Capítulo 22 - Mirando Las Luces del Amanecer

Capítulo 22 –  Mirando las luces del amanecer

BPOV

-Eres preciosa – susurro a mi oído, cerré los ojos, aun confundida - ¿Te dieron una mala noticia? – me volví a la voz de mi novio.

-¿Por qué preguntas eso? – sus manos con delicadez tomaron mis mejillas

-Estas muy callada desde que saliste a contestar esa llamada – me acerque y bese suavemente sus labios - ¿Segura que está todo bien?

-Era Edward… - me abrazo esperando a que continuara – me llamo pidiéndome disculpas por lo de Leah.

-Pero eso es bueno. Me imagine que Alice no se quedaría tranquila – me reí por la verdad de sus palabras. ¿Qué es lo que te incomoda de la llamada?

-Creo que Edward está confundido… - me apoye en su pecho mirando nuevamente el televisor

-Bella – levanto mi barbilla con sus manos – Edward es adulto él sabrá que hacer al respecto.

- Tienes razón, olvidémonos de esto, ya es tarde y no he visto nada de la película - me levante del sofá – me tengo que ir, mañana Alice me sacara de la cama temprano… - Se levantó del sillón y me abrazo

-Toda la razón. Mañana te paso a buscar a tú casa y nos vamos juntos a la famosa boda.

-Perfecto, me voy… - bese sus suaves labios y me aleje, tomando mi bolso y chaqueta.

-Bella… - me volví desde la puerta del departamento dando un salto al sentirlo tan cerca, mire sus preciosos ojos – cuídate, te extrañare – me beso con pasión, su lengua recorrió mis labios… solté lo que tenía en mis manos para rodear su cuello, nos separamos y su frente quedo en la mía.

-También te extrañare – bese castamente su boca – Nos vemos mañana Benjamín.

Me desnude frente al espejo del baño para entrar a la ducha y quitar la somnolencia, después de que me costara conciliar el sueño ante la perspectiva de esta boda, a la cual tenía que asistir aunque me sintiera muy incómoda, más aun con la ambigüedad de las palabras de Edward en su llamada.

-¡Lista! – suspire mirando mi reflejo, el vestido color turquesa con un escote delicado suave y etérea caída, me queda perfecto con un casual peinado para la ocasión.

-¿Bella? – la puerta se entre abrió dejando ver a Sara

-Entra, ¿Qué te parece? – di un giro frente al espejo

-Es precioso, te ves muy bien.

-Gracias… - tome mi bolso y el abrigo - ¿Benjamín ya llego?

-Si está esperándote en la sala.

Baje las escaleras para ir al encuentro con Benjamín, era la única manera que me sintiera un poco más cómoda en esta situación. Leah demostró ser denigrante aun sin ser la “señora Cullen”, así que su altivez no tendrá parangón una vez que de verdad sea la esposa de Edward.

Entre en el living donde me esperaba Benjamín, vestía un traje gris, que hacia resaltar el hermoso color miel de sus ojos, sonreí por la forma en que me miraba.

-Será el hombre más envidiado de la boda… Te ves gloriosa – Me sonroje cuando él se acercó – soy un maldito afortunado.

-Tu igual estas muy guapo, seré yo la que tenga que alejar a las mujeres de tu alrededor – bese sus labios -¡vamos antes que me arrepienta de ir!

-Siempre podemos crear un plan B – le di un empujón en el hombro sonriendo y el me abrazo.

Salimos hacia el hotel Plaza en el Mercedes de Benjamín, nos reímos durante el camino por mis pobres imitaciones de Amy Winehouse que puse en el cd del auto, su risa cristalina y el destello de sus ojos cada vez que me miraba me sobrecogía.

Me gusta mucho su compañía, es alegre, sincero y cariñoso conmigo, todo cuanto puedo pedir de un hombre… había tenido un par de novios antes de Jacob, novios de adolescencia sin importancia en mi vida, unos besos locos con algún chico en la universidad, nunca fui tan nerd, disfrutaba de mi juventud pero manteniendo a raya mis hormonas… creo que siempre fue por el miedo a apegarme emocionalmente, o un embarazo no deseado sin alcanzar mis metas antes, la verdad no lo tengo claro, pero Benjamín me da mucha seguridad, me siento querida, admirada y me reconforta su compañía.

-Se supone que nos sentaríamos con Alice ya que Jasper está con Edward, pero no la veo – me empine para mirar sobre las cabezas de la gente que estaba en el salón

-¡Ahí esta! Con un par de mujeres – camine detrás de Benjamín en la dirección que vio a Alice – ¿La ves? – me pregunto por sobre su hombro.

-Sí, ya la vi… ¿con quién está? – Alice me vio llegar y la cara de alivio que puso nos hizo reír a ambos

-Bella – me abrazo como si no me hubiera visto en la mañana - ¿Qué alegría verte? – le dio la espalda al par de rubias que estaban conversando con ella.

-Alice, ¿Qué pasa?... no puede ser tan malo – entorno los ojos alejándonos de las mujeres.

-Si lo es cuando estas dos tipas mueren de envidia…

-¿Esa es Jane Vulturi? – pregunto Benjamín a Alice

-Sí y la que esta con ella es Chelsea su prima o algo así… ambas tuvieron un affaire con mi hermano. ¿Tú de donde la conoces?

-No la conozco pero la he visto en eventos sociales con su padre.

-Vamos a sentarnos porque esto ya debe estar por empezar – me voltee hacia la entrada donde Edward y Jasper estaban de pie saludando a la gente.

-Edward se ve tan pálido – dijo Alice acercándose a mí para susurrarme – Espero equivocarme y que no se case de verdad… si de solo mirarlo te das cuenta que no está cómodo con todo esto – me volví para contemplarlo y efectivamente su semblante dejaba mucho que desear, Jasper parecía más contento que él, pero no dejaba de darle miradas como si esperara que quisiera arrancar, en eso juntos caminaron por el pasillo hasta el altar donde se efectuaría la ceremonia.

-¿De verdad crees que dejara a Leah en el altar? – susurre mucho más bajo a Alice.

-No, pero él no es feliz con esta decisión… ¿Por qué lo hace? No tengo idea pero no será algo bueno para él. ¿Tú como lo estás tomando? – Me tense por su pregunta, me pilló de sorpresa. ¿Cómo lo estoy tomando? O sea soy realista, me incomoda pero no me duele, me gustaba mucho Edward, pero no era algo que me quitara el sueño a tal punto de mortificarme con su boda. Al final es solo molestia por sus coqueterías sin sentido.

-Bien, sabes que lo que más me molesto de todo es su ambigüedad conmigo cuando en realidad planificaba una familia, independiente de todo lo demás… él sabrá porque hace estas cosas –levante los hombros con indiferencia – ahora estoy en otra onda – mi amiga me sonrió cómplice y me tomo el brazo

La música de la marcha nupcial comenzó a sonar y nos pusimos de pie para ver a la novia. Leah estaba radiante, su vestido precioso con elegantes encajes en el frente y la espalda descubierta, era lo único realmente elegante y de gusto en toda la boda.

-Fue Esme quien le regalo el vestido – susurro Alice, y me reí por que esa era la diferencia con respecto a la decoración – Del ramo no puedo decir lo mismo… - me fije en el manojo de flores blancas que llevaba en la mano y ahí no había dudas que era ella la que lo eligió.

Mire al novio quien tenía los ojos muy abiertos pero daba la sensación que no estaba pensando en la boda, era casi un piloto automático, si bien la ceremonia era totalmente tradicional el parecía muy ajeno a todo.

-Edward, ¿Aceptas como esposa a Leah? –preguntó el ministro y Edward sonreía pero no respondía, mire hacia la gente invitada y todos esperaban expectantes la respuesta -¿Edward?

-Acepto – le di un vistazo a Benjamín y este sonreía por el nerviosismo evidente de Edward.

-Leah, ¿Aceptas como tu esposo a Edward? – volví a mirar el altar y la sonrisa de Leah al aceptar a Edward.

-Acepto…

-Los declaro, marido y mujer… Señor y Señora Cullen – Los novios se besaron y giraron mirando a los invitados.

-¿Creo que tenías razón Bella? – me susurro Benjamín, alejándonos de las demás personas que caminaban hacía la pareja de recién casados.

-¿Sobre qué?

-Edward se ve confundido… sólo espero que realmente sea feliz con su decisión -  Mire a la pareja y de verdad él no se veía contento, no era el rostro de un hombre que ama a la persona con la que has elegido pasar el resto de tú vida. ¿Lo haría solo por su hijo? Esa es la única respuesta que puedo obtener de acuerdo a su comportamiento… por lo menos eso redime su actitud conmigo y lo convencido que estaba de  terminar su relación con Leah…

-Tal como dijiste anoche… Él es adulto debe ser responsable de las cosas que decide.

Entramos en el salón totalmente lleno de flores del mismo estilo del ramo de Leah, los colores de las cintas eran verdes y dorados, que resaltaba sobre el monocorde blanco de la mantelería y la vajilla. Nos sentamos en la mesa junto a Rose y Emmett quien miraba divertido a Edward.

-Si no lo conociera juraría que este es el peor día de su vida- comento Emmett comiendo un poco de salmón – pero como lo conozco sé que por algo está haciendo esto.

-Insisto – dijo Rose, mirando a Jasper que se ponía de pie con una copa en la mano – Son tal para cual – Todos en el salón guardaron silencio esperando las palabras del padrino.

-Edward es mi hermano, nos conocemos desde pequeños, hemos sido amigos inseparables, cuñados, socios y nuestra vida ha estado vinculada por todos estos lazos, cuando pasaban los días desde que le pidió matrimonio a Leah y no me pedía que fuera su padrino, pensé en algún momento que en realidad en esto no lo tendríamos juntos… pero me equivoque, hay sentimientos que no se pasan con el tiempo y mucho menos cuando es una vida la que compartimos… Les deseo que sean tremendamente felices. El matrimonio es maravilloso cuando lo que vives es amor. ¡Salud por la felicidad de esta hermosa pareja!

El itinerario de la boda se cumplió, los bailes y cada una de las cosas propias de un matrimonio, incluso la disputa por el horrible ramo, lo que nos dio pie para reírnos un buen rato con mis amigas.

Bailamos mucho, y nos divertimos entre amigos pase de los brazos de Benjamín a los de Emmett que me zarandeaba entre risas y amenazaba a mi novio que lo despedazaría si me hacía sufrir con caras chistosas más que amenazantes… al final los brazos amorosos de Benjamín me tomaron y bailamos una delicada tonada.

-Me tienes fascinado… - sus ojos destellaban mientras me recorría con la mirada – Estoy tan feliz de que aceptaras ser mi novia.

-Me haces sonrojar – le toque la solapa del traje, mordiéndome el labio él se acercó y me beso lleno de pasión, por mi parte respondiéndole de la misma manera pasando mis manos por su cuello - ¿Vámonos? – le susurre sobre los labios – Sácame de aquí.

Me tomo de la mano y agarrando en el paso mi bolso y abrigo, salimos del hotel riéndonos, el viento helado nos golpeó por lo que me estremecí, Benjamín me abrazo por la espalada mientras esperábamos el auto, besando la piel descubierta de mi cuello. Nos subimos al auto.

-¿Dónde quieres ir? – pregunto cuando daba el verde del semáforo

-No lo sé… Sorpréndeme -  Sonrió y apretó el acelerador

-Tú lo pediste… - tome su mano entrelazando mis dedos con los de él.

Sonreí contenta, me siento plena y tranquila, si bien no llevamos mas de un mes con Benjamín, ha demostrado ser un gran hombre, me ha ayudado y entendido muchas cosas que me han pasado. Comprendió lo que paso con Jacob y la petición de Charlie de casarme aun sin amarnos… todo sin juzgarme y entendiéndome.

-¿Con Jacob fueron novios alguna vez?- pregunto cuando se sentaba en el sofá después de entregarme una taza de café.

-No, siempre fuimos como hermanos. No te niego que nos besamos un par de veces, pero nada más.

-¿Cómo fue eso? Lo de besarse… ¿jugaban o era atracción?

-La primera vez fue con un grupo de amigos, yo tenía 13 años y jugábamos a la botella. Fue cómico porque después de besarnos nos limpiamos la boca con el dorso de la mano.

-¿Y la segunda?... – beso mi cuello abrazando mi cintura acercándome a él.

-Se lo pedí yo… estábamos en la secundaria y había un chico que me gustaba… yo como no me sentía segura como besar, le pedí a Jake que me enseñara. Esas fueron las dos veces.

-¿Él tenía más experiencia?

-Sin duda… muchas chicas en el instituto lo perseguían.

-¿Tuviste más novios? – me gire para mirarlo y su expresión era divertida.

-Un par pero nada importante… total besos y abrazos no quitan pedazos. – se carcajeo en mi cuello haciéndome cosquillas.

-Hay algo que me preocupa… no quiero ser imprudente, ni invadir tu privacidad… pero estuviste casada con él y después vinieron estos episodios de violencia… - guardo silencio lo mire directamente a los ojos buscando lo que se había cayado, me acaricio el cabello suavemente

-Dime Benjamín ¿Qué te preocupa? – me apoye en su hombro esperado que hablara – puedes preguntarme.

-Es que no quiero ofenderte o que pienses algo que no quiero… - siguió acariciándome y suspiro - ¿él te violento sexualmente? – me tense por un momento pero decidí ser sincera, no tenía dobles intensiones con esto, él está realmente preocupado por mí. Me incorpore para fijar mis ojos en los suyos.

-Antes que todo terminara… esa noche en que Alice y Jasper me fueron a buscar, él lo intento… pero se detuvo – me sonroje antes de seguir – yo… la verdad es que yo… aun soy virgen. – Lo mire esperando algún atisbo de incredulidad o burla, pero su mirada reflejaba ternura.

Salí de mis pensamientos cuando se detuvo el automóvil, mire por la ventanilla de este y me di cuenta que era el Empire State.

-¿Qué hacemos acá? – abrí la puerta acomodándome el abrigo para evitar el viento.

-Me pediste que te sorprendiera… - tomo mi mano para caminar hacía la entrada del edificio donde los guardias controlaban a los turistas.

-Espérame acá un momento – me quede de pie mirando el lobby inmaculado, me fije que Benjamín hablaba con uno de los guardias y señalaba en mi dirección. Sonriente camino de vuelta hacia mí. –Acompáñame – volvió a tomar mi mano y nos encaminamos hacía uno de los elevadores.

-¿Qué les dijiste para que nos dejaran subir? – Él esbozo una hermosa sonrisa tomando mi cara entre sus manos.

-Les dije que te pediría matrimonio… -me tense quedando con el aire congelado en mis pulmones – así que cuando bajes esconde la mano en el abrigo, no traje ningún anillo. – Solté el aire cuando se abrieron las puertas del elevador en un amplio lobby con mamparas que dividía la enorme terraza, ignorando la broma de Benjamín.

-De verdad es hermoso – las luces de la ciudad construían un cuadro magnifico – sus brazos se amoldaron en mi cintura.

-Tú eres más hermosa… Bella sé que no llevamos mucho tiempo juntos, pero de verdad eres muy especial para mí… - beso mis labios tiernamente delineando con su lengua, sus manos se cerraron en mi cintura atrayéndome hacía él, nuestras lenguas jugaron a dominarse con las luces de Nueva York como testigos. Cuando rompimos el beso nuestras frentes quedaron unidas y nos mantuvimos abrazados varios minutos mirando la ciudad.

-¿Quieres ir a tú casa ahora?

-¿Podemos ir a tu departamento?... – me mordí el labio, se quedó mirando mi boca y no dudo en besarme otra vez – vamos… - nos seguimos besando en el elevador ansiosos como dos adolescentes, sentía mis labios latiendo al ritmo de mi corazón.

Entramos al departamento de Benjamín, apenas adentro él me tomo en brazos llevándome al sillón donde saco mis tacones lentamente acariciando mis pies de paso.

-¿Te apetece una copa? – divertida asentí, subiendo los pies al sillón mientras Benjamín iba a su mini bar sacando una botella de champagne y tomando dos copas.

-¿Qué celebramos?

-Mmmm… que estamos tú y yo disfrutando de una post boda muy extraña por lo demás, pero lo importante es que estas acá conmigo – abrió la botella haciendo saltar el corcho, llenando las copas del dorado espumoso.

-Me gusta eso… Por nosotros – chocamos nuestras copas.

Benjamín llego a mi vida justo cuando más lo necesitaba, nunca he creído en las coincidencias del destino, ni que la vida está escrita, siempre he pensado que nuestras vidas son consecuencia de nuestras decisiones y en base a ellas forjamos nuestro presente y trazamos un futuro. ¿Sera que es eso lo que está sucediendo en este momento?... deje la copa sobre la mesa de centro y me acerque a mi novio descansando la cabeza en su hombro y besando su cuello sobre la blanca camisa.

Acaricie su pierna y sentí como se tensó por mi roce sutil, el cambio de su respiración cuando mi mano se quedó ahí sobre su muslo. Alce la mirada y sus ojos relampagueaban.

-¿Me dejarías Besarte? –Me acerque a sus labios mojando su boca con mi lengua – el me beso devuelta nos tendimos en el sillón, sus labios no pararon de besarme, nuestras lenguas de rosarse mutuamente. Mis manos fueron a su cuello, aflojando su corbata sin perder el ritmo del beso.

-Bella – su voz me hizo estremecer – debemos parar – pero no se alejó de mí, su aliento dulce lo sentía en mi rostro, respiro profundo y se levantó sentándose en el sillón.

-¿Qué sucede? – recogí mis piernas quedando alejados el cerro los ojos por un momento antes de voltearse hacia mí.

-Me provocas Bella, como hombre… no quiero hacerte sentir incomoda llevándote a algo que tú no quieres.

Medite sus palabras mientras él reposaba su cabeza en el respaldo del sillón tratando de concentrarse… yo también sentía cosas, mi cuerpo que sucumbió a tantos años de letargo ahora deseaba la libertad, ser explorado… y yo necesito sentirme querida, ya no soy una adolescente que no sabe lo que hace, soy una mujer, que puede lidiar con sus decisiones… Me levante del sillón y Benjamín alzo la cabeza para mirarme, en sus ojos había vergüenza. Me incline acercándome a él apoyando mis manos en sus muslos.

-También provocas cosas en mí - toque sus boca y mordí su labio inferior paso la lengua donde mis dientes apretaron y me perdí por el erotismo de ese gesto, tomo mi cintura y me acostó en el sillón perdiéndose en mi cuello haciéndome gemir.

-¿Estas segura de esto?... – Su lengua delineo mi cuello y sus manos subían por mis piernas

-Te quiero… deseo estar contigo – sus manos tomaron los tirantes de mi vestido deslizándolos por mis hombros y besando cada centímetro descubierto, se levantó sobre mí y sentí el frio lo mire confusa pero él sonrió.

-Ven… - Me tendió la mano y gustosa la tome, prontamente me beso y acaricio mi cintura con posesión, llegamos entre pasos torpes hasta su dormitorio -¿estas segura Bella? Asentí empujando su pecho para que cayera en la cama… me sentía llena de vida, vibrante, lujuriosa y muy segura de lo que estaba haciendo, me subí sobre él comenzando a abrir su camisa, el me miraba lleno de deseo… una vez descubierto su bronceado pecho pase mis manos…

-Isabella… - cerré los ojos al ronroneo de su voz, sentí como me tomaba para depositarme suavemente en la cama, besando y tocando mi cuerpo que ardía en este nuevo fuego, prontamente mi vestido desapareció quedando solo en ropa interior, con delicadeza Benjamín beso mis pechos y de la misma forma le ayude a deshacerse de su ropa, cuando ambos estuvimos desnudos, maravillándonos por nuestros cuerpos…  - Me vuelves loco de deseo… eres hermosa – su mano se deslizo por mi sexo jugando y extendiendo mi excitación mientras la otra mano acariciaba mis senos, y tomándome por sorpresa su boca comenzó a besar mi sexo, y un extraño el calor  comenzó a hacerse mas fuerte en mi vientre, mientras los gemidos se escapaban sin control de mi garganta… mi mente solo podía preguntarse ¿de verdad existe tanto placer?...

No sabía cómo reaccionar a la electricidad que se juntaba en mi… fue en ese momento cuando sentí la intromisión de Benjamín, abrí los ojos al sentir el peso de su cuerpo sobre el mío, y sin dejar de tocar mi clítoris comenzó a penetrarme lentamente mientras yo sentía el grosor de su miembro. Pese a todo el placer que sus movimientos me brindaban sentí el dolor del desgarro, Benjamín beso mi boca y me acaricio para que me fuera más fácil acostumbrarme a él… Una vez se dio cuenta que mi dolor paso, comenzó a moverse lento, rítmicamente y fue en ese momento en que el deseo exploto en mí, arañe su espalda y mordí sus brazos, y lentamente seguí el ritmo de sus movimientos , con cada ir y venir una sensación extraña iba creciendo en mi vientre, se hizo tan grande que no aguante mas y explote en un nuevo éxtasis que traspaso mi piel, mi corazón estaba desbocado y mis respiraciones erráticas,  cuando el gemido de Benjamín me trajo de nuevo a la realidad, apretando levemente mis caderas y exhalando un suspiro que lo dejo sin fuerzas, obligándolo a caerse rendido a mi lado.

Quedamos ambos de espaldas regulando nuestras respiraciones, hasta que sentí los brazos de Benjamín rodeándome y besando mi cuello…

-Bella… ¿estás bien? – Rodee su cintura y bese su pecho suspirando al sentir su aroma mezclado con el mío – Voy a preparar el baño para ambos - Cuando se levantó me percate que tenía puesto un condón… me quede mirándolo estupefacta cuando se deshizo de él y camino hacía el baño.

Me sentí confusa frente a eso… o sea yo no me arrepiento, pero no sabía bien como me sentía al respecto. Me incorpore en la cama sintiendo una la leve molestia en mi interior, pero nada que no pueda tolerar, sentí el agua correr cuando Benjamín abrió la puerta sonriendo.

-Ven acá preciosa… déjame consentirte – Tome la mano que me tendió entrando en el baño.

-Gracias – no sabía bien cómo reaccionar… ¡Por favor Bella! Ya eres una mujer… ¡compórtate como tal! Entramos en la ducha tibia, Benjamín se puso detrás de mí abrazándome cariñoso y protector… Sus manos con delicadez me bañaron dejando besos y caricias que entibiaban mi corazón.

Al salir de la ducha nos secamos mutuamente una vez en la habitación,  me tendió una de sus camisetas que me coloque gustosa…

-¿Te arrepientes? – me gire en la cama para mirarlo de frente, su expresión reflejaba tristeza

-No… en lo absoluto, ¿Por qué lo preguntas? – acaricie sus rizos castaños.

-Estas tan callada… - me aferré a su cuerpo tibio – no sé, quizás nos precipitamos… no creas que para mí no es importante lo que ha pasado, te quiero y esto ha sido glorioso.

-¿Disfrutaste? – pregunte nerviosa por un momento ya que no me había cuestionado si el sintió lo mismo que yo - ¿Lo hice bien?

-Fue exquisito, tú eres exquisita, me provocas mucho que me muero de ganas de tomarte nuevamente – me reí avergonzada al escucharlo – pero se que estas un poco incomoda…. ¿Qué te pareció a ti? ¿Cumplí las expectativas?

-Fue sensacional para mí, o sea leer sobre el orgasmo no es lo mismo que vivirlo – se acercó para besarme suavemente

-Eso es ideal para vanagloriarme – su cristalina risa vibro entre nuestros cuerpos

-¡Idiota! – mordisqueé su hombro para que dejara de reírse.

-Tú eres un sueño maravilloso… mi sueño -Nos quedamos en silencio abrazados, debajo de las colchas… disfrutando del momento.

Mucho rato después que Benjamín se durmiera me levante sin poder conciliar el sueño, pensando en las sensaciones que descubrí hoy… quizás para cualquier mujer los detalles del sexo son insignificantes pero para mí no lo son, ¿Qué significa esto para él? ¿Qué debemos esperar de esto? ¿Tuvimos sexo o hicimos el amor? ¿Por qué me incomoda que perdiera mi virginidad con un preservativo?… Siempre soñé con una vida perfecta, el hombre perfecto, la familia perfecta todo cuanto nos ilusiona como mujeres. Pero la vida me enseño que la perfección no es real y que sin sentimientos nunca puedes logar nada. Ahora me encontraba debatiendo mi primera vez con esa Bella idealista, romántica versus la mujer que estaba acá parada frente al ventanal mirando las luces del amanecer… ¿Amaría a Benjamín algún día?

-¿Por qué estas despierta? – mire alrededor y mi novio estaba apoyado en el marco de la puerta de su dormitorio, con su pelo ondulado revuelto y solo con unos bóxer esperando mi respuesta.

-Mirando la aurora – volví la mirada al exterior – es el amanecer de una nueva Bella – sentí sus fuertes brazos y cerré los ojos

-Ven a la cama… me estoy haciendo adicto a tu calor.

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¿Qué tal?

Lo sé… pero era necesario, espero sus comentarios…. besos

Me dejan muy contenta con sus comentarios, alertas y favoritos….

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Axavenus