Capítulo 14 - Sinceridad

Capítulo 14 –  Sinceridad

BPOV

Mirarlo es un espectáculo maravilloso, con sus mejillas arreboladas por la fiebre, los ojos cerrados y sus labios rojos entre abiertos, se quedó dormido en el sillón, sólo pude moverlo para que quedara acostado… una leve capa de sudor cubría su frente ¡Necesito un termómetro! ¿Dónde tendrán cosas médicas? Me aventure a examinar el departamento… o más bien  el penthouse.

Salí del living y comencé a inspeccionar las puertas. Todo es inmaculado, limpio… Abrí la primera puerta a la izquierda del living y era un salón con piso de madera oscura, dentro había cuadros con fotografías en las paredes y al fondo sobre una plataforma de la misma madera un precioso piano negro. Cerré la puerta evidentemente ahí no encontraría un termómetro. La otra puerta era un estudio, la otra habitación conducía a un pasillo, el cual no inspeccione otras puertas era dormitorio probablemente de visitas y un baño sin nada en los gabinetes.

Llegue a la puerta entre abierta que era su dormitorio, ¿Cómo lo supe?... su aroma predomina en la estancia, la cama Kingside cubierta con un edredón acolchado azul, un dormitorio demasiado masculino… mis manos sudaron, este es su territorio, el lugar donde culminaba su relación con Leah, donde compartía su vida con su mujer. Evite esos pensamientos y la forma en que mi pecho se comprimió… Él tiene a alguien en su vida.

Entre al baño revise las gabinetes y no encontré nada de primeros auxilios… ni siquiera un frasco de analgésicos para el dolor de cabeza, tome una toalla de manos y camine hacia la cocina que había visto anteriormente. Encontré un bol y lo llene de agua y cubos de hielo que saque de la nevera. Volví al living y su rostro estaba más sonrojado y pequeños jadeos se arrancaban de su boca… ¿Cómo puede ser alguien tan jodidamente hermoso? Toque su frente ardiente, suavizando la pequeña arruga que se formaba, él se había quejado de dolor de cabeza durante el trayecto hacía acá. Me debatí si lo desarropaba para nivelar su calor corporal, me saque las armas mortales que Alice coloco en mis pies y el inmovilizador.

Despacio saque sus zapatos y los calcetines sus pies estaban helados… ¿y si le remuevo la camisa?... Bella, respira sólo son botones… no plantas carnívoras. Tiritando comencé a sacarle su chaqueta, tratando de moverlo lo menos posible… Llegue a los botones, ahogue un suspiro al abrir la camisa  y ver su perfecto pecho, la línea de sus abdominales… ¡piensa en otra cosa!... me volví a la mesa para tomar la toalla mojada y ponerla en su frente.

¿Qué es lo que piensas Edward Cullen?... ¿Por qué me provocas?... mire la hora en el gran reloj de pared y ya eran las 3 de la mañana, la fiebre ha bajado un poco… ¿Por qué no despiertas?... removí la toalla nuevamente y la refresque, arrodillada frente a él se la coloque en la frente otra vez. ¡Dios!... ¡Eres tan hermoso!... tracé levemente sus labios con la yema de mis dedos. ¡Cuán cerca estuve de besarlos! Hace tan solo unas horas, utilice toda mi fuerza de voluntad para  correr la cara, a pesar de la dulzura de su aliento.

Se removió abriendo los ojos, pestañeando lentamente enfocándose en mí.

-Estás afiebrado…- le dije - no encontré un termómetro pero al  parecer es alta – toque la toalla humedecida comprobando la temperatura, toque sus pies con la misma intención. Sentí el calor subiendo por mis mejillas cuando se dio cuenta que tenía su camisa abierta y el pecho descubierto.

-Me duele la garganta – su voz rasposa indicaba algún tipo de infección en la garganta o amígdalas. Me acerque a él, para tocar su cuello deleitándome con las líneas masculinas de su mandíbula, me detuve sintiendo el peso de su mirada. 

-Estas con una inflamación, deben ser las amígdalas… ¿Cómo sobreviven las bacterias a casi una botella de vodka? – Lo vi con mis propios ojos, como tomaba vaso tras vaso… increíble - ¿puedes levantarte?... creo que debes ir a la cama para que descanses.

-Sí, creo que es mejor…- me respondió aun confundido, su expresión  es tan adorable cuando no controla sus emociones –mmm… ¿Cuánto dormí? – se sentó en el sillón, la toalla cayo en su regazo. Paso su mano por el pelo desordenándolo más aún - ¿Por qué estoy así? – ¡Dios qué vergüenza!

-Tenías la fiebre muy alta… te  desarrope para que bajara – trate de controlarme… ¡maldito impulso el sonrojarme por nada!

-Eres adorable Bella… - tenía que salir de ahí… toda la sangre de mi cuerpo se alojó en mi cara… ¡maldito farolito de navidad! Camine hacia la cocina, necesito agua, algo que me quite este calor sofocante de la cara. Sus pies descalzos me siguieron cuando alcance la isla de la cocina.

Sus largos dedos se cerraron en mi antebrazo haciéndome estremecer… no quería mirarlo, de verdad me sentía tan avergonzada, tan jodidamente avergonzada, fije mi vista al frente y me topé con la nívea piel de su pecho… jodidamente sexy… me mordí más fuertemente el labio

-No te avergüences… lo que haces es adorable de verdad Bella.

-Debes… ir a dormir… descansar – le dije, tratando de establecer límites… ¡él de verdad me trastorna!… Camine hasta el lavaplatos necesitaba distraerme, tome un  vaso… - ¿quieres agua? – lo vi caminar hacia el refrigerador y sacar una botella de agua, tomo el vaso que le extendí y lo lleno para mí… mire vacilante el alivio de su rostro cuando tomo el agua. Si tan solo mi vida no fuera tan complicada…

-Voy a acostarme… - dijo de repente sacándome de mi ensoñación. Tarde un segundo en darme cuenta que tendría que irme…

-Me voy entonces… ¿puedo llevarme tu auto? – le pregunte, recordando la conversación con Jazz que le pidiera el auto a Edward para no tomar un taxi tan de madrugada. Lo mire expectante, sus expresiones cambiaron tan rápido que no pude descifrarlas… ¿se molestaría por que querría llevarme el auto?

-No te vayas… ¿podrías quedarte conmigo? – ¿quiere que me quede? ¿y si alguien llega?...

-No Edward, lo siento no es lo mejor…  Me dejo con la palabra en la boca… lo vi salir de la cocina hacía la dirección de su dormitorio… ¿Qué demonios le pasa?... entre sigilosamente a su dormitorio y vi la luz del baño encendida, me volví al living a esperar que terminara para irme… ¿Quién entiende a los hombres?... subí los pies al sofá y tome su chaqueta, tenía frío, sentía los pies helados.

Espere a que apareciera ¿Por qué tarda tanto?... tome mi celular y mire la hora, ¿4:15? Me levante enojada… ¿Quién se cree este tipo?... agarre mis zapatos que estaba al costado de la mesa de centro mis cosas, saliendo del pasillo, mire hacia el fondo y vi la puerta de su dormitorio abierta… ¿debería avisarle que me llevo su auto?... camine vacilante hacia la puerta… entre y vi el bulto en la cama… estaba durmiendo de espaldas y su brazo estaba doblado sobre su cabeza… ¿pensó que me iba sin despedirme? Volví al living, deje mis cosas en la mesa de centro y me senté mirando el lugar… recogí las piernas arropándome con su chaqueta…

¿Qué voy a hacer contigo Edward Cullen? cuando estoy cerca de él, siento que es todo lo que necesito… me encantaría haber podido besarlo, pero mi vida es un torbellino, no estoy en condiciones de tomar decisiones, menos amorosas… ¿a quién engaño? Él tiene a su pareja, tiene una relación… ¿Quién soy yo para destruir lo que ellos han construido? Sólo una pobre tipa que carga con una mochila de un matrimonio fracasado, que aún no firma el acta del divorcio… y que no se atreve a hablar con su ex esposo por temor a que él pierda en control… no es justo ni para él, ni para mí.

¡Pero es él quien se acerca!… fue él que comenzó con este juego. ¿Qué pretende con todo esto? El sonido de mi celular me saco de mis pensamientos, mire el visualizador y era Jazz.

-Hola Jazz – conteste ahogando un bostezo

-Bella… ¿Dónde estás? ¿Estas aun con Edward?

-Estoy en su departamento, él está durmiendo… - mire el celular pensando que se había cortado la llamada… no se escuchaba nada al otro lado. - ¿Jasper?...

-¿Vuelves pronto? – La inflexión de la voz de Jasper cambio - ¿o te quedaras a tomar el desayuno en la cama? – trato de sonar divertido pero la ironía no pudo ocultarla

-¿Perdón?... ¿Qué crees que estoy haciendo Jasper?

-Bella no quiero imaginarme… no es necesario, sólo… olvídalo cuídate nos vemos mañana – corto la llamada…

Me acurruque en el sillón, molesta con Jasper, con Edward y todos los hombres que sienten que tienen algún derecho sobre mí… no me vasto con un padre autoritario, con un marido violento… necesito mi espacio, ¡necesito respirar maldita sea! Cerré los ojos y me deje llevar cansada y frustrada, con el aroma de Edward impregnado en mí nariz…

…

Aullé de dolor al mover mi cuello… trate de enfocarme por la luz brillante del sol que venía del ventanal… me desperece sin una pizca femenina haciendo estiramiento de mis músculos agotados, arregle algo mi pelo en una trenza improvisada a un lado.

Salí al pasillo y no escuche ningún movimiento o que él se hubiera despertado, fui a la cocina para programar la cafetera… mire la hora en el panel del microondas y eran las 9:35… ¿cómo logre dormí tan incómoda? Tome un par de tazas de café y las puse en la isla de la cocina.

Entre lentamente en la habitación, él todavía dormía las sabanas se amoldaban a su cintura él estaba durmiendo boca abajo, me arrodille en la cama por el otro lado.

-Edward –removió sus brazos debajo de la almohada, se giró hacia mi voz sin abrir los ojos aun…pestañeo confuso sin despertar del todo – Edward… cariño 

– toque la frente para ver si aún tenía fiebre, le acaricie su desordenado cabello cobrizo.

-¿Bella?... no te fuiste… - susurro con voz ronca

-No pude irme y dejarte así… - no pude resistirme a la suavidad de su pelo - ¿tienes hambre?... prepare el desayuno.

-Gracias… por todo Bella, me siento mejor y todo gracias a ti – No deje que siguiera, necesitaba hablar con él de esto que estaba pasando… me baje de la cama, para ir a preparar el desayuno que le prometí… la verdad había sólo puesto tazas y la cafetera.

En la cocina, comencé a batir unos huevos, y coloque el pan de molde en la tostadora…

No sé porque de repente me sentí tan cómoda preparando el desayuno para ambos… ¡enfócate Bella! Aclara las cosas con él, pregúntale que es lo que quiere de ti… no es tan difícil y tampoco algo de otro mundo que quieras ver a dónde quiere llegar con los jueguitos que me están confundiendo.

Sentí cuando entro en la cocina y se sentó en un taburete donde posicione las tazas. La preciosa sonrisa saca suspiros estaba ahí mientras me miraba, se había puesto una camiseta pero su pelo seguía igual de revuelto… ¿Cómo logra verse tan sexy recién levantado? Detallo en mi ropa, lo sabía yo no soy sexy recién levantada menos si dormí en el sillón y mi pijama es un  vestido todo arrugado que Alice me matara por haberlo tratado así.

-¿Dónde dormiste? – me pregunto, con una expresión que nunca le había visto anteriormente.  Ya tenía los huevos listos, los coloque sobre la mesa

-En el sillón… dormí algo – tendría que tomarme algún analgésico para que la molestia de mi cuello no me provoque torticolis.

-Discúlpame Bella, por ser un bruto… no me preocupe por ti y tu haz sido tan dulce… - me quede descolocada al sentirlo cerca, me beso en la frente como lo hacía mi padre – eres un ángel.

Tome la cafetera pensado en como él reaccionara con mis preguntas, necesitaba saber qué es lo que piensa, que espera de todo esto…

-Edward… creo que debemos hablar – se sentó a mi lado, confundido y expectante.

-Dime de que quieres hablar – lo mire tratando de influirme valor y sopesar sus respuestas, cerré los ojos y me decidí.

-Me gustas...  Me siento muy atraída por ti – me miro profundamente y un destello dorado paso por sus ojos, me puse nerviosa, mordí mi labio inferior tratando de controlarme… ¿algo no está del todo bien?... – pero no es lo correcto… tú tienes una relación yo estoy saliendo de un enfermizo matrimonio….

-Bella… - me interrumpió, lo mire fijamente y ese destello se intensificaba… su expresión se volvió de calculadora  a anhelosa en segundos. No me di cuenta cuando sus labios tomaron los míos, me besaron ansiosos, llenos de deseo… no bruscos, si anhelantes… – tu igual me gustas, me fascinas… jamás conocí a alguien como tú-  me dijo en mi boca y tomo nuevamente mis labios – vibre con un feroz estremecimiento cuando su lengua delineo mis labios, mi corazón martillaba desbocado en mi pecho… ¡no!... no puedo… no debo… quería respuestas… me deslice de su agarre con los labios quemando, con mi corazón  corriendo una carrera que jamás nunca había experimentado, con la extraña sensación de vacío y un fuego recorriendo mi cuerpo.

Arranque de sus brazos y de su casa, como quien se aleja de un temible depredador… salí del ascensor donde me calce los zapatos,  las puertas automáticas se abrieron para dejar pasar el aire helado de la ciudad… hice parar un taxi… ¿Por qué Edward? ¿Por qué haces esto? Necesito respuestas… ¿Por qué no me dejaste?

Cerré la puerta de la casa y me fui directo a las escaleras, necesitaba una ducha, un analgésico y sobretodo quitarme el calor abrazador que persistía en mí. Me desnude con parsimonia, mirando el espejo… sé que soy una mujer linda, proporcionada nada exuberante… ¿le gustare como él a mí? Recordé a la tipa que estaba sentada al lado de él en el bar, era despampanantemente plástica, me reí metiendo mi muy natural, pálido y nada arrebatador cuerpo en la calidez del agua.

Salí del baño envuelta en una toalla, directo al vestidor…

-¡Isabella Marie Swan!…  - di un respingo asustada, mire hacia mi cama ahí estaba mi querida mejor amiga, sentada en el centro con las piernas cruzadas 

- ¿ve vas a decir dónde y con quien pasaste la noche?

-Alice, me asustaste… - me metí al vestidor  y mientras buscaba mi ropa interior le respondí – sabes perfectamente que pase la noche en la casa de tu hermano – me la coloque mientras elegía un pantalón deportivo, y una camiseta. Salí del vestidor, hacía mi tocador tomando la crema humectante y me volví a la cama donde ella miraba todas mis acciones. – tu hermano anoche estaba bastante tomado y no podía manejar… resulta que con una botella de vodka quedo fuera de servicio porque estaba enfermo… de hecho por eso me quede con él – le conté mientras esparcía la crema en mis piernas.

-¿de enfermera?... – trato de contener el tono curioso, sin mucho resultado… - Es decir…

-No Alice, no me acosté con tu hermano… - me enfunde los deportivos y la camiseta, camine al baño para tomar el cepillo y hacerme una coleta. Alice, me siguió sentándose en la orilla de la tina.

-Si eso lo supuse porque tu cara sería otra, si hubieras tenido sexo… - me gire apoyándome en el lavamanos 

-Alice… - cerré los ojos recordando la textura de su boca – sólo me beso, y bueno… bueno yo salí corriendo como alma que la persigue el demonio. – Alice gritó

-¡¡Que!!... ¿Edward te beso y tu sales corriendo?... pensé que el besaba bien como tiene fama de casanova – sonreí al ver su expresión confundida.

-Besa bien – demasiado debería decir… inconsciente me pase la yema de los dedos en mis labios -  el problema es que no pude con la sensación de que no estaba bien… y salí corriendo.

-Bella, a principios del siglo diecinueve las mujeres salían corriendo cuando las besaban… no te obligaran a casarte por un simple beso – la mire… solo Alice podría decirme eso… - Ohhh perdón, tu sabes amiga me conoces debería morderme la lengua…

-No te preocupes… al final no importa – Salí del baño lista fue al vestidor  a buscar mi carpeta para el yoga…  - voy a estar en la terraza, necesito desconexión.

-Ok… me voy a preparar para ir donde mamá y papá… ¿vienes?

-Alice, hoy preferiría quedarme en casa…

-¿Estas segura?... podemos quedarnos acá y pedir comida.

-No te preocupes… disfruta con tu familia.

Bajamos las escaleras, Alice se fue hacia la cocina y yo camine hacía la terraza… el suave arrulló del sol me revitalizo, extendí la carpeta, sentándome sobre ella para acompasar mi respiración, desconectarme y canalizar la energía de mi cuerpo, dejando mi atormentados sentimientos fuera de mí.

El control de la respiración y de mi cuerpo las manos extendidas al cielo, en la posición Sat Kriya, termine mi sesión de yoga, con delicadeza baje mis brazos, maravillándome con la sensación de confort de mis músculos, estire las piernas y me incorpore en la posición inicial.

Entre en la cocina, abrí el refrigerador y saque una botella de agua mineral, lleve a mi boca girándome para tomar el agua, Jasper estaba en el umbral de la cocina mirándome.

-Hola Jazz…

-Bella… - sus ojos azules se clavaron en los míos - ¿llegaste bien?

-Sin ningún problema – baje la vista… por la potencia de su mirada.

-Bien, nosotros nos vamos donde mis suegros… ¿pensé que tu ibas a estar más interesada en ir donde ellos? – me cuestiono entrando en la cocina, lo mire confundida

-¿Qué te hace creer eso?... o sea no me mal intérpretes, me gusta ir donde Esme y Carlisle…

-Te pregunto por qué sería perfecto para ustedes juntarse ahí… - ¿ustedes?

-Jasper podrías ser más claro, pregunta sin censura lo que te inquieta – le respondí ya sopesando el porque de su interrogatorio… ¿el pensaría lo mismo que Alice?...

-Por Edward… creí que aprovecharían el tiempo antes que vuelva su novia – cerré los ojos y apreté los puños… me sentí totalmente ofendida.

-¿Tú piensas que con Edward tenemos alguna relación? Te equivocas no tengo nada que ver con Edward Cullen… y si quieres algo más específico… no me he acostado con él – lo mire furiosa y su expresión de asombro fue más grande pero en este momento me sentí tan superada… - ¿Por qué demonios debo darte explicaciones? - Me di vuelta y corrí hasta mi habitación… ¡hasta ahí quedo la energía Zen!

Cerré de un portazo la puerta de mi habitación, me deslice por la puerta hasta llegar al suelo.

Sentí los pasos en el pasillo, me tome la cabeza de verdad que no quería hablar con nadie… en estos momentos es cuando de verdad deseo tener un refugio, mi hogar…

La voz de Alice, se iba intensificando a medida que se acercaba a mi puerta… apoye la cabeza en la puerta escuchando lo que decía con los ojos cerrados.

-Amor… déjala sola en este momento, eso es lo que necesita.

-Ali, debo disculparme… me comporte como un idiota.

-Jazz, puedes hablar con  ella después… necesita estar sola.

Agradecí enormemente a mi amiga por conocerme, por saber lo que necesito… No puedo ser mal agradecida de todo lo que ellos me han entregado, y del cariño que Jasper y Alice me tienen.

Me levante del suelo para tirarme en la cama, estire la mano para tomar mi celular… ninguna llamada perdida… ¿Por qué eso deja un sabor amargo en mi boca?  ¿Esperabas 100 llamadas perdidas? ¡Por Dios es Edward Cullen!

Pase por la lista de contactos y la punzada en mi pecho hizo salir las lágrimas al pensar en Jake… ¿podre poner en orden mi vida si no logro enfrentarme a lo que temo? Es obvio que no… necesito enfrentarme a la vida, necesito resolver mis problemas si quiero sanar.

Pinche su número rogando porque esta vez las cosas se den mejor.

-¿Bella?

-Si soy yo… ¿Cómo estás?

-He estado mejor… - dijo en un susurro - ¿y tú? ¿Aun estas enyesada?

-Ya no… pero tengo que ponerme el inmovilizador si tengo molestias.- le dije moviendo lentamente mi muñeca.

-¿Me perdonas? – Suspire… controlando las lágrimas.

-Jacob, ¿sabes que debemos hablar?...

-Sí… estoy en el departamento, nuestro departamento – cerré los ojos - ¿puedes venir?

-Prefiero que nos juntemos a comer… en algún restaurante. ¿Elige tú?

-¿Por qué no en el departamento? – me mordí el labio, pero tenía que ser sincera con él.

-Jake… aun… tengo temor de tus reacciones…

-Entiendo… - su voz se quebró – estoy con el tratamiento. – cerré los ojos

-Eso es una buena noticia… debes hacerlo por ti.

-Lo sé Bella – suspiro fuerte – que te parece si vamos a comer comida china… donde siempre

-Nos vemos en una hora ahí… - Corte la llamada y me cambie de ropa, vería a Jacob… a pesar de todo lo extraño, él siempre fue mi amigo y mi hermano, es mi deber dar el primer paso para tomar las riendas de mi vida, para ser lo que siempre quise y porque no… para lograr lo que quiero.

Entre al restaurante camine entre la gente y de espaldas a la entrada estaba él.  ¿Cómo te comportas en estas situaciones? Me puse frente a él que miraba por la ventana perdido en sus pensamientos.

-Jacob – se volvió a mirarme, levantándose se acercó a mí, involuntariamente me estremecí. El pareció darse cuenta.

-Bella… - cerro la boca y se volvió a sentar indicándome que lo haga – ¿es extraño verdad?

-Si es extraño, no saber cómo comportarte o que decirle a alguien que ha sido importante en tú vida. – me miro profundamente, le devolví la mirada para ver la tristeza explicita en sus ojos.

-Te he hecho demasiado daño Bella – Bajo la cabeza, cuando una jovencita se nos acercó para tomar nuestro pedido. Una vez que se fue volví a mirar a Jake.

-Nos hemos hecho daño mutuamente Jake. Ni tú ni yo merecíamos en ningún momento lo que nos ha pasado. – El estiro la mano para tratar de tomar la mía sobre la mesa, pero la posicione en mi regazo.

-¿Qué va a pasar con nosotros? – Me pregunto mirando hacía la ventana.

-De partida no existirá un nosotros Jacob… - le dije buscando su mirada – no seguiremos casados, yo efectivamente quiero el divorcio y terminar de una vez con esta mentira. – seguía mirando por la ventana pero frunció el ceño sopesando mis palabras.

-Pareces tan molesta- me miro a los ojos – al parecer tienes demasiado apuro en ser una mujer soltera. – la joven llego con nuestros pedidos y bebidas.

-Necesitamos esto, tanto tú como yo… no tiene sentido seguir así nunca fuimos una pareja ¿Cuál sería el propósito de seguir aplazando? – le respondí tomando los palitos entre mis dedos.

-¿tienes una relación?- note el atisbo de impaciencia en su voz - ¿estas con alguien?

-No, no tengo nada con nadie –las preguntas me sonaron tan parecidas a las de Jasper. –No entiendo el sentido de tus preguntas, ahora no tengo a nadie, pero en un futuro espero poder tener a alguien que quiera de esa forma. – Soltó los palitos de golpe en la mesa y yo cerré los ojos esperando su arrebato.

-Espero que sea alguien que te merezca… alguien que te valore y que tú seas la “única” en su vida. – ¿Qué significa eso? ¿Qué insinúa? Abrí los ojos para mirarlo furiosa.

-A ver Jacob, mira las cosas entre nosotros nunca funcionaron, nunca recuérdalo, nunca fuimos una pareja, y lo más cercano a estar íntimamente fue cuando tú… - me quede callada aguantando el estremecimiento – No tienes derecho a cuestionarme, ni a contrólame. Todo lo que he pasado ha sido porque han querido controlar mi vida, tomar mis decisiones, pero eso se acabó. Si me equivoco o acierto en la vida, será mi responsabilidad, será por mis decisiones y tendré que afrontar lo bueno y lo malo. – El silencio se arremolino entre los dos, el abismo de los amigos que fuimos y lo que somos ahora se hacía más grande, y el escozor de la separación carcomía mi interior.

-Si es lo que quieres y sirve para de alguna manera compensarte por todo el daño que te he hecho… firmare el divorcio – tomo mi mano delicadamente sobre la mesa y no pude evitar que las lágrimas salieran de mis ojos – aunque ahora no lo creas, pero de verdad te quiero.

-Jacob, también te quiero y no sabes cuánto… - lloriqueé sin importarme que la gente nos viera – me duele todo esto… este tremendo abismo entre los dos. Pero sé que es necesario que sanemos, que podamos tomar el control de nuestra vida.

-Volveré a Seattle, me encargare de la empresa… No sé si nos veremos después, o hasta la mediación en unas semanas más… pero quiero que sepas que siempre puedes contar conmigo – me confundieron sus palabras y secando mis lágrimas le pregunte.

-¿Te iras a Seattle? ¿Qué pasa con tu trabajo? –el me miro sorprendido -¿Tu añoras tu trabajo?

-No te lo dijo tu abogado – soltó con desdén, sus ojos relampaguearon -¡Fui despedido! – mi cara de asombro descoloco su expresión de furia

-¿Despedido?... Jasper no me dijo nada, ¿por la demanda?

-Pensé que tú se lo habías pedido ¿de verdad no sabías Bella? – Me tome la cabeza con las manos – No te preocupes Bella, es obvio que sería así… Cullen me odia y tiene motivos para tenerme lejos.

-¿Lo dices por Leah verdad? – le pregunte esperando su reacción, el solo empuño las manos hasta que sus nudillos quedaron blancos, no me miro.

-No sé a qué te refieres – baje la cabeza mirando lleno de comida que apenas probé, tome mi bolso ya no tenía nada que hacer ahí, aunque doliera, las cosas no iban a mejorar, ni volveríamos a ser los de antes.

-Creo que si no sacas el sentimiento de culpa, nunca te vas a sanar Jacob… - levanto la mirada y sus ojos estaban brillantes – lamento que nunca tuviste la confianza de decirme lo que te atormentaba, sabía que eso te dañaba, pero las cosas hubieran sido muy distintas si permitieras que los demás te ayuden – Me levante y rodee la mesa hacia él – Te quiero Jake, no sabes cómo me duele tenerte al alcance de mi mano y no poder sentirte… - bese su frente cálida y me fui.

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Me gustó mucho escribir este Bpov, ella es tan distinta a Edward, y he querido marcar esa diferencia.

Agradezco mucho sus comentarios y sobretodo que les guste la historia, leo todos sus comentarios y me gusta saber sus reacciones.

Quiero aprovechar de agradecer a Rocío, mi querida amiga y autora de Infinito por su dedicación y talento. Soy una adicta a su historia, pase meses como tantas de ustedes ansiosa por leer un nuevo capítulo… la historia llego a su fin aunque no me gusta que termine, sé que tendremos mucho más de ella…  Te quiero amiga.

Cariños

Axavenus