Capítulo 5 - Verdades y Manipulaciones
EPOV
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Con la carpeta de la demanda entre las empresas Apple Co. Y Desarrollo Portuario Ariasu en mis manos, le solicite a Ángela que llamara a Black, él es abogado líder de este caso. Deje la carpeta con los archivos de la demanda sobre el escritorio cuando Ángela me avisa que Jacob Black ya está fuera de mi oficina.
-Buenas Tardes Sr. Cullen - Entró en mi despacho y se posiciono frente al escritorio.
-Siéntese Sr. Black. – tomo asiento frente a mí – Le he pedido que venga Sr. Black para discutir con respecto a la presentación del caso del Apple Co. contra la empresa de Desarrollo Portuario Ariasu.
En mi corporación Sr. Black me encargo de supervisar todos los casos de gran importancia como lo es este. Apple Co. Es una de las mejores empresas con las cuales trabajamos para su representación legal y jurídica. Por ende es preciso que se dé un real énfasis en ganar esta demanda. -Por lo tanto Sr. Black he supervisado los antecedentes de la demanda, que se basa en el no cumplimiento de contrato por la Empresa Portuaria, que está estipulado en la cláusula 398 en la presente formalidad.
-Así es, Sr. Cullen. – dijo acomodándose en el sillón de mi escritorio.
-Para que la demanda tenga validez es necesario que se presenten las pruebas de incumplimiento, Sr. Black. ¿Tiene las pruebas? – Black sonrió con desfachatez antes de responder mi pregunta.
-Sr. Cullen, las pruebas están estipuladas en la carpeta del caso, específicamente en la sección C del proceso, en ellas encontrara las evidencias del incumplimiento, los memorándum y correos electrónicos que respaldan la falta a la cláusula 398, por parte de la empresa de desarrollo portuario. Personalmente recabe toda la información necesaria para la presentación del caso.
-Le pregunto Sr. Black, - dije suavemente - porque he revisado todo el expediente y me he encontrado que las pruebas no son concluyentes. ¿Considera que es apropiado presentar este caso, con estas evidencias tan mediocres? – Black entrecerró los ojos y solo apretó los puños.
-No, usted tiene razón en recalcar falencias en las pruebas, Sr. Cullen. Buscare mayores antecedentes y que realmente involucren a la empresa en el incumplimiento.
-Sr. Black, ¿usted ha ido a esta empresa directamente a recabar la información?
-No Sr. Cullen, he recolectado la información desde nuestras oficinas acá en Nueva York.
-Bueno – dije levantándome y caminando al ventanal - ¿tiene usted problemas con viajar directamente a la empresa en cuestión? – lo mire y vi su duda… - Sé que es un hombre inteligente, no desaproveche esta oportunidad
-La empresa queda en Tokio – murmuro dudando nuevamente mientras lo miraba debatirse
-Sr. Black, usted entiende que si no puede ir o mejor dicho si no quiere ir, yo enviare a otra persona, quien si tenga deseos de hacer su trabajo.
-Viajare Sr. Cullen, soy responsable de este caso. Lo haré apenas organice los procesos pendientes.
-¿Cuánto tiempo le tomaran estos procesos Sr. Black?
-Una semana como máximo
-Sr. Black, la Srta. Denali se encargara de los pendientes que usted tenga. Quiero que usted pasado mañana salga a Tokio en el primer vuelo de primera clase que esté disponible. Avísele a la secretaría de su departamento, la Srta. Stanley, que reserve los pasajes y la estadía del hotel, además que le entregue la tarjeta de crédito de empresa para sus gastos y lo que necesite, tómese su tiempo para resolver todo necesario para que ganemos este caso. – Black apretó los puños hasta que sus nudillos quedaron blancos por la presión, pero no dijo nada. – Eso sería todo, espero que disfrute su viaje.
-Lo haré Sr. Cullen, no tenga la menor duda.
Se levantó y salió rápidamente de mi oficina. Me molesta completamente su presencia después de todo lo que Leah me había relatado. Pero es uno de los mejores abogados que tengo en este momento, con este viaje de Black me aseguro de controlarlo y alejarlo un tiempo de Bella, e investigar lo necesario para resguardarla, para protegerla.
De todas formas es necesario recabar toda la información de la historia de Leah, y si ella está en lo cierto confirmaría que Jacob Black es tan oscuro como su apellido.
Con el vaso de Whisky recien servido me vuelvo al ventanal, sumergido en las palabras de Leah la noche del viernes.
-Edward, esto no es fácil para mí.
-Leah estas agotando mi paciencia, habla de una vez, por favor.
-… Conocí a Jacob Black en la universidad, ambos estudiábamos en Yale, aunque distintas carreras. – sus manos estaban jugando con su vestido mientras hablaba, las tome para que se calmara- Él era todo un casanova en la universidad, entre sus conquistan habían estudiante y varias tipas del cuerpo docente de la universidad. Era encantador en todo su esplendor… yo estaba loca por él, nos hicimos amigos, de esos que salían juntos y estudiaban. Finalmente nuestra amistad pasó a ser más que eso nos convertimos en novios… - Dudo un momento, al parecer aclarando sus ideas o sopesando lo que quería contarme - Yo cegada por su personalidad juraba que él me amaba con la misma intensidad que yo lo hacía…. Cuando no vivíamos juntos, él me hablaba de su mejor amiga - Levanto su rostro y me miro a los ojos - Él la adoraba, y yo hervía de celos por esta chica… la odia… sin conocerla porque me apartaba de Jacob.
Cuando teníamos alrededor de un año decidimos irnos a vivir juntos, cerca de la facultad. Desde ese momento todo cambio – Dudo nuevamente, tomando aíre - fue terrible darme cuenta que Jacob, no era tan bueno ni tan amoroso como lo había sido al principio de nuestra relación… Vivir con Jacob fue un torbellino, el dedica tanto tiempo para su amiga, la llamaba varias veces al día y dejaba de hacer cualquier cosa cada vez que ella lo llamaba… muchas veces nosotros estábamos… bueno… teniendo sexo… y sonaba el celular y ahí quedaba todo… me dejaba en segundo plano, sin siquiera una pizca de remordimiento, cada vez que esto ocurría me sentía utilizada y sobrepasada, terminábamos discutiendo por mis celos y su conducta, las peleas eran terribles, hasta que en un momento el termino golpeándome…. Fue tan terrible Edward, no te imaginas lo que es… – me dijo haciendo una pausa, mientras las lágrimas caían por sus mejillas -…sentir que el hombre que amas es capaz de dañarte.
El me pidió perdón muchas veces y cuando yo trataba de hacer lo posible para evitar mis celos, pero el ignorar lo que sentía fue peor…
Obviamente en la universidad teníamos más amigos quienes no sospechaban nada porque para el mundo Jacob era el mejor novio del mundo, aunque celoso…. con el tiempo no podía compartir con otros hombres, ni siquiera para hacer trabajos porque Jacob se volvía loco de celos, y todo terminaba en violencia y yo con un nuevo cardenal o un esguince.
-¿Denunciaste todo esto Leah? – Tomé su barbilla y la levante sus ojos estaban rojos y llenos de lágrimas, acaricie sus mejillas, yo no podía entender como ella podía aguantar esto… todo lo que este imbécil le hacía.
-No. Nunca. Siempre pensé que esto pasaría algún día, pero cada vez fue peor.
-¿Cómo saliste de esta relación enfermiza?
-No fue fácil… yo estaba terminando el semestre con exámenes finales y teníamos grupos de estudios mixtos, el tema es que… ese día se me hizo muy tarde para volver sola al departamento… mi teléfono estaba sin batería, no podía llamarlo para que me viniera a buscar… - Dudo nuevamente, y las lágrimas caían con más frecuencia por sus mejillas - Un compañero me llevo al departamento en su coche... Cuando llegue abrí la puerta y entre al departamento, pude dar sólo un par de pasos… cuando recibí una cachetada que me boto al suelo, al caer me golpee la cabeza, ahí en el suelo Jacob me dio una patada en el estómago que me hizo perder el aire…. Me grito que era una puta y salió del departamento, dejándome tirada ahí con dolor y totalmente humillad…. como pude me levante y sentí la sangre en mi boca, partí al baño para enjuagarme... desde ahí lo único que recuerdo es que desperté y estaba en el hospital, mire a un lado y Jacob estaba ahí… yo inmediatamente me tense y quise gritar pero puso su mano en mi boca y al oído me dijo que esto era producto de un asalto que él me encontró y me trajo al hospital…. Eso le había dicho a los médicos que me atendieron en urgencias. Yo sólo sentía mis mejillas mojadas por las lágrimas y Jacob cínicamente me acariciaba la mano… cuando entro la enfermera sonrió al ver la escena que “mi novio” me reconfortaba… me informo que los exámenes mostraban contusiones simples pero que…. El golpe que me dieron produjo q… que… perdiera al bebé… y tenía que someterme a un raspaje… - Leah escondió su rostro con sus manos mientras los sollozos la sobrepasaban, acaricie su espalda para que se calmara, cuando lo hizo se apoyó en mi hombro y continuo - Tanto Jacob como yo jadeamos porque… yo no sabía que estaba embarazada y el dolor fue desgarrador. Jacob me miro con pánico y quedo en estado de shock… creo que eso ocurre cuando te conviertes en asesino de tu propio hijo… - reflexiono y un desgarrador sollozo salió desde su pecho, la volví a poner en mis piernas para abrazarla-… Cuando salí del hospital fui a buscar mis cosas y salí de ahí, él no me detuvo…. creo que sólo por el peso de la culpa. Después de eso termine mis exámenes, me gradué y nunca más volví a verlo hasta esta noche.
La abracé fuerte mientras ella seguía llorando en mi pecho. Mi mente voló directamente a Bella, quien estaba en las manos de ese sicópata… tendía que hacer algo para protegerla.
-¿Por este motivo te quieres venir a vivir conmigo? – levanto su cara para mirarme con ojos suplicantes y afirmó con la cabeza – No te preocupes, te quedaras conmigo. – Levante el intercomunicador para que nos llevara a mi departamento. Después de 2 horas de estar estacionados fuera del edificio donde vive Leah.
Debo asegurarme que Black pase el mayor tiempo posible lejos de Bella. Ella es un verdadero misterio para mí… pero tengo la total certeza que es una frágil y delicada mujer y desde que se fue de la cena con Jacob que no sé nada de ella, me desespera saber que puede estar pasando lo mismo que Leah.
En mi carrera me ha tocado ver cada atrocidad justificada con sentimientos enfermizos de quienes agreden y la dependencia de las víctimas, frente a su agresor. Lo lamentable es que mayormente terminan en muerte…
Con esta determinación, tome mi BlackBerry y busque en mi agenda.
-Bernardi – Contesto rápidamente
-Demetri, habla Edward Cullen – Apoye mi mano en el ventanal que da directo al Central Park
-Cullen, amigo que grata sorpresa. ¿a qué debo tu llamada?
-A lo de siempre, negocios… necesito que investigues a un par de personas
-Has llamado al mejor, Demetri Bernardi a tus ordenes, querido amigo.
-Te parece si nos juntamos a almorzar en una hora más para que te cuente lo que necesito.
-Perfecto Cullen, nos vemos en el Plaza en una hora. Pide un buen vino, tu sabes los italianos tenemos paladar fino.
-Nos vemos en el Plaza en una hora, Demetri.
A las una en punto estaba sentado en el restaurant del hotel Plaza, degustando un exquisito Valpolicella Veneto del ´87. Cuando Demetri se sentó enfrente a mí.
Se acomodó la servilleta sobre el regazo mientras el garzón servía su copa con el delicado elixir.
-Tienes buen gusto Cullen. Son pocos los americanos que saben apreciar el verdadero vino – llevo la copa a su nariz y aprecio el aroma - mmm…. Carnoso y Neutro… un Veneto. Bien Cullen… muy bien.
-No te he pedido que vengas a elogiar mi conocimiento en vinos.
-Si lo sé, Cullen. Te conozco por muchos años y sé perfectamente que cuando tienes algo entre manos, solo confías en mí.
-Te parece que comamos mientras hablamos – mire al mozo quien se acercó enseguida a tomar nuestra orden- Yo deseo salmón roquefott con un salteados de setas y verduras.
-Perfecto Sr. Cullen ¿algo más para beber?
-Una botella de Ca' De' Medici Lambrusco Bianco.
-¿Y para el señor? – dirigiéndose a Dimetri.
-Para mí, camarones acaramelados con quinua y salsa de mango
-¿Para beber?
-Compartiremos la botella con el Sr. Cullen. Gracias. – El camarero se retiró con nuestro pedido.
-Dime Cullen, ¿a quién trataste de quitarle la mujer? – Me pregunto riéndose abiertamente.
-¿Qué te hace creer que le trate de quitar la mujer a alguien?
-Tienes una marca de un buen puñete en el pómulo, querido amigo. Te recuerdo que es más cortes, preguntar si la señorita es casada antes de meter las manos debajo de la falda. – lo miré fijo, recordando el bien merecido puñete que me dio Jasper hace tres noches.
-No es lo que piensas, fue Jasper quien me pego. – Demetri se ahogó con el vino que estaba tomando, apunto de derramar sobre la mesa. Tomo su servilleta y seco sus labios para mirarme con sus ojos bien abiertos. – No te asombres me lo merecía.
-Me imagino que así fue, Jasper tiene una paciencia celestial. Las veces que lo vi así fue cuando algún tipo se tomaba demasiadas atribuciones con Alice… - Dijo observándome - ¿Qué demonios le hiciste a Alice? – Soltó de repente, con fuego en los ojos.
-Nada grave, sólo fue a darme sus famosas charlas, en un muy mal momento y le dije unas cuantas verdades, además de apretarla un poco.
-Entonces merecido te lo tenías, a las mujeres se les trata con pétalos de rosas Cullen.
-Eres tan cursi Demetri… Me conoces desde años, sabes que disfruto de las mujeres. Aunque no siempre como ellas quieren, tú sabes el bendito placer. – En ese momento nos trajeron nuestros platos, y nuestro delicioso vino. – Bueno hablando de lo mismo. Quiero que investigues sobre unas personas.
-Perfecto. ¿a qué nivel debo investigar?
-Todo Demetri sobretodo de la mujer, necesito hasta saber quién la recibió cuando nació, todo su historial médico, estudios, padres, novios, todo absolutamente todo. Del hombre su historial policial, hasta lo más oculto, todo lo que puedas sacar.
-Y quienes son estas personas que te tienen tan intrigado.
-Es un matrimonio, su nombre es Jacob Black y su esposa Isabella.
-En una semana tendrás lo que necesitas. ¿Prefieres un sobre con todo o me invitas a almorzar nuevamente?
-Almorzar nuevamente. Quiero discreción con lo que te he pedido…
-Sabes que la tienes Cullen.
Al entrar al edificio de la Corporación frente a los ascensores se encontraba Emmett, los demás empleados lo miraban, por su porte imponente y sus grandes músculos. Me acerque a él y me pare a su costado.
-Emmett, hermano ¿Cómo estás? – le pregunte palmeando su monumental espalda, él se giró sobre sus talones y me miro enojado… Demonios había olvidado el asunto de Alice… ahora todos deben estar furiosos conmigo.
-Edward… - dijo escuetamente – Venia a hablar contigo, subimos a tú oficina.
-Claro, no hay problema Emmett. – Subimos al ascensor y marque el piso 17 donde se encuentra mi oficina. Todo el trayecto fue un incómodo silencio… Emmett miraba fijamente los números del panel. Muy pocas veces he visto a Emmett enojado, y es un papel que no le calza. Al abrirse las puertas salgo del ascensor con Emmett detrás y veo a Jasper caminando directo hacia mí.
-¿Por qué demonios mandas a Black a Tokio? – Pregunto sin ninguna deferencia a la gente que estaba trabajando – responde Edward.
-Jasper cálmate y vamos a mi oficina – camine hasta la puerta y la abrí. Caminé directo al mini bar… esta será una desagradable pelea.
-Vas a responder ahora – me gire y vi a Emmett cerrar la puerta y caminar al sillón de cuero. Lo imite y me senté a su lado.
-Jasper, siéntate y cálmate un poco, te estas estresando sin necesidad – lo mire mientras tomaba un trago de mi vaso, Emmett nos miraba divertido, no siempre Jasper es tan impulsivo. – Mande a Black a Tokio porque necesito una dedicación al 100% para este caso, es eso simple.
-Sabes Edward que no es realmente necesario… no entiendo cuál es tu fijación con Black
-Jasper, no tengo ninguna fijación con él. Te recuerdo que esta es mi empresa – comenzando a enfurecerme – por tanto hago lo que quiera y lo considere necesario para el beneficio de esta corporación… no tengo que dar explicaciones. – Me levante de golpe y me fui a mi escritorio. Jasper se puso de pie, avanzo hacia mí amenazadoramente.
-Eres un imbécil Cullen… no entiendo que te pasa, estas metido en tu burbuja… eres mi amigo y de verdad me preocupa la forma en que te comportas… ¿no tienes remordimiento de las cosas que haces?…
-¡PARA JASPER!... deja de acusarme de cosas que no sabes… mi único error fue no informarte antes que envíe a Black a Tokio. Con respecto a lo demás es mi vida personal, la cual te agradecería te mantengas al margen. – Jasper salió de la oficina totalmente enojado dando un portazo. Tome mi cabeza y deslice mis dedos por mi cabello… me molesta esta situación, Jasper es mi amigo… mi mejor amigo.
-¿Edward?... – me había olvidado de Emmett, él se levantó hasta hasta llegar a mi escritorio para tomar la silla, sobre la mesa agarró un lápiz para comenzare jugar con él.
-Dime Emmett… la verdad disculpa... lo sucedido hace un rato.
-Hermano, lo que vengo a decirte en este momento, lo hare solo una vez… - Levantó la ceja y dejo en el lápiz en el escritorio, sus ojos se llenaron de una ira desconocida por mí- … Cuando salimos de la fiesta y Alice lloraba, ni ella ni Jasper dijeron que había pasado contigo. Pero ayer Rosalie fue a visitar a Alice a su casa y fíjate que ella tenía un moretón en el brazo… Rose se sobre salto pensando que había sido Jasper… hasta lo llamo para encararlo, pero Alice le dijo algo… - pauso su relato y sus manos se hicieron un cerrado puño - ¿Qué crees que le conto Alice a Rosalie?....
-Emmet, yo no tengo justificación para lo que paso…
-Edward Cullen, ¡ESE MORETON SE LO HICISTE TÚ, A NUESTRA HERMANA! – me grito – ahora entiendo el motivo de porqué Jasper te pego y bien merecido te lo tienes.
-Emmett, de verdad que las cosas se me salieron de orden… jamás le haría daño a Alice a propósito lo sabes.
-Ese es el problema Eddie, no lo sé… ¿la has llamado para disculparte? – Levante mi cabeza y lo mire, no tuve necesidad de contestarle – me imagino que no… claro como el “gran Edward Cullen” se va a humillar disculpándose con su ¡Hermana!...
-Emmet basta, yo… no he tenido tiempo y…
-¿Y… que?... maldita sea Edward, es tu propia sangre, como puedes ser tan perro… Lo peor de todo es que estoy perdiendo el tiempo contigo… espero que no sea tarde cuando realmente valores lo que pierdes por la mierda que tienes de cabeza y la piedra que tienes en vez de corazón… pero mientras lo haces, no te quiero cerca de Alice, es mi hermana menor y yo si la protegeré… porque esa es nuestra labor… y menos te quiero cerca de mi esposa y mi hija…
-Pero Emmett…
-Nada Edward. Adiós – Se levantó y salió de la oficina rápidamente sin darme oportunidad de aclarar las cosas.
Ya no pude contener la rabia y la frustración… tome lo primero que tenía a mi alcance y lo lace lejos, seguí así hasta que ya no tuve nada más que lanzar por la oficina… tome mi chaqueta y salí. Ángela me miraba asustada…. – mañana quiero todo limpio y ordenado – llame el ascensor y me subí a él. Salí del edificio pasando a llevar al que se me pusiera en el camino… llegue a las puertas de mí coche, donde mi chofer me esperaba.
-Sr. Cullen ¿alguna parte en especial?
-Eleazar… vamos al bar de siempre
El coche arranco y yo me hundí en mis pensamientos… las palabras de Jasper, el odio y dolor de Emmett… las lágrimas de Leah, mientras relataba como era golpeada… e incomprensiblemente en la piel de Bella, sus manos, su aroma. Con rabia aleje estos pensamientos de mi cabeza… mi vida perfecta se estaba desmoronando… eso es lo que necesitaba olvidar, sumergir la cabeza en alcohol, y perderme en las piernas de una mujer…
El auto se estaciono en la entrada del bar. Entre en él, fui directamente a la zona privada. Después de muchos tragos, que no recuerdo siquiera que era ni cuantos me tome… me fui a una habitación de hotel con dos rubias despampanantes. A mi departamento no, porque ahí vive mi novia. ¿Qué imbécil más grande eres Cullen?
Abrí los ojos y el dolor llegó al fondo de mi cráneo… la luz del sol entraba fuertemente por la ventana, trate de acostumbrarme a la luminosidad, mirando a mi alrededor. Lo único que veo son piernas, entrelazadas, sigo mi reconocimiento y las veo… me levanto buscando mi ropa y me visto. Ellas ni se mueven, esta situación sería excitante, pero ni me acuerdo como llegue aquí.
Tome mi billetera y deje una buena cantidad de dólares en la mesa de noche, lo hago porque no tengo idea si son prostitutas o no. Pago por la habitación y salgo… Eleazar me espera afuera, con cara de cansancio… me ha estado esperando toda la noche. - A mi departamento Eleazar, necesito una ducha.
Al llegar al departamento voy directo a mi dormitorio, Leah no está ahí, lo cual me alegra no quiero escenitas.
Salí de la ducha más despejado, me vestí. Camine hacia la cocina donde veo a Carmen, la que sonriente me sirve un café.
-Gracias Carmen.
-¿Leah dónde está? – me mira y sonríe.
-En la oficina Sr. Cullen, hace unas cuatro horas. – la miro sorprendido, girándome hacia el reloj compruebo que es más de medio día. – Carmen me alcanza un plato con un delicioso sándwich – Ahora yo le sonrió. Si todo en mi vida fuese así de sencillo y fácil.
Salgo del ascensor en mi piso, y me acerco a Ángela.
-Buenas tardes Ángela. Me traes unos analgésicos por favor.
-Buenas tardes Sr. Cullen, Claro. ¿Desea algo más?
-Nada más gracias.
Entro a mi oficina, y esta todo en orden como si nada hubiese pasado. Me acerco al ventanal y apoyo la frente en el cristal frio. Pienso en Alice… de verdad necesito disculparme con ella. La necesito, ella es el nexo directo para llegar a Bella.
-Edward – La voz de Alice es suave
-Alice… te llamo para poder conversar contigo, necesito disculparme.
-Oh… Edward… no sé… Estoy tan dolida contigo… y Jasper no quiere saber de ti…. – Su voz se quiebra – me asustas… - dijo entre un sollozo –
-Hermanita, perdóname me gustaría que nos juntáramos a comer, los dos para reconciliarnos. ¿Qué te parece?
-Prefiero llamarte yo… creo que es lo mejor… te aviso cuando.
-Perfecto. Perdóname
-Tratare Edward… agradezco que llamaras… pensé que nunca lo harías.
-Cuídate, me avisas.
Esta noche me quede trabajando, revisando los antecedentes correspondientes para el ingreso de los procesos a los equipos de trabajo. Sentí la puerta abrirse suavemente y levante la vista, en ella estaba Leah, con su brillante pelo negro suelto por su espalda y un abrigo gris. Se acerca sigilosa a mi escritorio camina por alrededor y se sienta sobre el frente a mí.
-Hola guapo – me acaricia el pelo - ¿demasiado trabajo?
-Así es… me permites – la tome por la cintura y la baje del escritorio - tengo mucho que hacer todavía.
-Mmm… Yo pensé que no tenías tanto trabajo, ya que me imagino anoche te quedaste trabajando… - dijo sarcásticamente – como no llegaste a casa.
-Leah, no empieces con escenitas de celos
-No son escenas de celos, Edward, solo que ayer te estaba esperando con una sorpresa y no llegaste nunca.
-¿Con que querías sorprenderme?– dije divertido por la situación
-Quizás lo quieras averiguar – soltó uno a uno los botones de su abrigo dejando al descubierto su ropa interior negra de encaje. La tome por la cintura y la senté sobre el escritorio. – Te traje la sorpresa para la oficina, para que no olvides lo que tienes en casa.
Termine de sacar el abrigo, el que se desparramo por el escritorio. Mis manos fueron a su cuello y lo acariciaron lentamente, bese su clavícula y la mordí levemente. Ella gimió… ¿esta es una sorpresa para mí o para ti? – le dije contra su rojiza piel, mientras el bulto en mis pantalones cada vez era más grande.
- Averígualo... puedes usar tú imaginación… Las manos de ella fueron a mi camisa, mientras la besaba y masajeaba sus pechos. Me acerque a ella y sus piernas envolvieron mi cintura. Solté su sujetador, fui bajando por su piel dejando un trazo húmedo hasta llegar a la cima de su pecho izquierdo, ella se arqueo para darme más acceso, mi mano bajo entre sus piernas, volví a sus labios, tome el borde de su tanga y las rompí… ella gimió de placer en mi boca. Leah desesperada me desabrocha el cinturón y los pantalones, bajándolos junto con mi bóxer que quedaron en mis tobillos… - Edward… ¡por favor… entra en mí! Sonreí por su desesperación abrí el cajón superior de mi escritorio y saque un condón me lo coloque la mire mientras su cabeza caía hacia atrás al sentirme en su entrada…
Todo cambio en un momento, en mis brazos estaba Bella, su pálida piel… era ella expuesta lista para mí… entre en ella suavemente, disfrutando de su suavidad…. Sus gemidos eran el cielo, sus movimientos cuando entre completamente en ella… frenética me pedía más… más fuerte, más duro… pero yo quería adorarla… llenarme de su sensación… tenerla siempre así para mí…. Sus movimientos me enloquecieron, y su interior se encogía en mí… lo que me llevo al límite, para terminar en un orgasmo monumental.
Abrí mis ojos y ya no estaba Bella, era Leah su pecho subía y bajaba fuertemente, su cuerpo temblaba levemente por su clímax.
-¡Wow! Eso fue espectacular… Creo que te voy a sorprender más seguido…
No le respondí, mi cuerpo estaba asimilando el placer… ¿Cómo será cuando realmente sea ella?
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Espero sus comentarios…
Axavenus
2 comentarios:
Parece que se va a hacer costumbre comentar con una semana de retraso, jejeje.
No confío en Leah, quizás la historia es cierta, quizás es parte de su manipulación, pero sus intenciones actualmente son tener a Edward comiendo de su mano y... jajaja... no sé si eso será posible, pero de que ella se convertirá en una piedra en el zapato, así será, ahora, no sé en el zapato de quién.
Jacob Black, bueno, él nunca ne ha caido bien, ni en Crepúsculo ni en ninguna parte, así que, por mí que lo mande a Tokio por el resto de la historia... mejor así.
¿Qué hace Bella con él?
Y la fantasía, al final, jijiji, el subconsciente de Edward está aflorando, ñaka, ñaka, porque admitió que no quería sólo sexo rudo, sino que adorarla, jajaja, eso pasa sólo cuando amas a alguien. Como siempre ¡Tan tontito él!
Cariños,
Rocío.
tu fic es genial !!!
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