Capítulo 4 - Baile de Destellos
EPOV
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Las luces de la ciudad se filtran por la ventana de la limosina provocando leves reflejos sobre la piel de Leah, quien se acomoda el cabello mirándose en el pequeño espejo que tiene en su mano. Sus piernas están cruzadas y la abertura de su hermoso vestido cae, delicado y vaporoso entre ellas. Me acomodo a su lado para provocarla, pasando mis manos por sus suaves muslos, logrando que descruzara sus piernas, mi mano se desliza hasta llegar a su ropa interior. Presto atención a sus reacciones primero se tensa y luego cierra los ojos su respiración se agita, mientras yo codicioso llego a su ropa interior de encaje, presiono entre sus piernas y un suave pero audible gemido sale de su boca… me mira profundamente y el destello de sus ojos está lleno de lujuria. Siento el calor de su intimidad, introduzco mi mano por el costado de su tanga, ella abre más aún sus piernas para darme más acceso a su interior, deseosa de más. Sonrío y me vuelvo a acomodar en el asiento para recordarle su papel esta la cena.
-Esta noche te tienes que lucir Leah – La miré mientras ella se removía incomoda por la excitación, con las manos alisando su vestido – Está es la primera vez que nos verán juntos como pareja y te presentare a mi familia. Debes compórtate a la altura para ser una Cullen ¿está claro?
-Querido Edward, no es necesario que me digas que hacer – su estado es de visiblemente molestia - sabes a la perfección que soy una mujer educada no es la primera cena a la que asisto – la inflexión de su voz destilaba frustración- Por otra parte tengo clase, no me encontraste en cualquier lugar. Te pido que para que esto funcione como tú quieres, debes confiar en mí - Levantó la vista y su mirada era penetrante y llena de desafío, lo cual me causo gracia.
-Leah, sé que eres una mujer decidida, hermosa y segura de ti misma. Te recuerdo que esto es importante sobre todo lo que respecta a mi familia. Sólo compórtate cómo una buena mujer, digna de ser mi futura esposa.
-¿En qué parte del trato estipula que tenía que ser una esposa sin opinión? Me conociste así, y así me elegiste para tu descabellado plan de la familia perfecta. He trabajado contigo desde que comenzaste con la corporación como tú publicista. Es mucho más sospechoso que en este momento me comporte como una mujer sumisa que no soy y no tengo la menor intención de ser. Espero que puedas entenderlo Edward, mientras guardaba el espejo en su bolso – Volví a acercarme a su lado, tome una de sus manos y la apreté suavemente mientras ella me fulmina con sus grises ojos. Le devolví la mirada con molestia, estos arrebatos no me gustan.
-Mi querida, se cómo eres, conozco perfectamente tú temperamento, sé que eres una mujer de armas tomar, te repito por eso estas aquí, en esta limosina, a cinco minutos de la cena de mi corporación. Sólo toma mis consejos, y lúcete. – lleve su mano a mis labios y bese sus nudillos.
-Prepárate ya llegamos.
Salí de la limosina y miles de flash comenzaron a bombardearnos. Extendí mi mano para que Leah la tomara y saliera del vehículo.
Caminamos hacia la entrada del salón, Leah venia de mi brazo sonriente, luciendo totalmente gloriosa. Las puertas del salón se abrieron y todos los presentes se giraron a vernos mientras caminábamos directo hacia el centro del salón. Me acerque al micrófono que estaba dispuesto para mis palabras.
-Buenas noches, sean ustedes bienvenidos a la cena anual. La corporación C&M, como ustedes saben es una de las firmas de abogados más grande del mundo y es un agrado compartir esta noche con nuestros colaboradores y socios. Brindemos por esta hermosa velada y porque prontamente esta corporación no sea solo unas de las mejores del mundo, si no la mejor – Tome las copas que un mozo me ofrecía, le entregue una a Leah, quien deslumbraba con su sonrisa y belleza – Salud por C&M Corporation.
-¡Salud! - dijeron todos los presentes levantando sus copas.
Mire en dirección a mí madre que le brillaron los ojos viéndonos, mientras nos acercarnos a nuestra mesa, pude distinguir la curiosidad e intriga de mi hermana que estaba al lado de Jasper.
-Familia, quiero presentarles a mi novia la Srta. Leah Clearwater – Les dije acercándola más a mí tomado su cintura – Querida, ellos son Carlisle y Esme mis padres, Alice y Emmett mis hermanos. Jasper Hale quien ya conoces es el esposo de Alice y Rosalie Hale la esposa de Emmett, madre además de mi hermosa sobrina Emma.
-Es un gusto conocerlos finalmente a todos - dijo Leah con una sonrisa sincera.
-Es un gusto para nosotros conocer a la novia de nuestro hijo – dijo Esme con brillo que nunca antes había visto en ella, se acercó a Leah y la abrazo maternalmente.
-Se bienvenida Leah a nuestra familia – Le saludo Carlisle, tomando y besando galante su mano.
-Gracias Sr. Cullen. Es usted tan galante como Edward – Leah le sonrió, mientras yo le acomodaba la silla para que se sentara junto a mí. Mis hermanos y cuñados estaban totalmente confundidos por mi reciente relación, tampoco podía cuestionarlos por años he sido el soltero codiciado… mi única novia verdadera se quedó en Europa, pero eso ellos no lo saben. Me senté entre Leah y Esme mirando como mi cuñada quien irradiaba altanería se acercaba a la mesa.
- ¿Cómo se conocieron? – Pregunto Rosalie con una ceja alzada mirando a Leah por sobre su hombro – Pregunto… porque Edward es primera vez que tiene novia, esto es todo un acontecimiento – aclaró mientras se sentaba.
-¿Rosalie… verdad? – pregunto Leah, alzando una ceja, mientras Alice afirmaba que ese era el nombre de mi querida cuñada – Claro… con Edward y Jasper hemos trabajado juntos por varios años. Soy la publicista de la empresa, y nos conocemos desde entonces. Pero no es hasta hace pocas semanas que Edward y yo somos novios.
-Lo curioso querida, es que hasta unos días atrás Edward era visto de la mano de Jane Vulturi, quien juraba que era la novia de él a toda revista que se le ponía en frente. Sólo lo comento por lo extraño… Edward no tiene novias… solo amantes.
-Rosalie, por favor. No seas mal educada con Leah – Le recrimino Esme mientras yo miraba divertido el intercambio… Leah es perfecta para poner en su lugar a Rosalie, desde ahora disfrutaría mucho las comidas en la casa de mis padres.
-No te preocupes querida Esme… para todos que tengan las mismas dudas que Rosalie quiero que sepan que me alaga saber que soy la elegida, por si quieres llamarlo así. - Le respondió sonriendo mientras tomaba la copa de vino. Rosalie me miro por un momento ignorando completamente a Leah. – podría sentir los verdes ojos de Alice clavados en mí.
-Leah, ignora a Rosalie como yo lo hago, no te preocupes por ella – Le susurre en el oído sin que nadie nos escuche - tu preocúpate por ser cordial con mi madre y Alice.
-Lo sé cariño me dijo, acariciando mi mano suavemente – escuche un gemido por parte de mi madre, quien no cabía en sí de felicidad.
-Querida Leah, tendrás que venir a casa para que compartamos, estoy tan feliz de verlos juntos - Mí madre tomo mi mano y la apretó levemente. Yo le sonreí y mire a Leah, quien lo estaba haciendo fantástico.
Cuando la cena concluyo, me excuse para ir donde estaban parte de nuestros socios y clientes. La conversación se embarcó en procesos judiciales y actividades bursátiles. Por el rabillo del ojo vislumbre a Marco Vulturi, que se acercaba sonriendo a nuestro grupo. Trate disimuladamente de alejarme antes que tratara de ofrecerme a su hija nuevamente. Lamentablemente no fui lo suficiente rápido.
-Querido Edward, me alegra verte acompañado, ¿de dónde sacaste esa hermosa perla? … ¿es una joya oculta, o un acto de beneficencia?... no serías el primero que encuentra una belleza en la oscuridad de las calles de Nueva York.
-Marco… no me interesa tu opinión al respecto - Inmediatamente Marco se tensó, y me miro de pies a cabeza.
-Creo Cullen que vas a tener que aprender normas de cortesía, si estas de novio. Por otro lado aunque no quieres mi opinión creo que es importante que tu visión de negocio trascienda a tu vida privada… casarte con alguien que no tiene posición ni estatus es un crimen si quieres resguardar tu fortuna.
-Querido Marco, si estás hablando del status de tu familia, o más bien de tu hija, creo que estas muy equivocado. Mi fortuna está completamente resguardada en este momento, de hecho correría un gran peligro si alguna vez pretendiera a tu hija… para algo más que para mi cama – su mandíbula se tensó, la vena de su cien palpitaba - Que te quede claro, nunca podrás enrolarme con ella.
-¿Cómo te atreves a hablar a si de mi pequeña Jane? - Me tomo la muñeca con fuerza, yo solo alce las cejas y le susurre filosamente.
-Marco, tu hija no es más que una cualquiera, te puedo asegurar que en este salón muchos conocen de sus encantos. Así que suéltame porque tú sabes lo que has criado – Me soltó bruscamente y su respiración agitada se alejó entre las mesas. Pobre iluso, si cobrara cada vez que su “pequeña” se mete en la cama, su fortuna sumaría unos bueno millones de dólares.
Camine inmerso en mis pensamientos hacía donde Emmett que reía escandalosamente conversando con Carlisle y Jasper… Una dulce y deliciosa fragancia llego directamente a mí nariz… el aroma más exquisito que he sentido en mi vida, aspire profundamente para llenarme del perfume. Me me quede parado sin poder moverme, mis ojos se abrieron y todos mis sentidos se unieron buscando el origen de esta esencia embriagante… Recorrí la pista de baile con una mirada… en la búsqueda me detuve al ver un ángel que se movía al compás de una suave balada, una delicada mujer, la más hermosa que he visto en mi vida, su blanca piel contrasta con su delicado vestido azul con pequeños detalles de pedrería en su pecho. Su acompañante la hizo girar a lo cual ella sonrío avergonzada, suavemente el perfume que tanto me trastorno se desprendió de su piel y llego nuevamente a mí. Mi aliento quedo atorado en mis pulmones, cuando me di cuenta que ella era Isabella, la esposa de Black.
La respiración se fue haciendo más rápida, y sentí unas enormes ganas de arrebatarla de los brazos de él. Ella me miro, sus grandes y achocolatados ojos se clavaron en mí, hasta que el ritmo de la balada la hizo desviar su mirada.
Seguía de pie viendo distintas escenas en mi mente, captando cada movimiento de su suave cuerpo, su esbelto cuello, y el aroma que expele. Me la imagine en mis brazos, ella pequeña y delicada… ¿pero qué es lo que me pasa?... ¿Por qué en este momento me es tan irresistible? ¡¿Qué cambió?!... ¿Qué es todo esto que me imagino?... es sólo una mujer, por Dios, como tantas otras… ¿Cuál es la diferencia de hace unas semanas?... No sé cuánto tiempo me tomo reaccionar y dejar de hacer el ridículo por una mujer… Decidí salir un momento del salón hacía la terraza, para tomar aire. Un sentimiento de rabia y odio se instaló en mí, ¿En qué mierda me he convertido?... es una mujer… yo puedo conseguir las mujeres que quiera, con mejores cuerpos…. ¿el aroma será el mismo?... nunca me han interesado las mujeres casadas… ella se ve feliz con él… él es un don nadie… podría ser fácil, tenerla, saciarme… ¿te conformarías con ser sólo el otro?... ¿ella accedería?... Siempre he tenido claro que es lo que quiero en la vida, que es lo que necesito, hasta hace un instante tenía mi problema resuelto para hacer feliz a mi madre. Leah, es una mujer en todo sentido es hermosa y exótica, tiene carácter… ¡es la mujer que yo elegí! Es ideal para cumplir el papel de esposa… de mí esposa… Pero no contaba con esto. ¿Qué demonio es esto? Maldita sea... mientras la imagen de Isabella, se repetía una y otra vez en mi cabeza, su sonrisa, él la hace feliz… - Apreté mis puños hasta que mis nudillos estaban blancos – mi cuerpo temblaba levemente por culpa de la furia que tenía conmigo. Los deseos de quitársela de los brazos a Black son enormes… Lleve mi mano hacia el puente de mi nariz para poder controlarme, pero su imagen seguía en mi mente.
Sentí unas suaves y delicadas manos en mi brazo derecho, me gire para ver quién era.
-Edward, ¿te sientes bien? - Pregunto Leah quien me daba una mirada preocupada.
-Sí, estoy bien. Gracias – Me aleje un poco de ella - ¿necesitas algo?
-No, sólo no te veía y quise saber si estabas bien. Esme es muy amorosa y está encantada con la noticia. Y Alice ya me invito para una tarde de compras ¿creo que eso es algo?...
-Me parece genial - Le dije sin ningún ánimo
-¿Quieres que bailemos? – La tome por la cintura y sin ninguna delicadeza la bese, mientras lo hacía me imaginé a otra cara y otras manos tocando mi rostro solté a Leah, y la lleve hasta la pista de baile. No podía quitarme de la mente a esta endemoniada mujer, su cabello recogido en un suave peinado con pequeños rizos cayendo en su suave y esbelto cuello. Apreté más a Leah contra mí.
Mire hacia la mesa de mis padres y vi a Isabella hablando con Alice y Rosalie, ella estaba de espalda a la pista de baile. El escote de su espalda me permite apreciarla, su piel tiene miles de destellos, más que destellos su piel es un delicado diamante que me tienen fascinado. Ella debió haber sentido mi penetrante mirada, porque se volteó hasta que sus ojos se clavaron nuevamente en mí, un suave pero hermoso sonrojo se alojó en sus mejillas, bajo la mirada y se volvió a las chicas. Alice se percató de mi mirada, mientras Rosalie movía sus manos sumergida en su conversación.
No pude resistir más el impulso y tome a Leah, para acercarme a ellas, con Leah de mi brazo. Isabella se sobresaltó al verme y Rosalie frunció el ceño… Alice se acercó a Leah con una expresión que no supe desifrar y me miró.
-Buenas noches, Isabella. - le dije tomando su mano y besando suavemente sus nudillos. Eran manos pequeñas, blancas y delicadas. ¿Disfrutas de la velada?
-Buenas noches Edward - Sus mejillas se arrebolaron nuevamente y sentí un terrible impulso de tocárselas - Sí, todo ha sido perfecto - Sentí la mirada penetrante de Alice, que su boca era una línea recta de disgusto.
-¿No me presentas, cariño? – mire a Leah, a quien había olvidado por completo. Sus ojos eran duros y me miraba fríamente, como si se diera cuenta el maldito conflicto que tengo en mi interior.
-Eh… Claro, Leah. Te presento a Isabella… Isabella Black - carraspee por su apellido - ella es amiga de la familia. Isabella ella es Leah Clearwater, mi… novia.
- Es un gusto Leah – le dijo mientras le extendía una de sus pequeñas y delicadas manos. – Prefiero que me llamen Bella de todas formas – Claro ella prefiere que le llamen Bella.
-Gracias Bella - cuando tomo su mano entre las de ella - también es un gusto para mí. – La miro confundida por unos momentos hasta que se tensó a mi lado…
Mientras las miraba, o mejor dicho miraba a Bella, un par de grandes manos pasaron por la cintura de Bella y se aferraron a ella. Levante la vista para encontrarme con un sonriente Jacob Black, quien beso la mejilla de Bella. Cuando me vio levanto una ceja y me saludo.
-Sr. Cullen – Me extendió una mano y con la otra apretó su agarre de la cintura de Bella.
-Black, ¿disfrutando la velada?
-Por supuesto - Los ojos de Black se fueron hacia Leah que estaba a mi lado, tensa y miraba el suelo.
-¿Leah? - Pregunto, soltando de repente a Bella quien paso su mirada por Jacob para luego depositarla en Leah.
-Jacob, cuanto tiempo - dijo cuándo levanto la vista, sonriendo como siempre, segura.
-Así es. ¿Qué haces acá? - dijo secamente Black.
-Soy la novia de Edward, por eso estoy acá – sus palabras estaban cargadas de resentimiento.
-Fantástico – dijo Black con un notable sarcasmo. Volvió a tomar la cintura de Bella y está clavo sus hermosos ojos chocolates en mí como disculpándose – Vamos a bailar mi Bella – y la arrastro a la pista.
-Me disculpas Edward, debo ir a retocarme. Permiso – Leah se fue por entre las mesas en dirección al baño
La mire alejarse, sin entender del todo que había pasado en este momento. Leah no se comporta así y esto es algo que tengo que saber, sin duda Leah me debe explicaciones… ¿de dónde conoce a Black? Por qué su ironía con ella.
La música cambio y vi como Bella volvía sola hacia donde estaba Alice y Rosalie conversando. Antes que llegara a donde ellas la tome, sin importarla reacción de Bella que trato de soltarse.
-¿Qué te pasa Edward?
-Sólo quiero bailar y mi novia no está en este momento.
-Lo siento Edward, pero yo no quiero bailar contigo.
-¿Por qué tu perrito es celoso? - Ella se tensó en mis brazos y trato disimuladamente de escapar de mis brazos
-Edward, por favor suéltame, no quiero hacer un escándalo. Además me molesta tú comportamiento despectivo y grosero.
-Bella, concédeme bailar contigo solo esta pieza – toque su sorojada mejilla y al oído le susurre - perdona mis arrebatos.
Bella miro a todos lados, sus mejillas estaban muy coloradas. Me percate que miraba a Alice pidiendo ayuda silenciosa. Mi hermana estaba furiosa, la conozco demasiado y sabía que ella querría explicaciones, ella estaba tratando de entender que es lo que me pasaba, él porque de mi comportamiento. Ojalá tuviera suerte porque ni yo sé qué demonios me pasa.
Me moví lentamente con Bella aun en mis brazos y comencé a bailar con ella, quien se había rendido finalmente. Pase mi mano por su delicada espalda y sentí un escalofrío recorrerla, la energía se trasladó a mis dedos y de ahí a todo mi cuerpo. Respire profundo lo cual fue un error, el aroma de Bella me llenó por completo, es un aroma tan peculiar, distinto. Inconsciente apoye mi nariz en sus cabellos y respire profundamente hasta llenarme de este exquisito elixir. En ese momento Bella se movió y se desprendió de mis brazos, la sensación de vacío fue inmediata. La mire y en sus ojos vi solo confusión. Se dirigió hacia Jacob quien me observaba retándome desde la orilla de la pista de baile. Le devolví la misma mirada de desafió. Tomo a Bella por sus hombros y se fue del salón.
Me acerque a la barra para pedir un Whisky, sentí una pasos presurosos detrás de mí.
-Edward Cullen ¿me puedes explicar que es lo que sucedió hace un rato? – Tomé el vaso y lo vacié de un golpe mientras el fuego bajaba por mi garganta.
-Alice, no tengo porque explicarte nada, porque nada paso. Ahora por favor déjame solo.
-Te conozco Edward, sé que algo te pasa. Tú eres calculador en cada paso que das y no me extrañaría que este “noviazgo” sea nada más que una manipulación. – Levanto su dedo y lo enterró en mi pecho – Pero con Bella no te metas Edward, ella es mi amiga, y tiene su vida. Te lo advierto. – Eso fue lo que rebalso mi paciencia, la tome del brazo y la lleve hacia la terraza.
-Escúchame tú Alice. Lo que haga o deje de hacer no es de tu incumbencia. – apreté los dientes envuelto en la rabia que quería salir de mí - Yo no soy Jasper, que te aguanta cada cosa que se te viene a la cabeza. ¡No me interesa tu opinión, ni la necesito!… Mi vida la manejo a mi antojo. Así que voy a pedir que no te metas donde no te llamen, yo haré lo que me plazca, y si es esa amiga que tienes lo conseguiré y lo sabes muy bien. – No pude aguantar mis emociones estaban al límite, ver a Bella, alejarse con ese maldito perro de mí… Ella tiene que ser mía.
-Edward, suelta a Alice inmediatamente – La voz de Jasper era filosa, tomo delicadamente a su esposa por la espalda y la saco de la terraza mientras ella ocultaba sus lágrimas, no me había percatado que la sostenía aún, con demasiada fuerza. Me sentí el ser más despreciable jamás le he hecho daño físico a una mujer... pero esta noche no sabía que me pasaba. Me gire hacia la baranda y apoye mis manos. Sentí que Jasper estaba a mis espaldas y me gire para enfrentarlo, mi mejor amigo era de temer cuando tocaban a su mujer. Lo único que sentí fue el duro golpe en mi pómulo cuando el puño de Jasper dio de lleno en él, botándome al suelo.
-¡Para que aprendas Edward!… - Tomo la solapa de mi chaqueta y le levanto con ella - Es tu hermana, y ni tú ni nadie le hace daño a mi mujer. – Me solté de él y lo miré, no le dije nada, sabía que me lo merecía.
-¿Qué sucede Jasper? ¿Por qué estas discutiendo con Edward?– Preguntó Emmett, mientras entraba a la terraza – Alice, está llorando, ¿pasó algo malo?...
-No Emmett, acá lo único que está mal, es Edward que se ha convertido en el imbécil más grande del mundo… ¿Qué mierda es lo que te pasa? – Se dirigió nuevamente a mí -... eres tan distinto Edward, desde que volviste de Europa te convertiste en la mierda de hombre que eres ahora…
-Jasper… tranquilo hermano, no te alteres… - Dijo Emmett poniéndose entre nosotros.
No dije nada y salí de la terraza y fui directamente a la mesa donde estaba Leah sentada esperándome.
-¡Vamos Leah!, se acabó la fiesta.
Salimos del salón y afuera esperamos a la limosina. Mi mente es mar de tentáculos, lleno de sensaciones e impulsos que nunca había sentido. Lo peor de todo es recordar la mirada de Bella y la rabia de saber que se dirigía a Black protegiéndose de mí. Lo peor es que él compartiría su cama y la abrigaría esta noche.
-Edward, ¿me puedes dejar en mi departamento?
-Como quieras – La verdad no me apetecía tener a Leah esta noche. Necesito pensar y volver a ser Edward Cullen, no el impulsivo que me convertí esta noche. – Pero necesito hablar contigo antes… me tienes que explicar cómo conoces a Black y que eran – Leah me miro secamente ¿nerviosa?...
-No, Edward, no tengo porque darte explicaciones, todas las que necesites desde esta etapa en adelante. Pero de mí pasado nada, ni una sola palabra.
En ese momento llego la limosina, ella subió y se acomodó. Me senté a su lado y por el interfono le dije al chofer que nos dejara en la dirección de Leah. Me acerque para acariciar sus piernas, ella me miro y se separó de mí. Con fuerza la tome de la cintura y la senté en mis piernas, ella no puede rechazarme.
-Cariño, - le dije con una voz filosa - necesito que me digas que paso con Black – mis manos subían por sus piernas.
-Edward, ya te dije que no te debo explicaciones.
-Leah, sabes que lo averiguare, tengo mis formas - Ella se tensó por un momento - Sólo te estoy pidiendo que salga de tu boca. No juegues conmigo, menos en este momento que no estoy de humor… y que te quede claro el hecho que tengamos este acuerdo no significa que puedas hacer lo que quieras.
-No Edward, ya te dije que no lo haré.
-A ver querida, ¿que deseas a cambio?... ¿alguna joya?, ¿una tarjeta de crédito sin límites?... ¿un departamento?... ¿un viaje a una playa paradisiaca?... lo que quieras - Vi como sus ojos brillaron con codicia, mientras su mano subía por mi pecho.
-Mmmm… es interesante tu propuesta Edward, creo que aceptare… mmm... por el momento la tarjeta de crédito ilimitada. – la comisura de su boca se levantó esbozando una leve sonrisa – pero quiero algo más… - dijo en un susurro y me miro entre sus pestañas…
-¿Qué quieres?
-Quiero irme a vivir contigo… como novios… - bajo la mirada hacia sus manos que recorrían la suave tela de mi camisa - eso nos permitiría conocernos y congeniar mejor – Pensé en su propuesta y creo que es conveniente para mis planes… soy un hombre de palabra, voy a cumplir el acuerdo… pero de igual manera conseguiré a Bella…
-Sí, me parece bien. Ahora dime lo que pasa con Black – el maldito juego ya me estaba hartando
-Es algo complejo, Edward… y es necesario que lo hablemos con tiempo – bajo su mirada, se notaba un tanto triste.
-¡Leah!, dime de una vez ¡que mierda tiene Black que ver contigo!, y si tenemos que pasearnos toda la noche para que hables de una puta vez, lo haremos – abrió los ojos por la sorpresa por mis gritos.
Suspiro, se bajó de mis piernas y me sonrío suavemente con un extraño brillo en sus ojos.
-Perfecto Edward, te lo contare todo.
3 comentarios:
Genial! esa parte en que Jacob le dice ¡Mi Bella! lo mató.
Buen capítulo, se van conociendo más detalles de los personajes.
Leah va mostrando las garras y, por lo visto, eso a Edward no le importa. Rosalie, como siempre, tan ella, jejeje.
Y lo de Alice, imperdonable, o sea, muy molesto estaría y quizás no le guste lo que ella le estaba diciendo, pero no tenía derecho a maltratarla...asi que bien merecido se tenia el golpe de jasper.
Y Bella, ¿sentira ella algo de lo que el siente? o realmente se sentira tan moelsta con él.
Esa magia que tuvieron en el baile y como siempre ed tan tontis que no se da cuenta de nada, sólo piensa que es un nuevo capricho.
Y de nuevo las manos, se las mira, pero aún así no las relaciona con su sueño... bueno, ya lo hará, este ed es tan desagradable, jejeje, que se merece tambien que bella lo haga sufrir.
Cariños,
Rocío.
mi comentario no se guardo :(
Era algo asi:
Definitivamente paso algo en Europa que lo cambio todo,algo muy muy malo. Que manipulador. Pobre Alice y el golpe de Jasper super!!!
Bella querra a Jacob?
Cuantas Incognitas!!!
Saludos
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