Capítulo 12 - Sentimientos Enmascarados

Capítulo 12 –  Sentimientos Enmascarados

EPOV

Me levanté de la silla del escritorio y serví dos vasos de brandy, sabiendo que mis movimientos eran seguidos silenciosamente por Jasper, me volví al escritorio con ambos vasos, le pase uno por sobre el escritorio y tome de mi vaso esperando que el calor del alcohol mitigara mi ansiedad.

La puerta de la oficina se abrió y tanto Jasper como yo miramos directamente a Ángela entrar y detrás de ella a Black, quien le sonreía con desfachatez.

-Sr. Cullen, Sr. Hale… desean que les traiga algo antes de comenzar con su reunión.

-Estamos bien Ángela, por favor cierra la puerta al salir –le dije mirando a Black directamente a los ojos.

-Buenas tardes Señores – nos saludó Black y se acercó a Jasper para tenderle la mano que mi cuñado tomo educadamente.

-Tome asiento sr. Black - Se sentó junto a Jasper mirándome fijamente por lo cual me apoye en el respaldo de mi asiento devolviéndole la potencia de la mirada.

Que hombre más estúpido, cree que con la postura de arrogancia e indiferencia las cosas serán distintas. Mire a Jasper para que comenzara.

-Jacob te hemos pedido que vengas por un asunto importante que debemos tratar – las cejas de Black se alzaron – se ha interpuesto una demanda en tu contra.

-Jasper, sé que tú eres el abogado de mi esposa – cuando se refirió a ella me miro por un momento y se volvió a hablar con Jasper -  y estoy al tanto de la demanda.

-Entonces entiendes que se te desvinculara de la empresa. ¿Lo tienes claro?

-La verdad es que no creo que la desvinculación de esta firma sea posible… - se acomodó en la silla y paso la mirada desde Jasper a mí

-¿Por qué lo dices?... en nuestra compañía no aceptamos profesionales con problemas judiciales sin resolver. En tu caso es una demanda grave de agresión intrafamiliar.

-En una sola palabra  Jasper… Discriminación

Me levante de la silla y él se sobresalto por una fracción de segundo lo cual fue de gran satisfacción para mí… él no esta tan relajado y desfachatado como parece, me pare mirando hacia los edificios por el ventanal dándole la espalda.

-Sr. Black, según la ley usted ya no está sujeto al resguardo legal contra la discriminación. ¿No lo estudio usted en Yale?

-Es discriminación – su voz subió una octava – no pueden desvincularme de la empresa por los conflictos de intereses intermediados por el Sr. Hale.

-A ver Sr. Black, creo que tendremos que clasificar las aristas de la ley para que usted pueda entenderlas. Pero antes que eso, me di la vuelta mirándolo y sus ojos eran fuego puro - ¿Usted tuvo clases con McLister en Yale?

-Sí, él era catedrático de las leyes de reforma… ¿Qué tiene que ver el con esto? – sonreí y deje mi vaso en la mesa del escritorio

-Mucho Black, él tiene que ver mucho en esto porque le daría una apoplejía de saber que un alumno de él no entiende la ley de discriminación laboral – Quiso interrumpirme pero con un gesto de mi mano se cayó – En su caso tenemos dos puntos fundamentales, primero usted tiene una demanda de violencia intrafamiliar reciente y lo más importante Black… usted sufre un trastorno sicológico.

-¡Pero estoy en tratamiento! - se levantó de la silla, yo me erguí sobre mi escritorio apoyando las manos y lo mire a los ojos – ¡por eso es discriminación! – Jasper se levantó de la silla y tomo el brazo de Jacob el que se sacudió del agarre de Jasper

-Black… sería discriminación si estuvieras al día en tu tratamiento, pero no lo estás haciendo – Jasper volvió a sentarse  y me miro  continuando – en cuanto a la demanda interpuesta por Isabella, en nuestra empresa no podemos darnos el gusto de trabajar con gente con antecedentes sin resolver, sería un arma demasiado tentadora para cualquier otra firma que este en nuestra contra en algún caso.

-¡Tú la estas representando!... ¡el conflicto de intereses es evidente ya que tú eres su abogado!  - le increpo a Jasper, quien respiro profundamente por la idiotez de Black

-Hombre… eres un gran imbécil, Jasper no es tu jefe, soy yo… por ende que el represente a Isabella, no es un impedimento para despedirte  - Nos miró sin decir palabra pero su respiración era agitada…  - sabes sinceramente que creo que le hacemos un favor al sistema judicial de nuestro país… ya hay muchos abogados incompetentes. -Jasper me miro con precaución

- Jacob, debes pasar por recursos humanos, tus papeles de despido están listos al igual que tu indemnización por tus servicios. Debes dejar en portería tus credenciales e implementos de trabajo.

-¡Estas feliz Cullen!... – Jasper se levantó caminando hacia la puerta para abrirla y se volvió a mirar a Black que no se movió desde el centro de la sala.

-¿De qué hablas Black? – rodee el escritorio y quede frente a él cara a cara

-Te vi ayer con ella…. ¿te gusta consolarla verdad?

-Black… eres tan estúpido… - me reí en su cara – Claro que soy feliz… de alejarla de ti… maldito enfermo – apreté los dientes y los puños, mientras toda la ira contenida de estos días contra él comenzaba a aflorar dentro de mí

-¿Qué dice la dulce Leah de tu relación con Bella?...

-No te atrevas a meterte nuevamente con Leah… nunca volverás a tocarle un pelo a ninguna de las dos… - sus ojos se abrieron por la sorpresa – ¿querías que Isabella terminara igual que Leah? – se encogió levemente mientras por la puerta aparecían dos guardias que presumiblemente Jasper había hecho llamar.

-Pueden escoltar al Sr. Black a recursos humanos y posteriormente a la salida – le dijo Jasper a los guardias, quienes tomaron a Black por los brazos y salieron con él. Mi cuñado entro nuevamente cerrando la puerta.

-¿Edward estas bien? – no me di cuenta que seguía completamente tenso con los puños apretados.

-Si- le dije con indiferencia y volví a mi escritorio – tome mi cabeza masajeando mis sienes, sentí a Jasper sentarse frente a mí.

-Gracias por traer a Bella anoche – levante mi cabeza para mirarlo e involuntariamente esboce una sonrisa  acordándome de ella y nuestra caminata.

-No hay que agradecer… también me preocupo por ella – Jasper sonrió

-¿Es fantástica verdad? – lo mire fijamente totalmente confundido, Jasper jamás ha sido así con otra mujer que no sea mi hermana –

-¿Seguimos hablando de Bella?

- Claro… es una gran mujer, de verdad admiro su entereza…

-Estoy de acuerdo contigo, es una mujer magnifica – reflexione en las palabras de Jasper receloso no aguantando la pregunta – Jasper… ¿Qué sientes por ella? – El me miro con curiosidad y esbozo su gran sonrisa.

-La quiero Edward, y mucho… ella es una de esas personas que no te cuesta encariñarte – un audible gruñido salió de mi pecho, haciendo que él se carcajeara en mi cara - ¿celoso?... la quiero Edward, la protejo porque despierta eso en mí, pero es como mi hermana, es el mismo sentimiento que tengo hacía Rose.

-¿Estás seguro?... no son celos, solo que tú te comportas de esa forma solo con Alice y ahora lo haces con Bella… me desconcierta la verdad.

-¿Le has preguntado a Emmett que siente por ella? – Lo mire sin entender su pregunta

-No, ¿Qué demonios tiene que ver Emmett con esto?

-El siente lo mismo que yo… brindarle protección, y si no me equivoco tú también sientes eso por ella… Bella es especial te lo aseguro, aunque creo que a ti te afecta mucho más de lo que crees.

-Estas demente, si la protejo es porque es mi amiga… - sentí un estremecimiento en mi estómago por las palabras de Jasper… ¿era tan jodidamente evidente lo que provoca Bella en mí?... ¿todos lo han notado?

-El sábado juegan los Red Sox con los Yankees  – Jasper me comento sacándome de mis pensamientos – nos juntaremos en mi casa porque las chicas se van de spa ese día ¿vienes con nosotros a ver como muerden el polvo los Red? – me sorprendió la invitación hace unos  años que no compartía  un partido de beisbol con mis hermanos

-Por supuesto, ahí estaré… - sonreí -¿mi padre estará con nosotros? – volvió a sonreír y vi en el brillo de sus azules ojos ¿alegría?

-Estaremos todos Edward… siempre nos reunimos, solo faltabas tú – Se levantó de la silla y me miro – No faltes… me voy tengo unos documentos en mi oficina que necesito despachar hoy, lo mire salir y cerrar la puerta de mi oficina.

Un atípico calor se alojó en mi pecho producto de la invitación de Jasper…  Estaremos todos Edward… siempre nos reunimos, solo faltabas tú… ¿En qué momento deje de estar para ellos? Es de lo que se disculpaba Alice ayer… por dejarme, por permitir que me aleje… por perderme todo este tiempo de esto…  ¿Qué cambio ahora?

Toda la ira y la tensión de este encuentro con Black hacía hervir mi sangre y el deseo de proteger a Bella se acrecentaba conforme los minutos pasaban, atormentándome en las orillas de mis conciencia por los sentimientos que debía controlar. ¿Qué es lo que hace para confundirme?... sus ojos, sus labios, esos gestos llenos de sensual inocencia me vuelven loco… ¡No! O es simplemente lo vulnerable que es… lo delicada, inocente y confiada… ¡No! Mi obsesión es por contenerme, por aplacar las ganas de tomarla en mis brazos y escuchar sus gemidos, morder sus labios, besarla y llenarme de ella… llenarla a ella…  ¿seré capaz de contenerme nuevamente si estamos a solas?  Apreté el puente de mi nariz totalmente frustrado… en mi mente los pensamientos de la noche anterior me atosigan. ¡La deseo!... ¡mierda como la deseo! Baje por el ascensor  hasta el estacionamiento, hoy me iría a mi otro departamento, necesito aclarar mis ideas, tener un lugar físico alejado de todo este conflicto, de las frivolidades de Leah, de todo…  necesito replantearme no puedo seguir especulando.

La pantalla iluminada y la vibración de mi celular me hizo levantar la cabeza del sillón donde me había quedado dormido, mire alrededor una luz amarillenta se filtraba por el gran ventanal, tome el celular de la mesa de centro para contestar.

-Alo – me aclare la garganta

-¿Edward? – Me arrepentí en el momento de no mirar quien era antes de responder -¿Dónde estás?

-Leah ¿Qué quieres? – me levante del sillón para prender la luz, mire sobre la mesa la botella de vodka vacía.

-Edward son las tres de la mañana, no has llegado a casa y Eleazar no quiso decirme donde fuiste. ¡¿Qué me pasa?!... est…

Mire la pantalla y colgué la llamada, apagando el celular en tanto. ¿Explicaciones? Que se olvide de ellas porque de mí nunca las tendrá.

Camine balanceándome apoyándome en las paredes hasta mi dormitorio dejándome caer con los brazos extendidos, quedándome así.

…

-Ángela, me puedes traer un café cargado – le dije por el intercomunicador

-En seguida – a los cinco minutos me trajo el café y un frasco con analgésicos. Le sonreí mientras buscaba una botella envasada de agua y  un vaso.

-Gracias Ángela, me conoces bien – Ella solo me sonrió acomodando en su hombro su ondulado cabello.

- ¿Tengo reuniones agendadas hoy? – le pregunte mientras tomaba las pastillas y comenzaba con mi café.

-Sólo una, Se suspendió la reunión de las 12 horas y quedaría  las de comité de seguimiento a las 4 de la tarde.

- Avísales al comité que no estaré en la reunión, necesito que te quedes tú para que tomes notas del estado de avance de casos. Pídele a Denalí que te envíe el informe de los contratos con los rumanos y me lo reenvías. – Asintió con la cabeza, mientras tomaba notas de lo solicitado.

Salí de la oficina con el abrigo y el bolso en mano camino al ascensor, mientras lo esperaba. Ángela cerró mi oficina, me quede mirándola, se sentó en su escritorio tomando el teléfono. Sentí el timbre del ascensor y me gire distraídamente  para entrar en el chocando con alguien que emitió un gritito de disgusto.

-¡Edward! ¿Qué clase de bienvenida es esta?

-¡Alice! Perdona  ¿Qué haces aquí? – me incline para saludarla divertido por su reacción

-Vengo a buscar a Japer para almorzar porque no lo veré hasta mañana en la tarde – me sonrió emocionada

-Algo supe de eso… ¿no era mañana el día de Spa?

-Si es así, pero hoy nos juntaremos en la casa de Rose para irnos temprano al Spa.

-¿Viniste sola? – ella levanto una ceja y su sonrisa se hizo más grande.

-Sí. Bella tenía un almuerzo con su editora. ¿Te sientes bien?

-Tengo un poco de dolor de cabeza pero bien ¿porque  preguntas?

-Tus ojos están vidriosos – me miro ceñuda levantando la mano para tocar mi frente, pero evite que me tocara.

-Nos vemos mañana Alice, iré a ver el partido a tú casa.

-Me parece genial hermano cuídate, descansa te ves más pálido de lo normal – sonrió y me lanzo un beso con la mano caminando hacía la oficina de Jasper.

Entre al penthouse escuchando el ruido de la aspiradora desde el salón, donde Carmen debe estar haciendo la limpieza. El peor sonido par aun dolor de cabeza.

Pase directamente a mi dormitorio para cambiarme de ropa, de verdad no me sentía muy bien, el dolor de cabeza se incrementaba a pesar que los analgésicos que  tomé siempre me quitaban el malestar de la peor resaca que pudiera haber tenido… hoy nada.

Ya vestido fui hacía la sala para avisarle a Carmen que estaba ahí y que me preparada algo de almuerzo.

-Carmen – dio un respingo, me miro sorprendida y extrañada – voy a trabajar en el despacho, me llevas algo de comer, por favor.

- Claro, le llevare enseguida.

-Y me traes por favor un analgésico para el dolor de cabeza.

Ella se levantó de la mullida  alfombra que estaba cepillando, mientras me sonreía al pasar por mi lado. Yo me volví por el pasillo para ir a mi estudio, me senté en la silla frente a mi escritorio mientras se cargaba el laptop.

Un suave golpe en la puerta presidio a Carmen que entro con una bandeja con mi comida y un gran vaso de jugo de naranja.

-Gracias Carmen. ¿Has visto a Leah?- le pregunte tomando la pastilla

-Se fue a trabajar en la mañana – me miro esperando por otra pregunta o para que se retirara. Ella junto con Eleazar son un ejemplo de empleados confiables, jamás dicen más de lo que deben, son discretos y leales.

-Perfecto, cuando llegue le dices que estoy acá. Por favor.

-Se lo comunicare.

Pase varias horas revisando los contratos de la corporación Suscs&Anescu que cerro Denalí, era necesario revisar todos los antecedentes para posterior enviarla a Rumanía para comenzar con el asesoramiento legal. El dolor de cabeza comenzaba a menguar a intervalos mientras revisaba hoja por hoja. En eso estaba cuando la puerta del estudio se abrió y entro una no muy contenta Leah.

-Es necesario que seas tan escandalosa – deje el documento que revisaba sobre el escritorio para mirarla - ¿cuál es el problema?

-El problema Edward es que eres desconsiderado… ¡me cortaste la llamada anoche!... ¡no tenía la menor idea donde estabas!... ¡no me das ni una explicación! – me levante rodeando el escritorio y apoye mis manos sobre los brazos de la silla.

-Leah te lo dije hace unos días, yo no doy explicaciones ni a ti ni a nadie…

-¡A mi vas a tener que dármelas! – Me interrumpió y se levantó dejándome de pie frente a ella – ¡Claro que me las tienes que dar!... ¿te estas acostando con otras mujeres? – La mire fijamente mientras las ondas de dolor taladraban mis sienes producto de sus gritos y la rabia creciendo en mí – tienes que decírmelo porque no estamos usando protección y no estoy dispuesta a que me contagies con algo… - esa fue la gota que rebalsó el vaso.

-¡Leah! – Dejo de gritarme y me miro – no me acuesto con nadie más que tú en este momento, soy consciente de lo que estamos haciendo, pero no me vas a plantar escenas cada vez que  no te conteste o no te diga dónde voy. No lo voy a tolerar, las cosas serán muy distintas si tú continúas con esta actitud.

-Claro, para ti es fácil verdad… Las cosas difíciles son para mí. Soy yo la que se va a embarazar, la que quedara sola cuando tú decidas desaparecer como anoche. ¡No me está gustando esta parte del plan!

-Si no te gusta la idea, puedes irte por donde viniste Leah. Yo nunca te engañe, te propuse esto y lo aceptaste – La mire para ver su reacción y esperar su respuesta sorprendiéndome a mí mismo por la esperanza de verla salir por la puerta – Antes de irte debes dejar las tarjetas de crédito, y obviamente no existirán nuevas oportunidades. – Miro alrededor del despacho en silencio y se volvió a sentar

-No me iré Edward – miro sus manos y entrelazó sus delgados dedos

-Esta será la última vez que vuelvas a gritarme de esa forma Leah, no existirá una próxima – Camine hacia la puerta para abrirla y esperar que ella salga – Su mirada era impasible, sin emociones

-Edward, no…  no volverá a ocurrir, pero quiero que puedas entender el estrés de todo esto – cerré la puerta y camine para sentarme  nuevamente en mi escritorio y tomarme una nueva pastilla de analgésicos, esta sería otra jodida eterna tarde.

-¿Qué es lo que te estresa tanto Leah? – La mire con indiferencia más acentuada por el dolor de cabeza

-Ayer fue estresante, el médico, los exámenes, vitaminas y hormonas, estabas ahí… no sé esto hace todo más real… ¿de verdad quieres un hijo? – paso su mano por el cuello masajeando

-Si lo quiero Leah. Deseo tener un hijo, por eso te lo pedí, no soy la clase de hombre que toma decisiones al azar – Se levantó  acercándose a mí y la tome por la cintura para que quedara entre mis piernas, sus manos me acariciaron el pelo.

-Tengo que viajar a ver a mis padres, ¿te molesta que viaje? – levante la cabeza para mirarla –

-¿Cuándo te vas y cuando vuelves? – Sonrió y me beso levemente la boca.

-Tengo que ir hoy… - Volvió a besarme y se sentó en mi regazo – Esta de cumpleaños mi padre y mi hermano menor, volveré el lunes en la tarde… me tome un día de permiso en la oficina.

-Puedes ir no me molesta.

-¿no quieres acompañarme? – Me miro aun acariciándome la cabeza – podrías conocer a mi familia, ahora que somos “novios”.

-Los conoceré antes de la boda, con eso es suficiente. –Serían menos testigos si termino aburriéndome de sus escenitas.

…

La sequedad de mi garganta me despertó, me di vuelta en la cama contento porque ya no sentía el dolor de cabeza de ayer, aunque la presión en mi garganta no era tan molesta por ahora.

Es extraño y reconfortante mirar el lado vacío de la cama ahora que puedo recuperar mi espacio por un tiempo, aunque el tener una mujer disponible cada vez que lo desees en casa es una gran ventaja también.

Me levante para ir a la cocina, necesitaba algo fresco para mi garganta. Abrí el refrigerador buscando el jugo de naranja, vertiéndolo en un vaso para tomar de un sorbo el refrescante liquido cítrico.  Mirando alrededor vi la hora en el reloj de la encimera, era casi medio día. No sentí a Carmen dando vueltas por el penthouse, lo cual por la hora debe a ver ido al mercado.

Dos horas después estaba entrando por la reja de la casa de mi hermana. Conduje para entrar al estacionamiento, me ubique al costado del Jeep de  Emmett, salí de mi auto caminado hacía la puerta de entrada de servicio, llegando ahí vi una moto roja junto al mini cooper de Bella. ¿Desde cuándo Jasper usa motocicletas? Me acerque para examinarla y ver que era una Yamaha Aeros… ¿Por qué roja?

Abrí la puerta para entrar al pasillo, una de las empleadas de la casa asomo la cabeza por la puerta de la cocina.

-Buenas tardes – la salude caminando en su dirección.

-Buenas tardes Sr. Cullen – Ella agacho la cabeza avergonzada – El señor Jasper se encuentra en la sala junto a su padre y hermano.

-Gracias

Entre en la sala donde mi padre estaba sentado en el sillón blanco con un puro en la mano y Emmett entraba por el ventanal dejando abierto, y en la mano un pack de coronas, me miro sorprendido.

-¡Hermano! – mi padre se giró hacia mí y se levantó también con una expresión de sorpresa.

-¡Hijo! ¡Qué alegría tenerte acá! – me abrazo con fuerza y el olor almizclado del tabaco se arremolino entre nosotros, le devolví el abrazo un poco sorprendido al igual que ellos.

-Le dije a Jasper que vendría ¿no los sabían?

-No, pero no importa – me dijo Emmett pasándome una cerveza helada, abrazándome mucho más fuerte que mi padre-  no recuerdo la última vez que vimos unos partidos todos juntos – Carlisle se volvió al sofá. Yo me saque la chaqueta  y la deje en el respaldo del sillón para sentarme

-¿Quieres? – Me  pregunto mi padre abriendo la caja de puros – son cubanos originales – sonrió cuando tome uno y alcance el cortante. En eso entro Jasper seguido de la empleada que me recibió que cargaba una bandeja de hamburguesas, definitivamente esta sería una tarde de hombres.

Jasper se acercó y me levante para darle una abrazo como a los demás y tomar el encendedor de Carlisle para prender mi puro, aspire para encenderlo, sintiendo el picor del tabaco en mi boca, definitivamente unos buenos puros cubanos, no hay como estos.

Emmett subió el volumen del plasma justo cuando el relator comenzó a nombrar a los jugadores y la formación de posiciones de los equipos

-¡¡Listos para que ver como mueren los de Boston!!... ¡¡púdranse los Red Sox!!

Todos nos carcajeamos con los gritos de Emmett… aún  no comenzaban las entradas  y ya estaba lleno de adrenalina y testosterona.

Estábamos los cuatro sentados en la orilla de nuestros asientos, mirando a Ortiz de los Red Sox posicionarse para batear la bola que le lanzaría Bob Logan… Emmett se levantó gritando de júbilo cuando Ortiz no logro batear logrando un strike decisivo para ganar el juego.

Tome una nueva cerveza de la mesa donde habían desaparecido hace rato las hamburguesas  y lo que quedaba era una fuente con rastros de nachos.

Sentí las risas de las chicas venir por el pasillo, mirando mi reloj ya eran cerca de las seis de la tarde. Seguí mirando el partido viendo como esta vez Ortiz conseguía darle a la bola y comenzaba a correr para alcanzar la primera base… Emmett se paró junto al plasma con su gran espalda impidiendo que podamos ver -  ¡¡¡Córrete!!!  - le gritamos los tres junto cuando las chicas entraban a la sala.

-¡¡Sí!!... ¡¡Ganamos, Ganamos!! – Grito Emmett dándose la vuelta eufórico, corriendo donde Rosalie que le sonreía  alzándola y está enrollando sus piernas en la cintura de mi hermano mientras este la besaba – ¡¡Ganamos osita!!... esto hay que celebrarlo.

Alice me saludo dándome un sonoro beso en la mejilla y corrió a los brazos de Jasper que también la beso y apoyo la frente sobre su cabeza.

-Edward hijo – mi madre me beso la mejilla y abrazo – me hace muy feliz verte acá, compartiendo con tus hermanos – miro alrededor - ¿viniste solo? – la bese en la mejilla y sostuve su abrazo

-Si vine sólo, Leah viajo a ver a su familia este fin de semana.

-Bueno me gusta que ella sea preocupada de su familia. – me sonrió y se volvió hacia mi padre y se sentó a su lado.

Mire alrededor y no vi a Bella, así que salí al pasillo tratando de disimular, camine hasta la escalera, pise el primer escalón y escuche en la voz de Emma.

Me quede esperando sin moverme de ahí, Emma traía un libro en la mano mirándolo fascinada, sin percatarse que estoy observándola.

Bella me miro  y sonrió, estaba vestida con una jeans y un chaleco que dejaba descubierto su blanco hombro, ayudo a bajar  a Emma tomándola de la mano.

Avance unos escalones para tomar a mi sobrina en brazos.

-Hola preciosa – le bese su pequeña mejilla – ¿qué haces que te ves tan guapa?

-Soy como mi mami… además me pintaron las uñas tío Ed – me mostro sus pequeñas manitos con sus uñas rosadas con unas pequeñas flores - ¿te gustan?

-Son preciosas… ¿Qué traes ahí? – baje los escalones con Emma en brazos y Bella detrás de mío –

-Es un libro que me dio tía Bella, es suyo – Ella me sonreía, mire el título “El sapo, la mariposa y la hiedra”  - ¿puedo mostrárselo a mi papá? – la baje y ella corrió hacía la sala. Me di vuelta para saludar a Bella.

-Hola amigo – se acercó para besar mi mejilla

-Hola… - tome su cara con mis manos y mire sus achocolatados ojos - ¿Cómo has estado? – se ruborizo

-Bien – solté su rostro extrañando inmediatamente el calor de sus mejillas – me sacaron el yeso y ahora tengo esto que lo puedo remover y no sabes lo feliz que me hace – su piel resplandecía y su pelo brillaba ahora liso - ¿Cómo has estado tú?

-Con bastante trabajo, lo que es habitual – comenzamos a caminar por el pasillo hasta la sala, donde estaban todos

-¿Viniste solo? – me pregunto sentándose en el brazo del sillón que estaba Emmett con mi sobrina en brazos

-Hoy estoy soltero – mi sonrisa se ensancho y ella se ruborizo más que antes, disfrute más de lo que pensé con ese acto tan inocente e involuntario de ella.

-Que les parece si vamos a bailar en la noche – dijo Alice dando brinquitos, mientras yo seguía mirando a Bella pasaba sus brazos por sobre los hombros de Emmett.

-Yo no puedo Alice –Rosalie se cruzó de piernas mirando a Emma con ternura

-Hija, nosotros nos quedaremos con Emma, que clase de abuelos seriamos si no cuidáramos de nuestra hermosa nieta una noche – Esme se sentó al lado de Emma y beso su mejilla - ¿quieres quedarte con nosotros hoy en la noche? – Los ojitos de Emma brillaron mientras abrazaba a su abuela.

-Si… ¿podemos ver las princesas? – todos nos reímos de la ternura de mi sobrina

-Gracias Esme te lo agradezco…  - Rose se levantó tomando – entonces voy a ir a casa para traer el pijama de mi princesa y prepárame para la noche.

-¿Podemos ir al OZZONO? – pregunto Bella y me extrañe ella no parece de las personas que sale mucho de noche, como para que conociera ese club...

-Claro, es el más exclusivo y podemos ir a la Zona VIP… - Alice me miro y dudo - ¿vendrás con nosotros Edward?

-Alice, podrás entrar al Vip más fácil si vas conmigo…

-Ok, nosotros nos vamos a buscar las cosas y prepararnos para ir, ¿nos juntamos allá? – pregunto Emmett mientras besaba la cabeza de Emma

-Si allá nos vemos  - le dijo Alice y se sentó en las piernas de Jasper – podemos pasar a cenar, Amanda nos preparó la cena.

Le extendí la mano a Bella quien me miro tomándola con un poco más de confianza conmigo que otras veces.

Mire sus suaves y delicadas manos, y algo punzó en mi cabeza, un recuerdo por más que me esforcé, no logre recordar que era. Entrelace mis dedos con los de ella mientras caminábamos al comedor. Sentí a mis padres caminar detrás de nosotros y por primera vez no me molesto que vieran mi afecto hacía otra persona.

En el comedor la empleada de Alice estaba aún acomodando los cubiertos, Bella se soltó de mi mano para ayudarle cuando no existía un real motivo, me sentí rechazado… me fije en la forma nerviosa que tomaba los servicios y como evito mirarme mientras lo hacía, no sé si fue producto de la cerveza o el remanente del dolor de cabeza que me sentí extraño, ¿herido? Salí del comedor caminando rápido por el pasillo hasta la puerta que da la terraza, necesitaba aire con urgencia.

Apoyado en el barandal sintiendo las punzadas en mi cabeza  las que prefiero ignorar así como lo que  ella provoca en mí…. ¿rechazado?... jamás he sido rechazado, desde que comencé mi vida sexual, nunca nadie se ha negado. ¿Qué mierda me pasa?... ¿ella planeara todas estas cosas?... ¿sabrá que me provoca de esta forma?

-¿Edward? – ¡su suave y sensual voz! Me gire para mirarla tratando de contener el flujo de emociones -  ¿Estas bien?

- Bella… - respire profundo y me acerque a ella - ¿Por qué? – la mire a los ojos, volví a respirar aplacando un poco mi dolor de cabeza  - ¿te molesta mi cercanía? – camino hacia el barandal alejándose nuevamente y se apoyó ahí. ¿Por qué mierda me molesta tanto que se aleje?

-No me molesta tu cercanía – me respondió mirando sus pies – me gusta más de lo que debería – levanto su  cabeza para mirarme a los ojos, el brillo en ellos es asombroso pude perderme unos segundos en ese mar chocolate – ya te lo dije hace unos días me confundes.

-¿Por qué Bella? ¿Cómo te confundo? – si supieras lo confundido que me tienes a mí, el maldito deseo de besarte, de fundirme en ti

-No… tú tienes… - me acerque más a ella tome un mechón de su pelo dejándolo detrás de su oreja y pase mi mano por la línea de su mandíbula, ella cerro los ojos  - ¡Tienes novia y yo aún estoy casada! – dijo de sopetón y sonreí al ver el rubor subir a sus aterciopeladas mejillas.

-Bella – le susurre acercándome lentamente, rose su nariz casi tocando sus labios – eso no es un problema – al hablarle toque levemente sus suaves labios su aliento fresco envió descargas eléctricas a mi lengua anhelante, cerré los ojos para terminar besándola como lo quise desde el baile… la sentí deslizarse de mi agarre girando su rostro hasta quedar apoyada en mí hombro y gemí internamente.

-No… - susurro en mi hombro – no es justo para Leah…  -apreté mi mandíbula maldiciéndome internamente porque con esto perdería todo el camino recorrido – no sería justo para ti Edward, eres una persona muy especial y no sería lo correcto – abrace su estrecha cintura esperando que no se alejara por completo.

-Perdóname Bella…  Tú también me confundes - tome aire porque por primera vez en mi vida me sentí vulnerable - ¿me perdonas?

-Edward – susurro y volvió el rostro hacía mi nuevamente para mirarme – somos amigos, no lo olvidemos – tomándome la mano me jaló hasta el pasillo y yo me deje llevar…

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¡¡¡Quiero saber que les ha parecido!!!

Estoy muy contenta con sus comentarios, alertas y favoritos….

Muchas gracias…. Me hacen muy feliz

Cariños

Axavenus