Capítulo 19 - El Corazón es para Débiles

Capítulo 19 –  El Corazón es para Débiles

EPOV

-Felicidades… Es una maravillosa noticia – sentí el vació en mi estómago al  escuchar el frío tono de su voz, cuando soltó a Leah del abrazo que le dio se volvió a mí.

-Felicidades al nuevo papá… - me apretó el hombro con su delicada mano y la energía de su desprecio me golpeo de lleno. ¿Qué otra cosa esperabas? Grito mi conciencia.

Los demás parecieron reaccionar y felicitarnos, aunque la efusividad no fue tanta como Leah esperaba… deje de prestar atención a los saludos para buscar con la mirada a Bella, ella se había sentado en la mesa y se servía comida como si nada importara. Tenía que hablar con ella, tenía que escucharme.

-¿Cuándo se enteraron que estaban esperando? – escuche a Alice preguntarle a Leah, por el tono de su voz me di cuenta que estaba molesta.

-Lo supe el viernes, fui a control médico y ahí lo detectamos… aunque la sorpresa se la di anoche a Edward… ¿verdad amor? – sólo asentí sin prestar atención.

Bella  sonreía y hablaba con todos, observaba sus movimientos y me percate del ligero temblor de sus hermosas manos.

…El rose de sus dedos en mi pelo cuando nos fundimos besándonos. La seda de sus labios y la sincronía de los movimientos nos hacían perfectos,  nuestros roces… había deseado tanto su boca, el néctar de su saliva que no dude en profundizarlo pase mi lengua por sus labios esperando, deseando demostrarle cuanto deseo tenerla, cuanto placer le puedo dar… cuando el terciopelo de su lengua roso la mía el placer se apodero de mí y la bese con urgencia, con delicadeza me empujo más hacia ella, sentí crecer la excitación en mi interior y rompí lentamente el beso, descansando mi frente en la suya.

Tome sus mejillas preciosas entre mis manos, sin ser capaz de aguantar las ganas de fundirme en ella, de llenarla del deseo que siento, tome su boca deliciosa otra vez…

-¡Edward! – Sacudón de Leah me saco de mi ensoñación y me enfoque en lo que quería – Tú madre te hizo una pregunta – mire a Esme.

-Perdona madre… ¿Qué me preguntabas? – Esme entrecerró los ojos.

-¿Planificaban tener hijos tan pronto? - ¿Cómo respondía esa pregunta sin ofender más a Bella?...

-Sí, lo habíamos planificado – sentí el ruido de cubierto caer sobre el plato, no tuve que mirar para saber que era ella – aunque no esperaba que fuera tan pronto – de reojo mire a Bella, quien tenía una sonrisa irónica en sus labios.

-Por algo pasan las cosas – dijo Alice, mirando a Bella por sobre la mesa quien la miro en un intercambio silencioso – Los niños siempre son una bendición.

Cuando termino el almuerzo, Bella fue la primera en levantarse encaminándose por el pasillo, me pare para seguirla, pero la mano de Leah me detuvo.

-¿Qué te pasa Edward?... estas actuando como si te hubieran condenado a muerte – me increpo susurrando – te recuerdo que esto es lo que tanto querías – Me solté de su agarre justo cuando volvió a entrar Bella con una bandeja. Su comportamiento indiferente me producía una sensación de vacío en el estómago.

Leah seguía sentada mirando divertida a Bella, que recogía los platos de la mesa, en otra ocasión la situación hubiese sido jocosa, pero ahora me aventure con los vasos para ayudarle tenía la necesidad de hacer algo por ella, compensarla… en eso entro Rose y me miro extrañado por el par de vasos en la mano.

Bella no salió de la cocina hasta que Alice lo hizo, camino con ella hasta el living sentándose junto a mi cuñada, estaba pendiente de todos sus movimientos esperando el momento que quedara sola, necesitaba de ella, explicarle... ¿Qué le vas a explicar? ¡Que eres un maldito egoísta!

Me paré apoyado en el ventanal, mirando la interacción de Bella con Rose y Alice, tome mi BlackBerry y le escribí un mensaje para que nos reuniéramos en el jardín.  La vi removerse para sacar su celular, alzo la ceja cuando leyó el mensaje, ni siquiera me miro…  y lo volvió a guardar. 

La desesperación me estaba matando… salí de ahí y me fui a la terraza con la esperanza que apareciera. Me senté en la escalera de la terraza, a esperar… sentí las risas de mi sobrinita acercarse me gire para verla como arrancaba de su padre que la perseguía… al tomarla en brazos ella grito entre risas.  Emmett la dejo en el suelo para ponerle el chaleco y Emma volvió a arrancarse riendo, después se colgó de la pierna de mi hermano y el comenzó a caminar hacia mi dirección, con ella enrollada en su pierna y su cristalina risa trono fuerte. 

Al verme Emma se soltó y corrió a darme un abrazo y un sonoro beso en la mejilla.

-¿Estas todavía en shock? – abrace a mi sobrina subiéndola en mi regazo.

-¿De qué hablas Emmett? – se sentó a mi lado y Emma le tendió los brazos…

-Saber que tendrás un hijo… es genial pero al principio asusta – palmeo mi espalda con su inmensa mano – me acuerdo cuando Rose comenzó con los síntomas, recién llegábamos de nuestra luna de miel…

-¿Luna de miel?... Emmett por Dios, la metiste en un barco con los tipos de Greenpeace para ir a la antártica a salvar ballenas…  fueron seis meses, ¿a eso llamas luna de miel?

-¿Cuál es el problema?... las estrellas son más brillantes en el alta mar… dio resultado, ahora tenemos a nuestra hermosa niña – dijo acariciando el rubio cabello de la niña y ella apoyo su cabeza en el hombro de su papá, cerrando sus ojitos.

De pronto caí en cuenta, que era eso... ¡Voy a ser padre! y todo esto no me ha dejado disfrutar de la noticia, mire a Emmett y el me sonrío de vuelta.

-Te das cuenta... es hermoso saber que tendrás algo tan maravilloso con la persona que amas – al escuchar la última frase me hizo decaer, mi hijo vive y crecerá en el vientre de la mujer que elegí, pero que cada momento que pasa se vuelve un título más pesado ¿Por qué ahora me molesta que no exista amor?

-El otro día fui a tu clínica… Estoy orgulloso de ti hermano. – Emmett abrió y cerró la boca varias veces, hasta que recobro la compostura.

-Wow… gracias – miro hacía el frente meciendo a Emma entre sus brazos - ¿y a que fuiste? – pregunto con ceño fruncido.

-Pase a buscar a Bella… para salir a comer – me miro y se levantó llevando en sus brazos a Emma somnolienta.

-Edward, no juegues con Bella, te lo advierto – me levante y lo mire de frente

-¿Por qué lo dices? ¿Acaso no es ella quien decide?

-Te conozco Edward y tú no das puntada sin hilo… así que enfócate en lo que tienes y deja a Bella fuera de tus juegos – dijo dando la vuelta y entrando a la casa, lo mire odiando que se entrometiera, frustrado por todo… frustrado por que lo que quería era a Bella en mi vida.

Camine por el jardín parándome en el punto exacto donde hace unas semanas ella vino a mí… al pasar unos minutos, sentí a alguien acercarse y sonreí, ella vuelve pensé, podre explicarle lo que sucedió. Espere expectante a que hablara.

-Edward – empuñe mis manos y me di la vuelta.

-Leah… ¿Qué necesitas? – me miro furiosa

-Quiero que mi futuro esposo y el padre de mi hijo se comporte como corresponde – levanto el dedo apuntándome al pecho – Me has dejado sola toda la tarde, ni siquiera has mirado los arreglos de la boda, y además estas…

-Leah por favor… - la interrumpí – lo de la boda velo tú… es tu decisión, ahora estoy cansado… ¿te quieres ir a casa? – controle lo que más pude mi temperamento.

Cuando entramos a la casa, las chicas y mi madre estaban sentadas en el living, todas nos miraron menos ella.

-Nosotros nos vamos madre – Esme se levantó para abrazarme

-Cuida a tú mujer Edward, debes ser paciente, las hormonas ahora son tus peores enemigas – Me susurro al oído y después acariciando mi mejilla… - me hace muy feliz hijo que estés formando tú familia, sus ojos estaban brillantes.

-Gracias madre.

Me volví  a los demás, cuando me cruce con la mirada de Bella, que se levantó en dirección al baño. Rápidamente me escabullí para ir donde ella, alcance a tomar su brazo antes que entrara al baño.

-Suéltame o voy a gritar – me dijo entre dientes

-No hasta que me escuches… Bella por favor tienes que dejar que te explique…

-¡Cállate! - Se soltó de mi agarre sacudiendo su brazo -No tengo porque escucharte Edward Cullen, no necesito tus explicaciones.

-Si las necesitas y las mereces… - Tome el pomo de la puerta del baño y la metí dentro.

-¡No!... ¡Déjame! – me golpeo el pecho cuando cerré la puerta.

- Te lo iba a contar cuando llegaras… fue una sorpresa encontrarte hoy acá, no planifique esto para hacerte daño Bella, no quería esto para nosotros…

-¡Nunca existió un nosotros Edward, nunca!… y es lo que más agradezco – trato de esquivarme para tomar la puerta.

-Bella, yo quiero estar contigo… -Te deseo gritó mi interior – a pesar de esto aún quiero estar contigo. Cuando te pedí que seas mi novia era verdad, no estoy jugando contigo, quiero tenerte en mi vida.

-Eres un maldito arrogante, ve a cuidar a tu mujer… no pierdas el tiempo conmigo, yo no quiero tenerte en mi vida – me dio la espalda y se alejó lo más posible de mi dentro del baño, me pase la mano por la cara frustrado.

-Bella, tienes que entender que esto no lo estaba planificando…

-¡Por favor! – Gritó sin darse vuelta - ¡No fue eso lo que dijiste al almuerzo!... Disfruta de tu vida y déjame en paz.

-¡Sabes tienes razón…! - le respondí con rabia – no tengo porque implorarte.

Abrí la puerta del baño dejando atrás mi estupidez sentimental, ella no quería y no le iba a rogar que estuviera conmigo, toda esa parafernalia del corazón y sentimentalismos no es más que para débiles. Me junte con Leah en el pasillo, tome su mano, ella me miro extrañada y caminamos hacía la salida para ir al auto.

Camino a casa mire a Leah de reojo, es una mujer hermosa y decidida, jamás ella tendría esos conflictos moralistas… tan distinta a Bella, ella enfundada en ese papel ético y virginal, en cambio Leah disfruta de su cuerpo, es gloriosa en la cama y sabe lo que quiere.

Cuando llegamos a casa, Leah entro al baño, mientras yo me sacaba los zapatos sentado en la cama, ella volvió a entrar al dormitorio solo con un pequeño conjunto de ropa interior, la observe dándome cuenta que era mi hijo el que tenía la prioridad desde ahora en adelante, con ese pensamiento me levante y rodee su cintura, ella se tensó y se dio vuelta.

-¿Qué sucede Edward? –

-Sólo que me hace feliz ser padre – me senté en la orilla de la cama y acaricie su plano vientre.

Sus manos acariciaron mi rostro, sus labios me besaron y se acomodó entre mis piernas.

-Te deseo – ronroneo en mi oído para después morder el lóbulo – me has tenido… - lamio mi cuello – abandonada – apretó sus manos en mi pelo – dos semanas… - la tome de la cintura y suavemente la deposite en la cama, acaricie sus largas piernas y me subí sobre ella.

-¿Cuánto me deseas? – un gemido se arrancó de ella, cuando lamí el centro de sus pechos, mordisqueé su pezón sobre la tela del sostén, arqueo su espalda.

-Edward... – susurro entre gemidos, seguí bajando lamiendo su estómago, bese su vientre hasta llegar a su diminuta tanga… acaricie y lamí sobre la tela de encaje, tome los tirantes para romperlo y hundirme en su interior, arremolinarme en la textura de su sexo. Mi lengua pasaba una y otra vez entre sus pliegues sintiendo su humedad, succione su clítoris y ella grito – no pares… por favor – acompañe mis lamidas con mis dedos, jugando en círculos sobre su entrada, sin profundizar, saque mis dedos y los lamí mirándola, tome sus piernas y las alce sobre mis hombros incorporándome, la sentí tiritar con expectación, mirándola penetre con mi lengua su sexo… apretando levemente sus caderas, el ondulante orgasmo cosquilleo mi lengua. Con delicadez baje sus piernas para poder desnudarme, liberar mi endurecido y palpitante pene… Leah se levantó sobre la cama ayudándome a desvestir y una vez liberado de la ropa, me tumbe para que ella me montara… sonrió acariciando mi miembro de arriba abajo, hasta llevarlo a su boca, su lengua se arremolino en mi punta y succiono con maestría, podía sentir el leve mordisqueo enviando espasmos de placer… tome su cara para que siguiera el ritmo de las embestidas, con suavidad y erotismo saco mi pene de su boca, a horcajadas la penetre, lleve mis manos a sus pechos desabrochando el sostén y liberando sus erguidos senos… note que estaban sensibles al apretarlos, lamí sus pezones duros, incremente el ritmo de las embestidas tomando sus caderas, penetrando más profundo… ella arqueo la espalda, la gire sin salir de ella tomando el control, junte sus piernas y apoyando sus talones en mi hombro para penetrarla de forma más apretada, frenético de placer y alentado por sus quejidos, la contracción de su orgasmo, llegue a  liberarme, verter mi leche en su interior… solté sus piernas y caí a su lado, tratando de aquietar mi respiración.

-Eres fantástico Edward - susurro sobre mi hombro – de verdad que te extrañaba. Me incorpore en la cama y camine al baño, sentía mi cuerpo sudoroso. El agua tibia, dejo atrás el deseo netamente carnal y relajo mis músculos… Definitivamente el sexo con Leah era su arma para olvidar.

Me desperté exaltado por la carrera de Leah al baño, desde la puerta entreabierta se escuchaba que los efectos del embarazo se hacían presente. Me senté en la cama esperando que terminara, cuando me estaba colocando el bóxer, por mi visión periférica note a Leah salir del baño.

-Vas a tener que compensarme con algo espectacular por eso Edward – Su cara estaba pálida y le expresión de asco aún no se quitaba de su rostro.

-Ya lo tengo considerado, te lo prometí y voy a cumplir mi palabra… - la vi envolverse en su bata de seda blanca, y entrar al vestidor – voy a pedirle a Carmen que te prepare el desayuno, mientras nos alistamos.

Sentado en el comedor esperaba a Leah para comenzar con el desayuno, que le había pedido a Carmen además de comentarle que Leah estaba embarazada por lo que necesitaba alimentarse bien. Dispuesto sobre la mesa se encontraba la fruta cortada y alineada en forma de abanico, en un tazón de yogurt y  jugo de naranja recién exprimido, para mí un omelet y café negro. Leah se sentó a mi lado ya lista para ir a la oficina.

-¿Dónde está mi café? ¡Carmen quiero mi café! – grito sobre la mesa, la mire mientras revisaba mi BlackBerry.

-No tomaras café, es perjudicial para mi hijo

-¿No pretenderás que coma todo esto? – señalo la mesa con desprecio.

-Es lo que necesitas… quiero un hijo sano Leah – me miro furiosa y comenzó a mordisquear la fruta.

- Quiero que tengas claro Edward, que no engordare más de lo que tú hijo requiera… y no quiero que te metas en eso, es mi cuerpo ya es bastante con que yo cargare con tu hijo – Termine mi café y me levante sin siquiera responderle, fui a mi estudio y cogí mis cosas para salir a la oficina.

Las puertas del ascensor se abrieron, entre al piso caminando viendo a Ángela conversando con Newton, quien estaba apoyado en la orilla del escritorio de mi secretaria.

-Ángela, quiero el informe de Denalí, ¿Newton no tiene trabajo que hacer?...  – cerré la puerta de golpe, si hay algo que no acepto es la pérdida de tiempo.

Me saque la chaqueta y la deje sobre el sillón, tome el laptop y lo posicione sobre el escritorio cuando Ángela entro silenciosa en la oficina, dejó sobre la mesa el informe que le pedí, se volvió y recogió mi chaqueta para colgarla en el closet de la tabiquería. Ella me conocía a la perfección y sabía que no tenía que presionarme de ninguna forma. La mire de reojo viéndola parada aun al costado de la silla de mi escritorio.

-Siéntate – la vi hacerlo con elegancia – quiero primeramente que coordines la agenda médica de Leah y me envíes una copia para ir a los controles prenatales que ella tendrá y me recuerdes siempre estas fechas – Asintió anotando en su Tablet – Llama al corredor de propiedades y agenda una reunión para esta semana, mi boda con Leah se efectuará el sábado 10 de diciembre por lo cual a partir de esa fecha me tomare 10 días de vacaciones, organiza mi agenda para que no exista nada importante que quede rezagado en esa fecha – Levanto la vista sin decir nada, a lo cual sonreí – puedes retirarte… - sin mirarme se puso de pie y camino a la puerta, cerrándola suavemente.

Durante toda la mañana mi mente se plago de trabajo, escritos, extractos legales, informes y estadísticas de avance de los casos en los que respaldamos sus acciones jurídicas. La mente ocupada en cosas importantes me alejaba de intereses y obsesiones sin relevancia.

Entre al penthouse pase directo a mi estudio a dejar mis cosas, me desanude la corbata, por el pasillo, entre cerrando la puerta a mi espalda, me deje caer en el sillón del estudio cerrando los ojos.

¿Pensante que sería más fácil? ¡Ohh no! la vocecita en mi cabeza me causaría migraña… apreté mis sienes masajeándolas en círculos ¿quizás si te enfermas ella vendrá a cuidarte? No quiero pensar en ella… ¿Por qué? ¿Ella te desarma?  Abrí los ojos de golpe aun dejando la cabeza en el respaldo del sillón de cuero… ¿recuerdas la sedosidad de sus labios?... ¿la ternura de sus palabras? Yo no le ruego a nadie, ella se pierde la oportunidad ¡Estas equivocado!

Me levante de golpe saliendo de mi despacho… dejando la voz de mi conciencia encerrada donde no me moleste… ¡yo equivocado! Jamás… Pase al  walking closet a cambiarme, para la cena.

Entre al comedor y Leah estaba sentada esperándome, su semblante se veía mejor que en la mañana añadiendo además una sonrisa de satisfacción.

-Amor… - se levantó acercándose a mí, para besar mi boca – estoy feliz, no sabes cuánto, solo quedan tres semanas para la boda y todo está perfecto. Le di vuelta apoyando su espalda en mi pecho y acaricie su vientre plano, caminamos hasta la mesa y le ayude a sentarse.

-Me alegro que estés de buen humor – Carmen entro en la sala para servir la cena - ¿te hablo Ángela con respeto a llevar las agendas de tus controles médicos? – hizo un mueca

-Si lo hizo, pero lo que te estaba contando es más importante – miro la comida con desprecio – hoy fui a la prueba del vestido hermoso que llevare en nuestra boda y me queda fantástico. Eso si no como demasiado y aprovecho los vómitos matutinos para controlar el peso.

-Leah, eso es enfermizo… - deje los cubiertos en la mesa, respirando profundo para no estallar… - estas embarazada… de mi hijo – le dije con los dientes apretados.

-Si lo tengo claro, te lo dije en la mañana, es mi cuerpo, ya bastante hago con cargarlo y tomar las enormes pastillas de vitaminas que me receto el doctor.

-Debes cuidar a mi hijo lo entiendes, quiero un bebe sano – tome su mano sobre la mesa y ella asintió molesta - por la agenda que me envió Ángela el jueves iremos a control.

-Sí – respondió escueta, llevándose a la boca un trozo de filete, que masco deliberadamente lento.

La luz gris del cielo encapotado se deslizaba por su piel, con mis manos recorría toda la extensión de su cintura, las ondas de calor se expandían hacía mi interior… su boca suave, tan suave, el contorno de su cuello, el perfume de su piel exquisita… con delicadeza aventure mis manos a sus pechos, mi miembro vibro al sentir la firmeza y la perfección con que calzaban en mis manos, apreté levemente…

Me desperté por la roca entre mis piernas, lleve mis manos para acomodarlo recordando mi sueño, gemí despacio en la oscuridad de mi habitación, necesitaba liberarme… extendí la mano tocando el suave cuerpo a mi alcance, no era el mismo pero si cerraba los ojos podía sentir e imaginar que tomaba el cuerpo de esa ninfa… me acerque y mi duro pene se posiciono entre sus nalgas, cerrando los ojos acaricie sus pechos, un tanto más grandes e hinchados que los que recordaba en mi sueño… ella gimió y se removió haciéndome vibrar por el rose… busque entre sus piernas, estimulando, acariciando la mujer entre mis brazos se estremecía con mis caricias, sólo aguante hasta que la humedad suficiente abarcara la textura de su sexo, acomode su pierna levantándola para adentrarme en ella… vertiginosos movimientos, embestidas profundas, gemidos… y yo aun con los ojos cerrados, la sedosidad no era la misma, ni el perfume se asemejaba… en ese momento soy solo un animal, con necesidad… ella se contorneo en el orgasmo, y yo la levante poniéndome detrás de ella, alzando sus caderas, empujando su espalda hasta alcanzar su nuca donde acaricie sus hombros, sintiendo la textura de la tela de su camisón a medida que recorría su espalda para penetrarla profundamente… llegue, termine, descargue mi fuego en ella, la mujer de mi cama… salí de su humedad sintiendo el temblor de sus piernas, se dejó caer sobre el colchón mientras miraba su espalda, la curvatura de sus glúteos y el tono acanelado de su piel, nada de lo que había en mi cama en este momento lleno el vacío en medio de mi pecho… ni quito el sabor amargo de mi fantasía.

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Mis querid@s quiero comentarles que estoy embarazada (algunas lo sabían) esperando a mi primera hija por lo que estoy tremendamente feliz, ya estoy en la semana 34  por lo que aún me quedan algunas semanas en que puedo estar tranquila, pero como muchas de ustedes saben esto es impredecible puedo estar de parto en cualquier momento a partir de la 37 por lo que espero ustedes me comprendan, tengo adelantados varios capítulos por este mismo hecho, pero por razones obvias en algún momento estaré preocupada de traer al mundo a mi bebé y no pueda publicar como cada jueves al menos en Fanfictions, en el blog no hay problema porque se pueden programar las publicaciones, pero en Fanfiction no es así, así que mis queridas amigas y seguidoras de Fanfiction, si llega algún jueves en que no tiene el aviso o la alerta de un nuevo capítulo, puede ser que este  en labor jajaja… les aviso en el blog no se dejara de publicar sagradamente todos los jueves así que pasen por él y podrán leer. 

Soy responsable con mis publicaciones porque yo ODIO cuando estoy super metida en algún fanfics y las autoras se demoran meses en publicar, así que yo cumplo… besos las quiero… por cierto espero muchas y muy buenas vibras para mi pequeña Annie Sofía Noemí…

Como siempre soy muy agradecida de sus comentarios, alertas, favoritos y esas cositas que me hacen feliz…

Gracias Rocío y Nathy por estar tan pendientes de mí siempre =D

Cariños

Axavenus