Capítulo 20 - Tormenta

Capítulo 20 –  Tormenta

EPOV

-¿Por qué pareces molesto? – me pregunto Esme, sentada en el sofá de mi sala.

-No he dormido bien estos días – refregué mis ojos cansados

-¿Estás seguro? – analizo mi rostro con detenimiento

-Estoy seguro – Como no iba a estarlo si todas las noches me he visto envuelto en las fantasías eróticas que ella produce en mí… hasta cuando sigues con el “Ella”… tiene nombre y te encanta pronunciarlo – Leah ya viene, las náuseas matutinas la agobian.

-Es normal en el embarazo… lo importante es que se hidrate y alimente bien – miro por sobre su hombro y se acercó a mí – hijo tú sabes cuánto te amo y cuando deseo que seas feliz…

-Lo sé madre.

-Por lo mismo quiero saber si estas realmente seguro de la decisión que estas tomando. No quiero que te sientas presionado a formar una familia por todas las cosas que te decíamos con anterioridad.

-¿Presionado?... por favor madre, ¿A qué viene esto? – bajo la mirada como avergonzada, midiendo su respuesta.

-¿Estás seguro que quieres a Leah en tu vida? – me sorprendió su pregunta, ¿estoy seguro?...

-Sí, es la mujer que elegí y es la madre de mi hijo.

-Si es lo que quieres – hizo una mueca extraña, pero se compuso al instante que Leah entro en la sala.

Eleazar nos llevó a la consulta con el ginecólogo, mi madre entusiasmada ha estado en las ecografías de todos sus nietos y no quería ser la excepción  para mi hijo.

Leah tomo mi mano cuando entramos en la oficina del doctor Humpfey

-Sr. Cullen, bienvenido nuevamente

-Dr. Humpfrey, le presento a mi madre Esme Cullen –se estrecharon las manos a modo de saludo.

-Leah puede pasar a este cuarto y cambiarse para proceder al control – Ella paso al cuarto continúo y con mi madre nos sentamos a esperar. Cuando volvió el doctor la hizo subirse a la balanza.

-Has bajado un kilo y medio… con respecto al peso de tu ficha ¿estas con alguna dificultad para comer?

-No solo los vómitos matutinos, pero la verdad es que preferiría no engordar demasiado – contrarresto Leah bajándose de la balanza, mi madre me lanzo una mirada que no supe descifrar.

-No es para que engorde Leah, es para el bienestar del bebé, debe consumir alimentos balanceados, está usted ya bajo su peso adecuado, por ese motivo tiene chance para subir de peso de manera saludable.

-No se preocupe doctor, personalmente me ocupare que se alimente como corresponde – Le respondí al doctor por lo que  Leah me lanzo una mirada cargada de resentimiento

-Así debe ser, en la actualidad los hombres deben ser partícipe del embarazo 
– sonrió en mi dirección, volviéndose a Leah – Puede sentarse en la camilla a su izquierda, haremos el ultrasonido. Bajo las luces de la sala mientras Leah se acomodaba, me levante para pararme al lado de ella.

-¿Ya podremos escuchar sus latidos? – pregunto mi madre emocionada

-Si por las semanas de gestación ya hay latido…  Leah el gel conductor es helado le prevengo– dijo el doctor con una sonrisa

-No hay problema – extendió el gel y Leah dio un respingo.

Mire inmediatamente la pantalla, mientras el doctor movía el aparato sobre el vientre, se proyectó la imagen perfecta de mi hijo, mire a Esme que derramaba lagrimas  por sus mejillas.

-Cómo pueden ver, tenemos a un feto en desarrollo, esa es la forma de su cabeza que mediremos ahora y ese aleteo es el corazón.

Mire a Leah con la necesidad de agradecerle, besarla por tan maravilloso milagro, por llevar a mi hijo en su vientre… pero la expresión de su rostro me detuvo. Sus ojos estaban fijos en la pantalla mirando a mi hijo, pero no había expresión, ni anhelo… no había nada en su mirada.

El constante y fuerte sonido me obligo a levantar la vista hacía la pantalla, sus latidos representaban la vida…

…

-¿Por qué tenemos que venir todos los domingos donde tus padres? – la acidez de las palabras de Leah, me estaban superando. Entre en el estacionamiento y abrí la puerta del auto ignorándola.

-Es una tradición familiar – Cerro de un portazo la puerta de  mi amado Camaro… apreté la mandíbula, me volví y la tome del brazo – Si no quieres estar acá llamo un taxi y te vas… ¿eso es lo que quieres?

-¿Para dejarte coquetear con la mosca muerta de Isabella? – La solté por la sorpresa, sonrió satisfecha mirándome - ¿crees que no me he dado cuenta que ella te tiene fascinado?

-Cállate Leah, no te permito que te metas en lo que no te importa… Tu estas conmigo porque así lo elegí, así que por favor no colmes mi paciencia con tus estupideces viendo cosas que no son, así que te repito no te metas en lo que no sabes.

-Me importa. ¡Estoy esperando a tú hijo! – camino rápidamente entrando a la casa de mis padres.

Tome mis llaves y me metí al auto nuevamente. ¡Maldita perra… ahora está sacando las garras!… Salí de ahí dejándola, acelere por le entrada de la casa de Esme casi chocando con otro vehículo que no conocía, me aferre al volante mirando fijamente el maldito auto, apreté la mandíbula cuando de  él salió un ya conocido Benjamín con cara de preocupación.

Abrí la puerta de mi coche, sin siquiera mirarlo. Rodee la parte delantera revisando el parachoques.

-¿Estas bien Edward? – No le respondí, ni lo mire cuando de la casa salieron mis todos a vernos.

-¿Están todos bien? – pregunto mi padre.

-No nos ves… estamos ambos de pie –le respondí con acidez, recién mire a Benjamín y el parecía tan bien como estaba yo…

-¿Dónde está Bella? – Levante la cabeza hacia el auto que casi colisiono

-Ella está bien – contesto Benjamín, caminando hacía su coche y abriendo la puerta del copiloto. Una sonrojada Bella apareció de la mano de él – Voy a correr el coche para que puedas salir Edward…

- No te preocupes me estacionare. No iré a ningún lado – vi a Bella escabullirse a la casa seguida de Carlisle.

-¿Estás seguro que estas bien? – Jasper me miraba preocupado.

-Sí, deja que me estacione para que tú primo pueda hacerlo – Jasper me espero y entramos juntos a la casa.

Durante toda la comida mire de reojo las acciones de Bella, ella se veía alegre y conversadora, sus mejillas sonrojadas… anhelaba perderme en sus ojos chocolates… es hermosa y no puedo negarlo. 

Nos levantamos de la mesa y nos fuimos todos al living, me senté en un sillón individual, mientras todos se acomodaban. Leah rodeo mi cuello y se sentó en mis piernas… me tense al tenerla así de cerca cuando Bella está en la misma sala, la mire inmediatamente pero ella no dio señales de mirarnos, estaba sentaba a los pies del sillón entre las chicas, con las piernas cruzadas y un cojín entre medio… su hermosa sonrisa estaba presente para todos, pero en definitiva ella no me miraba en ningún momento.

-Bueno al final ¿te quedas acá en EEUU? – Escuche a Rose preguntarle a su primo.

-Me quedo por mucho tiempo, el proyecto arquitectónico es bastante interesante así que ya he encontrado un departamento para instalarme. No pase por alto la forma en que miro a Bella y la sonrisa que ella le brindo.

Mi madre trajo postre de helado para todos y la única que tenía frambuesas era Alice. Emmett protesto y fue a buscar la fruta a la cocina, mientras nos reíamos.

-¿De qué te dan antojos Leah? – Pregunto Bella riendo al ver a Alice disfrutar de la frambuesa.

-La verdad es que nada aún… pero creo que los antojos son sicológicos… - alzo la ceja frente a la mirada de Alice y Rosalie.

-Yo creo que es parte de la maravilla del embarazo… - Le respondió Rose, sin mirarla –mis antojos eran camarones ecuatorianos… disfrute tanto, aunque ahora ya no puedo ni mirarlos.

-La verdad es que espero no tener que vivir eso y engordar sin motivos… - miro a Alice que acariciaba su evidente redondez - ¿Bella no estas preocupada porque se te peguen las ganas de ser tener hijos?

-La verdad Leah, es que siempre he querido ser madre…  No es algo de lo que me avergüence.

-¿Qué opina Jacob de eso?... ¿Él también está de acuerdo? – Todos se quedaron callados…

-Leah, Bella se divorció de Jacob – le dije mirándola y ella se largó a reír…

- No lo puedo creer… ¿Por eso ahora andas con Benjamín? – me tense  y tome a Leah para levantarme del sillón, donde ella se acomodó mirándome con el ceño fruncido.

-De hecho tienes razón – mire a Bella inmediatamente – Benjamín  y yo estamos saliendo. – Me quede de pie, canalizando la infinidad de sensaciones que me atravesaron, eso explicaba su sonrisa, el brillo de sus ojos… “la oportunidad que tú perdiste” gritó mi mente.

-Hacen una pareja muy linda, mi primo es adorable Bella… saco todo lo bueno de la familia – Bella se sonrojo mientras sonreía con las palabras de Rose.

Fue ese momento en que ella se levantó de suelo y camino hacía Benjamín que estaba apoyado en la pared conversando con Carlisle sin prestar atención a la conversación de los demás. Bella rodeo su cintura con la delicadeza de sus brazos, él obviamente respondió su gesto.

-Lo sé Rose… - vi en cámara lenta como él se inclinaba hacía ella acariciando su mejilla y depositaba un suave beso en esos labios que han sido míos… mi ser se llenó de rabia y odio por todo lo que sé que esa boca puede provocar.

Salí del salón apretando la mandíbula por las ganas locas de arrebatarla de los brazos de ese maldito hijo de puta, esa boca y esos besos eran para mí, sólo para mí. Esto es una provocación directa, ella sabe lo que está haciendo, me provoca… en ese simple gesto junto a ese maldito ella me demuestra que le intereso, que le dolió más de lo que quiere demostrar lo que paso con Leah. Si ella quiere jugar de esa manera, entonces lo tendrá. Volví a entrar interrumpiendo la conversación que tenían y tome la mano de Leah, ella me miro sonriendo.

-Leah, vamos a casa – Los ojos de Leah se abrieron por la sorpresa, pestañeo rápido y se puso de pie, acerque mi boca a la suya tocando  sus labios.

-Vamos amor… - Me volví a los presentes envolviendo a Leah en mis brazos, acariciando su vientre.

-Nosotros nos vamos, Leah necesita descansar – mire a mis hermanos y cuñados sus expresiones eran diversas. Conteniendo la ira arremolinada camine junto a mi futura esposa pasando a lado de la parejita feliz, sin siquiera mirarlos.

…

-Felicitaciones Sr. Cullen, es usted un gran aporte para la justicia de nuestro país.

-Agradezco sus palabras, pero hago mi trabajo.

-Representar a grandes compañías es un muy buen trabajo Edward, también felicite de parte de Apple Co. A su equipo por representarnos y ganar el caso, como directorio estamos muy agradecidos por su gestión y profesionalismo.

-Les hare llegar sus felicitaciones. Es muy grato trabajar con vuestra corporación.

-Que tengas un buen día Edward.

-Igualmente Richard.

Desconecte la videoconferencia con el directorio de Apple, justo cuando Jasper entro en mi oficina, con una gran sonrisa.

-Las acciones han subido un 20% desde ayer que se hizo público la sentencia del juicio – no pude evitar inundarme de su entusiasmo.

-Ese es el resultado de un buen trabajo, debemos traspasar las felicitaciones al equipo de trabajo a cargo de la cuenta.

-Me encargare de hacerles llegar las felicitaciones. No te preocupes tú por eso… estas a puertas de tú boda no puedes preocuparte por estas cosas, cuando se pueden delegar – me levante de mi escritorio hacia el bar.

-Con respecto a eso… - me serví un vaso de Jack Daniels - ¿podrías ser mi padrino de bodas? – me di vuelta para mirarlo mientras tomaba el whisky.

-Claro, no hay problemas… - su rostro denotaba confusión  - pensé que ya tenías padrino.

-La verdad que no. No te lo había pedido antes pero siempre pensé en la posibilidad que lo fueras, hemos sido amigos durante muchos años, desde pequeños, ¿tienes algún problema que sea a dos días de la boda?

-No ninguno, de hecho me honra de verdad Edward – me palmeo la espalda y camino hacia la puerta– Espera mi llamada, voy a cumplir con mis obligaciones de padrino.

-¿Qué se supone que es eso? – desde la puerta me grito.

-Ya lo veras…

Entre en el departamento aflojándome la corbata, con la vista cansada por leer tantos informes. Al parecer Leah no estaba, así que me metí a la ducha antes de cenar.

Me cambie poniéndome unos jeans y una camiseta cómoda para ir a mi estudio mientras Carmen terminara la cena, saque los documentos del corredor de propiedades, para revisarlos y concretar la compra.

-Sr. Cullen…

-Dime Carmen – le respondí sin levantar la vista de los documentos.

-Su cuñado esta acá, me pidió que lo anunciara.

-Hágalo pasar – Comencé a firmar el contrato de transacción cuando Jasper entraba en mi estudio – Se sentó frente a mi escritorio.

-Jasper, ¿sucede algo? – hizo una mueca extraña conteniendo la risa.

-Vengo a secuestrarte…

-¿Perdón?...

-Es una suerte que sea yo tú padrino porque si fuera Emmett estarías en la cajuela de un auto – se rió recordando algo.

-¿De qué demonios hablas?

-Vienes conmigo Edward, vamos a celebrar tus últimas horas de soltero.

-No seas infantil – contrarreste – no jodas con esa estupidez

-No estoy jodiendo, es parte de mis obligaciones… así que anda a buscar una chaqueta porque está cayendo una tormenta de aquellas en Nueva York, apúrate nos vamos ahora.

-Jasper aún tengo cosas para mañana en la oficina.

-No, ya hable con Ángela y ella ha coordinado todo. No tienes que hacer nada.

Guarde los documentos, me levante saliendo del estudio con Jasper a mis espaldas, la verdad que me estaba arrepintiendo de pedirle que sea mi padrino, pero sería peor si se lo hubiera pedido a Emmett, en eso le encuentro toda la razón.

Esperábamos el ascensor y cuando las puertas se abrieron Leah salió.

-¿Qué sucede? – Nos miró de pies a cabeza

-Me llevo a Edward, vamos a salir – la mueca de la cara de Leah fue todo un poema

-Leah, voy a mi despedida de soltero… - puse mi mano en la puerta del ascensor impidiendo que se cierre, Jasper entro y lo seguí – No creo que llegue esta noche – le grite cuando las puertas se cerraron dejándola atónita.

Salimos del estacionamiento y la cortina de lluvia se abrió camino entre el parabrisas del coche de Jasper.

-¿Cómo es que Alice te dejo salir? Le solté mirando por la ventana

-Se entusiasmó con lo de ser tu padrino…

-Qué extraño, ella casi no participo en lo de la organización de la boda, Leah estaba molesta por eso…  - Respiro profundo

-No te preocupes por eso ahora vamos a un bar de puros… los chicos nos esperan ahí…

-¿Bar de puros?

-Sí, le pedí ayuda a los chicos por lo que haremos unas cuantas paradas en cada elección que ellos hicieron. ¿No te imaginas a quien se le ocurrió un bar de puros?

-Carlisle… - Jasper asintió estacionándose en un local muy al estilo Inglés, aun llovía fuertemente por lo cual corrimos a la entrada –No me imaginaba esto cuando dijiste despedida de soltero.

-Aún queda mucho… -Entramos en el local sacudiéndonos las gotas de lluvia, donde el aroma a tabaco liado se apoderaba del oxígeno. Mire alrededor y el tipo de personas era variado y en gran potencial masculino. Caminamos hacía uno de los sillones y vi a mi padre aspirando un puro, junto a él estaba Demetri cortando el habano y Emmett con expresión de aburrimiento.

-Ya tenemos al festejado – Jasper me palmeo la espalda y se sentó en el amplio sillón de cuero, mi padre me tendió una copa y me senté a su lado.

-¿Quién diría el casanova Cullen se casaría? – la risa de Demetri se escuchó por sobre las conversaciones, mientras me extendía un habano.

-A todos nos toca… - bebí un sorbo de la copa

-Yo prefiero a la divina libertad… - argumento mi amigo, dando una calada larga a su puro.

-¿Estás seguro que quieres esto Edward? – esta vez fue Emmett quien tomando su copa pregunto, yo solo asentí.

Pasamos alrededor de una hora fumando nuestros puros y bebiendo cognac. Cuando Emmett se levantó anunciando que ya era su tiempo para decirle adiós a la soltería…

-¿Bowling? – me apoye en el hombro de mi hermano, riendo por su estupidez.

-¿Acaso crees que Rose me permitiría otra cosa? – Entramos al salón y pedimos nuestros equipos para jugar.  Cuando Jasper tomo la bola para su primer lanzamiento, se volvió a mi hermano.

-Te das cuenta que esto es tan Homero Simpson – y  lanzo la bola en la plataforma logrando una chuza a la primera.

Fue muy entretenido ver a mi padre lazar en puntillas la bola y celebrar como un crio cada vez que botaba los bolos. Demetri era otra cosa, su expresión concentrada era tan jodidamente entretenida, teniendo en cuenta que era nefasto en el juego.

Pasamos cerca de dos horas jugando bowling, demostrando que el único bueno en el juego era Jasper… un título que ostentaba desde la universidad.

Ahora era Demetri quien eligió su lugar para despedir mi soltería y como pensaba era en “Le Perle”, el entro como si fuera el living de su casa, saludando a los guardias y adentrándose entre la multitud.

Las luces electroboscopicas marcaban el ritmo de las bailarinas sobre sus plataformas, el aire estaba cargado de tensión sexual… Esto es lo que significa una despedida de soltero.

-Bienvenidos Señores. ¿Algo para beber? – la melosa voz de una chica colorina vestida solo con unos tapa pezones y una tanga con volados, nos indicó nuestros asientos frente al escenario.

-Victoria, querida… tráenos un par de botellas de Jack… etiqueta negra, tu sabes – Demetri le puso un billete en el elástico de la tanga y ella batiendo sus pestañas se dio la vuelta.

Mire alrededor fijándome en las expresiones que tenían mis compañeros en esta despedida, mi padre levemente sonrojado mirando la plataforma donde una hermosa morena que equilibraba su cuerpo en el caño. Emmett tratando de no mirar nada, y Jasper con cara de culpabilidad. Eso demuestra y comprueba que mi teoría es real, los sentimientos y el puto amor son una mierda.

Las horas pasaron rápidamente entre las dos tipas que se refregaban en mí, eran dos típicas prostitutas, con silicona en los pechos, más cirugías que la edad que tienen y cero vellos púbicos. Me reí de mi propia teoría, tomando de un sorbo el whisky de mi vaso.

-Ahora me toca mi tiempo como padrino… - Jasper se levantó y todos los demás con expresiones de alivio.

-¡Vamos Demetri! – le grite sobre la música a mi amigo que estaba hundido en la boca de la pelirroja que nos atendió al principio, me enfoque para mirar a las rubias que se acercaron nuevamente a mí para susurrarme al oído que no me fuera… - Ya tengo una perra en casa… no necesito más – me aleje de ellas rumbo a la salida.

Me subí al auto de Jasper para ir al último lugar donde celebraríamos la estupidez de mis últimas horas de soltero. Emmett nos seguía en el Jeep con mi padre…  No lograba enfocar a donde nos dirigíamos, sacudí la cabeza.

-¿Dónde vamos ahora? – alce la muñeca para ver mi reloj… las tres de la mañana…

-Te acuerdas cuando recibimos nuestras cartas de aceptación para la universidad… - lo mire confundido ¿Qué mierda tiene que ver eso con mi despedida de soltero? - vamos al mismo local donde abrimos los sobres.

-No jodas Jasper… te pones sentimental justo en mi despedida de soltero.

-No es eso Edward, es una especie de cábala para que realmente logres lo que te propones… ahí juramos ser socios y ser los mejores en nuestras promociones. Ahora debes tener ese mismo impulso triunfalista por tu matrimonio.

-Mierda…  - él me miro soltando una carcajada – eres un maldito dramático Jasper, no has cambiado ni una mierda desde que éramos adolescentes. Se detuvo frente al bar estacionando su lujoso Mercedes. – en esa fecha tenía un Volvo plateado… me gustaba mucho ese auto – recordé mientras abría la puerta del auto de Jasper, tambaleándome.   Del jeep bajaron mi padre y mi hermano, mire sobre ellos y no vi a Demetri.

-¿Dónde quedo Demetri? – pregunto Jasper adelantándose.

-El muy traidor se quedó en “Le Perle” seguramente perdido en las piernas de la pelirroja – contesto Emmett con una fuerte carcajada. – Entremos para terminar de alcoholizar a Edward, en una de esas se arrepienta de casarse con esa golfa.

Quise responderle a su acusación, pero la verdad es que tenía toda la razón… ¿podría arrepentirme?...

Nos sentamos en la barra ellos bajaron sus dosis alcohólicas a cervezas pero yo tenía ganas de perder la conciencia que me gritaba que estaba jodiendo mí vida… así que seguí tomando a mi querido amigo Jack.

No sé en qué momento decidieron que ya estaba saturado de alcohol y listo para la mierda de vida que me he construido, así que me levante completamente mareado tratando de enfocar el piso para caminar. El brazo de Jasper me guio a la salida y me ayudo a subir a su jodido auto. Cerré los ojos un momento hasta que sentí el suave ronroneo del coche, mire a mi amigo y hermano por un momento y me acorde que el cuidaba a Isabella… suspire recordando la sedosidad de su pelo.

-Me gusta su cabello – le dije apoyando la cabeza en el respaldo del asiento – el aroma de su piel – escuche como se reía y lo mire - ¿la jodí con ella?

-No le he puesto atención al cabello ni al aroma de tu novia Edward, y tampoco se en que la jodiste con Leah.

-Ella no es mi novia, imbécil… le pedí que lo  fuera pero todo se fue a la mierda

-¿De quién hablas? – cerré los ojos sonriendo al recordar sus gestos y la dulzura de su forma de ser.

-Es hermosa… sus ojos chocolates… sus labios… ¡ninguna mujer me ha besado como Bella!... ella era mía… es mía, creo que la amo… ¡si la amo!

Este capítulo esta dedicado a mi querida amiga Naty Muñoz, que me ayudo a salir de la laguna mental que Edward me había metido jajaja.... muchas gracias Naty y obviamente a mi editora estrella que sin ella no sería lo que soy... Rocío eres un genio.

Una buena noticia... aun sigo acá pero con una inmensa panza XD... 

Como siempre espero sus comentarios... creo que con este final me lo merezco... =P

Axavenus