Capítulo 29 - Buscando una Salida

Capítulo 29 –  Buscando una Salida

EPOV

-Es necesario que pueda aconsejar a su esposa para que se someta a una evaluación sicológica – levante la vista del formulario que estaba firmando – su comportamiento evidencia algún  tipo de depresión post parto.

-¿Cree usted que sea necesaria un intervención psiquiátrica más que sicológica? - comente terminando de firmar.

-Eso lo evaluara un profesional de esa área – El médico palmeo mi espalda dándome animo – Sr. Cullen trate de sugerírselo personalmente pero ella se negó rotundamente, quizás usted tenga mayor suerte.

-Lo intentare – sonreí sin ganas caminando en la dirección  a la habitación.

Entre en la pieza donde Leah me esperaba sentada en la silla de ruedas lista para irnos.

-¿Deseas ir a ver a Noah antes de irnos? – le pregunte tentativamente, esperando que esta vez sí quisiera hacerlo.

-No, quiero irme a casa, no soporto un minuto más en este lugar – la enfermera me miro y yo asentí por lo que comenzó a empujar la silla  yo las seguí hasta el ascensor y en el estacionamiento donde Eleazar nos esperaba. Le ayude a subirse al automóvil para llevarla al departamento.

-¿Vas a volver a nuestro dormitorio? – me pregunto mientras revisaba mis correos en la BlackBerry.

-No -  Ya ni siquiera soportaba tenerla cerca, menos dormir a su lado.

-¿Contrataste una niñera permanente? – la mire fijo alzando la ceja - ¿No pretenderás que me ocupe de tu hijo?

-¡Eres su madre! ¡se supone que es lo que debes hacer! – le grite ya cansado de sus arrebatos.

-No lo voy hacer Edward…

-En estas semanas no has preguntado nunca por tu hijo. Noah estuvo en peligro de vida y tú ni siquiera te inmutaste.

-¡Este niño lo querías tú no yo! – me grito volviéndose hacia la ventana – no puedes obligarme a quererlo.

Cuando subimos a casa, ella se fue directo a su dormitorio y yo seguí mi camino deteniéndome en la puerta del dormitorio de Noah. La abrí como cada noche en una especie de ritual, esperando pronto tenerlo aquí, desde la puerta repase toda la habitación para finalmente cerrar la puerta.

Me quede varias horas revisando los antecedentes de las niñeras que me envío la agencia, pero ninguna me convencía, necesitaría la ayuda de Esme para que pudiera elegir a la correcta.

Cuando salí de mi estudio me di cuenta que había luz en el cuarto de música estaba encendido, entre en el chequeando quien estaba ahí. Camine dentro rodeando el piano hasta el ventanal abierto, percatándome que Leah estaba ahí de pie apoyada en la baranda con un vaso en la mano.

Salí de ahí no quería que comenzara con sus dramas y berrinches ridículos.

…

Gire el cuello dejando que el agua tibia recorriera mi cuerpo, me sentía cansado a pesar de haber dormido toda la noche. Los viajes a la clínica la carga emocional de ver a mi hijo tan dependiente aun de medicamentos y tratamientos médicos se transforma en un peso sobre mis hombros. Incluso mi madre ha evidenciado el cansancio y la preocupación, ayer me percate que está un poco más delgada pero aun así ella permanece ahí, al igual que Alice y Bella quienes han estado presente en las evoluciones de mi pequeño, siempre preocupadas y atentas a cualquier necesidad que él tenga.

Me coloque los bóxer y el resto de mi ropa con apuro ya que quería estar en la clínica temprano para ver a mi pequeño y de ahí dedicarme a trabajar en la oficina.

Entre a la clínica directo al piso de Neonatología, ya las enfermeras me conocían y yo conocía el procedimiento por lo que camine hacia la sala de preparación colocándome los implementos para poder estar con Noah.

Una vez listo camine hasta su cunero donde él ya estaba despierto mirando a la enfermera que lo estaba mudando.

-Hola pequeño – el giro su cabecita en mi dirección – acaricie su mejilla deleitándome al ver mucho de mis rasgos en su cuerpo…

El sonido de mi BlackBerry me distrajo de los informes que estaba supervisando.

-Diga

-¿Sr. Cullen? – una voz femenina que no conocía por lo que mire el numero

-Si soy yo – active el altavoz mientras revisaba los documentos

-Lo llamó de la clínica para informarle de que el examen de ADN que solicito ya tiene los resultados.  Puede retirarlo en la estación de enfermería de la clínica.

-Los retiraré ahí, gracias

-Buenas Tardes – colgué la llamada y me quede mirando la BlackBerry sonriendo porque de algo que estaba seguro es que Noah era mi hijo, era mi copia perfecta.

-¿Cómo has estado campeón? ¿ya comiste? – levante la vista en dirección a la enfermera que asintió sonriendo.

-Ya está listo Sr. Cullen. El doctor Randall vendrá en unos minutos para hablar con usted – me dijo la enfermera firmando la pauta en el cunero de Noah.

-¿Sucede algo con Noah? – pregunte preocupado esperando la respuesta de la enfermera.

-No, su hijo ha evolucionado muy bien.

Me quede más tranquilo y mientras esperaba que llegara el doctor y Bella quien vendría esta mañana como me había prometido, de hecho me extrañaba que no estuviera acá.

El llanto de Noah, me hizo prestarle atención tocando su mano, lo tome en brazos  como me habían enseñado, cuidando de no pasar a llevar la vía, levemente lo acune en mis brazos hasta que se calmó, lentamente comenzó a dormirse con una leve sonrisa en su pequeño y angelical rostro.

-Sr. Cullen – levante la vista al médico que me hablaba  - Buenos días

-Buenos días doctor – Deje a Noah en su cuna ya dormido, acariciando su mejilla. Me volví al médico que tomo la ficha de Noah – Me comunicaron que tenía que hablar conmigo.

-Efectivamente – reviso los constantes y anoto en la ficha – Su hijo ha evolucionado favorablemente, lo que es muy bueno ya que si continua así en los próximos 6 días podrá ser dado de alta – no pude evitar sonreír y mirarlo dormir

-Esa es una muy buena noticia – me volví al médico – muchas gracias.

Llegue a la oficina con la sensación de júbilo de saber que Noah será dado de alta pronto, tenía muchos deseos de compartir la noticia con Bella, ya que no había ido a la clínica.

Marque su número para saber si estaba bien o  que le había pasado, pero estaba activado el buzón.

-Bella, cuando puedas llámame tengo excelentes noticias, Edward – Colgué extrañado porque no es un comportamiento habitual de Bella. Me sumergí en el trabajo que se acumulaba ya que la preferencia durante estos meses la tenía mi hijo.

Me refregué los ojos, después de una tarde llena de trabajo, estaba de espaldas a mi escritorio mirando el atardecer, no podía sacar de mi mente la imagen de Bella con Noah en brazos, la ternura con que le hablaba, la forma en que él reacciono a sus estímulos, tal como hace ese día ella logro desarmarme. ¿Cómo podré merecerla de alguna forma? ¿Por qué después de todo lo que le he hecho ella no guarda rencor? Me puse de pie enfocando mis pensamientos buscando recomponerme nuevamente, mi hijo me necesitaba fuerte y se lo prometí a él que no lo arruinaría, me encargaría de hacerlo feliz.

-Noah Cullen, eres un bebe precioso – me encandile con la ternura de su voz la manera que sus ojos recorrían el pequeño cuerpo de mi hijo… ¿Por qué tiene que ser tan perfecta? – ¡oh!  Tienes los ojos del color de tú papá… unos hermosos ojos verdes.

Me levante de mi escritorio no quería estar en la oficina y tampoco volver a casa, no con Leah ahí. Las puertas de ascensor se abrieron justo cuando mi BlackBerry vibro, lo saque de mi chaqueta mirando quien era antes de contestar.

-Hola Alice

-Edward ¿Bella ha estado contigo? – me detuve al escuchar su pregunta desde hace dos días que no sabía de ella y por la voz de Alice se notaba preocupada.

-No la he visto, ¿Sucede algo?

-No llego anoche a dormir y tampoco aviso, espere a que apareciera pero no ha llegado y no contesta su celular.

-¿No tienes alguna idea de donde estará? ¿Con quién estaba o que estaba haciendo?

-No,  pero voy a llamar a Benjamín, en una de esas esta con él – el vacío en mi estómago se llenó de fuego y eso eran lo conocidos celos – si sabes de ella me avisas por favor.

-Claro – me quede mirando el teléfono ¿Dónde estaría Bella? Ya había sido extraño que no apareciera en la clínica, sumando que no llegara a casa.

Abrí la puerta del auto y me metí dentro pero sin encender el motor ¿Dónde estaría Bella? Me quede varios minutos tratando de recordar o adivinar en qué lugar podría estar. Porque al parecer lo que quería era estar sola, ella no es así de desaparecer y no avisar, menos a Alice.

La mejor forma de saber es por el principio revisar lugares donde pudiera estar, donde busca refugio. Prendí el motor con la idea fija que podría encontrarla. Salí del edificio en dirección al café Paris donde nos juntamos alguna vez, sabía que ese era su favorito. Abrí la puerta envolviéndome con el aroma a café, entre dando un vistazo a las mesas pero no estaba Bella, había mucha gente pero ninguna de ellas era Isabella.

¿Dónde la voy a encontrar? Volví a intentar con su celular pero nada, aun salía el buzón. ¿Dónde voy ahora?

Me metí en el auto frustrado, ¿Dónde esta Bella?... comencé a conducir sin sentido comenzando a desesperarme por no saber nada de ella.  Pare en el semáforo en rojo en la calle Hudson tomando la BlackBerry para leer el mensaje que me envió Alice comunicándome que Benjamín no sabía nada tampoco, le di un puñetazo al volante frustrado, cuando levante la cabeza vi el edificio, el edificio donde ella tenía su departamento.

Estacione frente al edificación, entre directamente hasta los ascensores ansioso presione los botones hasta llegar  a su piso.

Frente a la puerta escuche el suave sonido de la música clásica ¡Ella estaba ahí! Toque el timbre frenético por varios minutos hasta que ella apareció en la puerta, más angelical, más hermosa que nunca…

-¡Bella! – tome su cara entre mis manos mirándola detenidamente, no tenía nada de maquillaje, sus ojos estaban brillantes como si hubiera llorado…

-¿Edward que haces acá? ¿Está todo bien? – me fije en su barbilla que temblaba levemente

-¿Qué te pasa a ti Bella? Alice está muy preocupada desapareciste ¿Estas bien? ¿Estas con alguien? – levante la mirada fijándome en el departamento, percatándome que estaba muy limpio y ordenado.

-¡Oh! ¿Alice? – Pestañeo rápido como reordenando sus ideas – pasa espérame voy a buscar mi celular – entre en la sala sorprendido por la actitud de Bella, la vi dirigirse a un pasillo y yo me quede de pie al centro del living, mire a mi alrededor, avance hacia el ventanal abierto que conducía a una terraza, ahí sobre la mesa había un tazón y varias fotos desparramadas.

Tome una de las fotos más cercanas en ella habían dos adultos un hombre de cabellos oscuros y un bigote sosteniendo a una niña con moños a cada lado de su cabeza, la mujer era de cabellos claros y sonreía hacía la pequeña.

-Son mis padres – me gire al escuchar la voz de Bella, aún con la fotografía en la mano – Charlie y Renné

-Eras un bebé hermoso – sonrió pero el gesto no llego a sus ojos, camino hasta sentarse en la silla subiendo sus piernas, mirándome fijo, poniéndome levemente incómodo con la fuerza de su mirada -  ¿Hablaste con Alice?

-Si lo hice – tomo otra foto de la mesa y la miro fijamente – Disculpa por preocuparte – acerque la silla para sentarme frente a ella.

-¿Qué sucede Bella? – alzo sus hermosos ojos cafés evaluándome – Puedes confiar en mí – ella hizo un gesto dejando la foto en la mesa y rodeando sus piernas con los brazos.

-¿Por qué querías estar conmigo cuando planeabas tener familia? – su pregunta me pilló de sorpresa, ella jamás había querido una explicación y ahora me la estaba exigiendo, suspire evaluando la respuesta, tome su mano acariciando los nudillos.

-Nunca he dejado de pensar en ti – quito su mano desde las mías, con expresión de enfado.

-Quiero que seas sincero Edward, sólo quiero saber qué es lo que pretendes - ¿podría llegar a sincerarme completamente con ella?

-Me gustas, siempre me gustaste Bella – me puse de pie apoyándome en el barandal mirando la ciudad, no podía decirle que la amaba, que había cometido error tras error… ¡no podía llegar a ser tan vulnerable con ella! – pero me creerías que te nunca quise hacerte daño. Cuando vi la posibilidad de que podríamos estar juntos, Leah se embarazo y yo no podía dejar a mi hijo – me volví hacia ella – me encantaría que las cosas hubieran sido distintas entre nosotros.

-Edward – mordió su labio ansiosa - ¿Cómo te explico esto? – miro el tornasolado cielo pensando y yo me deleite en su hermosura – esa foto – dijo apuntando mi mano – esa foto es mi familia Edward, pero de ella no queda nada – una solitaria lagrima cayó por su mejilla, di un paso en su dirección, pero ella alzo la mano deteniéndome – mi madre me dejo cuando tenía nueva años, nos dejó a mi padre y a mí… en todo este tiempo no he sabido de ella… - seco la lágrima con su mano y la miro un momento -  no sé si vive, si está muerta o si tuvo algo más después de nosotros – no me detuvo esta vez, así que me volví a sentar frente a ella mirándola fijamente.

Nunca me ha agradado ver el drama de las mujeres, después del acoso y las lágrimas de cocodrilo que recibí hace varios años de parte de “ella” me impermeabilizaron de dramas, además creo que nunca me di el tiempo de escuchar algún problema de las tipas con las que he estado, pero ver a Bella que siempre fue fuerte, que jamás se mostró débil frente a mis ojos, que está abriendo su alma…frente a mí que no lo merezco.

-¿Qué sucede Bella? – ella sonrió levemente, alce mi mano para secar sus lágrimas, cerró los ojos con mi contacto.

-¿En tu vida te pones metas? ¿Tienes expectativas de lo que deseas para tu vida? – no lograba seguir el hilo de sus preguntas, era como si divagara o no estuviera segura de lo que la está afectando.

-Claro que las tengo.

-¿Las has cumplido? – medite su pregunta, no entendiendo bien a que quería llegar.

-Si en su mayoría – tomo mi mano que descansaba en mi pierna poniéndose de pie. Cada vez era más misterioso su comportamiento.

-Sígueme – sin soltar su mano nos adentramos  en el departamento – hasta pararnos frente a una fotografía grande que adornaba el pasillo, era de ella y Jacob – Esta es la foto de mi boda con Jake, no hubo grandes bailes ni cientos de invitados, ni un gran banquete ¿tienes alguna idea de porque fue así?

-Porque tú padre estaba enfermo – ella se giró bruscamente hacia mí por mi afirmación, era obvio yo sabía mucho más de lo que ella creía, de hecho yo sabía que su madre vivía, que residía en Francia y que se había vuelto a casar.

-Charlie se estaba muriendo día a día… -apretó levemente mi mano pero se acercó a mí para apoyarse en mi pecho. Ella estaba muy vulnerable, creo que llena de tristeza, rodee su cuerpo con mis brazos, espere a que continuara – mi padre al ver que se moría, le pidió a Jake que se casara conmigo, y me hizo prometerle lo mismo…  - la tome en mis brazos y la mire a los ojos en ellos vi tanta tristeza -  no nos amábamos Edward, yo no amaba a Jake ni él a mí…

-Preciosa, ¿Por eso estas triste? – negó con la cabeza mientras yo acariciaba su pelo – Estaba sorprendido jamás me imagine que la relación de ellos era un arreglo… ¿Podrá entender Bella mi relación con Leah?

-¿Debes pensar lo peor de mí? – susurro pegada a mi pecho.

-No Bella, ¿quiero saber qué te pasa? ¿Por qué desapareciste? ¿Qué te tiene tan triste?

-Antes de ayer vino Jacob, estaba de visita en NY… – me tense  tomándola por sus hombros  para mirarla a la cara

-¿Te hizo algo? – ella sonrío alzando su mano para alisar mi ceño.

-No, el vino a verme… pero a presentarme a su prometida, él encontró el amor…

Finalmente no pudo controlar sus lágrimas y la sentí tan débil, que la tome en brazos y camine con ella hasta el final del pasillo donde había una puerta entreabierta, Bella aun lloraba apoyada en mi hombro mientras con el pie abrí la puerta al que parecía ser su dormitorio. La tendí suavemente en la cama…

-No te vayas – se aferró a mi chaqueta – por favor – me acomode a su lado y acaricie su cabello en silencio mientras ella sollozaba.

Muchas veces me había imaginado en la cama con Bella sucumbiendo a mi deseo, al anhelo de mi cuerpo, derritiéndonos en el placer, pero jamás pensé estar en esta situación, el de tener que consolarla de acariciar su cabello mientras sacaba de ella toda la tristeza.

En otra ocasión esto hubiera sido el momento ideal para lograr lo que deseaba de Bella, ella estaba sensible, me necesitaba de alguna manera, estábamos solos… pero yo, ya no era el mismo, la amo y no puedes tomar algo de la persona que amas si está débil y vulnerable.

Se había quedado dormida en mis brazos, tan hermosa y delicada… jamás en mi vida pensé tenerla así, ser parte de algo tan íntimo como esto, delinee el contorno de su rostro suavemente, sus largas pestañas estaban húmedas aun por sus lágrimas.

-Eres tan hermosa Isabella – Se removió inquieta, susurrando levemente palabras sueltas, estaba soñando… me quede mirándola deteniéndome en sus labios llenos que estaban secos y entre abiertos, demasiado hermosa y frágil.

Eran cerca de las cinco de la mañana cuando me levante y la arrope, ella dormía cansada de tanto llorar, me acerque a las cortinas para cerrarlas no quería que cuando salga el sol…

-Te amo… - me volví hacia ella pensando que había despertado – Edward te amo – no era así, ella estaba durmiendo… hablando en sueños…

-Ella me ama… Bella me ama… - mí mente repetía una y otra vez por lo que tuve que salir de su casa para no sucumbir a besarla y adorarla ahí, ella no se merece esto, no se merece algo que no yo no puedo ofrecer, por ahora.

…

Entre en mi penthouse  aun con el aroma de Bella en rodeándome, a pesar que no había dormido nada no me sentía cansado, estaba lleno de una energía renovada y mi mente trabajando en buscar la forma y la mejor manera de enmendar mis errores y hacer lo correcto, dejando atrás mi idiotez y el maldito orgullo que me cegó por completo todo este tiempo.

Pase por fuera del dormitorio de Leah la puerta estaba cerrada, camine a mi cuarto para alistarme a un nuevo día con la rutina  de la clínica y después a la oficina.

Durante la semana, la comunicación con Bella se hizo mucho más frecuente, nos vimos en la clínica por lo menos dos veces, donde ella disfrutaba tanto de Noah como yo al verlos a los dos juntos, ella parecía volver a la normalidad y dejar atrás su tristeza.

Para el domingo en la mañana mientras tomaba mi desayuno en la cocina, Leah aún no despertaba y no tenía idea si quería acompañarme al almuerzo en casa de mi madre.

Cuando salí de la cocina ella se asomó en la puerta de su dormitorio aun envuelta en su bata y con un aspecto desaliñado, me miro de pies a cabeza alzando una ceja.

-¿Ya vas donde mami? – la ignore para ir por mi chaqueta - ¿Vas a seguir ignorándome toda la vida Edward? – entre en mi cuarto y saque del closet mi chaqueta.

-Mañana darán de alta a Noah – su expresión cambio de molestia a temor - ¿nada que decir al respecto? mi madre vendrá conmigo desde la clínica. En la mañana llegara la niñera y la atenderá Carmen quien le indicara con respecto al cuidado del niño… - Ella se dio la vuelta entrando en el living la seguí pero ella camino directo al bar -¿Qué haces?

-¡Ve donde tu madre! ¡Déjame sola! – se tomó el trago de golpe

-¡Estas cada día más enferma y loca! – la mire de pies a cabeza y no pude sentir más que repugnancia - ¿Voy a tener que obligarte a ir a terapia?

-¡No estoy loca! ¡No necesito ningún maldito psiquiatra! – negué con la cabeza, no iba a discutir por su estupidez.

-Que te quede claro Leah, mi hijo llega mañana, espero que sepas controlarte, así que por favor no te acerques a él – tomo otro trago – espero que cuando vuelva por lo menos estés sobria.

Salí dando un portazo, de verdad tenía que ver la forma en que esto se terminara, tener a Leah en mi casa con mi hijo ahí me inquietaba.

…

Entre en la cocina de la casa de mis padres, Esme estaba ahí lavando unas hojas de lechuga.

-Hola mamá – se giró dejando ver su delantal

-Hola hijo, ¿Cómo estás? – me acerque y bese su frente - ¿vienes solo?

-Si… - me pase la mano por el pelo

-¿Leah aun esta difícil? – Cerro el grifo prestándome atención - ¿le dijiste del alta de Noah? – asentí.

-Me preocupa- no ella pensé sino mi hijo- se nota que no está bien y no quiere ir a sicólogo o un psiquiatra…

-Hijo, tú tienes que decidir qué es lo mejor, pero sobre todo pensando en tú hijo. Sabes que yo puedo hacerme cargo de él acá en casa, si crees que Leah no estará bien.

-Si lo sé madre… déjame barajar las alternativas e insistiré para que asista a terapia o bien lo tendré que hacer por la vía legal. - ambos miramos hacia la puerta que se abrió cuando Emmett y su familia entraron.

Nos saludamos con mucha más fraternidad de antes, mi familia había estado siempre ahí, apoyándome con mi hijo.

-¿Mañana darán de alta a Noah? – Me pregunto Rose con Emma cargada en su cadera, a la que le tendí los brazos para tomarla.

-Sí, Por fin podremos tenerlo en casa – Tome a Emma haciéndole cosquillas en el cuello y ella reía.

Rose se fue a ayudarle a Esme y nosotros salimos al living esperando que llegaran los demás.

Una vez que llegara Alice, Nick, Jasper y Bella nos sentamos en la mesa conversando de trivialidades, en el momento que Carlisle comenzaba a cortar el Rosbif  sonó el timbre de la casa.

-Yo voy – me levante en dirección a la cocina para verificar el monitor. Accione la reja y salí por la puerta de servicio en dirección a la reja para encararla.

-¿Por qué no me esperaste mi amor? – sonrió Leah caminando hacia mí.

-Déjate de estupideces,  ¿Qué haces acá? ¿Vienes a arruinarnos el almuerzo?

-Vengo a ocupar mi lugar como tu esposa Edward… - apretó sus puños y su boca se transformó en una línea.

-¿Crees que dejare que destiles tu veneno frente a mi familia? – la tome del brazo y me apresure a mi auto.

-¿Qué haces? -  forcejeo conmigo mientras la metí en el auto - ¡Déjame Edward!

-¡Cállate! No vengas a hacerte la victima porque no te queda – me metí en el auto para salir del estacionamiento.

Conduje por la ciudad sin concentrarme en la verborrea de Leah, hace rato que dejo de fingir que lloraba y ahora solo refunfuñaba. Cuando llegamos a casa, ella salió del auto rápidamente tomando el elevador. Aproveche para llamar a mamá para que no se preocupara.

La situación se estaba volviendo insostenible, ¿Cuánto más estaría dispuesto a aguantar a Leah?

Entre en el dormitorio de ella para aclarar la situación definitivamente no iba a seguir así. La Luz del baño estaba encendida y me quede de pie mirando el que alguna vez fue mi cuarto, me fije en la mesa de noche que había un vaso, lo olfatee determinando que era whisky, en eso la puerta del baño se abrió, Leah se quedó mirando mi mano desconcertada, definitivamente no me esperaba ahí.

Camine hacia el walking closet me propuse revisar todos los gabinetes saque ropa y varias de sus cosas encontrando varias botellas de whisky y vodka escondidas.

-¿Me puedes explicar esto? – Leah estaba arrodillada en el suelo llorando tomando sus ropas - ¡Por la mierda Leah! ¡Respóndeme! – ella no hacía más que lloriquear, sin mirarme - ¿Qué más tengo que buscar? ¿Drogas?

-¡Te odio! – me miro con los ojos vidriosos - ¡Te odio por todo! ¡Odio a tu familia perfecta! – la tome por los hombros y la saque del closet.

-¡Me vas a escuchar Leah! – la solté bruscamente - ¡Esto se acabó! ¿Cuánto quieres por cederme la tuición de mi hijo? ¿Cuándo cuesta que desaparezcas de nuestras vidas? – Ella se quedó mirándome secando sus lágrimas, temblando ligeramente -¡Da una cifra Leah!

-3 millones de dólares, más la propiedad que me regalaste – dijo sin pestañear - ¿Estás dispuesto a pagarlo?

-Claro, y con tal de no volver a verte… tendrás una manutención mensual si accedes a una condición.

-¿Cuál condición? – me miro expectante.

-Te iras  y no volverás nunca más, jamás volverás a ver a Noah ni a mi familia…

-Acepto, nada me agrada más que estar lejos de todos ustedes.

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¡¡¡¡Siiii!!!!

Yo les advertí que este capítulo tenía muchas cosas. Edward supo que Bella lo amaba, y ahora por fin se deshace de Leah ooohhh… ¿Qué pasara de acá en adelante? ¿Se acabaran los problemas de Edward?

Espero sus comentarios y sus teorías al respecto…

Las y los quiero montones.

Axavenus