Capítulo 25 - Sembrando para un Nuevo Año

Capítulo 25 –  Sembrando para un Nuevo Año

EPOV

-¡¿Por qué no la elegiste a ella?! - me grito Leah en el dormitorio yo apretaba los puños con tal de no seguirle el juego - ¡Es a la única que te diste el tiempo de comprarle algo personalmente!

-¡Deja de decir estupideces Leah! – comencé a desabrocharme la chaqueta.

-¡Deja de tratarme como si fuera una imbécil!... ¡Te vi Edward cuando compraste esas joyas en Playa del Carmen! – me di la vuelta para encararla

-¿Crees que de verdad me importa lo que pienses?

-¡¿Por qué no te revuelcas con ella de una vez y te sacas las ganas que le tienes?! - Tomo todos los regalos que mi familia le dio para ella y al bebe y los lanzo al suelo, al final la tome de los brazos.

-Vas a tener que aprender a controlarte Leah, primero por mi hijo y porque no te conviene que me aburra de ti.

-Lo único que te preocupa Edward es este maldito niño que crece dentro de mí, ¡soy tu maldita incubadora! – las lágrimas le resbalaron por las mejillas - ¡estas destruyéndome!

-No Leah, la única que está destruyéndose eres tú, con tu maldita actitud.

Tome mi ropa de dormir y un juego de toallas saliendo de la habitación hacía uno de los dormitorios de visitas.

Cerré la puerta tras de mí, camine al closet para sacar una juego de sabanas limpias. Una vez lista mi cama me metí al baño ocupando los implementos que estaban guardados en el gabinete, para ducharme.

Me desperté un tanto desorientado, no reconociendo el dormitorio. Cuando me enfoque me acorde de la discusión, abrí la puerta del dormitorio para ir a la cocina, me encontré a Carmen cortando fruta.

-Buenos días Carmen – dio un respingo volteándose a verme.

-Señor Cullen, buenos días – Continúo con su labor.

-Carmen, necesito que prepares la primera habitación de invitados y traslades mis cosas hacía allá. Si necesitas ayuda puedes solicitar un servicio adicional a la agencia.

-Lo organizare Sr. Cullen – me miro con una extraña expresión – ¿sabe la señora de su traslado?

-No, yo le diré no se preocupe por ella. ¿Crees que podrá hacer el cambio hoy?

-Comenzare justo después del desayuno – me tendió un tazón con café, y un pocillo con huevo y bacon.

Entre directamente al closet para retirar mi ropa con la finalidad de cambiarme en mi nuevo dormitorio, al salir del vestidor me tope de frente con Leah y para aprovechar la ocasión le comunicaría lo que había decidido.

-Leah, Carmen retirara mis pertenencias para ubicarlas en la habitación de invitados que será de acá en adelante mi dormitorio.

-¿Por qué? – me pregunto levanto una ceja mirándome con desprecio.

-Porque ya no te soporto, y sólo por respeto a mi hijo, no eres tú la que se tiene que cambiar de dormitorio. Por favor no le hagas ningún escándalo a Carmen por hacer su trabajo.

En la última semana del año me dedique a ultimar los detalles de los casos y contratos que terminaban en este periodo, apoye los codos sobre el escritorio pasando mis manos por la nuca, estaba cansado ya eran las de las siete de la tarde del 29 de diciembre, el estar tantas horas evadiendo en mi trabajo comenzaban a pasar factura, aunque extrañamente Leah se ha comportado estos días.

-¿Todavía te queda mucho trabajo? – levante la cabeza en dirección a la puerta.

-No, la verdad es que ya no… ¿Qué haces todavía acá tú? – le pregunte a mi cuñado, cerrando mi laptop.

-Estaba revisando unos informes pendientes para la renovación de un contrato.

-¿Me acompañas unas copas? – Le pregunte tomando el abrigo

-Vamos, déjame avisarle a Alice que llegare mucho más tarde – tomo su móvil y se lo llevo a la oreja mientras salíamos en dirección al ascensor – Ya está – apreté el botón para el elevador.

-¿Cómo ha estado mi hermana? ¿Cuántos meses tiene? – percatándome que no tenía idea de cuando nacería mi sobrino. Las puertas se abrieron en ese momento.

-Alice esta radiante feliz con el embarazo, Bella ha sido de mucha ayuda y disfruta tanto como ella de todo, ahora están dedicadas a decorar el cuarto del bebe. Por lo que sé creo que casi unos siete meses.

-Bastante…

Entramos al bar al que solía ir hace mucho tiempo antes, cuando mi vida era mucho más simple, nos sentamos en la barra, donde mire a Quinh el barman y el entendiendo se acercó con un par de vasos.

-¿A las rocas? – pregunto alzando las cejas

-Como siempre – le respondí - ¿Jasper?

-Martini seco por favor – pidió mi amigo – El barman nos preparó los tragos y nos los entrego apoyándolos en el mesón.

-¿Seguro que vas bien con Leah? – tome un sorbo del whisky pensando en responder o no – No te veo muy entusiasmado

-Llevo apenas unas semanas casado, ¿Qué esperas? – la mirada de Jasper, esa de autosuficiencia como si supiera algo que yo no.

-Por lo mismo Edward, esta es la etapa idílica, donde es todo hojuelas y miel.

-¿Por qué mejor no eres sincero y me dices lo que quieres saber? – lo enfrente dejando mi vaso y dando la señal para que lo refrescaran.

-Edward, eres mi mejor amigo y cuñado… tú no eres feliz y se te nota – aparte la mirada por la potencia de sus azules ojos

-No sabes lo que dices…

-Si lo sé, tu no amas a Leah… - rodee los ojos por que comenzaría nuevamente con su palabrería – amas a Bella – me atragante con el whisky

-De donde sacaste eso… - me seque la boca con la servilleta para evitar mirarlo – yo no tengo sentimientos afectivos, sabes lo que opino de ellos.

-Edward, no sigas, te conozco – bebió de su copa – tú mismo lo has dicho.

-Nunca te diría eso…

-Lo dijiste, no te juzgo por eso y entiendo que estas sacrificándote por tú hijo. – lo mire sin decir nada más ¿amaba a Isabella Swan? De repente mi corazón comenzó a latir desaforado… ¡Yo amaba a alguien cuando había jurado nunca hacerlo! Una oleada de calor y felicidad me lleno, mire a Jasper quien sonreía. 
Es amor lo que me lleva a ella, la necesidad de protegerla, de hacerla feliz… por eso me molesta cuando es indiferente, es la explicación a los celos de que otro la toque y la bese… quisiera hundir mis dedos en la sedosidad de su pelo, decirle lo que siento… -Lo entiendo hermano, entiendo que quieras protegerte y proteger a tú hijo – mi felicidad se desinflo cuando lo escuche, ¿Qué sacaba con amar a Bella si no podía tenerla, si no podía mirar sus ojos y decirle cuán importante es  en mí vida?

-Está perdido todo Jasper – por primera vez sincerándome frente a otra persona – la jodí con ella… Ella es demasiado para mí.

-¿Qué paso entre ustedes? – su voz se volvió fría de reojo lo vi tensar la mandíbula -¿Qué le hiciste?

-Le prometí estar con ella, una relación… pero todo se fue a la mierda, cuando Leah quedo embarazada… - se tensó – yo no sabía que estaba esperando, de hecho iba a terminar con ella, justo cuando me mostro los exámenes.

-¿Por esa razón Bella te evita? – Asentí - ¿Por qué Leah?, discúlpame pero siempre fuiste reacio a las relaciones y de un día para el otro apareciste con ella. - ¿Cómo reaccionaría a toda la verdad?

-Ella reunía todas las cualidades de lo que yo creía era importante para entablar una relación… me equivoque. – Sonreí sin ganas tomando el ultimo sorbo – Cuando apareció Bella, poco a poco me di cuenta cuan equivocado estaba, y cuan fácil sería estar con ella… no te niego que al principio era sólo un deseo físico, casi una obsesión, ahora es más que eso… es lo que tú dices.

-Amor – susurro y yo asentí.

-Ahora no tiene importancia, la prioridad es mi hijo. Si termino con Leah ahora, tengo la certeza que ella acabara con él y es algo que no puedo tolerar – le confesé mi mayor miedo.

-Comprendo – Me palmeo la espalda – Cuenta conmigo para lo que necesites, no puedes llevar esa carga solo en los hombros.

-Jasper, esto es entre tú y yo… no se lo digas a Alice.

-No lo hare.

-Gracias Jasper… - me pase la mano por el pelo, sintiéndome un poco más holgado por haber conversado con él.

-Debería irme – comento mirando su reloj – Ya lo sabes hermano, estoy para lo que necesites – se levantó tomando su chaqueta y dejando unos dólares en el mesón – Nos vemos en la cena de año nuevo.

-¿Cena? – Pregunté – pensé que lo celebrarían aparte como todos los años.

-¿No te dijo Esme? – Negué – Quizás se lo comento a Leah.

-Puede ser… - me levante dejando el dinero - me voy junto contigo – Leah me va a escuchar si no me dijo nada.

Subí al coche, pensando en todo lo que hablamos con Jasper, recordando cada uno de los detalles que hacen a Bella perfecta y lo que provoca en mí… ¿Cómo sería todo si ella esperara a mi hijo? Cuanto amor le brindaría, cuán felices seriamos.

Leah estaba sentada sobre la cama mirando la televisión me pare en el umbral del que era mi dormitorio hace unos días.

-¿Cómo te has sentido? – esa era la pregunta con la que comenzaba todos estos días.

-Bien, el bebé se mueve bastante – asentí mirando su vientre

-Mañana iremos a cenar con mis padres y pasaremos la festividad con ellos… - por su expresión me di cuenta que Esme le comento a ella lo de la cena.

-Tengo una reserva para ambos en el restaurante Golden Garden para ver la bola descender en el Time Square – repuso con una sonrisa sugerente – es una cena íntima…

-No, iremos donde mis padres – me gire para ir a buscar algo de comida.

-¿Es porque estoy gorda?... ¿Por eso no quieres estar conmigo?

-Leah… no me molesta que estés embarazada, es tu actitud – me volví hacia ella - ¿Esme no te dijo de la cena? – ella se levantó acercándose a mí.

-Sí lo dijo, pero yo quería estar contigo – extendió su mano para tocarme el pecho pero me corrí – estamos recién casados – susurro – debemos disfrutar nuestro tiempo juntos.

-Leah no seas hipócrita…  Mañana iremos con mi familia.

Extrañamente me sentía muy bien como hace mucho que no estaba, el haber conversado con Jasper me sirvió de mucho para cuando volví a ver a Bella en la cena, tan hermosa como siempre, sentí el calor en mi pecho, de saber que la quería como nunca antes imagine.

La observe detalladamente el color hermoso de su pelo, las ondas que caían al costado izquierdo de su hombro me percate que llevaba puesto el peine y los aretes que le regale, definitivamente fue el regalo perfecto, me llene de orgullo y placer a verla lucirlos. Leah estaba vara variar molesta y me percate que no pasó desapercibido para ella ver a Bella con ellos puestos.

Faltaban cerca de quince minutos para la medianoche, cuando Bella se puso de pie sonriendo junto con los demás. Nos levantamos para salir a la terraza y ver los juegos artificiales.

-Voy a buscar el champagne – Ella se desvió hacía la cocina, me apresure para ir detrás de ella…

-¿Te ayudo con las copas? – dio un pequeño salto cuando me escucho pero no se giró, yo necesitaba perderme en sus ojos.

-Son esas que están en la bandeja – me indico las copas que estaban en la isla de la cocina y tomé la bandeja.

Salimos a la terraza donde ya estaban todos instalados, deje la bandeja sobre la mesa. Alice me extendió mi abrigo ya que el frio aire de invierno y las nevazones de los días anteriores dejaban su huella, vi a Jasper calzarle un abrigo a Bella igual y esta se sentó entre Esme y Carlisle sonriendo, yo camine para posicionarme de pie detrás de Leah.

-¡Faltan cinco minutos!  - Grito Alice – Rose apúrate en entregar las copas para que no te pierdas el espectáculo.

-Todavía queda tiempo Alice…

Cuando éramos pequeños siempre veíamos los juegos pirotécnicos que se lanzaban desde la ribera del río y desde esta posición se veían casi sobre nuestras cabezas. Tome la copa que me ofreció Rosalie y ella le ofreció un ponche especial a Leah que eran los únicos.

-Gracias Rose – le agradecí sonriente, ella me miro por un segundo extrañada.

-De nada Edward

-10, 9, 8, 7,6,5,4,3,2,1… - conto Emmett lanzando serpentina y riendo como un niño. Se acercó a su esposa y la alzo en un abrazo y un beso… -¡¡Feliz Año Nuevo!!

Llego el momento de los abrazos, Leah se puso de pie abrazándome por la cintura simulando afecto.

-Feliz año amor – recargo su cabeza en mi pecho y la deje ser por unos minutos hasta que me percate de sus intenciones de no soltarme…

-Leah me dejas abrazar a mi hermano – le pregunto Alice, me solté de Leah girándome sonriente a mi hermana.

-Claro – ella se colocó a mi lado, abrace a Alice con delicadeza por su puntudo vientre.

-Felicidades Hermano – apretó su agarre cariñosamente – te quiero

-Feliz año para ti Alice – bese el tope de su cabeza.

Abrace y recibí los abrazos de mis padres, cuñados y el del ridículo de mi hermano. Busque a Bella para saludarla y me fije que estaba en el sillón hablando por  su celular, me acerque…

-Feliz año para ti también – le escuche decir con un tono meloso – también te extraño – un nudo se posó en la boca de mi estómago – avísame la hora de tu vuelo para ir a buscarte al aeropuerto… adiós cariño.

Me acerque más y ella me miro levantando la cabeza hacia mí.

-Feliz Año Bella – tome su mano para que se pusiera de pie y ella sin dejar de mirarme a los ojos lo hizo – deseo que este año esté lleno de gratificaciones para ti, eres una gran mujer, te mereces todo lo bueno del mundo – la abrace pero ella no respondió a mi abrazo cuando la iba a soltar ella me rodeo con sus delicados brazos.

-Felicidades Edward – nos separamos y sus ojos estaban vidriosos, se empino y me beso la comisura de la boca, pude sentir el latido desaforado de su corazón que reflejaba al mío – de verdad quiero que seas feliz – finalmente me soltó y se fue hacia adentro de la casa dejando en el aire su maravilloso aroma…

…

El invierno dejo su huella a partir del mes de enero, grandes nevazones y un frío glacial se cernía sobre NY. El estrés propio de las grandes urbes no impedía un normal funcionamiento, es lo que adoro de esta ciudad, nunca para su movimiento, siempre es constante pase lo que pase, nunca deja de estar agitada.

Hoy me encontraba con la oficina del doctor Humpfrey para la  ecografía de seguimiento, Leah estaba al lado mío sin hablarme lo que ya era una costumbre habitual entre nosotros, no hablábamos, ni dormíamos juntos. Este era el único momento que realmente compartíamos.

-¿Te estas alimentando bien? – le pregunto el médico a Leah

-Sí, también tomando las vitaminas y el suplemento de hierro que me receto.

-No has subido de peso Leah, hasta hora, no es algo malo pero es normal que subas de peso, sobre todo a partir de los próximos meses… tu fecha de parto para el 22 de mayo – me fije en lo apagado de su piel, a simple vista se ve opaca y sin ese característico brillo de su tono canela, ahora es más bien cetrino. Se levantó para ir a la camilla del ecógrafo.

-El crecimiento es normal y sus latidos son 144 por minuto constantes ¿quieren saber el sexo del bebé?

-Claro – El doctor asintió en mi dirección y miro a Leah quien levanto los hombros indiferente como cada vez que había un control médico.

-Es un varón, felicidades.

Sonriente mire la pantalla donde mi hijo pegaba pequeños brincos, era un niño, mi hijo.

Salimos de la consulta, estaba lleno de felicidad por mi hijo, sería un varón mi primogénito, un portador digno de mi apellido, mi hijo…

-Me imagino que contrataras algún diseñador para que prepare el cuarto de tu hijo – la acotación de Leah corto mis pensamientos

-¿Es lo que prefieres?

-Sí, contáctalo tú y ve las cosas a tu gusto, al final es tu casa.

Los almuerzos dominicales ya no se hacían donde mi madre sino en casa de Alice, por su avanzado estado de embarazo a fines de febrero el peso del bebe era notorio para ella a semanas de cumplir la fecha de parto, llegamos a su casa en el mercedes que ocupo para el trabajo, ya que el Camaro es un auto no muy cómodo para una mujer embarazada.

Jasper nos abrió la puerta principal, saludando a Leah y palmeándome la espalda.  Al entrar al living estaba Rosalie, Alice y Benjamín quien jugaba con Emma.

Me acerque a mi hermana acariciando su gran vientre besando su frente.

-Alice, ¿Cómo te sientes?

-Como un globo terráqueo, pero feliz… mi pequeño Nicholas pronto estará con nosotros y eso me tranquiliza – respondió sonriendo.

Me senté junto a Leah quien miraba a Alice horrorizada, trato de cerrar el sobretodo de piel sobre su vientre pero sin efectividad. Toque su vientre sintiendo en el acto el movimiento de mi hijo, sonriente la mire para que se tranquilizara, ella puso su mano sobre la mí y sus ojos demostraban mucho miedo.

Termino el almuerzo por lo que pasamos a la sala a tomar el café, Benjamín tenía en sus piernas a Bella y yo no pude soportar su compañía y como cada vez que los veía cerca, me levante y salí al patio donde Carlisle y Jasper estaban degustando sus tradicionales puros.

-¿Todo bien hijo? – pregunto mi padre extendiéndome un puro

-Como siempre – tome el tabaco cortando la punta y encendiéndolo – mucho trabajo y nuevos proyectos en la empresa – le comente a mi padre cuando apareció Bella pálida, los tres nos levantamos al verla asustada.

-Jasper – respiro profundo – Alice rompió fuentes, hay que ir a la clínica – me volví a mi cuñado y este soltó el puro que tenía en las manos y partió corriendo hacia adentro de la casa, con Bella detrás de él.

Desde ese momento todo fue un caos, cuando entramos Leah se acercó presurosa a mí me fije en su cara y su expresión de estar por desmayarse, ella se acercó a mi aferrándose en mi cintura, la sentí temblar. 

-Edward, llévame a casa… no puedo estar acá – me imploro.

-¿Te sientes bien? ¿El bebé? – de pronto me preocupe por que estuvieran bien, él bebe era muy pequeño aún.

-¡Sácame de acá! – se aferró a mi sweater -  ¡por favor! – la tome del brazo para cuando salimos al pasillo encontrándonos con mi madre y Rosalie que llevaban del brazo a Alice que soltaba leves quejidos hacía la puerta que Jasper sostenía abierta.

Salimos detrás de ellos le abrí la puerta a Leah que estaba pálida y al girarme me fije en que Bella salía de la casa con dos bolsos y los metía al auto donde Jasper ayudaba a Alice a subirse.

Deje a Leah en el departamento, estaba muy nerviosa por lo que vio de Alice y la entendía, de hecho también yo lo estaba. Por lo que le prepare un té de hierbas y se acostó, me quede con ella hasta que se durmió.

Entre en la sala donde mi hermana estaba descansando después del parto, ella tuvo un hermoso y sano bebé que llamaron Nicholas, la vi acomodada con almohadas en la espalda, todos los demás habían estado junto a ella en las horas de labor y el parto, ahora se habían ido. La mire desde la puerta ella sostenía a su bebe acariciando su mejilla, levanto la vista sonriendo.

-Felicidades – me acerque percatándome de que Jasper dormía en el sillón continuo  al ventanal.

-Gracias Edward – volvió a mirar a su hijo con tanto amor – quieres cargar a tu sobrino – asentí tomando al pequeño con delicadeza.

-Es hermoso Alice – me enternecí al verlo fruncir el ceño

-Es perfecto Edward, perfecto…

El jueves bien entrada la tarde llegue a casa, directo a la cocina para que Carmen me sirviera la cena, cuando escuche los gritos de Leah. Me apresure en dirección a los gritos que provenían del cuarto que había elegido para mi hijo.

Al abrir la puerta me topé con Carmen afligida recogiendo las cosas que Leah tiraba al suelo, era la ropa y las cosas del bebe lo estaba desparramado por todos lados, me quede de pie mirando tratando de entender

-No puedo controlarla - camine hacia Leah que estaba histérica gritando, la tome por los hombros sacudiéndola un poco para que reaccionara.

-¿Qué demonios te pasa? – ella se enfocó y comenzó a pegarme en el pecho – trate de controlarla para que no siguiera o se podría caer.

-Tú tienes la culpa… tú – seguía golpeándome cada vez con menos fuerza – te odio por esto, por hacerme esto, yo no quiero verme como ella, no quiero a este niño, ¡No lo quiero! – me sentí desesperado, sobrepasado me contuve al escucharla porque necesitaba controlarme por ella, el niño y Carmen quien lloraba asustada. Para cuando dejo de gritar y pegarme en el pecho la tome en brazos y la lleve a su habitación, pensando en la forma de calmarla, y procurar que ella este bien.

(denle play y sigan leyendo)

La deje en la cama donde seguía sollozando, fui hasta el baño para llenar la tina de agua, mientras lo hacía me refregué el rostro con ambas manos, desesperado por lo que acababa de ocurrir, tenía que enfocarme en el bienestar de ambos, seguía escuchando sus sollozos y recordé a Carmen y lo asustada que estaba, en ese momento salí del dormitorio, entrando en la cocina donde Carmen estaba sentada en un taburete llorando, al sentirme se pudo de pie y se secó las lágrimas con la mano.

Me acerque y la abrace buscando mi propio consuelo por todo lo mal que he hecho y el dolor que me causo este ataque de histeria.

-Carmen, tranquilícese... Le daré un baño de tina a Leah para que se calme.

-Lo siento Sr. Cullen – sollozo – Cuando la escuche gritar en el cuarto y fui a verla ella estaba muy mal.

-No es su culpa Carmen – ella asintió con la cabeza volviendo a sentarse.

Volví al dormitorio ella seguía en la misma posición que la había dejado así que me acerque para desnudarla, ella me miraba sin decir nada. Me percate del hermoso contorno redondeado de su vientre preguntándome cuanto afectara este estrés a mí hijo, en brazos la lleve a la tina y la sumergí en el agua tibia, ella volvió a sollozar, cuando el agua la envolvió. Me senté en el suelo del baño mirándola tratando de buscar la forma de que esto sea más fácil, de entender porque ella acepto todo esto sin siquiera quererlo, si bien yo cree todo este maldito plan de la familia perfecta, pero ella siempre pudo rechazarlo.

-Se está enfriando el agua – me dijo tratando de levantarse, me puse de pie al notarla mucho más calmada, le extendí la toalla y la ayude a salir de la tina. La ayude a ponerse él pijama deteniéndome en su vientre para acariciarlo lleno de remordimientos por hacerle esto al bebé, que nada de culpa tiene en esto. Terminó de ponerse su pijama y se acostó en la cama dándome la espalda, yo me senté en la orilla vigilándola para saber si estaba realmente calmada.

-¿Estas mejor? – le pregunte esperando su respuesta por varios minutos y cuando me levante para irme ella respondió.

-Tú hijo se está moviendo… - sollozo un poco y se giró en la cama en mi dirección – ¿Estas contento con eso?

-Leah… - agarre mi cabello sintiéndome totalmente sobrepasado.

-Estoy bien Edward, disculpa lo del cuarto de tu hijo.

-Es nuestro hijo Leah… como fueran las circunstancias es también tu hijo – me sentía tan impotente en todo esto.

-No Edward… es tu hijo, yo no lo quiero – Cerré los ojos de golpe y me levante saliendo de mi casa, traspasado por las palabras de Leah, ella es la que lo siente dentro de ella, ha sentido su crecimiento y aún es capaz de decir que no es su hijo.

Maneje por varios minutos y para cuando me percate donde estaba las la reja de la casa de Alice estaba frente a mí, accione el código y entre en busca de esa paz que necesitaba. Jasper me esperaba en el vestíbulo mirándome extrañado.

-¿Todo bien Edward? – me pregunto cerrando la puerta detrás mío

-No… pero necesito canalizarlo un poco – caminamos por el pasillo en silencio

-¿Te ofrezco algo? – negué  sentándome en el living.

-¿Cómo esta Alice? ¿El bebé? – la sonrisa lleno todo su rostro y yo me sentí aún más miserable.

-Están bien ambos, hoy salieron de alta de la clínica. Alice se está preparando para un baño, la tengo que ayudar.

-Perdona por venir así, no quiero incomodarte.

-Edward, ven – se puso de pie y lo seguí escaleras arriba, esa puerta entre abierta es el cuarto del bebé, Bella esta con él ahora. – Jasper entró en su dormitorio y yo me quede mirando la puerta que me señalo.

Me acerque sigiloso escuchando la melodiosa voz de Bella cantando bajito, abrí un poco más la puerta…

La araña Itsy Bitsy

Subió hasta el surtidor de Agua

Vino la lluvia

Y se llevó a la araña

Sale el sol

Ella mecía suavemente al bebe, lo miraba como si el mundo dependiera de aquello, sentí tanto en ese momento, ella estaba indiferente a mi presencia y todo lo que produce en mi corazón, seguía cantándole

Y toda la lluvia se seco

La araña Itsy bitsy

Subió de nuevo al surtidor…

La canción tenía otro tono al que nos cantaba Esme, era distinto y al parecer era una especie de arreglo*… entre completamente al dormitorio

Amor

Yo creo en el amor

Yo creo en el amor

Amor

Yo creo en el amor…

Dejo de mirar al pequeño para enfocarse en mí, nos quedamos mirándonos a los ojos sin perder la conexión me acerque a ella, bese su mejilla y mire al bebe en brazos que dormía formando con sus labios una perfecta “O” la abrace y ella recargo su cabeza en mi pecho, estoy seguro que podía escuchar los fuertes latidos de mi corazón.

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*Coming Around Again – Carli  Simon

¡¡¡Un nuevo encuentro!!!
¿Que tal?... quiero saber que les pareció todo, desde las reacciones de Leah hasta este momento... En cuanto a la canción que puse como video es preciosa y marco muchas etapas de mi embarazo.
También quiero agradecer su amor y buenas vibras para mí y mi hermosa pequeña, las y los quiero montones...


Cariños

Axavenus