desmayo de Bella? – la voz de Emmett se había endurecido.

-Yo… no tengo porque decirles, ahora me interesa que Bella este bien – Emmett me arrincono con un brazo en la pared.

-¡¿Qué le hiciste a Bella?! – sus dientes estaban apretados, forcejee por salir de su agarre.

-¡Le mentí!…

-Emmett, suelta a tu hermano – mi padre apareció por las escaleras – Dejen de gritar, los niños se están asustando. ¡Actúen como adultos por Dios!

Comencé a pasearme por el pasillo, haciendo caso omiso a Carlisle. ¡Tenía que haber una manera de que esto termine bien! No puedo perderla ahora, sentía un hormigueo en todo mi cuerpo, mi desesperación se estaba tornando física, no sé cuánto tiempo transcurrió, entre mis vaivenes sólo sabía que la necesitaba. La mano de Carlisle tomo mi hombro y lo mire.

-¿Qué paso hijo? – detuve mi paseo, sintiendo todo el peso de mis decisiones sobre los hombros.

-Cometí tantos errores, que ellos me persiguen – La expresión de Carlisle no cambio – Estoy a punto de perder a la mujer que amo por… - La puerta de la habitación se abrió y mi madre salió.

-¿Despertó? ¿Se encuentra bien? – trate de llegar a la puerta pero Esme me lo impidió.

-Ella no quiere verte – mire la puerta – se quedó dormida Edward, Bella lloro mucho y ahora está durmiendo, no la agobies – asentí totalmente destruido, odiándome a mí mismo.

-Ve con tu hijo – mire a mi madre desesperado – Edward, no sé qué paso entre ustedes, pero Bella no está bien ahora, estoy muy preocupada por ella. Dale un poco de espacio, quizás en la mañana – asentí, aun mirando la puerta, sintiendo que traicionaba todo mi ser al dejarla ahí.

Entre en el living, donde mis hermanos estaban, me fije en  Alice se paseaba y mecía a Noah en sus brazos, mi hijo lloraba y se removía inquieto. Sin mediar palabra con nadie más camine directamente a ella, tome a mi hijo de sus brazos, él me miro mientras lentamente comencé a mecerlo, él se aferró a mi camisa con sus pequeñas manos.

-¿Tomo su biberón? – Alice asintió sentándose en el sillón más próximo.

-No ha querido dormir, está muy inquieto – sus ojos estaban puestos en mi hijo – jamás se había comportado así…

-¿Cómo esta Bella? – pregunto Jasper pasándole un juguete a Nick.

-Está dormida – respondí escuetamente, Rosalie se puso de pie.

-Me quiero ir Emmett, no quiero seguir siendo parte de este show – la mire con rabia, con verdadera furia contenida.

Me di la vuelta con mi pequeño que se había quedado dormido en mis brazos camine hasta el segundo piso, abrí la puerta del dormitorio de mis padres, ya que ninguno de los dos estaba por el pasillo.

Bella estaba durmiendo ovillada, su hermoso cabello reposaba sobre la cremosa cabecera, se veía tan hermosa y a la vez tan vulnerable. Esme le había sacado los zapatos y la cubrió con una manta, su respiración acompasada y leves suspiros inquietos demostraban su sueño intranquilo. Noah se removió haciendo el amago de llorar por lo que salí cerrando la puerta suavemente, cuando despertara hablaríamos, solucionaríamos todo y se acabarían las mentiras.

…

Tres de la mañana…

Cuatro de la mañana…

Vueltas en mi cama, cinco de la mañana, revisando a Noah que dormía plácidamente…

Seis de la mañana…

Sentado en la orilla de mi cama mirando la nada…

Siete de la mañana…

-¿Hijo? -  me levante de un salto a la voz de Esme, llegue a la puerta cuando ella la abrió.

-¿Está bien? – mire a mi madre que  estaba envuelta en una bata de seda, sus mirada reflejaba cansancio.

-Se fue… me dejo un mensaje con Dolores, que no me preocupara, ella iba  a llamarme más tarde.

-¿Cómo que se fue? – Salí de mi antiguo cuarto hasta el dormitorio de mi madre, sentí como ella me seguía. Revise la estancia y efectivamente Bella, mi Bella se había ido sin siquiera hablar conmigo. Me di la vuelta, mi madre tenía a Noah en brazos.

-Te espero en la cocina Edward, hay mucho que tienes que contar -  bajo con mi hijo, sin esperar respuesta de mi parte.

Fui a mi cuarto corriendo, tomando mi BlackBerry, llamándola…  ¡Nada!, me refregué el rostro frustrado, tan jodidamente frustrado porque estaba en las puertas del paraíso y bajo mis pies se abrió el abismo del infierno.

Bella… mi Bella

Baje hasta la cocina, mis padres estaban ahí, mimando a Noah, ambos levantaron la cabeza para mirarme. Me senté en el taburete más cercano.

-¿Qué sucede hijo? – la suave caricia de mi madre en mis hombros, casi me desarma por completo, porque cada minuto que pasaba sentía más lejos la posibilidad de arreglar las cosas – Puedes confiar en nosotros, somos tus padres, tú familia.

-No, no te preocupes lo arreglare, gracias de todas formas…

-Detente Edward – mire a mi padre y su expresión encolerizada me recordó cuando éramos pequeños – hasta el momento nos hemos mantenido al margen en lo que respecta a sus vidas amorosas.

-Espero que siga siendo así – me puse de pie.

-No te muevas un paso más Edward, porque esta vez vas a tener que decir que es lo que pasa – lo mire encolerizado -  porque ahora no eres un universitario con expectativas, eres un hombre y más que eso un padre – exclamó más serio que nunca - ¿Qué sucede con Bella?

-Carlisle, esto lo arreglare con ella – lo mire como a tantos de mis clientes o empleados, yo no me intimido.

-Te das cuenta hijo que eres esclavo de ti mismo – negó con la cabeza, de reojo vi a mi madre ponerse a su lado -  si a ti no te importa lo que pasa, a nosotros sí, nos importa nuestro nieto y Bella de la misma manera que tú, porque la amamos como una hija. ¿No logras entender que somos tu familia no tus enemigos?

-Padre… - me refregué nuevamente la cara, sintiéndome tan jodidamente inmaduro, y sus palabras retumbantes esclavo de ti mismo, esclavo de ti mismo… - Compre a Leah – les dije finalmente y sus expresiones no cambiaron.

-¿Qué hiciste qué? – me susurro mi madre, mirando a Noah y pestañeando rápido como lo hacía cada vez que estaba nerviosa.

-Compre a Leah, para que sea mi esposa – mire a Noah y me sentí tan miserable, el peso de mis errores son yunques enormes, cada palabra, cada minuto y mis pies se hunden más – la compre para que sea madre de mis hijos…

-No lo puedo creer – mi madre susurro horrorizada y tomo a Noah de la silla y lo acurruco en su pecho - ¿Qué te llevo a eso?  - la mire con rabia, molesto por esas lagrimas que recorrían su rostro.

-Por complacerte… - ella sollozo fuerte – ¿No eras tú la que quería que tuviera una familia? ¿No eras tú la que anhelaba una nuera? – mi padre acorto el tramo que nos separaba y me abofeteo. Instintivamente me puse de pie desafiándolo con la mirada, pero más que ira en él había decepción.

-¡Jamás culpes a otros de tú egoísmo! – me toque la mejilla ardiente, no por el golpe sino por la humillación - ¿Qué pretendías Edward? jamás pensé que un hombre con tu inteligencia, sea un bruto inescrupuloso… - se paseó entre la mesa y la encimera… yo estaba demasiado aturdido, porque jamás mi padre me había levantado la mano, ni a mí ni a mis hermanos. - ¿Bella no sabía nada de esto verdad? ¿Por eso no quiere verte? – me volví a sentar humillado y apoye los codos en la mesa.

-Me equivoque – no los mire, solo escuchaba a mi madre sollozar y a Noah gorjear – Leah no fue lo que esperaba, lo único bueno de ese atroz contrato es mi hijo, yo amo a Noah y amo a Bella…

-No has aprendido de tus errores Edward – mi madre dejo suavemente a Noah en su silla - ¿Cuándo pensabas decirle a Bella de esto? – no respondí… - me lo temía – suspiro - debes madurar Edward, por Noah y por ti mismo – volvió hacia mi hijo tomándolo en brazos salió de la cocina. Una taza de café me extendió Carlisle por la mesa.

-Espero que estés a tiempo de enmendar tus errores – lo mire y de pronto se veía tan viejo, camino a la puerta donde se volvió a mí – Un consejo hijo, dale a Bella el tiempo que necesite, no la presiones, porque a diferencia tuya, ella es un alma noble y te ama de verdad – salió por la puerta y me quede mirando el espacio vació, tan vació como me sentía ahora.

…

Tiempo… ¿cuánto tiempo para que vuelvas a mí?…

Disque el código y las rejas se abrieron, acelere por la gravilla y frene en la puerta de la casa, apenas salí del auto, cuando la puerta se abrió.

-Bella no te quiere ver

-Necesito hablar con ella, aclararle la situación – Jasper cerró la puerta tras él.

-No, Edward y por favor vete – me enfrente a él mirándolo a los ojos.

-¡Tú no me vas a decir lo que tengo que hacer! – alcance el pomo de la puerta cuando Jasper me empujo.

-¡Lárgate Edward! – Me empujó hacia el auto y le devolví el gesto, haciendo que trastabille - ¡No aprendes idiota!

-No vuelvas a tocarme – sentía toda la frustración hervir en mis venas, lo tome de la solapa de su sudadera - ¡No interfieras! – Jasper me lanzo un puñetazo, que me boto al suelo.

-Eres un imbécil, has perdido todas las oportunidades – me escupió sus palabras, mientras sentía la sangre caliente gotear desde mi labio roto – Ella era la única persona que podía haberte entendido y tú desaprovechaste todas esas oportunidades, Bella te hubiera entendido, pero ahora todo está perdido.

-No – me deje caer en la escalera – no puedo perderla…

-Sólo lo lamento por tú hijo… - no levante la cabeza de entre mis manos hasta que sentí la puerta.

Sumando otro enemigo.

Entre en casa de mis padres para buscar a mi hijo y llevarlo a nuestra casa, estaba irritado y agotado. ¿Qué hare sin Bella?

En la terraza encontré a mi madre, con Noah junto a ella jugando, tome a mi hijo en brazos.

-¿Qué crees que haces? –mi madre se puso de pie.

-Me voy a mi casa – camine hacia el pasillo.

-Lo harás, pero no te llevaras a Noah – me gire para mirarla

-¿Qué?

-No te llevaras a Noah, necesitas descansar, pensar. Mi nieto se queda acá.

-¡Es mi hijo!- no podía creer lo que mi madre me decía – soy yo el que decido por él.

-Es tu hijo, pero tú tienes que aprender a ser padre. Analízate Edward, estas agitado, furioso…  ¿Amas a tu hijo?

-Lo amo, soy su padre.

-Sé que eres su padre, pero no estás bien, déjalo unos días con nosotros, date el tiempo para reflexionar hijo. Has hecho daño a gente que te ama, no cometas otro error.

La puerta se azoto detrás de mí al entrar a mi estudio, me acerque al escritorio, volqué todos los cajones, incluso el cajón de seguridad y el expediente de Bella no estaba.

-¡Maldita Perra!

Volví a intentar llamar a Bella, pero nada… Tiempo necesita tiempo…

Abrí la botella de whisky tomando desde ella, el fuego del licor quemaba mi garganta, me senté en el sillón, llevándola conmigo.

Tiempo, maldito tiempo, ¿porque se empecina en ser lento? ¿Cuánto necesitara? ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Años?... ¿me dará la oportunidad de explicarle?

¿Le dirás toda la verdad?

Botella, tras botella… dolor tras dolor, ¿volveremos a ver el cielo juntos? ¿O sólo seré yo el que siempre vea tinieblas?

…

-El Sr. Hale, me ha pedido que le informe que hay un nuevo caso con Apple, también me entrego la carpeta con los antecedentes para que usted lo revise.

-Dígale que quiero que me informe directamente, por favor Ángela – la vi por el rabillo del ojo, que cambiaba de posición incómoda - ¿Sucede algo?

-No, le diré al Sr. Hale. – aun ella estaba incomoda.

-También solicítale que me envié los antecedentes de los casos que se están trabajando a nivel tributario. Pídale a Stanley que prepare el viaje de Newton a Houston para la próxima semana – ella asintió – es todo.

-¿No desea un analgésico?

-No – Ángela se retiró de mi oficina, cuando me volví hacía el ventanal.

Una semana… los árboles se mecían, dando paso al otoño, cambiando de color, pero para mí todo es gris, un gris demasiado denso.

Una semana… ¿Cuánto tiempo más?  Me volví al escritorio, descargando una vez más el correo, ninguna respuesta.

Mire mi BlackBerry, sin ánimos, y volví a marcar su número… nada, ella no quería hablar conmigo.

Finalmente marque el número de Alice otra vez, ya no aguantaba más, tendría que ser pronto o estallaría.

-¡Alice! ¡Por fin contestas! –

-Eres muy descarado Edward, mi amiga… no quiere verte y disculpa que te lo diga, no sé por qué sigo respondiendo tus llamadas.

-Necesito hablar con ella… por favor – mi hermana se quedó callada un momento y lo rompió con un suspiro.

-Bella no quiere Edward, no la presiones, en este momento ella no está bien…

-La amo Alice tú lo sabes – ella lo sabe, se lo dije tantas veces, de distintas formas

-Eso no expía tus pecados Edward – me presione el puente de la nariz.

-Ya ha pasado una semana Alice, necesito a Bella… necesito tenerla en mi vida otra vez.

-Lo siento Edward.

-Si la vieras… – su voz denotaba preocupación - no creo que sea lo mejor, ella se entregó a ti sin tapujos, sin miedos y le has hecho daño.

-Lo sé, pero quiero enmendarlo, quiero tenerla conmigo.

-Es decisión de ella, lo siento, tengo que cortar.

-Alice… - el sonido monótono de la línea, otro día más.

…

Stay - Bon Jovi

Afloje el nudo de la corbata al entrar a casa, necesitaba a mi hijo, es lo único que me mantiene en pie, el que mantiene a raya el abismo.  Así que a pesar de todas las protestas y miles de argumentos de mi madre, mi hijo volvía junto a mí, no podía estar lejos de él, simplemente es mi cable a tierra.

Deje mis cosas en el estudio antes de ir a ver a Noah, avance por el pasillo, aun con ese desasosiego impuesto en mi interior. Abrí la puerta del cuarto y mi pequeño estaba durmiendo plácidamente en su cuna. Hace días que ni ninguno de los dos dormía bien.

Iba saliendo de la habitación, cuando note un destello turquesa en la orilla de la cuna, lo tome percatándome que era una bufanda de seda, suave y grácil, era de ella, su aroma a fresas y sol estaba ahí, impregnado, mi corazón martillo con fuerza contra mis costillas, ella estuvo en casa.

Salí raudo hasta mi dormitorio abriendo el closet de par en par, era verdad, ella estuvo ahí, pero para llevarse mi vida.

-¡Carmen! – camine apretando en mis manos la bufanda. Mi empleada apareció en el pasillo.

-¿Isabella estuvo acá?  - la vi fruncir el ceño por un instante.

-Sí, ella vino a ver a Noah y aprovecho de llevarse unas cosas de ella que dijo necesitar – me agite, ella estuvo acá, pero no para volver… - ¿Está todo bien sr. Cullen?

-¿Estuvo con Noah? – ella asintió preocupada.

-Estuvo mucho rato con él, jugaron hasta que se quedó dormido en sus brazos. ¿Está seguro que está bien? Está usted muy pálido

La deje ahí, tome las llaves de mi auto. No permitiría esto, ella está tomando decisiones sin darme la oportunidad, no lo permitiría por nada del mundo, ella no puede dejarme.

-¡BELLA! – golpee la puerta, esta vez nadie me detendría -¡BELLA TENEMOS QUE HABLAR! ¡NO PUEDE TERMINAR ASÍ! ¡TE AMO! ¡DAME LA OPORTUNIDAD DE ENMENDAR MIS ERRORES! ¡BELLA POR FAVOR!

-Puedes dejar de gritar Edward – me volví a la voz de Bella detrás de la puerta, ella estaba ahí, pero no la abrió.

-Bella… – baje mis manos hechas puños a mis costados – ¿dame una oportunidad? – apoye mi frente en la puerta, maldita puerta que se interpone, entre mi tortura y mi felicidad.

-Edward, me estás haciendo tanto daño – la escuche sollozar, dentro de mi vivía la impotencia, el desgarro, de ser el causante de ese dolor.

-Abre la puerta por favor, te lo suplico.  

-Dame tiempo… - Otra vez el maldito tiempo, el maldito espacio, como odio todo eso.

-No puedo Bella, cada minuto… - cerré los ojos aun con la frente recargada en la puerta – cada segundo que pasa te siento más lejos, no puedo dar tiempo ni espacio, porque te amo y te necesito a mi lado.

-¿Tú me amas? – Ella abrió la puerta lentamente, dejándome ver lo delgada que estaba y lo triste de su rostro, quise abrazarla, volver a sentir su calor – ¡no me toques! – puso sus manos extendidas poniendo espacio entre los dos…

-Bella… - sus ojos llenos de lágrimas me desgarraron el corazón.

-Te hice una pregunta – la mire, deteniéndome en sus labios hermosos, todo en ella es hermoso, incluso su tristeza.

-¿Si te amo?... Claro que te amo, eres mi vida, la mujer de mi vida…

-¿Por qué me mentiste? – Sollozo abrazándose a si misma – Yo te desnude mi alma Edward, te conté todo de mi vida, para tener una relación justa y pura entre los dos… ¿y tú? ¿Cómo pudiste?

-Porque era alguien que no sabía del amor hasta conocerte, porque los sentimientos siempre fueron una amenaza, un peligro para lo que yo creía importante en la vida – me perdí en sus ojos húmedos de lágrimas – Yo no puedo soportar la vulnerabilidad del amor, es inviable para mí. Pero por mucho que me esforcé Bella, tú llegaste a mi vida y barriste con todas esas estúpidas barreras, tú me enseñaste a amar – cerro sus ojos y gruesas lágrimas corrieron por sus mejillas.

-No puedo… no ahora, no… - tomo la puerta y adelantándome en su intención, la tome por los hombros y la abrace. El calor inmundo mi corazón desolado de estos días, quise llorar por todo el daño, por cada palabra maldita que salió de mi boca…

-Danos una oportunidad… - levante su rostro y bese suavemente sus labios, ella gimió y tirito en mis brazos, pero no era de placer, era movimiento de profundo dolor – Bella… por Noah… – susurre en su boca y ella se alejó de mi bruscamente, con furia en sus ojos.

-No utilices a tú hijo… él es el único puro en todo esto… ¡Eres una bestia Edward!... – me quede congelado al ver su reacción. Ella cerró la puerta en mi nariz.  

Finalmente, no aprendí de mis errores y la perdí… Mire la puerta cerrada por largo rato, escuchando  las palabras de mi padre.

Esclavo de ti mismo…

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Ahhh… este Edward se apodera de mi (no es que me haga de rogar tampoco jajajaa) y comete cada locura… bueno ahí ustedes entienden lo que quiero decir, jajajaja…

En cuando a la música, mi amor platónico es Jon Bon Jovi, y esta canción es tan intensa y maravillosa que no podía dejar de inspirame en ella para este capítulo…

Un beso l@s ador@

Axavenus