Capítulo 41 - El Precio II

Capítulo 41 –  El Precio II

EPOV

Me pasee por el pasillo de la clínica, esperando a la pediatra para saber que pasaba con Noah, el nivel de las agresiones que mi hijo era víctima. Había pasado por lo menos media hora desde que la doctora lo había revisado en mi presencia, cuando me pidió que saliera para hacerle la revisión de protocolo y unos análisis.

A mi lado paso una enfermera llevando unos documentos y entrando en la habitación de Noah. Por lo menos ya no lloraba.

Me senté en uno de los sillones de espera, entrelace mis dedos apoyando el codo en mis rodillas, ¿Qué otra cosa puede causar ese daño?  Saque la BlackBerry enviándole un mensaje a mi madre, quizás ella sabe algo más o ha visto alguna señal que evidencie agresión. Apreté la mandíbula imaginándome el tiempo que esto está sucediendo y jamás me di cuenta, hasta esta noche.

-Sr. Cullen – levante la cabeza en dirección a la enfermera que estaba en la puerta – la doctora Meyer lo espera.

-Gracias – me puse de pie y entre en la habitación, Noah estaba enrollando una punta de la sabana, se notaba cansado y la sombra bajo sus ojos lo demostraba. Apenas me asome levanto su mirada y se aguaron sus ojitos, me acerque a él y tome una de sus pequeñas manos antes de mirar a la pediatra
- ¿Doctora?

-No hay agresión Sr. Cullen, Noah no ha sido violentado – la mire sin entender, ¿Cómo puede asegurar que no hay violencia si es evidente en su espalda?

-Quiero otra opinión – conteste secamente

-Sr. Cullen, seguimos el protocolo requerido en estos casos, el niño no ha sido agredido físicamente, ni sexualmente – mi corazón salto de pánico porque ni siquiera había pasado por mi cabeza.

-Hay evidencias – apreté levemente la mano de Noah y encontramos nuestras miradas, el evidentemente estaba asustado - ¿esos moretones  a que se deben? Tiene que haber una respuesta.

-Es un síntoma – la mire rápidamente mientras ella estudiaba mi expresión - ¿podemos hablar en privado? – cerré los ojos, no…

-Está bien – me volví a Noah  - vengo en un momento vaquero – sus ojos se llenaron de lágrimas que derramo por sus mejillas

-Papiii – lo abrace suavemente y acaricie su cabello – no me ustan, me luelen – mire lo que me mostraba y era un pequeño parche en el pliegue interno del codo, se me partió el corazón al entender que le duelen las agujas.

-Es necesario – me volví a la doctora – no puede decírmelo acá.

-Es algo grave Sr. Cullen, los análisis de sangre de Noah están alterados – un pitido apareció en mis oídos… no… no mi hijo no está enfermo…

-¿Qué? – Susurre aferrándome al pequeño cuerpo de mi bebé - ¿Qué significa eso?

-Según estos análisis y los síntomas que ha presentado en forma paulatina, Noah tiene leucemia. Los moretones son evidencias de la anemia, lo mismo que el dolor abdominal y vómito, que esta estado teniendo desde hace unas semanas.

La voz de la doctora se distorsiono, así como el entorno, solo era consciente de la calidez de mi hijo y el profundo dolor en mi pecho, la angustia que hacía que mi cuerpo vibrara.

Mi amado hijo…

-… ¿Sr. Cullen?... ¿Edward?... – levante la cabeza sin dejar de abrazar a Noah, quien se había quedado dormido en mis brazos - ¿Edward? – ¿Cuánto tiempo paso? – Sr. Cullen, debemos tomar unos exámenes urgentes a Noah, necesitamos su autorización, mientras más pronto comencemos con algún tratamiento el resultado será mejor – el argumento de la doctora me saco de mi letargo angustiante.

-¿Esta segura que mi hijo tiene eso?

-Si Sr. Cullen, Noah tiene leucemia, por lo que tenemos que tomarle una biopsia a la medula y una punción lumbar si fuese necesario – ahogue el miedo que me inundaba – Necesitamos su autorización – me extendió unos documentos sujetos en una tablilla – por favor.

-¿Son para los exámenes? ¿Estará hospitalizado? – Acomode a Noah en la cama y tome la tablilla, fijándome en el temblor de mis manos - ¿Qué tratamiento le dará? ¿Necesitara dadores de sangre? ¿Cuáles son las expectativas en su desarrollo? – la doctora extendió su mano y me apretó levemente el hombro.

-Tranquilo, sé que esto es difícil y que tiene que procesarlo. Vamos por parte y yo podré contestarle todas sus preguntas e inquietudes pero primero tengo que saber a qué me estoy enfrentando, que tipo de leucemia es y de acuerdo a eso, Noah será derivado al departamento de oncología pediátrica – firme los papeles sofocando las ganas de gritar.

-Haga lo que sea necesario – apreté la mano de la doctora y ella asintió tomando los documentos, salió de la habitación.

Me volví a acomodar al lado de Noah, acariciando su mejilla y cabello, sin él nada tendrá importancia, es la mitad que mantiene mi corazón funcionando…

Estaba embelesado mirando y acariciando a mi niño que dormía ajeno a todo lo que se le venía encima a tan corta edad.

-¿Hijo? – escuche el susurro de Esme desde la puerta, sin volverme trate de responderle pero tenía la garganta tan seca que no salió nada, hasta que tosí.

-Acá – respondí a penas, cuando ella ya entraba seguida de mi padre.

-Oh Dios – no sé qué cara tendría que ella se acercó a mí y me abrazo. Apenas sus cándidos brazos me envolvieron no pude evitar llorar como un niño pequeño asustado y terriblemente perdido.

Después de lo que parecieron horas, y donde mis padres nos miraban desde el sillón de la habitación, entro una enfermera para llevarse a Noah.

-Sr. Cullen, tengo que preparar al niño para la biopsia – asentí poniéndome de pie junto a mi madre que sofoco un grito.

-¿Biopsia? – me miro expectante esperando respuestas a las miles de preguntas que todo este tiempo ha tenido, porque cuando me calme, no fui capaz de hablar y rememorar todo. Bese a Noah en la cabeza, mientras la enfermera retiraba la cama, para sacarla por el pasillo.

-Mamá – me acerque a ella y tome sus manos, sin disimular mi miedo la mire directamente  a los ojos – Noah… - trague fuertemente – a Noah le detectaron Leucemia – se lanzó a abrazarme llorando tan asustada como yo, por el rabillo del ojo vi a Carlisle ponerse de pie y apoyar el brazo en la pared con la misma expresión desolada.

-Usted puede estar presente en el procedimiento – asentí sentándome en la silla que la doctora me indico – sé que no ha dormido y que está lleno de preocupaciones, de verdad lo entiendo Sr. Cullen.

-¿Es un procedimiento quirúrgico?

-No es quirúrgico pero si es invasivo, le explicare como procede para que usted esté al tanto – asentí, sintiendo como un escalofrío  hormigueaba mi espalda – Tomaremos la muestra desde el esternón, con una aguja especial que extraerá una muestra pequeña de médula. La aguja atravesara el hueso del esternón por lo que se anestesiara la zona en cuestión, porque necesito que usted esté ahí, debido a que obviamente Noah se va a asustar.

-¿Sólo anestesia local, nada general? – ella asintió – el resultado lo tendremos dentro de unas 2 a 3 horas, así que Noah estará en observación. Soy sincera con usted Edward, este un camino largo y difícil, Noah y usted necesitaran mucho apoyo, porque independiente del tipo de Leucemia que se trate, el tratamiento común y principiante es la quimioterapia – cerré los ojos totalmente abrumado por todo lo que venía – su hijo lo necesita su buena actitud frente a la situación, esta será tremendamente importante para que Noah también lo asuma de manera más natural y aumente las probabilidades de que todo sea satisfactorio.

-Como le dije hace unas horas, haga todo lo que tenga que hacer.

Cuando entre en la sala que me indico la enfermera, Noah estaba sentado sobre la camilla, jugando con un guante inflado, no pude evitar sonreír a pesar de todo.

-¡Hey vaquero! – Noah me miro y sonrió.

-Mila papi – agito el guante frente a él – es como tup mano – bese su mejilla, tenía que prepararlo para lo que venía.

-Campeón, mira hoy vamos a hacer un nuevo examen – me presto toda la atención mientras le acariciaba su brazo – pero ahora yo voy a estar a tu lado y vamos a ser valientes como Woody.

-pelo a Woody no le pinchan - ¿Cómo le explico que esto será peor que una simple jeringa? – cuando entro una enfermera y un técnico sentí un peso enorme en mi pecho.

-Sé que eres valiente, así que vamos a hacerlo bien, yo estaré acá contigo.

-Todo listo – dijo el técnico poniéndose los guantes y arrastrando una pequeña mesa con una jeringa normal y otra con una aguja gruesa como un espagueti, debes ser valiente por tú hijo – acuéstelo.

Toque los hombros de Noah, sintiendo como se tensaba pero que se acostaba, apretó el guante haciendo que los dedos se expandieran un poco más.

-Tómele los brazos desde atrás, vamos por la anestesia local – el técnico deslizo suavemente por la piel del pecho la aguja normal haciendo un movimiento entre la piel, mire a Noah quien apretaba su boquita y me miraba asustado con los ojos llenos de lágrimas – ok, manténgalo así un momento para que haga efecto – lo mire  y acaricie su carita secando lagrimas que se deslizaban por sus mejillas – mientras la enfermera envolvía sus piernas y brazos con cintas para evitar que se moviera con el procedimiento – Veamos Noah, eres un hombrecito muy valiente – le dijo el técnico sonriendo – ahora quiero que mires a tú papá todo el tiempo a la cara – Noah obedeció y ambos nos miramos, por el rabillo del ojo capte cuando el técnico puso sobre el pecho de Noah la gran jeringa que de cerca mostraba ser  una aguja monstruosa, al parecer Noah noto la presión que ejerció porque desvió la mirada justo en el momento que el sonido amortiguado del hueso calo mi corazón, juntos con sus gritos y llantos.

Después de calmar el llanto de Noah y abrazarlo a mí, solo quedaban hipidos esporádicos de él y estremecimientos por mi parte.

Cuando llegamos a la habitación, mi madre corrió a abrazar a Noah, acariciándolo y meciéndolo igual que lo había hecho yo.

-¿Cómo les fue? – me pregunto mi padre, cuando me senté a su lado

-Ya le tomaron el examen, hay que esperar los resultados y las indicaciones, al parecer nos podremos ir a casa, para después venir a ver al oncólogo y estudiar los procedimientos a seguir.

-Tranquilo hijo, vamos a salir de esta – mi padre me palmeo la espalda mientras yo recargaba mi cabeza entre las manos, cansado y abrumado.

Saque a Noah del auto envuelto en mi chaqueta, no se despertó cuando lo deje sobre mi cama y arrope. Mire la hora, ya eran las nueve de la mañana.

Camine a la cocina, porque antes de descansar necesitaba solucionar todo esto. Apenas entre en la cocina, Carmen y Kate se levantaron, esta última no me miro pero pude detallar en sus enrojecidos ojos.

-Kate – espere a que me mirara

-Yo no le he hecho daño a Noah – levanto la vista – adoro a su hijo, y jamás le haría daño…

-Kate…

-Usted me está acusando indebidamente – hipó pero sin dejar de enfrentarme con su mirada – eso no lo puedo tolerar.

-Kate, él no fue agredido – le dije tan firme como pude – por lo que te debo una disculpa – no dijo nada solo me miro asustada – Noah  está enfermo, todas estas horas las hemos pasado entre análisis y exámenes.

-¿Qué le sucede? – la voz de Kate volvió a tener esa dulzura que la caracteriza, y entonaba preocupación.

-Leucemia…                               

Ella se derrumbó en la silla y Carmen se acercó para consolarla, me impresione y maraville por sus sentimientos, así que sin premeditarlo también me acerque a ella, y la abrace.

-Por favor disculpa Kate nunca debí acusarte de nada – ella tomo el pañuelo que Carmen le entrego y se secó las lágrimas.

-Entiendo Sr. Cullen – miro a Carmen y luego a mí- yo... yo había pensado en renunciar, por lo que sucedió, pero no puedo, Noah necesita mucho cariño y cuidados, así que acepto sus disculpas.

-Sé que no fui justo, que me precipite. Pero por favor a ambas quiero pedirles que me apoyen en esto, tal como dice Kate, mi hijo necesitara mucho de nosotros.

Cuando finalmente me acosté al lado de mi hijo, mi mente y mi cuerpo estaban agotados, creo que este sentimiento es peor que perder a Bella, mucho más profundo.

…

Tres meses después…

Abrí el ventanal de mi dormitorio, dejando entrar el aire fresco y dulzón de la primavera, antes de comenzar nuevamente, tome mi bolso y salí en dirección a la oficina, pasaría a dejar los documentos firmados y me iría a la clínica para la segunda sesión de la quimioterapia de Noah.

Mi corazón estaba optimista, según el seguimiento sanguíneo la leucemia había arremetido, y aunque aún nos quedaba camino por trazar y esta era el segundo intervalo el oncólogo se mostró entusiasta.

Tome mi auto, para que Eleazar pueda llevar sin contratiempos a mi madre y Noah, así nos reuniéremos allá.

-Buenos días Sr. Cullen

-Buenos días Ángela – entre en mi oficina que ya casi ni veía, Ángela entro detrás de mí, esperando instrucciones.

-¿Cómo se encuentra su hijo? – me  pregunto cordialmente.

-Bastante mejor, gracias Ángela por preguntar – me senté y abrí el computador, sacando además los documentos firmados.

-He rezado mucho por la salud de él, mi padre es ministro y estoy segura Sr. Cullen, que Dios sanara a su hijo – la mire detenidamente, jamás pensé o imagine que ella era religiosa.

-Te lo agradezco Ángela, es muy noble de tú parte – Ella asintió y tomo la carpeta del escritorio.

Me quede pensando cuando la vi salir, ¿Cuánto tiempo trabajaba Ángela conmigo? ¿Cinco o seis años? Y jamás me pregunte nada de ella o más bien nunca me importo, ahora ella se preocupa por mi hijo, sin más, lo mismo que Kate, nunca pensé en la gente que trabajaba para mí fuera de tan noble corazón.

-¡Edward! ¿Qué haces acá? – Irina apareció en la puerta - ¿No tenías que estar en la clínica?

-Vine a dejar los contratos firmados

-Podría haber enviado que los retiraran, no era necesario…

-Irina, las cosas están mejor, es verdad que estos dos días serán un tanto complejos por todo lo que implica la quimio de Noah, por lo que quiero un poco de normalidad, estaré al 100% con Noah todos estos días, así que no me vengas a complicar la vida – ella se rio y se acercó para abrazarme.

-Cualquier cosa que necesites, estaré ahí ¿lo sabes?

-Lo sé y te lo agradezco. Ahora dime como te fue con Newton en Texas.

-Bastante bien, Mike es un muy buen abogado – frunció el ceño – quizás un poco confianzudo con las mujeres, en fin, perro que ladra no muerde – me reí viendo donde iba el asunto

-Trato de coquetearte – ella asintió divertida.

-Bueno, lamentablemente para él yo ya estoy ocupada – me miro sonrojándose un poco.

-Toda la razón.

…

Cuando llegue al piso de oncología pediátrica, mi madre estaba en la sala de espera con Noah en sus brazos, llevaba un gorro con el diseño de Toy Story.

-Hola vaquero – me senté al lado de mi madre y bese su mejilla

-Hola papi – me sonrió y bese su frente - ¿vas a dolmid conmigo?

-Si, estaremos juntos como te prometí – le entregue la bolsa de papel y la deje en sus piernas – esto es para ti.

-¡Un legalo! – mi madre sonrió cuando Noah abrió la bolsa sacando un set de historietas de Toy Story para que las viéramos mientras este hospitalizado.

Nos dispusieron una habitación, Noah quien ya parecía acostumbrarse al proceso era preparado.

-Eleazar te subirá el bolso con una muda de ropa.

-Gracias, mamá no sé qué sería de mí su tú no estuvieras con nosotros – Ella me abrazo y beso mi frente.

-Eres mi hijo como no voy a estar, los amo a ambos. Alice dijo que vendría mañana a verlos

-Perfecto, ahora ve mamá, descansa estas agotada.

-Hablamos, cuida a mi nieto.

-Con mi vida.

Después de preparar a Noah, nos acomodamos para ver la televisión y ver la historieta, a fin de que descansara porque mañana sería un día muy agotador.

Cuando finalmente se durmió, acaricie su cabecita con insipiente cabello, lo abrace como lo veníamos haciendo desde que comenzó todo esto, el apoyándose en mi tomando mi camisa como evitando que me fuera, desprendí uno a uno sus dedos para poder acomodarme en el berger que tenía la habitación así permitir que descanse plenamente en la cama.

A la mañana siguiente le administraron las drogas de la quimio, las horas posteriores son las más crueles, ves como su cuerpo tiende a debilitarse y el color sonrosado de sus mejillas se vuelve ceniciento, la primera vez que le aplicaron la carga de drogas, fue devastador, porque su pequeño cuerpo no toleraba las drogas y vomito durante mucho tiempo,  tuvo fiebre alta y fue aislado durante 24 horas para evitar contagios, después de eso, cuando ya pudo estar en casa, perdió poco a mechones de su cabello. Ahora volvíamos a estar en esta etapa, pero con la certeza que pronto se mejorará.

-¿Cómo va todo hermano? – abrí los ojos para encontrarme con los relucientes de mi hermana.

-Noah ha pasado bien el día, estoy esperando a que lo trasladen a la habitación – Alice se sentó en el brazo del berger.

-Espero que todo se solucione y que mi pequeño sobrino sane pronto – tome su delicada mano y la apreté como un agradecimiento silencioso.

-¿Cómo te has sentido? – le pregunte después de unos minutos de silencio.

-Muy bien, este bebé es menos inquieto que Nicholas – se acarició su barriga grande y redonda.

-¿Todavía no sabes qué es?

-No se quiere mostrar en la ecografía pero estoy segura que es mujer – mire hacia la ventana.

-Sería bueno, una segunda niña en la familia – le comente contemplando el atardecer.

-Tercera… - dijo Alice por lo que la mire sin entender y ella puso cara de terror.

-¿Tercera? ¿Rose está embarazada?

-No.. no lo sé, lo que pasa… es que… anoche… soñé que ella tenía otra niñita y… estaba pensando que podía ser verdad… no sé… tú sabes como soy yo – dijo poniéndose de pie, justo cuando traían Noah en la camilla.

Estaba durmiendo con la mascarilla puesta y el brazo donde tenía la vía, estaba recto y alejado de su cuerpo como si no quisiera pasarlo a llevar. Me acerque a la gaveta y saque dos mascarillas, una se la tendí a Alice.

-Se ve tan indefenso – mi hermana se apoyó en mí.

-Daría todo porque no tuviera que pasar por esto nuevamente – le susurre a Alice – esto ha sido lo más difícil que he vivido, jamás pensé en algún momento que la vida pondría a Noah en estas circunstancias.

-Yo creo hermano que todo tiene un propósito…

-¿Por qué lo dices? – la abrace y acaricie su brazo suavemente.

-Por Bella… - me tense involuntariamente porque en todo este tiempo no he tenido tiempo para revolcarme en la miseria de haberla perdido – porque si las cosas hubieran sido distintas entre ustedes quizás nunca te hubieras dedicado a Noah como lo hiciste, incluso antes de que se enfermara.

-Siempre Noah fue prioridad en mi vida – le rebatí tratando de encontrar su punto.

-Si era tú prioridad pero estabas mal enfocado, tu visión de la vida no era la correcta – exclamó apretando nuestro abrazo – Si en algún momento las cosas giran, ten por seguro que serás el hombre que de verdad Bella se merece, porque Noah ya tiene al mejor padre – sonrió.

-Y yo pensaba que Jasper era el mejor padre del mundo – le dije esperando terminar con sus teorías, no es que no quisiera que las compartiera, pero necesitaba pensar al respecto.

-Lo es… - respondió escuetamente lo que me pareció raro ya que Alice no perdía oportunidad de alabar a mi cuñado – bueno que te parece si vamos a la cafetería a comer algo, porque de seguro no comerás hasta mañana si no te llevo ahora.

Volví a respirar cuando cerramos la puerta de la casa unos seis días después de la segunda sesión.

-Vamos a llevarte a tú dormitorio  vaquero – mi voz amortiguada por la mascarilla.

-Bueno papi – sosteniéndolo firme, subí directamente al segundo piso.

La habitación de Noah antes llena de juguetes, peluches y una muy suave alfombra fue transformada para que pueda pasar más tiempo en casa y menos en el hospital, ya no había alfombra fue cambiada por un piso de madera vitrificado, los juguetes fueron reemplazados por aquellos que se podían lavar y desinfectar. Y su cama, bueno por lo menos un puede tener el cobertor de Buzz ligthyear.

-Hola Noah

-Hola Katee – la niñera lo esperaba con la cama abierta para que se pudiera acostar

-Sr. Cullen – Kate inclino la cabeza cuando deje a Noah en la cama, ella me tendió el pijama de él y comencé a desvestirlo, mientras el silencio era roto por el leve zumbido del purificador de aire.

-Kate, en el bolso vienen las indicaciones de los alimentos y el cronograma de toma de la temperatura. Déjame una copia de las dosis de la medicina para ponerlas en el mural.

-¿Tiene nuevas medicinas? – pregunto retirando la ropa que dejaba aún lado en la cama.

-Son las mismas al igual que las vitaminas pero en dosis que aumentan paulatinamente.

-Perfecto, con su permiso – se retiró y yo arrope a Noah y le prendí la televisión.

-Vaquero, me voy a dar una ducha y vuelvo para que comamos juntos ¿quieres? – acaricie su cabecita ya libre del gorro que la cubría.

-Yap – me di la vuelta para salir – papi… - me volví desde la puerta

-Dime campeón

-¿Comelemos adroz? – asentí sabiendo que la famosa dieta blanda no satisfacía del todo a mi niño, ni a mí porque en esto hay que hacer causa común – pelo después quielo helado, no quelo jalea…

-Todavía no podemos comer helado, pero en tres días más te prometo que comeremos un poco – dejo caer su cabeza en la almohada con la expresión de resignación que tanto me partía el alma.

En mi habitación, comencé a desvestirme cuando comenzó a sonar la blackberry, mire el identificador y era Emmett.

-Hermano – le conteste sacando la camiseta de mis pantalones y sentándome en la orilla de la cama.

-Edward ¿Estas en tú casa?

-Si, a punto de entrar al baño ¿Pasa algo?

-Sabes necesito conversar algo importante contigo – suspiro frustrado – algo bien jodido.

-Ven para acá, y me dices que pasa.

-Ok, este allá en media hora.

Intrigado me metí a la ducha para borrar parte de estos días en la clínica, y para despejar mi mente…

Gemí cuando el agua tibia cayó en mis hombros deslizándose por mi cuerpo, tome el jabón y comencé a esparcirlo por mi torso, cerré los ojos recordando cuando Bella irrumpía en la ducha, nunca sabía en realidad que le provocaba para seguirme, pero siempre la veía de pie mirándome fijamente con sus mejillas sonrosadas, buscando el impulso para dejar caer su ropa y unirse a mí.

-Todo tiene un propósito…

Las palabras de Alice retumbaron en los azulejos, y me alejaron de la fantasía ¿Cuál sería nuestro propósito Isabella? No tenía la respuesta porque no me imagino que mi propósito haya sido verla derrumbarse por mis mentiras y engaños…

Me aleje de esos pensamientos, porque debía agradecer no mortificarme por lo que perdí, sino ser feliz por lo que tengo a mi alcance, la vida de mi hijo lo es todo.

-¿Cuál es el problema? – le pregunte a Emmett, mientras nos sentábamos en el living

-¿Esta mi mamá o Alice acá?

-No, mamá vendrá mañana…

-Ok

-Emmett que pasa…

-¿Sabías que Jasper está planeando otro viaje fuera del país?

-No lo sabía, Alice tampoco me lo comento.

-El asunto es que a mí me parece extraño tanto viaje sin sentido – Emmett frunció el ceño y su expresión seria no proyectaba buenas noticias.

-Ve al punto Emmett ¿Sospechas algo?

-Le pregunte a Jasper que es lo que hacía en Europa, pero no me dio una respuesta concreta, tu sabes siempre tan críptico… entonces le pregunte a Alice y ella me dijo, que lo que hacía Jasper allá era demasiado relevante para su familia como divulgarlo, así que cuando llegue el momento y estén preparados ellos lo comunicaran.

-Extraño – fruncí el ceño al igual que Emmett, esto tenía algo oculto evidentemente.

-Lo peor Edward, es el semblante de Alice, no has notado lo apagada que esta, independiente del embarazo, ella está triste… - se puso de pie y saco su billetera del bolsillo de atrás de sus jeans.

-¿Qué es lo que crees? – lo mire hurguetear buscando un papel o algo.

-Jasper tiene una hija – dejo caer frente a mí una foto de un bebe sonriendo mostrando solo dos dientes, en la esquina superior se veía un mechón de cabello rubio – mire la fotografía encontrando extrañamente familiar los rasgos de la bebé.

-¿Él te lo dijo?

-Obviamente no, pero esto es extraño…

-¡Aguarda! – lo detuve y me puse de pie mirando la fotografía nuevamente, claro eso es lo que dijo Alice… - el otro día en la clínica yo le pregunte a Alice sobre su bebé – sonreí sin gracia mirando a mi hermano – ella dijo que cree que es niña…

-Eso lo sé, a todos se lo ha dicho

-Espera no es todo, cuando yo le dije que sería genial otra niña en la familia… yo le dije sería la segunda niña ella dijo la tercera – los ojos de Emmett relampaguearon entendiendo mi punto.

-Maldito… Alice lo sabe, ella sabe que Jasper tiene una hija – ambos nos miramos estupefactos

-¿Y si no es solo la niña? ¿Qué pasa con la madre?

-¡Lo mato! – Exclamó Emmett apretando los puños

-¡Cálmate Emmett! – Me puse frente a él, aun con la foto en la mano – Si Alice lo sabe no debes sobre reaccionar, ella está embarazada, y este tema es complicado, no podemos llegar y hacer conjeturas.

-No son conjeturas Edward, Jasper le pone o le puso los cuernos a mi hermana… - mire la foto nuevamente

-¿Emmett de donde sacaste la foto?

-De la billetera de Jasper…

…

Me baje del coche, mirando detenidamente el edificio, hace tanto que estuve acá, una noche donde me creía el dueño del mundo y donde la red de manipulaciones comenzó. Atravesé las grandes puertas de vidrio y madera dirigiéndome al ascensor.

Espere unos minutos después de golpear la puerta, era otra prueba más, otro embate de la vida, otro precio que pagar… justamente cuando la vida no tiene precio.

La puerta se entreabrió y la sonrisa sarcástica de esa mujer hizo que mis puños se cerraran completamente hasta emblanquecer mis nudillos.

-Si no es el grandísimo Edward Cullen.

-Leah… - abrió finalmente la puerta, estaba muy delgada y solo llevaba encima una bata de seda que por el aspecto era de hace varios días – ya sabes que he venido en son de paz y con un propósito.

-Adelante – cuando entre el aroma a alcohol y cigarrillos cosquilleo mi nariz, di un vistazo alrededor fijándome en la cantidad de colillas y botellas que había en la mesa de centro – siéntate, ¿quieres algo de tomar?

-No gracias – me senté en el sillón individual, fijándome en los movimientos de Leah volcando licor en un vaso – Leah necesito que hablamos con respecto a Noah.

-A qué bien… el bastardito – se dio la vuelta y se sentó en el sillón de enfrente cruzando las piernas – yo pensé que venias a pedirme ser tu esposa de nuevo – sonrió sarcástica y contuve el asco que sentí.

-Noah está enfermo… - sus ojos se fijaron en mi rostro – tiene Leucemia, y se ha sometido a quimioterapia, pero a partir del segundo ciclo… él no ha respondido como se esperaba

-¿Qué tengo yo que ver con eso? – pregunto tomándose al seco el trago

-Los médicos consideran que lo mejor para él es un trasplante de médula ósea… - me pase la mano por el pelo frustrado – Noah no tiene hermanos, por lo que se requiere a la familia directa, como padres tenemos alrededor de un 45% de probabilidades de ser donantes, si cumplimos con las características…

-Rebánate tú… ¿A qué vienes Edward?               

-No puedo ser donante Leah, tuve hepatitis cuando pequeño, de mi familia la única compatible es Alice, pero está embarazada, no puede. ¿Puedes acceder a hacerte el examen de compatibilidad?

-No – se puso de pie nuevamente y volvió a llenar su vaso – te lo dije Edward, me regocijo en tu miseria…

-Noah también es tú hijo, no tienes un poco de compasión… - se puso a reír descaradamente.

-¿La tuviste tú conmigo? – tomo un sorbo – durante años Edward, estuve enamorada de ti, tanto que aguante ser una más de las que calentaba tú cama, me esforzaba por ser buena en lo único que me dabas oportunidad, soñaba con tenerte para mí, por ser la única – se pasó la mano por su enredado pelo – Cuando llegaste con la idea de ser tú esposa, de que seamos “únicos” fue la lotería para mí, si no me hubieras ofrecido nada lo hubiera aceptado igualmente, porque te amaba como una adolescente… pero la fantasía es una falacia – gruesas lágrimas se derramaron por sus mejillas hundidas – primero porque nunca sentiste nada por mí, te reías en mi cara jugando al seductor con la perra de Isabella Swan, mientras en la noche follabas conmigo para que te de un hijo… - apoyo el vaso sobre el brazo del sillón delineando el contorno – pensé que cuando me embarazara, aun sin querer tener hijos, tú… tú me tomarías en cuenta, me respetarías, pero no… ¿Cómo quieres que quiera a ese niño si fue otro obstáculo para llegar a ti?

-Leah…

-Leah, nada Edward… te rogué, en el momento que ese niño nació y lo sacaron de mí que no me dejaras, y lo primero que hiciste es irte tras él, me dejaste y te olvidaste de mí… y como odio a Isabella Swan, odio a ese bastardo, porque me alejo de ti, no quería verlo, ni tocarlo, no tenerlo cerca… porque vi tus ojos – me apunto como si fuera un arma – vi tus ojos llenos de amor por él, esos mismos con los que la mirabas a ella… los mismos que me despreciaban

-Leah, yo no sabía…

-¡Lárgate! No vuelvas nunca más… ¡Te odio! – se puso de pie y el vaso se cayó desde su mano

-Leah por favor... – suplique poniéndome de pie al igual que ella – Noah puede morir…

-No me interesa…

-¿Quieres dinero? – lance el último recurso para poder ayudar a mi hijo

-Eres un maldito perro… ¡Lárgate!

Salí del edificio, con un nudo en el pecho…

¡Dios que hago ahora!

Me subí al auto manejando por inercia, las palabras de Leah eran tan reales y justas en su odio, nunca fui capaz de mirar más allá de mi nariz, un maldito y jodido egoísta.

Cuando finalmente estacione en la clínica, apoye la cabeza en el manubrio, devastado, agotado y sufriendo… ¿Cómo puedo ayudar a Noah? ¿Cómo evito que la vida de mi hijo no se apague como una vela?

Tratando de controlarme salí del auto, y me encamine hasta las puertas, subí el ascensor hasta el piso de oncología, y camine directamente a la habitación, en ellas estaba mi madre y mi padre que al mirarme supo inmediatamente que las cosas no resultaron. Llegue a la cama, mi hijo estaba dormido plácidamente, bese su cabeza calva y me derrumbe.

…

-Oh Dios… - ¿Cómo hago esto? Pensé arrodillado en la pequeña capilla de la clínica – no soy digno – le dije mirando al Dios crucificado – pero mi hijo lo es… es un ángel puro y bello… ayúdale… es lo único que tengo, ya aprendí, cometí tantos errores Dios… fui egoísta y orgulloso… me olvide de ti y me creí dueño del mundo – la lágrima que trate de contener se derramo por mi mejilla izquierda, cuando tuve el impulso de secarla con mi mano, me percaté de que una mujer rubia se había sentado en el asiento de atrás – pero ahora estoy acá, arrodillado, arrepentido, suplicante… por favor Dios perdóname por mis errores, ayúdame a mejorar, pero no me quites a mi hijo, tú eres el único todopoderoso, no me quites a mi hijo, que es el único aliento que tengo… por favor. – Termine mi oración rogando por ser escuchado.

Me levante lentamente después de mirar silenciosamente al altar, cuando di la vuelta, la mujer se puso de pie y yo me quede ahí, sin reaccionar a lo que mis ojos veían.

-Edward… – cerré los ojos y más lágrimas se derramaron, los suaves y delicados brazos que tanto ame, me envolvieron para sostenerme.

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Ahhhh… este capítulo me lo llore todo escribiendo, recordando cosas de mi propia vida…

La luz de esperanza llega al final…

Agradezco sus comentarios y teorías, muchas estaban acertadas como vieron, así que sigamos con las teorías…

Un abrazo enorme

Axavenus!