Capítulo 21 - En la orilla

Capítulo 21 – En la orilla

EPOV

Me removí incomodo, lleve mi brazo para cubrir mis ojos,  quise estirarme pero estaba enredado en una frazada, me gire y termine  aterrizando en el suelo sobre una blanca y peluda alfombra. Desenrede la frazada, dándome cuenta que no estaba en mi casa, me senté en el suelo mirando a mi alrededor, cuando una suave risa retumbo en mi cabeza.

-Por fin te despiertas – Alice entro en mi campo de visión con un tazón entre las manos que me extendió, tome la taza aun sentado en el suelo.

-¿Qué hora es? – Mi voz salió ronca por lo que me aclare la garganta - ¿Cuánto he dormido?

-Es cerca de las una de la tarde… - respondió mi hermana acariciando su vientre – según la hora que llego Jasper contigo como calidad de bulto has dormido unas ocho horas.

-¿Tienes algún analgésico? - ella sonrió y de su bolsillo me extendió un frasco de pastillas.

-Voy a buscar agua – se paró en el umbral - ¿o prefieres venir a la cocina a comer algo?

-Te acompaño – me levante y la seguí refregando mis ojos para poder aclararme, un audible bostezo se arrancó de mi pecho, justo cuando entre en la cocina - ¿Jasper salió?

-No, está duchándose… tiene el semblante un poco mejor que tú – me tendió un vaso de agua me senté en el taburete de la isla de la cocina, alcanzando un plátano de la frutera y sacando un par de pastillas para tomarlas.

-Buenos días, buenas tardes… no tengo idea – entro Jasper caminando  palmeándome la espalda y avanzando hacía mi hermana para besar sus labios y bajando a acariciar su barriga.

-¿Cómo te sientes Edward? - me miro con preocupación

-Con una resaca del demonio pero bien… nada que los analgésicos no puedan solucionar- le conteste mordiendo el plátano.

-Edward, tuve que apagar tu BlackBerry porque no paraba de sonar – se disculpó mi hermana, tendiéndomela por sobre la mesa – creo que todas las llamadas eran de Leah.

-No te preocupes, ya hablare con ella.

-Edward… me puedes acompañar – pregunto Jasper acercándose a mí, por lo que asentí poniéndome de pie – sígueme – lo seguí caminando por el pasillo hasta el ventanal del living, lo abrió y le indico que saliera con él.

Cuando salí mire hacía la terraza alejada del jardín, vi a Bella flexionada en una posición presumiblemente de yoga, la concentración de su rostro y la desnudez de su cuello al tener su pelo en una cola, la hacía más hermosa…

-Perfecta – susurre involuntariamente

-¿Me decías algo? – pregunto Jasper, mientras me indicaba una silla

-No, no es nada. ¿De qué querías hablar conmigo? – Jasper me miro por unos minutos como si sopesara sus palabras.

-Edward… ¿te acuerdas de lo que me dijiste anoche?

-¿Cuándo?... dijimos muchas cosas.

-Cuándo te traía de vuelta a casa… ¿recuerdas algo? – lo mire confundido, tratando de acordarme.

-No… bueno me acuerdo que salimos del bar que me llevaste y que subimos al auto, pero nada más. ¿Hay algún problema?... si no he firmado nada no tiene validez – me reí por la expresión de Jasper

-¿Estás seguro que casarte con Leah sea lo correcto? – me quede en silencio sopesando su pregunta, ¿de dónde mierda viene eso?...

-¿Qué quieres decir Jasper?... acaso no te pedí que seas mi padrino de boda… esta resaca es producto de mi despedida de soltero.

-Si, lo tengo claro… pero anoche dijiste algo que me preocupa - ¿Qué mierda dije?

-¿Qué puede ser relevante como para que me cuestiones?

-No amas a Leah… - no fue una pregunta sino una afirmación - ¿te casas con ella por él bebe?

-No es necesario amar a alguien para casarme… ¿Qué se supone que es todo esto? Tampoco lo hago por mi hijo si es lo que te preocupa. - Me levante, para pasearme por el jardín lo que fue un error porque mis ojos se iban hacia la figura de Bella.

-¿Por qué eres tan obtuso Edward?

-Jasper, no quiero enojarme… agradezco tu preocupación, pero no la necesito

-¡Dijiste que la amas! – gritó a mi espalda, camine de vuelta a la casa sin siquiera mirarlo nuevamente. ¿No puedo haberle dicho que amo a alguien cuando no amo a nadie?  Una vez dentro de la casa, saque mi BlackBerry para llamar a Eleazar para que me venga a buscar.

Me fui directo a mi dormitorio para darme un baño, me desnude mientras accionaba la ducha, relaje el cuello reconfortándome con la sensación del agua recorriendo mis músculos. Me envolví la toalla en la cintura, para sacar ropa del walkingcloset, quede de piedra al ver colgado el traje que usaría en la boda.

Salí rápidamente del closet casi chocando con Leah…

-¿Qué significa eso? – pregunte apuntando al closet.

-¡Ah! Te dignas a aparecer, Edward… te llame toda la mañana ¿Dónde se supone que te llevo tu cuñado?

-¡¿Qué significa ese traje blanco en el closet?!

-Es tu traje de novio Edward… ¿Qué esperabas? – Entro dentro en el walkingcloset acercándose al traje y sacándolo del sobre transparente – ve veras perfecto.

-No me voy a poner eso, ¿en qué demonios pensabas Leah? ¿Por qué un traje blanco?... – Ella salió del closet empujándome y descargando sollozos. ¡Maldición! me puse unos pantalones deportivos, para seguirla.

Estaba sentada en el living, con las piernas recogidas y llorando…

-Leah… - me senté a su lado pasando la mano por mi pelo.

-¿Déjame Edward?... haz tu vida más fácil, toma cualquiera de tus trajes Armani y haz lo que quieras – me miro con los ojos llenos de lágrimas.

-Leah no es necesario que armes una escena por una estupidez… - Me miro furiosa limpiando de un manotazo sus lágrimas- Me dejas solo con todo esto Edward – sollozo – para ti todo esto es fácil… es llegar allá y decir acepto, ni siquiera sabes de que sabor es el pastel…

-Leah, puede que tengas razón pero por ningún motivo me pondré un traje blanco…

-No lo entiendes es parte de un todo… tú traje – las lágrimas volvieron a caer por sus mejillas -  combina con mi vestido – y la decoración… pero a ti no te importa nada de esto. Te recuerdo que esto es lo que tú querías Edward…

-Leah, por favor deja de llorar… - mi paciencia estaba poniéndose a prueba – entiendo tus argumentos, pero no me pondré ese ridículo traje…

-¡Para ti es todo fácil!... soy yo la que ha estado meses aguantando todo esto… ¡aguantando a tu hermana!, que lo único que hace es criticar y quiere hacer todo a su modo… - su pecho subía y bajaba agitada, me levante para salir y dejarla sola con su berrinche por más que gritara y llorara no me iba a poner el maldito traje - ¡Edward! ¡No me dejes hablando sola! – entre al dormitorio buscando mi chaqueta y mi billetera, cuando su mano se cerró en mi muñeca hundiendo sus uñas ahí - ¡Te estoy hablando!

-Leah suéltame – le susurre apretando la mandíbula, cuando me soltó me gire para encararla - ¿Terminaste el show? – sus lágrimas volvieron a aparecer.

-¡No me tientes a dejarte botado en el altar Edward! – tome un par de billetes y se los tire a los pies, mientras me acercaba a su oído.

-No sabes qué favor me harías si no apareces…

-¿Por qué me tiras esos billetes? – me miro agitada  con los puños cerrados.

-Es la propina por tu show… - mi cara se dio vuelta por la fuerza de la cachetada que me dio Leah y antes que lograra reaccionar se dio vuelta para salir del dormitorio.

-Espero tengas paciencia para las explicaciones que tengas que dar… - me dijo desde la puerta.

-No me amenaces Leah...

Me subí al Camaro, directo a la Quinta Avenida para comprarme un traje de novio… jamás me meteré en uno blanco ¿Qué mierda pensaba Leah? Estacione mi coche frente a la tienda de Brooks Brothers apenas entre el encargado del local me indico el salón de la trastienda para comenzar con la danza de telas y trajes para mi muy estúpida boda. Después de tres horas de probarme distintos tipos de trajes y unos cuatro mil quinientos dólares menos salí en dirección a mi casa…

-Sr. Cullen –Me volví a Carmen que me abría la puerta del penthouse.

-Dime Carmen, ¿Qué sucede? – me tendió la carpeta que me tenía en sus manos.

-La Srta. Leah me pidió que le entregara el itinerario de la boda – tome la carpeta adentrándome en el living – también me pidió que le avisara que ella estaría en el hotel y que lo esperaba a la cena de esta noche con su familia.

-Gracias, me puedes preparar un sándwich y llevármelo al estudio.

-En seguida.

Me senté en mi escritorio a revisar la famosa carpeta con todo el itinerario de mi matrimonio.

Lugar de realización: Hotel Hilton (1335 Avenue of America, Midtwon NY) Salón Deluxe. Ceremonia a las 11:00 hrs. Recepción… cerré de un golpe la carpeta sintiendo el peso sobre mis hombros.

-Sr. Cullen, le traje lo que me pidió – Carmen coloco la bandeja en el escritorio, y se retiró.

Mordí el sándwich apoyado en el respaldo del sillón, tratando de relajarme de la sensación de presión en mis hombros… ¿Estás haciendo lo correcto? ¿Hasta cuándo podrás soportar todo esto? Cerré los ojos con fuerza para acallar mi mente.

No me di cuenta cuanto tiempo paso, hasta que el golpe en la puerta de mi estudio me despertó, al abrirse entro mi futura esposa, solo con una bata de seda.

-Leah ¿Qué quieres?

-Pedirte disculpas… - soltó su cabello y lo agito con una mano… se acercó a mí rodeando el escritorio

-¿No tenemos que ir a comer con tus padres y mi familia? – acaricio mi cara suavemente y posteriormente tomo mi mano para depositarla en su vientre. Baje los ojos a donde mis manos tocaban sobre la tela.

-Aún tenemos tiempo… - Tome las cintas de su bata para abrirla… descubriendo su desnudez, levante mis manos para pasarla por sus hombros deslizando la seda dejando al descubierto sus pechos más grandes, por lo que sonreí.

…

Entramos en el lujoso lobby del hotel de la mano, Leah estaba radiante y totalmente distinta a lo que había sido en la tarde, ni rastros de su melodrama. Nos acercamos a la mesa donde estaban nuestras familias, conversando.

-Querido Edward… - se levantó Harry el padre de Leah, recibiéndonos

-Harry, un gusto como siempre – apreté su mano extendida en modo de saludo, para posterior ayudar a Leah con su silla.

-Tu familia es encantadora Leah – Comento Esme sonriente en dirección a los padres de ella.

La cena transcurrió sin problemas, las hermanas de Leah estaban felices por ser las madrinas de la boda, hablando de vestidos y esas cosas sin importancia. Era Alice la única que tenía una expresión de enfado, por lo cuando termino la cena me acerque a ella.

-Alice ¿Qué te sucede?- me tomo del brazo para apartarnos de las demás personas.

-¿Quién le dio autorización a Leah para definir quién o quiénes son familia? – las aletas de su nariz se expandían con cada respiración.

-¿De qué hablas? – sonreí por las muecas de disgusto que hacia Alice.

-Tú futura esposa, llamo a Bella en la tarde… ¿te puedes imaginar para qué? – ahora fui yo el que frunció el ceño

-¿Para que la llamo?

-Para recordarle que ella estaba solo invitada a la boda, porque era amiga tuya, pero no a esta cena que es sólo para los familiares. ¿Te das cuenta el tipo de mujer que es? – me quede en silencio mirando a Alice que seguía con su verborrea – No era que Bella iba a venir, porque tenía una comida con Benjamín, pero es tan desubicada tu “futura”… no entiendo en que estás pensando Edward, de verdad siempre has sido extraño… cuando eras un nerd eras más fácil de tratar, pero cuando volviste de Londres… no se… ahora no sé qué esperar de esto. Anoche soñé que estabas atrapado en una tormenta, en una cabaña… no sé qué será, después gritabas…  ¿Por qué aun sigues con esto?... – se quedó callada al no tener respuesta de mi parte - ¿viste el traje de novio que eligió para ti?

-Si lo vi – abrió los ojos con sorpresa

-¿Te lo vas a poner?... no puedes ser tan idiota

-No, ahora si me disculpas… ya tengo suficiente de hormonas de embarazadas por hoy.  Y por lo de Bella, yo hablare con Leah.

-¿Edward?... – la mire esperando a que continuara – Todavía estas a tiempo. – Dicho eso se fue hacia Jasper que me sonrío para después salir hacia el lobby.

…

Termine de preparar mi equipaje para la luna de miel, que Eleazar se encargue de llevarlo al aeropuerto una vez que finalice todo el show, guarde la carpeta con el regalo de bodas para mi “esposa”.

Me tire de espaldas a la cama, con la BlackBerry en las manos, sopesando todo lo que Alice, me había dicho… Bella necesitaba una disculpa por la forma en que Leah la trato.

Busque su número en la agenda marcándolo inmediatamente, contesto al instante

-Aló… - escuche su musical risa

-Bella, soy Edward – se quedó callada, de fondo sentí que cerraba una puerta.

-¿Qué necesitas Edward?

-Te llamaba para pedirte disculpas por la actitud de Leah… -suspiro – no fue la manera apropiada.

-¿Alice te conto?...

-Así es… Bella tú eres importante en la vida de los Cullen, no importa lo que diga Leah...

-A ver Edward, creo que no te entiendo… de primero agradezco la delicadeza de pedirme disculpas, pero no es necesario. Se perfectamente cuál es mi lugar en la familia Cullen, no necesito que Leah o tú lo recalquen.

-No quería que te ofendieras Bella, sólo que entiendas que para mí también eres importante…

-Edward faltan alrededor de doce horas para que te cases, y todavía sigues jugando al tira y afloja conmigo… ¿Qué es lo que realmente quieres de mí?

-Ahora no puedo ofrecerte nada… ni tampoco quiero hacerlo, pero el hecho que me case no significa que las cosas cambien entre nosotros…

-Creo que estas completamente confundido, lo único que espero de verdad Edward es que seas feliz con la mujer que elegiste.

-Discúlpame por todo Bella – Corte la llamada.

Me removí en la cama una y otra vez pensando en Bella, mi matrimonio con Leah, mi hijo, las cosas que quiero y todo lo que me espera.

El sonido del despertador me sobresalto cuando parecía que recién cerré los ojos, me desperece en la cama, justo cuando abrieron la puerta de mi dormitorio.

-¡Todavía estas acostado! – Levante la cabeza para ver a mi hermana y detrás de ella la cara mortificada de Carmen.

-Recién apague el despertador – me senté en la cama pasándome la mano por el pelo y bostezando - ¿Qué haces acá?... ¿no tendrías que estar arreglándote?

-Sólo estoy cumpliendo órdenes de mi madre. Así que apúrate, date un buen baño y te afeitas – Entro en el walking closet y la seguí.

-¿Este es el traje que vas a usar? – lo saco de la funda y miro detenidamente.

-Es lo que encontré a última hora, no es lo mismo que uno hecho a medida, pero sirve para lo que necesito.

-Me parece un traje muy lindo, incluso con la urgencia que lo compraste… ¿acaso no sería mejor uno de walmart al lado de esa cosa blanca?

-Toda la razón… ahora lárgate me voy a bañar.

Respire profundo cuando salimos junto a Jasper al pasillo que nos conduciría al salón. Al entrar ya estaban instalados los invitados salude a mucha gente y recibí demasiadas felicitaciones y por cada una de ellas añadía un kilo más al peso que tenía en mi espalda.

-Debemos esperar en el altar – me dijo Jasper caminando delante mío.

Parado en el altar, me fije en la decoración excesiva y los arreglos florares recargados del salón. Comenzó a sonar la marcha de Mendelssohn levante la vista al pasillo donde apareció mi futura esposa.

Todo se volvió nuboso mientras el peso sobre mis hombros era casi insoportable, me fije en la sonrisa de ella mientras avanzaba por el pasillo cubierto de pétalos… Me acorde de repente de la sensación de caer al vacío cada vez que sueñas eso te sobre saltas, o cuando estas en la orilla de un precipicio y la morbosidad de ver donde termina hace que pierdas el equilibrio… ¿Por qué me acuerdo de Freud en este momento?  Quizás es la deformación onírica de lo que alguna vez pensé que era lo mejor para mí…

-Edward, ¿Aceptas como esposa a Leah? – Ella estaba frente a mí, con su cabello recogido, sus largas pestañas maquilladas, su piel canela con pequeños destellos en un vestido de encajes… -¿Edward? – Trague en seco, ¡sólo piensa en tú hijo! ¿Crees que ella seguiría con el embarazo si te niegas ahora?

-Acepto – la mire y suspiro fuertemente al escuchar mi respuesta, una pequeñita, quizás sobrina de Leah, me entrego una almohada con las argollas de matrimonio. Tome la argolla de ella y se la coloque con cuidado en su dedo.

-Leah, ¿Aceptas como tu esposo a Edward? – Pregunto el ministro mirándola, ella sonrío y me miro fríamente, esa mirada me recordó cuando vio a mi hijo en la ecografía, era una mirada calculadora, sin emociones.

-Acepto… - la presión en mis hombros aumento, mire hacia los invitados y mi madre me miraba fijamente con preocupación.

-Los declaro, marido y mujer… Señor y Señora Cullen –Asentí en la dirección del ministro – Puede besar a la novia – Me acerque tomándola por la cintura besando suavemente sus labios, sin emoción, ni siquiera con la lujuria que ayer sentí por ella.

Nuestras familias se acercaron para felicitarnos, mientras avanzamos por el pasillo hasta el salón donde se haría la recepción.

Se abrieron las puertas del salón y el mismo estilo recargado y ostentoso nos recibió. La gente entro, mas abrazos y deseos de felicidad nos rodearon las copas aflautadas trajeron el champagne para el primer brindis. No sé en qué momento o porque anoche no dormí casi nada que no me di cuenta que estábamos sentados y Jasper estaba de pie para dar su discurso.

-Edward es mi hermano, nos conocemos desde pequeños, hemos sido amigos inseparables, cuñados, socios y nuestra vida ha estado vinculada por todos estos lazos, cuando pasaban los días desde que le pidió matrimonio a Leah y no me pedía que fuera su padrino, pensé en algún momento que en realidad en esto no tendríamos juntos… pero me equivoque, hay sentimientos que no se pasan con el tiempo y mucho menos cuando es una vida la que compartimos… Les deseo que sean tremendamente felices. El matrimonio es maravilloso cuando lo que vives es amor. ¡Salud por la felicidad de esta hermosa pareja!

Tome de un trago el champagne y Leah apretó mi mano, disimulando su molestia con una sonrisa irónica. Mire hacia las mesas redondas fijándome en los invitados… ¿300 aproximados? en las mesas cercanas estaban la familia, gente del trabajo, socios, etc…

Apenas comí lo que servían me entretuve conversando con Jasper, quien parecía entender mi estado de ánimo… llegamos al tiempo del baile… donde nos llamaban para abrir con el típico vals. Tome la mano de Leah y nos adentramos en el centro de la pista.

-¿No te pusiste el traje que te deje? – tome su cintura para marcar el ritmo del baile.

-No molestes… ya estamos en esto –bailamos suavemente y la nuevas parejas nos acompañaron - ¿Cómo te has sentido? ¿Cómo está mi hijo?

-Estamos bien… - se apoyó en mi pecho, actuando como siempre… levanto su cabeza mirándome – bésame, es algo que haría una pareja feliz – al no complacerla, volvió a apoyar su cabeza en mi pecho.

Todas las estúpidas tradiciones del matrimonio llevamos a cabo, Leah irradiaba orgullo y alegría. Me fui al bar a tomar un whisky me senté ahí, mirando a los invitados. Fue en ese entonces cuando la vi riendo y bailando con Benjamín, el miraba su escote precioso, en ese momento fue cuando se acercó y la beso con posesión.

Deje el vaso en la barra yéndome en busca de mi esposa… ¿Por qué debo amargarme cuando esto es lo que quería? Ya tengo a mi esposa en cuyo vientre crece mi hijo… ¿Por qué debo amargarme por no tener a Isabella Swan? Rodee por la cintura a Leah girándola la bese y acaricie su espalda descubierta.

-Te tengo una sorpresa… -Le susurre contra sus labios

-¿Me la das ahora o después? – la apreté más por la cintura

-Cuando lleguemos al lugar donde tendremos nuestra Luna de Miel…

“Bienvenidos al Aeropuerto Internacional de Cancún” dijo la voz del capitán del avión, Leah estaba emocionada sonriendo por las expectativas de las playas tropicales del caribe mexicano.

-Tomaremos el transfer que nos llevara a Playa del Carmen – ahí te entregare tú sorpresa.

-Me encanta esto… nunca pensé que me traerías al caribe para nuestra luna de miel.

Llegamos a la villa donde pasaríamos siete días, disfrutando de las arenas blancas y las aguas turquesas. El personal de servicio nos recibió atentos a nuestras necesidades.

Nos duchamos juntos antes de bajar para tomar unos refrescos mientras miramos el atardecer.

-Estos jugos naturales son exquisitos – comento Leah sorbiendo la pajilla. Me levante apoyándome en la baranda de la terraza, mirando a mi esposa.

-¿Te gusta la villa? – miro alrededor sonriente y se acercó a mí.

-Me encanta es paradisiaco – tire de su brazo para acercarla más a mi cuerpo.

-Es tuya, es el regalo por mi hijo… 

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¡¡¡Quiero saber que les ha parecido!!!

Estoy muy contenta con sus comentarios, alertas y favoritos….

Muchas gracias…. Me hacen muy feliz

Cariños

Axavenus