Capítulo 43 - Yo estaré allí por ti

Capítulo 43 –  Yo estaré allí por ti

EPOV

En algún momento, desde que salí del departamento de Leah y me estacione… tuve que quedarme dormido, porque esto no es verdad… esto es un sueño, un maravilloso sueño, dónde aparecía el amor de mi vida…

Claro que es un sueño, porque aún estoy en el auto, mirándola y escuchando que nosotros… ella y yo… tenemos una hija. ¿Una hija?  ¿Embarazo? ¿Un año? 

-Espera – la mire a los ojos, ¿Esto es real?  - ¿Tenemos una hija? –ella asintió con los ojos brillantes, esos hermosos ojos chocolates, tal cual los recordaba – una niña de un año… - susurre

-Así es, Edward, sé que es difícil, que tienes que procesarlo, que quizás complique tu relación actual, pero quizás Carlie, pueda ayudar a Noah, o si yo también puedo someterme a las pruebas y ayudarle en el trasplante…

-¿Carlie? – mi ángel hablaba muy rápido, porque sólo pude capturar el nombre… - ¿Nuestra hija se llama Carlie? – ¿de verdad tengo una hija llamada Carlie? ¿No estoy soñando?

-Sí, es Carlie, mezcle los nombres de Charlie y Carlisle… Es Carlie Lorelai – No pude aguantarme, mi corazón vibro, ella… Bella estaba acá frente a mí, hablándome, mirándome… tenia que tocarla, besarla… ¡Una hija! ¡Nuestra hija! La tome entre mis manos, sintiendo su calor, sus mejillas hermosas, sus ojos, sus labios, su cabello... ¿Por qué rubio? – Sé que estas molesto, te juro que te daré todas las respuestas que necesites, pero ahora Noah es el importante… nosotros, bueno después podemos conversar…

-Siempre has sido un ángel… - mire sus labios quería besarla, comprobar que su sabor era el mismo de antes… ¿Acaso no aprendes de los errores? Así que solo roce su frente con mis labios…  – quiero verla, quiero ver a mi hija, ahora – le pedí, si esto es verdad… si no es un sueño, sería como un rayo de luz después de la tormenta.

-Está bien… -susurró, así que la solté y metí la llave en el auto…

Después de salir del estacionamiento, comencé a sentir que la realidad estaba acá, no era un sueño, ella estaba ahí… podía sentir su aroma, había sentido su cuerpo cuando me abrazo en la capilla, cuando tome su mano, acaricie su pelo y bese su frente… no era etérea, era mi Isabella. ¡Mí Bella que volvió!

¿Pero había tanto que decir?...

-¿Cuando nació? – le pregunte, necesitaba saber, escuchar su voz… ¡Oh Dios Bella esperando un bebé mío! ¡Quizás dónde! ¡Absolutamente sola!...

-Él 30 de Julio, a las 12:50… fue el mejor momento de mi vida… - Me perdí todo eso, la redondez de su vientre, sus antojos, la hermosura de su cuerpo, el amor con que la alimentaba… todo lo que le dio a Noah, pero para nuestro hijo…

¿Fue tanto mi egoísmo que la hizo huir de mi embarazada? ¿Tanto odio guardo en su corazón? ¿Seguirá odiándome? ¿Estará acá sólo por Noah?

Seguí a Bella, con el corazón apretado… estaba tan cerca pero tan lejos, tanto que teníamos que hablar, pero sin tiempo. Las puertas del elevador se abrieron en el sexto piso y salí siguiéndola, cuando se paro frente a la puerta de la que debía ser su habitación se volvió a mirarme.

-Edward… sé que fui muy injusta – sus ojos se humedecieron y mordió su labio – entiendo que estés abrumado, asustado y superado por todo esto, pero te ruego, que si tienes que gritarme y decirme todo lo egoísta que he sido, no lo hagas frente a Carlie.

-¿Cómo crees que haría algo así? – Busque su mirada – Yo fui el que provoco todo esto Bella… ya tendremos el tiempo de hablar los dos, pero quiero que sepas – tome su mejilla… Que te amo tanto – que encontraremos la mejor manera para solucionarlo.

-Gracias – se abalanzo y me abrazo fuerte, ambos respiramos como si encontráramos nuestros centros, complementándonos - ¿Estás listo?

-Contigo a mi lado, siempre… - sus ojos brillaron cuando me soltó y abrió la puerta con la llave magnética.

Mi corazón latía desaforado dentro de mi pecho, a cada paso que daba detrás de Bella, sentía el calor abrazador de un descubrimiento que cambiara mi vida, la vida de Noah, la de Bella… la de mi hija.

Entonces ahí estaba ella, jugando sobre la alfombra y Sue sentada en el sillón mirándola, como tomaba cubos de colores y los insertaba en una casa…

-Ohh Dios es hermosa – susurre mientras Bella tomo mi mano suavemente y me insto a acercarme, mire a Sue que tenía una expresión de sorpresa… - Hola Carlie – me senté en el suelo a su lado.

-¡Mi! – gritó la pequeña sonriendo, Bella se sentó al otro lado y acaricio sus moñitos ondulados – mami – Carlie le paso un triangulo morado a Bella encaramándose en su regazo…

-Cariño, muéstrale tus juguetes a… - Bella me miro y yo no pude reprimir las lágrimas, nuestra hija, era la conjunción perfecta de ambos, un sollozo ronco y contenido se escapo de mi interior, sintiendo que este era la señal, la luz que disiparía todas mis pesadillas…  - Carlie, él es tú papá – las mire a ambas entre la humedad de mis ojos.

-Papí… - Bella tomo los bracitos de Carlie y la ayudo a dar los pasos para llegar a mí, tembloroso tome sus manitos subiéndola a mis piernas, ella toco mis mejillas húmedas, mirándome fijamente… Oh sus ojos igual a los míos - ¡Becho!- Se estiro y me beso abrazándome… tan hermosa, cálida y llena de paz como Noah.

-Hola amor – acaricie su mejilla y le di un beso – soy tu papi… - Carlie miro a Bella que también lloraba al vernos, mi ángel se acercó más y beso mi mejilla tal como lo había hecho Carlie…

-No sabes cuando soñé con esto Edward… - la abrace junto a Carlie y hundí mi nariz en su cuello… Había felicidad en mí, mucha pero no completa… - Perdóname – susurro acariciando mi espalda – Fui tan tonta.

-Shuuu – acaricie su pelo y mire a Carlie – ya hablaremos, Bella… y gracias por permitir que la conociera…

-Shuuuuuuu – ambos miramos a Carlie que imito mi sonido, y no pudimos evitar sonreír, ella se removió de mi regazo inquieta, la alce y acurruque en mi pecho, besando su cabecita – Eres igual de hermosa que tú mami.

-Edward… - deje a Carlie en la alfombra a mi lado para que siguiera jugando con sus bloques y mire a Bella – Lamento que esto tuviera que ser así, pero yo supe por Alice y Jasper que Noah ha estado muy enfermo y por eso volví… -¿Alice y Jasper?...

-Espera un momento – ella abrió los ojos asustada por la dureza de mi voz - ¿Jasper te visitaba? – ella asintió no muy segura… pero yo me reí lentamente, no iba a recriminar no ahora… pero no podía aguantar la risa y Bella miro a Sue asustada y sin entender - ¿Viste a Jasper hoy?

-S…si… él me dijo que estabas en la capilla – tomo mi mano apretándola levemente - ¿Estas bien?...

-Emmett le pego a Jasper, hace 4 días… le dejo un ojo morado…

-No entiendo…

-Emmett descubrió hace un tiempo una foto, la de una niña – mire a Carlie y acaricie sus risos que colgaban de su moño – De Carlie, y él llego a la conclusión que Jasper viajaba a ver a su hija – Bella estaba confundida – Ambos, Emmett y yo creíamos que Jasper engañaba a Alice, porque era tan críptico cada vez que viajaba… y hace cuatro días Emmett fue a su casa, ya sin aguantar y lo descubrió en el computador hablando con alguien…

-¡Oh por Dios! – Bella se llevo las manos a la cara y su hermoso sonrojo apareció y eso avivo mi tan aletargado corazón – Claro estaba hablando conmigo, me estaba contando lo de Noah, pero corto la comunicación… Pobre Jazz…

-¿Tiop lazz? – Carlie levanto la cabeza y miro para todos lados, frunció el ceño  en dirección a Bella, con un gesto tan parecido a Noah – ¡nu tá! – Bella beso su frente y acaricio su bracito

– Ya lo vamos a ver, y conoceremos más tíos y otros abuelos ¿Quieres? – Bella me miro y yo asentí – Tenemos que volver  a la clínica Edward… yo quiero ayudar a Noah y si ambas, Carlie y yo… para el trasplante de médula, no se si ella podrá tan pequeña, pero debemos ir a que el médico nos diga…

-Te lo agradezco Bella… - bese su mejilla apenas rosando la comisura de su boca dónde ambos nos estremecimos – Vamos inmediatamente, podemos ver al médico…

-Edward – Bella dudo mirando sus manos – ¿no querrás hablar primero con tu novia? – fruncí el ceño – Ella debería saber que tienes otro hijo, y quizás no se lo tome bien…

-Yo no tengo novia – levanto la cabeza de golpe y ¿sonrió? -  no desde…  - tome su mano entre las mías – no hay nadie más – ella asintió y miro a Sue que lloraba en silencio sentada en el sillón.

-Nana… -Bella se puso de pie y fue donde ella y la abrazo fuertemente – no llores, ya…

-Estaba tan asustada – hipo Sue – ver esto… verlos a ustedes así, con la niña es hermoso – tome en brazos a Carlie y me acerque a Sue – después de todo este tiempo, viendo triste a mi niña… esto es un milagro.

-El milagro será cuando Noah también este en los brazos de su papá – dijo Bella, haciendo que todo mi ser vibrara con sus palabras – buscare un bolso con ropa de muda para Carlie… ¿Nana vienes con nosotros?

-Por supuesto…

-¿Cómo crees que reaccionara Esme y Carlisle? – me pregunto Bella, desde el asiento de copiloto.

-La van a adorar, ellos aman a sus nietos – eche un vistazo por el espejo retrovisor, Carlie quedo muy cómoda en la silla de Noah y Sue estaba atenta a mi hija… Mi hija tan hermosa y angelical.

-Si lo sé… - Bella giro su cabeza hacia la ventana

-¿Te preocupa como reaccionen contigo? – le pregunte girando a la izquierda para tomar la avenida que nos lleva a la clínica.

-Bueno, están en su derecho de enojarse… - me miro de soslayo y la adore por su gesto.

-Tranquila… Ya tendremos nuestro tiempo – estire mi mano para acariciarla, pero sentí que era demasiado atrevimiento… - Si es necesario hablare con ellos primero – Puso su mano sobre la mía en los cambios.

-No es necesario, gracias – baje al estacionamiento de la clínica con la sensación de que a partir de ahora las cosas serán mucho mejores.

Carlie miraba las luces del ascensor desde la protección de mis brazos, Bella nos miraba y sonreía. Para cuando las puertas se abrieron de par en par salimos al pasillo del cuarto piso, frente a la puerta cerrada de la habitación, Bella aspiro profundamente y abrió, admire tanto su entereza, su preciosa manera de enfrentarse a lo que no puede controlar.

En la habitación estaba Alice y mis padres. Estos últimos miraron a Carlie con la boca abierta y sólo Alice se acercó rápidamente a Bella  sonriendo de oreja a oreja, para fundirse en un abrazo.

-¡Papí! – dijo Noah desde la cama, a pesar de lo mucho que había dormido sus ojeras estaban marcadas – te fuiste – dejo a un lado su libro de historietas para mirar a Carlie en mis brazos.

-Ya estoy acá campeón – me acerque a él y me senté en la silla al lado de su cama – te traje dos sorpresas maravillosas – Noah no dejaba de mirar a Carlie.

-¿Qué es? – Carlie lo miro y estiro sus bracitos en dirección a Noah, él levanto su mano y tomo las de su hermana suavemente y sonrió.

-Te presento a Carlie Lorelai… ella es tú hermana – percibí el movimiento de mi padre al levantarse y el jadeo de mi madre…

-¿Mi hermana? – asentí acercando más a Carlie - ¿Vamos a jugar los dos?

-Claro, eres el hermano mayor y debes cuidarla también – Carlie soltó una carcajada y se llevo las manos a la boca.

-¡Becho! – grito tirando besos con las manitos en dirección a Noah, quien sonrió como hace muchas semanas no hacia.

-La otra sorpresa es Bella – la mire y ella se acercó donde Noah, él la miro y frunció el ceño y su barbilla comenzó a temblar.

-No… - murmuro Noah mirándome  - te hace llodar – di un vistazo a Bella, y había agachado la cabeza con pesar y suspiro profundo, como si hubiera esperado esto.

-Campeón acaricie su mano suavemente, yo lloraba, pero porque la extrañaba mucho, pero ahora ella volvió y trajo a Carlie – Noah la miro por un momento y se conformo con mi respuesta.

Mire  a mi madre, su boca era una línea recta que miraba acusadoramente a Bella, mi padre no estaba en la habitación y Sue se había sentando en un extremo del sillón junto a Alice. Bella no levanto la mirada del suelo junto a mi.

-Mamá – Esme me miro con los ojos vidriosos – ya habrá tiempo para conversar todo. Ahora voy a ir a buscar al doctor para que sepa de la esta nueva opción.

-¿Qué opción? – pregunto Esme levantándose

-La opción de que Carlie sea compatible con Noah… - ella asintió mirando a Bella.  Me acerque a mamá y le susurre – Es hermosa tú nieta.

-¿Cómo paso esto? ¿Es tú hija? – acarició la mejilla de Carlie y mi niña se apoyó en mi hombro – es igual a ti.

-Es tan hermosa como Bella – mi madre miro por sobre mi hombro a Bella que se sentó junto a Noah y lo miraba mientras el veía los dibujos de su historieta – la sostienes, voy a buscar al médico – Se la entregue y Carlie me miro y luego a Bella, con los ojos bien abiertos, comenzando a hacer pucheros.

Bella se levanto mirándonos y se acercó a Carlie y Esme.

-Debes presentársela, ella es muy amorosa pero desconoce. – me explico dándome la oportunidad de interactuar con Carlie, brindándome la oportunidad de entregar confianza a mi hija.

-Claro que desconoce, si es la primera vez que me ve… - Exclamó Esme con resentimiento, en el momento que Carlie se puso a llorar y estiro los brazos en dirección de Bella.

-Lo siento Esme… - su barbilla tembló cuando tomo a la niña y la meció suavemente hasta calmarla.

-Mamá, no ahora por favor… - Esme dejo de mirar a Bella y asintió con lágrimas en los ojos.

Cuando salí de la habitación, tenia tanto dentro de mi interior, una red de emociones, que se cruzaban y se interponían unas a otras, pero la más importante, la que se alzaba como ganadora, es la posibilidad de que Noah tenga una oportunidad real contra su enfermedad. Con esa determinación en mente y el corazón rebosante de gratitud camine hasta el puesto de enfermeras para contactarme con el médico de Noah.

…

-Quiero que sepan, que a pesar de la compatibilidad que podamos detectar, al no ser hermanos idénticos, las probabilidades están entre un 45 a un 60%. – nos advirtió el médico mientras Bella apretaba mi mano levemente.

-¿Cuándo estarán listos los exámenes? – entrelace mis dedos con los de Bella al preguntarle al médico.

-Bueno los tomaremos en una media hora, pero teniendo en cuenta que ya anochece, los resultados estarán en la mañana. ¿Estarían dispuestos a hacer el procedimiento mañana si hay compatibilidad? – nos miramos y asentimos.

-Cuanto antes mejor doctor… ¿Es un procedimiento de anestesia general? – pregunto mi ángel preocupada.

-Sí, a ambos niños se les someterá a anestesia general. Se extraerá muestra de médula ósea desde el hueso de la cadera del donante y se le implantara de la misma manera al receptor.

-¿La niña estará hospitalizada? ¿Por cuánto tiempo?

-Solo 24 horas, que sólo por seguimiento al ser pequeña, observación de rutina, porque aunque es muy poco probable, puede presentar inflamación y dolor en la zona de extracción.

-¿Podemos utilizar una habitación doble? – Pregunte – para que los niños estén juntos.

-Lo veremos en admisión – el doctor subió sus gafas – Solicitare los exámenes y una enfermera extraerá las muestras de sangre, en la misma habitación de Noah.

Nos levantamos y salimos de la consulta, aun de la mano.

-Lo lograremos Edward, ya veras – tironee su mano para besar la suave piel de esta, y ella apoyo su cabeza en mi pecho – nunca pierdas la fe – murmuro despacio.

-Tengo fe… - busque su mirada – hoy veo luz… ya no hay oscuridad – apoye mi frente en la de ella y cerré los ojos – gracias Isabella… voy a estar agradecido toda mi existencia.

-No debes agradecer es mi obligación… porque a pesar de todo, nunca deje de pensar en ustedes… - La apreté contra mi pecho, necesitaba tenerla así pegada a mi dándome calor – Vamos a preparar a los niños.

Apenas entramos en la habitación, nos sorprendimos de ver  a Carlie sentada al lado de Noah en la cama y este mostrándole su historieta.

-¡Amiga! ¿Cómo les fue? – pregunto mi hermana.

-Vendrá una enfermera por la muestra de Carlie – Con Bella nos acercamos a la cama para ver a los niños.

-Se comportan como si toda la vida se conocieran – comento mi hermana y Sue asintió.

-Le trajeron comida a Noah y Carlie tomo su biberón al lado de él – Bella beso la cabeza de Carlie y acaricio la mejilla de Noah, quien aun seguía un poco distante con ella.

-Bella, después que le tomen la muestra a Carlie, se van a mi casa, Jasper vendrá a buscarme en unos minutos. La cena estará lista apenas lleguemos.

-Alice, estamos en el hotel, no queremos molestar.

-No… no acepto Bella, se vienen a mi casa… cada vez que Jasper iba para allá nunca dejaste que fuera a un hotel, así que yo tampoco lo permito.

-Ok… ya, pero tengo que ir a buscar las cosas del hotel y cerrar la cuenta.

-Sue y Carlie podrían ir con Alice y Jasper… - comente  mirando a Alice quien asintió – yo te puedo acompañar al hotel y ayudarte con las cosas.

-Es una magnifica idea Edward – Alice aplaudió feliz como no lo estaba desde hace mucho.

-Aunque quiero que sepas que mi casa también esta disponible – ella se sonrojo y se volvió a mirar a los niños. Tranquilízate Cullen, no te desesperes ya llegara el momento de hablar…

-Hola – murmuro Jasper sonriente, ya sin lentes de sol dejando ver la marca purpura que adornaba su rostro

-Oh Dios Jasper – Bella corrió a su lado y lo abrazo – Edward me conto lo de Emmett – ella extendió su delicada mano y acaricio suavemente el ojo y el siseo – perdón… por todo Jazz, siento tanto todo esto.

-Ya esta Bella, si tampoco es para tanto… Emmett estaba furioso pero después de hablar con Alice, se retracto. Ya no hay nada de que preocuparse  - el beso su frente y espere el remanente de celos que antiguamente me embargaba pero no, no llego nunca…

-¡iop lazz! – Carlie le estiraba los bracitos y movía sus manos rápido llamando la atención de mi cuñado.

-Hola princesa – se acercó y estiro el puño en dirección a Noah – hola campeón.

-Hola tío – Noah estrello su pequeña mano y sonrío mirando a Carlie - ¡Soy el hedmano mayod! ella… – miro a Carlie radiante – es mi hedmana… Teno una hedmana como Nick.

-Felicitaciones – Jasper lo abrazo y tomo a Carlie – es hermosa tu hermana – acaricio la mejilla de mi hija y esta abrazo su cuello.

Me aleje y senté en el sillón, mirando la interacción de Carlie, el cariño incondicional de Jasper y Alice por Bella, un amor incalculable que rompe barreras, tantas que a ellos se les permitió ver crecer a Carlie cuando yo no sabia de su existencia… de pronto mi triste corazón dio un latido errático, necesitábamos ese momento, ya llegaba el momento de hablar.

Al cabo de unos minutos, llego la enfermera para tomar la muestra de Carlie, mi pobre niña bonita se puso a llorar y Noah la consolaba con palabras de aliento, diciéndole que después de muchas veces que lo hacían ya no dolía tanto… pero Carlie ajena a la conclusión de Noah, se hundió en el cuello de Bella, quien le consoló con palabras cariñosas y arrumacos hasta que la niña se durmió en sus brazos.

Después de que Alice y Jasper se llevaran a  Carlie y Sue. Bella se acercó a Noah, este la miro durante un buen rato concentrándose en ella.

-Noah cariño – ella tomo su mano y acaricio suavemente sus deditos – ¿quieres que te leamos tu historieta’ – mi niño asintió y yo volví a hundirme en el sillón, mientras Bella se acomodaba al lado de Noah y abría la historieta favorita de Noah - ¡Hey! A mi también me gusta Toy Story… - cerré los ojos escuchando la cadencia dulce de la voz de Bella, suspire cansado este ha sido un día sobre la montaña rusa, y aún quedaba tanto ¿Por cuánto tiempo el paraíso estaría frente a mis ojos? ¿Podre ponerme de pie nuevamente?

-…Edward – me removí con el cosquilleo en mi mejilla – despierta – el cosquilleo se convirtió en electricidad cuando el susurro y el aliento entraron en mi oído. Quise abrir los ojos, pero la caricia sobre mi cicatriz me estremeció – siento tanto esto…

-No es tú culpa – mi voz salió ronca, tome su mano y la aprisione en mi mejilla - ¿Noah se durmió? – abrí los ojos y la habitación estaba oscura, solo la luz exterior iluminaba las ventanas.

-Si, hace como una hora…  - me volví a ella y sus grandes ojos brillaban – dormías tan bien, que no quise despertarte antes. ¿Tienes hambre? – Asentí hipnotizado en su voz – Compre varios sándwich y café.

-Es perfecto – tome la bolsa que me extendió y saque un sándwich sintiendo el rugido de mi estómago – gracias – le di un mordisco y Bella me miraba divertida, mientras ella también mordía su sándwich y disfrutamos del momento comiendo en silencio.

-Cuando llegue a España… - ¿España?... deje de mascar poniendo atención a lo que me estaba contando – Rebecca tenia un postre catalán exquisito se llama Menjar Blanc, es como un pudin de almendras y canela, me hice adicta a eso… ese fue mi único antojo durante todo el embarazo, era lo primero que hacía al levantarme por la mañana, tomar en budín y darme dos cucharadas del postre – se quedo en silencio, volviendo a morder su sándwich, con expresión soñadora.

-¿Por qué te fuiste así? ¿Por qué a España?– Subió sus esbeltas piernas al sillón y abrazo sus rodillas, tomándose el tiempo de responder – lo siento Bella, pero creo que ya es el momento de hablar.

-Por miedo… - susurro y me quede de una pieza ¿Ella tenía miedo de mí? – ese día que nos íbamos a juntar, supe que estaba embarazada… - sus ojos se posaron en los míos y espere a que continuara – me fui, presa del miedo y el pánico de que todo lo que había dicho Leah y de la posibilidad que lo hicieras conmigo… - suspiro avergonzada – estaba destrozada Edward, tú eras mi mundo y si me quedaba, si seguía acá al final volvería a caer en tus brazos – asentí mirando el vaso de café entre mis manos – fue como un ataque de adrenalina, era arrancar, correr y poner toda la distancia entre lo que había pasado… no sabia quien eras, si el hombre que develo Leah, o el que decía amarme incondicionalmente. - ¿Qué podía decir al respecto? ¿Acaso no tenia razón?

-¿Te fuiste a España? – volví a mirarla -

-Vivó en Barcelona, aunque estuve acá en NY  un tiempo, con Emily. Edward cuando estaba en NY, todos mis pensamientos  eran oscuro, no había salidas, no había forma de que volviera a casa de Alice, veía el vaso medio vació… pero cuando llegue a Barcelona, y al pasar de los días, me di cuenta de que no había tomado la decisión correcta… después mi vientre comenzó a crecer y comencé a vivir por mi hija, para ella y por ella…

-¿Si te arrepentiste por que no volviste?  Yo te busque… llame hasta el cansancio a Sue, a Emily y a todos los que podrían tenerte escondida… contrate detectives, pero no pude localizarte.- Claro nunca imagine que se iría a Europa - Hasta que fui a Seattle – sus ojos se llenaron de lagrimas, y yo ahogue las mías – en ese momento comprendí, que me había equivocado, que todo esto fue y será siempre mi culpa. Lo supe desde un principio, nunca fui lo suficiente bueno para ti… – la vi tensarse y comenzar a negar – Bella, toda mi vida fui un imbécil, y contigo nunca deje de serlo… reconozco todos tus esfuerzos, todo tu amor incondicional, pero nunca fui lo suficiente honesto como para reconocer que de verdad dependía de ti, que mi vida estaba llena de basura y que a pesar de todas las veces que me diste la oportunidad de ser sincero, nunca lo fui.

-Edward – ella se acercó a mi lado y apoyo su cabeza en mi hombro - ¿Por qué me mentiste y manipulaste?

-Porque siempre tuve miedo a amar y ser rechazado, a entregarme sin condiciones y que me destruyeran en mi vulnerabilidad… - la abrace y acerque más a mi – y fue exactamente lo que te hice a ti, lo que yo tanto temía te lo hice vivir – acaricie su brazo de arriba abajo – dañe a tanta gente Bella, a mis padres, a mis hermanos, mis amigos, pero sobre todo a ti y a nuestros hijos – un sollozo lleno de sentimientos salió de la garganta de Bella.

-Yo también fui tan tonta, tan egoísta y cobarde… porque nunca tuve el valor de volver antes… nunca tuve el suficiente coraje de llamarte y arreglar el daño que estaba haciendo, ni siquiera cuando Carlie nació… - hipo pegada a mi pecho – cuando la vi… cuando nació y vi sus ojitos pensé en ti, en que te había arrebatado todo… te equivocaste es verdad, pero nunca fuiste un mal padre… y en ese momento me arrepentí de haberte alejado y de haber callado todo el tiempo, que Carlie era tú hija llegaba al mundo y tú no tenias idea de ella – se puso a llorar sin consuelo mucho tiempo, apretada en mi costado. Mientras analizaba cada palabra, cada momento que ella describía, el dolor y la impotencia se cernían sobre mí.

-¿Por qué Alice y Jasper? A ellos les diste el privilegio – no pude controlar mi voz recriminatoria – ellos la vieron crecer…

-No fue así… - hipó secándose las lágrimas y mirándome a los ojos – cuando faltaban cuatro semanas para que Carlie naciera, me tope en Barcelona con Victoria y Dimitri - ¿Dimitri? ¿Él sabia donde estaba? -  le rogué que no te dijera nada, aun estaba asustada Edward, tenia miedo… miedo a que no me perdonaras a que no me entendieras, a que me arrebataras a mi hija – la mire acomodándome en  el sillón.

-¿Cómo te iba a quitar a nuestra hija? – ella agacho la cabeza – Isabella, no soy un monstruo.

-Lo sé Edward, y te pido disculpas, sé que no es suficiente, que nunca podre arreglar lo que he hecho.

-¿Por qué ellos? – alce la voz, me miro y las gruesas lagrimas bajaron por sus mejillas, no lo soporte y la atraje hacia mi y bese sus ojos – soy un idiota Bella, no importa cuantas cicatrices tenga, cuantas lecciones me de la vida, siempre sigo siendo el mismo estúpido egocéntrico…

-Ellos llegaron a la casa de Rebecca – continuo ahogando las lágrimas – dos días después que me dieran de alta en la clínica, fue una sorpresa y no fue fácil, Dimitri prometió no decirte nada a ti, pero apenas pudo le dijo a Jasper donde estaba… Alice todavía no me perdona del todo. – Se limpio las lagrimas suavemente - Lo siento Edward, lo que sentía no fue suficiente para impulsarme a volver y enfrentarte, por favor perdóname.

-Isabella, el que tiene que pedir perdón soy yo, fui egoísta y manipulador, pero nunca, jamás te mentí con lo que sentía. Nunca pude ser sincero porque temía que te fueras y es eso justamente lo que hiciste… arrancaste de mi, pusiste un océano de por medio con tal de exorcizarte de mi – cerré los ojos dejando paso a la ola de sentimientos, a las lágrimas orgullosas que limpiaban mi corazón.

-Nunca pude dejar de pensar en ti…

-Yo tampoco – acaricie su mejilla húmeda – pasaron los meses y mi corazón estaba medio vacío, odie a todo el mundo, llore y grite, perdí tanto, pero por más que patalee y grite como un niño con berrinche, el tiempo calmo mi furia y a pesar que nunca se llevo el dolor, me hizo comprender, que debía ser yo el que hiciera el esfuerzo, que redimiera todo el mal que hice, para que el día que llegaras sea digno de ti – apoye  la mano en mi corazón como un juramento - me esfuerzo día a día por ser mejor, por mejorar y ser digno de estar contigo, por ser un buen padre para Noah y ahora con mayor razón para Carlie y todo esto Bella, – busque su mirada tomando sus rostro entre mis manos – porque nunca he dejado de amarte…

-Oh Edward… - ella se abalanzo sobre mi tomando mi rostro, dejando que mi cabeza apoyada en el respaldo del sillón, mirándonos a la cara, sin máscaras, sin miedos… – nunca he dejado de amarte Edward… cada minuto, cada hora te he amado con todo mi corazón –cerré los ojos, la abrace y ambos lloramos por todo este tiempo, lamiendo las heridas para que sanen… porque cuando hay amor aun vale la pena intentarlo.

…

- ¡Papi! – me levante del sillón y Noah se abrazó a mis piernas – Estoy bien… ya no estoy enfermo – lo alce en mis brazos y bese su frente. Por fin podemos estar juntos otra vez… ¿aun me quieres papi?… - yo asentí abrazándolo más fuerte. ¡ahora se van! – gritó Noah – ¡Carlie! - levante mi cabeza alarmado mirando a mi alrededor, no estábamos en mi casa, era el aeropuerto, miles de rostros sin cara pasaban por nuestros lados, mi corazón se agito y acomode a Noah para avanzar, pero mis piernas pesaban.

-¡No te vayas! – grite a todo pulmón, pero la melena caoba de Bella siguió avanzando, solo Carlie se volvió a mirarme sobre el hombro de Bella…

-¡Becho! – lanzo un beso al aire, y caí de rodillas con Noah en mis brazos, llorando derrotado e impotente por no poder detenerlas.

-¡Otra vez te hizo llorar!....

Me desperté sudado y con lágrimas escapando de mis ojos, me dolía el pecho y mi respiración estaba tan agitada que no era capaz de retener bien el aire. Acostumbrándome a la oscuridad de mi habitación, me puse de pie, temblando por la pesadilla.

Mire el reloj digital de mi velador, ya eran las seis y media… me metí al baño, en tres horas más intervendrían a los niños, me afeite evitando a toda costa sentir el pánico efervescente que calaba mis huesos.

Baje a la cocina, la casa era silencio absoluto y acrecentaba mi pánico, entre en la cocina y Carmen tenia dispuesto en la encimera, el desayuno para una persona…

-Ven a mi casa, ven con Carlie y Sue – le rogué cuando volvíamos del hotel.

-No puedo Edward, Alice es muy generosa con volverme a dejar entrar y quedarme estos días en su casa – apreté los puños en el volante, Dios esto es tan injusto ¡Porque te preocupas por Alice!

-Ella lo entendería – insistí mirando la carretera

-Edward, es muy pronto – me volví a mirarla y su mirada de disculpa me abatió – quiero ser sincera contigo, yo te amo es verdad, pero no estoy acá por un nosotros…

-Claro, no te preocupes es por Noah lo entiendo – la interrumpí mordiéndome la tristeza.

-Déjame terminar Edward, Noah debe ser nuestra prioridad, un “nosotros” puede esperar, la vida de Noah no… además yo no puedo llegar y volver, vivo en Barcelona. – de todo lo que dijo, el inminente adiós se incrusto como una esquirla de hielo en mi corazón.

El portón de la casa de Alice se abrió lentamente después de ingresar el código, en la puerta estaba Bella esperándome con Carlie lista apoyando su cabecita en el hombro. Me baje para ayudarla a colocarla en la silla del auto.

-Hola – bese suavemente su mejilla.

-Hola Edward – Bella se sonrojo y me miro por entre sus pestañas, y tomo un bolso y lo metió en el maletero para después sentarse de copiloto - ¿Estas bien?

-Mmm – respondí sin ser capaz de armar una palabra sin pánico

-Estas muy pálido – acaricio mi mejilla y por un segundo cerré los parpados - ¿Dormiste bien? – negué sin perder detalle de la calle.

Me paseaba de un lado al otro por el pasillo, estaba nervioso y ansioso por que todo resultara bien, sentía que la monotonía de los colores de la clínica me succionaba, mis manos sudaban y que de un momento a otro explotaría. Bella me seguía con la mirada mordiendo entre tanto su labio, y apretando sus manos.

-¿Cuánto tiempo llevan? – pregunte sacando la blackberry volviendo a girar sobre mis pies y recomenzando el paseo.

-45 minutos, Edward… por favor cálmate – medio sonrió y palmeo el asiento a su lado, obedecí y tome una de sus manos – ten fe todo saldrá bien.

-Los niños, son nuestros niños los que están ahí… - Bella apoyo su cabeza en mi hombro, mientras entrelazábamos nuestros dedos, esperando los interminables minutos, ayudándome a calmarme. La escuche suspirar tristemente.

-Tus padres no me hablan – susurro mirando nuestras manos – anoche fueron donde Alice y no cruzaron ninguna palabra conmigo y al parecer discutieron con Alice. El único que me habla sin resquemores es Emmett, Rose fue a conocer a Carlie, pero también fue indiferente… - apreté su mano levemente comprendiendo su tristeza, pero en este momento no era capaz de consolarla como debía -  Esperaba que fuera así de alguna manera – murmuro al cabo de unos minutos -  siempre tuve miedo a esto, a que la familia no entienda…

-Cariño – bese su mano suavemente - Cuando todo esto pase, y tengamos tiempo para algo más, hablaremos con ellos… te lo prometo – bese su sien ahora y cerré los ojos ahuyentando el miedo aunque sea por unos minutos.

-Ahí viene el médico – ambos nos levantamos y sin soltar nuestra unión dimos los pasos para encontrarnos con el médico a medio camino - ¿Todo bien? – pregunto Bella ansiosa.

-Un éxito todo el procedimiento del trasplante, en una media hora más los llevaran a su habitación. Ahora nos toca ser pacientes para que el organismo de Noah se adapte a la implantación de médula, tenemos entre tres y cuatro semanas – ambos asentimos esperanzados, felices por la buena noticia.

Cuando el médico se fue, nos abrazamos y respiramos la esencia de cada uno, dándonos fortaleza, y yo aprovechando todos los minutos que tenga de ambas… porque en realidad ¿Cuánto tiempo tengo hasta que vuelvan a irse?

Las semanas después del trasplante Noah fue de altos y bajos, su cuerpo luchaba por recuperarse, y los tratamientos lo maltrataban tanto, que hubieron momentos en que mi fe titubeaba, pero gracias a Dios, Bella aun seguía a mi lado, ayudándome con Noah en sus visitas.

Volví a ir a la oficina durante las mañanas la firma estaba funcionando como reloj suizo y todo gracias a Irina, quien asumió su rol de manera magnifica, organizada y tremendamente proactiva. Ángela se convirtió en su mano derecha y ambas trabajaban codo a codo para darme el tiempo de estar con Noah.

-Ángela quería agradecerte por tu ayuda – ella se enrojeció y bajo la mirada.

-No tiene que agradecerme Sr. Cullen, es mi trabajo y con la Srta. Delani trabajamos muy bien.

-No es solo por el trabajo Ángela, sino por tus oraciones y consejos… - ella asintió – Te lo agradezco porque yo nunca creí en nada y nadie en realidad, pero tú abriste una puerta de esperanza con tus palabras desinteresada, hace unas semanas atrás.

-Dios tiene distintas maneras de llegar a nosotros, me alegro Sr. Cullen, que usted abriera su corazón, por usted y por su hijo.

-Ahora lo entiendo y lo sé, gracias. Por cierto mañana darán de alta a Noah así que no vendré en varios días para acá, pero trabajare desde casa, ya sabes lo urgente a Irina.

-Así será, no se preocupe disfrute de su hijo.

Mañana, mi vida tomara un nuevo curso, y estoy decidido a que ya no debería haber obstáculos para ser feliz, para la plenitud en mi vida. Mi hijo volvía a mi sanando, batallando por salir adelante y Dios me dio la oportunidad de una nueva vida, de tener a Carlie y poder rodearla con mis brazos por que el lazo de la paternidad es eterno, pase lo que pase esta tarde, no habrá millas, ni océanos que sean capaz de romper mi amor por mis hijos… por lo que si debía luchar con todas las fuerzas que me quedan es por tener a Isabella junto a mi, volver a conquistarla, darle esa seguridad que necesita, que ambos necesitamos.

Prendí las velas y comprobé la temperatura del espumoso favorito de Bella. Sonó el timbre ya olvidado, rebotando en las paredes vacías de mi antiguo departamento.

Camine controlando mi respiración y el nerviosismo, por como serían las cosas desde ahora en adelante, abrí la puerta y mi corazón se acompaso y volví a sentir electricidad corriendo en mis venas.

-Hola – Bella se mordió el labio, estaba tan nerviosa como lo estaba yo.

-Hola Edward – me hice a un lado para que pasara sin perder rastro de lo asombrada que estaba de ver vacío el departamento, me acerque sigiloso para acariciar su mejilla -¿Qué paso acá Edward?

-Hace mucho tiempo que no vivo acá… - seguí con mi caricia por la línea de su cuello y hombro hasta llegar a su mano y tomarla entre las mías.

-¿Pero…? – me miro confundida y a la vez intrigada por que le había pedido que viniera a mi departamento.

-La noche recién comienza y tengo lista la cena – la guie a la cocina donde tenia dispuesto sobre la encimera la cena, la guie hasta la isla de la cocina y tome la botella de champagne y la abrí, el corcho dio un suave plop cuando lo solté sobre el paño – es tú favorito lo sé

-Hace tanto tiempo que no tomo champagne – me acerco las copas aflautadas y vertí el frio y burbujeante líquido. Tome mi copa desde sus manos y la acerque a mi casi tocando nuestros pechos - ¿Por qué brindamos? – pregunto divertida y un tanto sonrojada.

-Por esta nueva oportunidad – sus ojos brillaban de una manera maravillosa – por nuestros hijos, por el privilegio de que estés acá esta noche – ¡Salud!

-¡Salud! – ambos bebimos sin dejar de mirarnos, hechizados por esa mágica atracción que siempre nos envolvió, por los espirales de una destino caprichoso y por todo el amor que a pesar de tanta oscuridad siempre busco la luz.

Después de cenar, de reírnos y de tener esa liviandad en el alma al saber que Noah estaba mucho mejor y su pronostico era muy favorable, nos encontramos tocando nuestras manos, por sobre la mesa, relajados y entregados el uno al otro.

-Gracias por comprenderme Edward… - me levante de mi silla y  me acerque a Bella, desesperado por su contacto, por sentirla en mi piel, no por sexo, sino por saber que esa mujer me amaba tanto como yo a ella.

-Gracias a ti, Bella por todo – me puse frente a ella, tomando su cara entre mis manos, mirando sus labios, estaba hambriento de ellos, desde el momento que la vi en la capilla… porque aunque hemos sido sinceros el uno con el otro, no existió el momento para esto – Mi Isabella… - alterne mi mirada de sus labios a sus profundos ojos chocolates - ¿puedo besarte? – susurre bajando hasta rozar sus labios carnosos, ambos nos estremecimos con el roce y la pasión contenida en este beso, busque su lengua, ella se levanto de la silla sin despegarse de mi, me rodeo con sus brazos y nos besamos con tanta desesperación, con un ansia famélica, saciando esa hambre llena de distancias.

Pasaron segundos, minutos y horas, entre nuestros labios unidos, tiempo maravilloso…  acaricie su cabello con mis dedos, dejando castos besos sobre sus rojos e hinchados labios, que eran ambrosia de los dioses para mí.

-Te amo Isabella – ella se abrazó a mi y sonriente se empino tocando mis labios.

-Te amo Edward – susurro con sus mejillas arreboladas – esto es maravilloso, todo esto que has hecho… ¿Porqué?

-Porque quiero que entiendas lo que he sido y lo que soy… - la tome de la mano y salimos de la cocina, la lleve hasta el living – cuando era pequeño Bella, mi padre siempre fue una promesa como abogado, muy exitoso y con gran proyección, en ese entonces no era el hombre rico que es ahora, sino más bien un hombre que con esfuerzo y mucho sacrificio mantenía a su familia, pero él siempre estuvo en casa, jugaba conmigo antes que llegara Emmett,  nos dedicaba tiempo, ayudaba a mi madre en las labores del hogar, también dos veces a la semana el prestaba sus servicios gratuitos a la comunidad. Nuestra casa era una típica casa de suburbios de clase media con las habitaciones justas y dos baños. Carlisle no tenia el auto ultimo modelo y mi madre tampoco, éramos el típico retrato de la familia americana cuando mi madre nos llevaba a la escuela en una station familiar. Al cabo de unos años, llego Alice y la que había sido mi habitación, tuve que  compartirla con Emmett, el nacimiento de Alice no fue bueno, ella nació prematura, el presupuesto familiar mermo y los lujos que antes teníamos desaparecieron. Entre ese caos, le ofrecieron a Carlisle, unirse a un bufete de renombre como socio, pero le exigía demasiado tiempo que él le dedicaba a la familia y su trabajo social, así que no lo acepto – mire la pared vacía del salón – las cosas no mejoraron y yo estaba enojado, porque consideraba a Carlisle egoísta, por no pensar en nuestro bienestar, en que yo no tendría ropa de marca, ni las últimas zapatillas y que tendría que conformarme con la preparatoria pública, cuando era un joven brillante – suspire recordando esas emociones tan terribles y egoístas – un día llego un receptor municipal a casa porque las deudas no eran todas saldadas, y Carlisle se tomo la cabeza mirando el documento que el receptor dejo… yo lo mire y no sentí lastima por la situación sino mucha ira, porque él tuvo la oportunidad y no la aprovecho… y en ese momento me prometí a mi mismo que nunca dejaría pasar las oportunidades para lo que realmente tiene valor – la mire y en sus ojos había entendimiento

-¿Eso gatillo todo? – Exclamó - ¿Por eso te volviste frio, arribista y manipulador? – sonreí apenas por sus palabras.

-Materialista, solo eso basto para llenarme de ambición y olvidarme de lo importante, me esforcé el doble por ganarme las becas necesarias para mantenerme en la preparatoria privada, y lo logre… disfrute cada uno de mis logros, cada una de las oportunidades que abrieron puertas para lograr lo que quería. Cuando postule a la beca de Oxford, le dije a Carlisle y Esme que me la iba a ganar y que a pesar que cubría casi todos los costos iba a necesitar mucho más y fui intransigente porque no perdería el tiempo en trabajar cuando mis funciones eran ser el mejor y lograr la beca. Un día llamaron a mamá, porque el abuelo Anthony, su padre había fallecido y le dejo una herencia… - me volví a enfocar en Bella que estaba pensativa  -  Fui un verdadero perro con mis padres, no fui capaz de entender lo equivocado que estaba hasta que me caí de bruces hundiendo la cara en el barro.

-¿Valoras ahora lo que hicieron tus padres?

-Así es, mis padres siempre estuvieron presentes, Esme con sus tortas y galletas, con sus palabras de consuelo y su firme razonamiento para guiarnos. Carlisle siendo un padre presente, no un padre atormentado y que limpia su conciencia con cosas materiales para sus hijos. En ese momento tape mis ojos y mis oídos para no ver la realidad, que no había dinero, pero había amor… nunca fuimos pobres realmente, teníamos lo que necesitábamos, nada sobraba, no habían lujos, pero siempre existió la calidez…

-¿Por qué me dices esto Edward?

-Cuando pensé en formar una familia… – tome su mano, porque sentía que con lo que venia ella se asustaría – no porque realmente fuera una necesidad, simplemente era un nuevo paso que debía conquistar… ¡Fui tan pobre de alma! Maquine una familia, le ofrecí dinero a la mujer que se ajustaba a lo que quería en ese entonces, no la engañe, fui sincero en decirle que me importaban una puta mierda los sentimientos y que jamás me enamoraría porque para mí nunca existió el amor…

-Elegiste a Leah… - susurro mirándome a los ojos – ¿por ser igual a ti?

-La elegí por eso, porque era ambiciosa… tan cual era en ese entonces. Todo mi plan iba bien Bella, todo marchaba como esperaba y quería, pero el día que llegaste a mi vida, el día en que tu candidez me cautivo como la luz a una polilla, trastocaste todo dentro de mí… me sentía como un vampiro hambriento por tu sangre dulce, me obsesiono tu humildad, la forma en que veías la vida, lo simple y compleja a la vez que eres, la mujer virtuosa que me demostró que el amor no era una estupidez, sino es el motor de la vida.  Isabella, me equivoque tanto, hice mucho daño dando palos ciegos en la vida, pero ya no más…

-¿Has cambiado? – la abrace y bese en la boca.

-Si lo hecho, pero sinceramente no es algo fácil, tuve que pasar por todo esto, el vacío y los golpes, para entender que si debía cambiar no era por nadie más que mi mismo, porque a pesar del daño que hice a todos los que amo, el veneno corroía mi ser y si no cambiaba por mi, jamás podría hacerlo por los demás. – Bella asintió con los ojos llenos de lágrimas, y me abrazo.

-Estoy orgullosa de ti… gracias por ser sincero conmigo.

-Gracias a ti por escucharme, por estar acá – tome su mano y salimos del living – esto representa lo que era, un lugar vacío, ahora vamos, tengo que mostrarte algo más.

Todo el camino fue silencioso, un silencio lleno de reflexiones por parte de Isabella, ahora llegaba el momento de enfrentarme a la vida, así desnudo vulnerable, perdidamente enamorado.

Apague el motor y Bella me miraba asombrada, salí del auto y abrí la puerta del copiloto ayudándola para salir del coche, la inste a caminar a mi lado hasta que abrí la puerta.

-Este es el nuevo yo… este lugar es un hogar – entramos y las lágrimas de Bella resbalaban por sus mejillas  - Esta casa, es donde podremos darnos una nueva oportunidad Bella – tome su cara entre mis manos – no me dejes, permíteme ser digno de ti.

:::::::::::::::::::0::::::::::::::::::

Desnudo de alma, tan hermoso, tan como me lo imagine… ¿Qué les parece? ¿Qué responderá Bella?

Quiero muuuchos comentarios por este super mega capítulo…

Un besote enorme,

Axavenus