Capítulo 37 - Dame una Oportunidad

Capítulo 37 –  Dame una Oportunidad

EPOV

Esclavo de ti mismo…

Cerré los ojos, reteniendo el sueño de la piel cremosa y suave de Bella, me gire en la cama, solo para encontrarla vacía. Bote el aire concentrándome en respirar, en encontrar el motivo para salir de la cama… nuevamente. Él es lo único puro… ahí estaba mi motivo, mi hijo y tal como lo dijo ella, con su voz estrangulada de rabia y dolor, es lo único que me queda.

Me incorpore lentamente, todo es tan vació, tan superficial que me extraña que antes de ella no notara lo poco hogareño que es mi departamento, lo frio e impersonal de la decoración. ¿Por qué cuando ella estaba todo parecía brillar?

Mire mi reloj… dos días desde que la perdí.

Me duche, afeite, vestí, todo en una monotonía elíptica, día y noche, noche y día… mi hijo, el sol.

-Buenos días Noah – sonreí al verlo mordisquear un juguete con forma de pingüino, me tendió las manos ansioso  -¿Cómo estas campeón? ¿Listo para un nuevo día?

-Sr. Cullen – Noah miro a Kate y se recargo en mi hombro - Su desayuno está servido.

-Gracias Kate – la empleada, comenzó a ordenar y yo me lleve a mi hijo a la cocina, no había nada peor que comer solo, ahora esa soledad era más latente, envolvente.

Senté a Noah en la silla de comidas, tome el desayuno ahogando el vacío en mi estómago, nada podía satisfacerme.

Carmen entro en la cocina y me sonrió. Se acercó a Noah y comenzó a peinarlo lentamente, él la miro y comenzó a llorar.

-No le gusta que yo lo peine – comento Carmen dejando el cepillo y tomando en brazos a Noah.

-Entonces que lo haga Kate – tome un  sorbo de mi café.

-Tampoco le gusta que lo haga ella – fruncí el ceño.

-Entiendo, y lo lamento de verdad, pero Bella no va a volver  a peinar a Noah – Me levante dejando todo ahí y volví a mi dormitorio a lavarme los dientes. Recordándome que no solo yo perdí a Bella, sino que Noah también perdió la posibilidad de una madre maravillosa.

Finalmente me despedí de mi hijo, dándome ánimos para un nuevo día en la oficina, envuelto en esa rutina insignificante, amarga y llena de deslealtad.

Me senté en la sala de juntas, comenzábamos una nueva etapa, se incorporaba nuevo personal y todo esto no tenía importancia, mire a Jasper desenvolverse tan bien como siempre, pero ya no existía esa complicidad de amigos de años, esto era trabajo tanto él como yo lo sabíamos. Tanto cambio Bella mi vida… no fue Bella, fueron los sentimientos que te hacen vulnerable…  me acomode y preste atención, o más bien trate, Jasper explicaba la importancia de la reserva, de los intereses de la compañía, la entrega y la prioridad que requerían nuestros clientes.

-…Debemos procurar mantener nuestro prestigio como firma de abogados. Nuestros clientes son empresas multinacionales y transnacionales que requieren eficacia, dedicación y discreción. Necesitamos de ustedes su total compromiso, para que todos los esfuerzos  sean fructíferos en el futuro…

Mire a los nuevos integrantes de la compañía, dos chicas con aspecto recatado pero de mirada perspicaz, nada interesante, nada que llamara mi atención, un tipo de la misma categoría, todos impresionantemente reconocidos en sus universidades, una de las chicas un MBA en Oxford. ¿Qué estará haciendo Bella? ¿Estará dando clases en la Universidad?...

-¿Edward? – mire a Jasper que levantaba una ceja en mi dirección, esperando que ¿dijera algo? Me acomode la corbata y me puse de pie.

-Espero su compromiso y lealtad con la empresa, a partir de la próxima semana serán parte de ella, y esperamos lo mejor de cada uno de ustedes. Jasper les indicara donde deben retirar sus credenciales. – Jasper me miro por unos minutos y se volvió a las demás personas.

-Ángela, llévalos a RRHH para que les entreguen sus documentos. Gracias por asistir. Jessica, llévame el informe pendiente a mi oficina, estaré allá en un momento. – La secretaria de Jasper asintió y salió como todos los demás, yo me volví al ventanal… ¿Por qué ya nada es como antes? ¿Dónde quedo la pasión que sentía por mi carrera? ¿Dónde quedó toda la ambición y la necesidad de ser el mejor?

-Ese discurso memorable, tiene el sello de Martin Luther King, ten cuidado te pueden demandar por plagio. – sonreí a penas con el comentario sarcástico de Jasper, sin dejar de mirar la ciudad de NY, los arboles del Central Park.

-¿Soy digno de que me hables nuevamente?

-Esto es el trabajo, pero aun más que eso Edward, recuerda que acá también están mis intereses, esta empresa también es mía. Lamentablemente, tenemos que cruzarnos.

-¿Entonces porque aún estas acá? – Me volví preso de todo lo pasado y las miles de palabras guardadas para retomar mi vida - ¿Qué te impide tomar tu parte y hacer lo que quieras con ella? No estás obligado, vende tus acciones y has lo que se te antoje, si soy tan leproso para estar a tu lado, ya puedes dejar de fingir empatía mientras trabajamos, tu y yo ya no somos ni amigos, y como van las cosas, creo que ni familia seremos. Así que ahórrate los discursos, ya nada es como antes, pero no dudes porque las puertas son anchas. – Él sonrió meneando la cabeza, y salió de la sala sin decirme una puta palabra.

-¡Maldito hijo de puta! – agarre lo primero que encontré sobre la mesa y lo arroje hacia la puerta… ¡Maldito hijo de puta! Todos púdranse, ya no me importa, en realidad nunca me importo.

Me deje caer en la silla de cuero, tratando de sosegar mi ira, seguí mirando como el sol en su cenit se reflejaba en los edificios de la gran manzana, tan llena de  gente, miles de empresas poderosas, el flujo del comercio mundial, la frivolidad y las apariencias de ser un gran país… que irónico, Nueva York, tan hipócrita y vacía como yo.

Los sentimientos te vuelven vulnerables, y es tan cierto…

La semana paso entre nubarrones inciertos, las horas en el trabajo, horas con Noah, horas en vela, horas infinitas añorando sentado en el balcón del que iba a ser nuestro dormitorio… ¿Realmente estará todo perdido? ¿Cuánto tiempo más?... tome otro sorbo de la botella ¿Me darás una oportunidad?

Para el viernes en la tarde aún me quedaba tanto trabajo, pero no soportaba la idea de seguir encerrado en la oficina, tampoco quería hundirme en otra botella, así tome las carpetas que necesitaba revisar este fin de semana, al fin y al cabo ya no existían almuerzos dominicales felices, toda la parafernalia de una familia unida, se fue a la mierda, así que aprovecharía de trabajar, o más bien tratar de hacerlo.

Apenas entre a casa, sentí el llanto de Noah, un llanto tan agudo y fuerte, jamás el lloraba de esa manera. Corrí a su dormitorio, donde Kate y Carmen estaban con él.

-¿Qué le sucede? – me acerque al niño, justo en el momento que Kate le saco el termómetro.

-Tiene 39 de fiebre – me miro preocupada y luego a Carmen, tome a mi niño en brazos y comencé a mecerlo para calmarlo.

-Hace una hora tenía 37, pero la fiebre de los bebes es así.

-¿Han notado algo anómalo o sí le duele algo?

-No, solo que esta semana a estado irritable, y sólo quiere estar en brazos. Él es un bebe tranquilo, por eso es extraño.

-Los niños extrañan… – dijo Carmen doblando la manta y dejándola en la mecedora.

-Lo llevare a la clínica, Kate prepare lo necesario, para salir en 10 minutos.

Hice el ingreso de Noah en la clínica, mientras Kate lo supervisaba. Una enfermera lo controlo mientras llegaba el médico, para la revisión, vi como lo desnudaban y dejaban solo con el pañal, ya no lloraba pero tenía los ojitos vidriosos, estiro su mano en mi dirección al dársela él la apretó fuerte, como buscando fuerzas que a él le faltaban.

-Sólo es un cuadro febril – me comunico la doctora – lo dejaremos en observación porque ya la fiebre esta en 40, 5 grados y debíamos controlar que no suba de eso y verificar que no sea una infección. - espere en el salón Sr. Cullen, las enfermeras lo trataran desde ahora, cualquier evolución le avisaremos.

-No doctora, quiero estar con él – Me volví a la enfermera que estaba revisando la vía que le pusieron en la mano – no me separare de su lado – acerque la silla a la cuna y me senté para acariciar su fino cabello.

-¿Sr. Cullen?  - levante la cabeza para mirar a Kate - ¿Desea que avise a alguien de su familia?

-No Kate, a nadie – somos solo los dos ­– llama a Eleazar y pídele que te venga a buscar, yo me quedare con él – ella asintió y salió del cuarto, acaricie la mejilla ardiente de mi bebe,  tratando de calmar su llanto e impidiendo que mueva su mano con la vía intravenosa. Verlo así, me transporto al tiempo en que estuvo en incubadora.

-Vamos campeón, ya va a pasar… eres todo lo que me queda hijo… - Veras que mañana estarás mejor, Noah eres un ganador.

A la mañana siguiente dieron de alta a Noah, la fiebre había disminuido y sólo teníamos que verificar frecuentemente, procurando no dejar que se eleve demasiado ya que existía el riesgo de convulsionar. La doctora Meyer, agrego unos análisis para descartar alguna otra patología pero por el momento todo estaba bien.

-Quizás es tensional, los niños son muy sensibles a cambios en su ambiente, debe determinar cuál es factor que se modificó en su entorno y vera que las cosas mejoran Sr. Cullen.

-Gracias, tome en brazos a mi pequeño, quien se recargo en mi hombro, y comenzó a balbucear.

-Recuerde dieta blanda, y muchos mimos.

Me pase todo el día domingo en casa, junto a Noah, jugamos, le di de comer y ambos dormimos una siesta en el dormitorio. Cuando era mucho más pequeño, solía quedarse dormido en mi pecho, y hoy lo había vuelto a hacer, estando cerca de  los nueve meses seguía siendo  tan pequeño y con tanta necesidad de afecto, acaricie su espalda suavemente, sintiendo su suave aroma y como su respiración acompasada, calmaba algo de mis demonios internos. ¿Me perdonara Noah cuando sepa toda la verdad?  De repente me lleno el desasosiego y la angustia ¿También huira de mí?

Egoísta, siempre pensando en ti… todas esas carencias y todo lo que realmente importa tú hijo no lo va a tener y todo por tú culpa.

¿Cómo se apaga la voz de la conciencia? ¿Cómo puedo volver a tener ese silencio adusto y severo que tuve toda mi vida?

…

-¿Por qué no me dijiste que llevaste a Noah a la clínica? – exclamó mi madre, molesta.

-No fue nada grave, no tenía porque informarte Esme, Noah está bien.

-¿No tenías que informarme? Edward por favor, soy su abuela es obvio que me preocupa lo que le pasa, no basta con que tenga a sus niñeras, que por lo demás estoy agradecida que me contaran de lo que paso, pero el necesita a su familia… tú necesitas a tú familia.

-Madre, te tengo que cortar – afloje el nudo de mi corbata – tengo una reunión ahora.

-Edward, no lo hagas, no nos alejes nuevamente…

-Adiós Esme – Corte la llamada, ya nada es como antes.

Si tan sólo supiera como plantearme al futuro, que es lo que sucederá, dónde quedara la relación con Bella. ¿Es mucho pedir un poco de control sobre la situación? ¿Acaso no es más sano para ella y para mí?

Si pudiera tener la oportunidad de pararme frente a ella, en un terreno imparcial, saber que espera ella de todo esto, si… - trague grueso y doloroso - si finalmente todo se acabó, así poder reestructurarme y poner nuevamente mis prioridades en orden…

Quizás una simple invitación a un café, sí a su café favorito. Sin presiones sólo con la finalidad de darle un nombre a este momento que estamos viviendo, sé que ella también necesita esto.

Abrí el correo…

Isabella,

Necesitamos hablar, sé que me has pedido tiempo y espacio, pero no podemos seguir así. Ambos necesitamos tomar el control de nuestra situación, necesito saber que pasara con nuestro futuro, como nos plantearemos de acá en adelante. Veámonos en el café Paris mañana a las tres de la tarde, sin presiones.

E.C

-Sr. Cullen, lo esperan en la sala de conferencias – mire el intercomunicador.

-Gracias Ángela. -  Después de releer el correo lo envié.

Entre en la sala, estaban todos los miembros del equipo jurídico, Newton estaba de pie, conectando su Tablet al proyector, para su presentación.

-Cuando esté listo Newton – me acomode en mi silla de cuero, Ángela se acercó dejándome una taza de café recién hecho, asentí agradeciendo, antes que las luces bajaran y Newton comenzara su presentación de avance y entrenamiento de los casos más emblemáticos que como firma hemos llevado.

Al cabo de dos horas, de debate de la gestión judicial de los casos y el análisis exhaustivo de los procedimientos que llevaron a procesos de apelaciones y sentencias favorables, sentí vibrar mi BlackBerry, la tome sobre la mesa y abrí el mensaje.

“Café París, mañana a las tres…

BS”

…

La grava húmeda crujió bajo mis pies, con cada paso, como parte del ritual, la diferencia que cuando la vi por primera vez el calor llenaba el aire y se había llevado la humedad, en ese entonces ni siquiera me percate de los sonidos, ni me imagine el tono rojizo que tomaba el ciprés desnudo, ni la forma en que la nieve se acumulaba sobre el alero del techo, lo gris del cielo y la forma fantasmal que se cierne sobre la que alguna vez soñé como el hogar.

Subí el cuello de mi abrigo, y saque del bolsillo los únicos recuerdos físicos. Eran parte del rito mensual, de ese lado sádico que se apodero de mí, de la catarsis extraña en la que me sumergí, para poder entender y tratar de exorcizar mis putos errores. ¿Cuántas veces me he parado acá?...  ya perdí la cuenta. Me quede de pie en el mismo lugar donde mi vida había tomado forma, donde se había acoplado la última pieza del puzzle, para ese día hace ya tantos meses. Mire mi mano enfundada en un guante de cuero, en el centro el destello esmeralda de la promesa perdida de un hasta siempre, y junto al anillo otra promesa sin cumplir… el relicario donde la foto de la mujer de mi vida, inmortalizada en sus cortos dos años. ¿Dónde estás Isabella Swan? Cerré los ojos, buscando la fuerza para dar los pasos y entrar en la casa, fría, vacía, pero expectante por ser habitada.

-Sr. Cullen, según  la cláusula 84, del contrato la empresa en cuestión está obligada a ofertar de manera preferencial el 40% de las acciones, independiente del comportamiento bursátil.

-Siempre existen las exclusiones, Srta. Delani – abrí el archivo donde estaba el dichoso contrato - ¿Cómo una empresa tan grande no pensó en cómo afectaría sus intereses semejante acuerdo?

-Quizás nunca pensaron que tendrían tantas utilidades y que realmente la contraparte deseara recuperar las acciones, antes que termine la licitación…

- ¡TENGO QUE HABLAR CON EL AHORA! – me levante al escuchar los gritos, justo cuando Alice abría la puerta de mi oficina. Inmediatamente me tense.

-¡TÚ!- me apunto, sus facciones estaban endurecidas y encolerizadas, vi a Irina levantarse y salir por la puerta, Ángela estaba de pie junto a la puerta asustada - ¡ERES UN MALDITO EGOISTA EDWARD CULLEN! – Finalmente Ángela cerró la puerta cuando Alice me lanzo algo que me pego en el pecho – ¿QUÉ PRETENDES?

-Alice, no sé qué te pasa, ¿Quién te crees para venir a mi oficina y compórtate de esta manera? – mire el suelo donde el anillo que le había dado a Bella brillaba insolente en la oscura alfombra, me agache a recogerlo con un maldito presentimiento fatalista.

-¿Qué le hiciste Edward? – Alice se dejó caer en el sillón y se puso a llorar, sin mirarme. No podía moverme, el anillo brillaba en  mi mano… - ¿no te basto con hacerla llorar semanas por tus mentiras?

-¿Qué le paso? – la amargura subió por mi garganta ¿Qué hiciste Bella? - ¡Alice! ¡¿Qué paso con Bella?! – Ella levanto la cabeza, mirándome llena de tristeza.

-¡Tú!- Balbuceo – ¡tú tienes la culpa de todo!… - Volvió a llorar, la puerta se abrió y entro Jasper lívido mirando a Alice y después a mí.

-Mi amor ¿qué paso? – se arrodillo y tomo sus manos, Alice lo miro, entregándole tanto con una mirada… - Bella – susurro Jasper

-Se fue mi amor… - Alice volvió a llorar y lentamente procese sus palabras

-¿Cómo que se fue? – Jasper me miro furioso, mientras yo volvía a mirar el anillo que quemaba la palma de mi mano.

-Ayer dijo que se encontraría con Edward – me miro por un momento – Cuando me comentaste que no había llegado, pensé que era porque arreglaron las cosas, pero en la mañana entre a su dormitorio y se llevó sus cosas más esenciales, sobre la cómoda estaba esta carta y el anillo de compromiso.

-¡Dame la carta Alice! – estire mi mano, y ella dudo un momento y me la tendió, temblorosa.

“Alice,

Perdóname por dejarte esta nota, tan fría e impersonal, pero no puedo ni tengo el valor para enfrentar nada más. Te agradezco todo lo que has hecho por mí, desde tu amistad incondicional hasta el calor de tu hogar. Por favor  no te enojes, ni sufras por mí, te aseguro que estaré bien, pero tengo que poner distancia, no soporto ver a tú familia dispersa y resentida… soy yo la extraña, soy yo la que debería estar al margen, no tu hermano… Despídeme de todos, los amo de verdad, y aunque parezca egoísta irme de esta forma, sé que es lo mejor, debo protegerme. Por favor dile a Jasper que me perdone… y que no me busque. Quizás llegue el día en que mis heridas sanen y pueda volver a verlos, solo sé que los extrañare cada minuto que este lejos… No abandones a tú hermano, procura siempre de Noah, lo amo y tú lo sabes, el necesita tanto amor y me odio por dejarlo a él también…

Perdóname Alice por pedirte esto, pero no puedo quedarme con el anillo de tu abuela, ¿se lo puedes devolver? Es el último favor que te pido…

Amiga no estés triste, yo ya no lo estoy, derrame tantas lágrimas que ya no queda más, pero desde ayer algo cambio en mí, porque desde ayer, tengo algo que antes no tenía…

Te quiero, un beso

Isabella”

El aire helado entro sin preámbulos en la habitación vacía del segundo piso, salí al balcón donde se podía apreciar el hermoso jardín de la propiedad. 

Me toque el pómulo aún tirante por el corte, ya no tenía los puntos pero la cicatriz estaba ahí, recordándome todos y cada uno de los errores, cada día en el espejo, ¿Sería eso lo que pretendía Jacob Black? ¿Qué recuerde día a día la desaparición voluntaria de Bella?

Mi BlackBerry vibro en mi bolsillo, deje pasar la llamada al buzón, no creo que tenga voz para contestar, menos en este lugar tan helado y vació. Me quede ahí de pie un buen rato, mirando la nada, sintiéndome exactamente igual, hasta que nuevamente la vibración me saco de mi adormecimiento.

-Diga…

-Hijo, te estamos esperando para el desayuno de navidad, solo faltas tú para abrir los regalos – también falta ella

-Estaré ahí en unos minutos…

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Acá estamos de nuevo… con mis locuras y enredos.

Muchas gracias por su cariño, por sus comentarios, me alegran y inspiran para seguir adelante. 

Como leí en un blog… Tú comentario es mi propina…. Jajajaja

Un beso

Axavenus