Capítulo 10 - Redes

Capítulo 10 – Redes

EPOV

La lluvia tibia desperezo mis músculos y la somnolencia, cerré los ojos y active chorros laterales que dan directo a mi espalda. La extenuante noche de sexo sin protección fue fantástica. No puedo negar que Leah es una amante excepcional, su elasticidad y la forma de complacerme es tan exquisita, tan complaciente. La muy perra sabe muy bien lo que hace…

Salí de la ducha colocando la toalla en la cintura mirándome en el espejo mientras secaba mi rostro y colocaba el aftershave, para ir a cambiarme de ropa e ir a la oficina. Leah aún está durmiendo con las suaves sábanas enredadas entre sus muslos, su respiración es acompasada demostrando la profundidad de su sueño, bueno la puedo entender no siempre es fácil llevarme el ritmo.

Ya vestido me dirigí al estudio a buscar la BlackBerry y el maletín, tome los documentos de varios casos que estudie durante el fin de semana y los guarde en su carpeta para llevarlos a la oficina. El suave golpe de Carmen en la puerta me hizo dar la vuelta.

-Buenos días Sr. Cullen – se adentró en el despacho dejando la brillante bandeja del desayuno sobre la mesa lateral de mi escritorio

-Buenos días Carmen – Tome el café negro recién hecho y aspire el aroma de los granos, miré a Carmen que se dirigía a la salida.

-Carmen… Necesito que revises muy bien las pertenencias de la Srta. Clearwater buscando pastillas anticonceptivas, parches anticonceptivos o cualquier método que evite embarazos y me los entregues... –Ella asintió sin decir ni una palabra – de más está recordar que debes ser discreta, ella no puede saberlo.

-Así será Sr. Cullen, ¿desea usted algo más?

-Deja que Leah descanse y atiéndela como es debido... – cuando la puerta se cerraba, me acorde del comentario de Leah sobre la servidumbre –Carmen, no se retire aún, necesito comunicarle algo de  importancia – la empleada entro nuevamente y cerró la puerta detrás de ella – Como bien sabe, Leah se ha venido a vivir conmigo… porque ella será la señora de esta casa en una fecha próxima, así que lo que desee se lo puedes facilitar, menos lo que interfiere con mis cosas, por ejemplo esta oficina – le indique con la mano – la que está vedada para ella cuando yo no esté en casa. Leah tiene una personalidad un poco despectiva, pero no voy a permitir ningún tipo de desprecio o falta de respeto hacia ustedes. – Ella sonrío acercándose al escritorio- Independiente que a futuro ella sea la Sra. Cullen, no le da derecho a discriminarte o humillarte de alguna forma – me miro con esos ojos llenos de sabiduría y  asintió nuevamente – si algo así sucede me lo dices.

-Gracias Sr. Cullen, es usted muy generoso y preocupado. Si algo así ocurriese, se lo comunicare.  ¿Desea algo más?

-Por el momento no, gracias Carmen.

Camino de vuelta a la puerta y la cerró suavemente. – Tome el ultimo sorbo de mi café y con el maletín en la mano salí hacía la corporación reflexionando que las cosas son tan sencillas cuando tienes gente eficiente y discreta a tu alrededor…

…

La puerta del ascensor se abrió y camine hacía mi despacho mirando por sobre los cubículos de las secretarias de los departamentos jurídicos. Frente a mi oficina Ángela me esperaba de pie con el Tablet de trabajo, la mire de arriba abajo, aprobando su vestuario, por lo que sonrío.

-Buenos días Sr. Cullen

-Buenos días Ángela, ¿tienes la agenda de hoy? – entre a mi oficina, con ella detrás. Deje mi abrigo sobre  la silla de visitas y me di la vuelta para sentarme en mi escritorio. Observe a Ángela dejar el tablet sobre la mesa auxiliar y tomar mi abrigo con delicadeza y colgarlo en el closet cubierto bajo la madera de nogal del revestimiento interior. Volvió por el tablet y se acercó a mi escritorio, no se sentó hasta que se lo pedí.

-Lunes, ¿Qué tenemos para hoy? – paso sus delgados dedos por la superficie touch, accionando la agenda.

- A las 11:00 hrs. Conferencia on-line,  con el señor Fisher, director de la consultora Suscs&Anescu. Posterior a eso el Sr. Hale ha solicitado una reunión privada con usted, me pidió que la confirmara.

- ¿Jasper quiere una reunión privada? – La mire mientras descargaba mi correo electrónico – Está bien, confírmala. ¿Algo más?

-A las 16:00 hrs. Reunión de avance de los casos pendientes y en procesos. En su escritorio deje los antecedentes que nos ha enviado el Sr. Black, también de los casos de la apertura de nuevas cuentas de asesoría para personas naturales, con los tipos de demandas que requieren representación.

- Perfecto Ángela – la mire sonreír – ahora quiero que pidas una hora al mejor ginecólogo especialista en fertilidad de la ciudad o del estado, y solicites una cita a nombre de la Srta. Leah Clearwater, para esta semana – Apunto en su Tablet y  me miro – también quiero que hagas una reserva para miércoles en el Royal Atlantic para el almuerzo, dos personas.

-Así será Sr. Cullen ¿desea usted algo más?

- No, puedes retirarte – Se levantó y camino contorneando las caderas hacia la puerta… la mire hasta que se perdió por la puerta…recuerda Cullen cuanto te costó encontrar una secretaria eficiente, que no saltara sobre ti, o vendiera a la prensa tu vida privada… por ese motivo Ángela no… es demasiado eficiente para perderla.

Tome la blackberry para llamar a Alice, esta disculpa se está extendiendo más de lo que debe, y si algo me molesta por sobre todas las cosas es depender de la decisión de otros.

-Edward, esto si es una sorpresa… ¿a qué debo tu llamado?

-Querida  Alice, te llamo porque te debo un almuerzo ¿recuerdas?... – apoye me cabeza en el respaldo de cuero de mi silla, pinchando el tabique de mi nariz.

-¡Oh! Lo había olvidado… ¿pero era yo la que tenía que avisar cuándo? mmm… ¿tienes alguna reserva?... ¿Dónde me llevaras a almorzar? – sonreí por la rapidez de Alice para hablar -

-Hice una reserva para el miércoles en el Royal Atlantic ¿te gusta el lugar?

-Si me parece perfecto… de hecho muy bien  ¿iras solo?- apreté nuevamente mi tabique y gire la silla hacia el ventanal.

-Absolutamente solo… ¿tú iras acompañada?- claro podría llevar a Isabella para almorzar juntos – No hay problema si quieres que alguna amiga te acompañe.

-mmm… no, nadie me va acompañar – el tono de Alice se volvió tan suspicaz que me di cuenta que no pasó desapercibida la invitación superflua a Bella- ¿nos juntamos allá?

- Claro… te dejo Alice.

-Cuídate – corte la llamada cuando Ángela activo el intercomunicador para indicarme que en quince minutos conectara la conferencia en línea. A los pocos minutos apareció en mi puerta con una libreta presta a tomar los apuntes que se presenten en la reunión on-line.

Después de 1 hora 20 minutos, con un  trato cerrado de asesoría y consultorías jurídicas para que estos empresarios Rumanos, que pisaran suelo americano para desarrollar sus negocios.

-Ángela, pasa los antecedentes a Denalí, para que revise los contratos y se los envié a más tardar mañana a estos rumanos. Me acercas un agua Voss, y por favor  llama a Irina Denalí necesito que venga a mi oficina cuanto antes. – Se levantó rodeando la silla camino al bar, saco una de las botellas azuladas y sirvió el agua, dejando el vaso en el escritorio sobre el protector de cuero italiano. 

-¿quiere que pida su almuerzo o saldrá a comer? – Me levante de mi escritorio con el vaso y me senté en el sillón.

-Saldré a almorzar fuera – ella salió de la oficina, me acomode sobre el sillón y apoye la cabeza en el respaldo.

La puerta se abrió y la esbelta figura de Irina Denalí, apareció por el umbral.

-Dígame sr. Cullen ¿en qué puedo ayudarlo?  - me levante del sillón y camine a mi escritorio tomando de un sorbo el agua.

-Por favor tome asiento - una vez sentada cruzo sus largar y definidas piernas 

– La llame Irina, para informarle sobre un nuevo contrato de asesoría legal, la empresa es Suscs&Anescu, su casa matriz se encuentra en Rumania, la que  tiene varias empresas en parte de Europa y Sudamérica, ellos necesitan nuestra asesoría para instalar una filial acá en Estado Unidos.

-Perfecto, ¿Ángela tiene los antecedentes?

-Si ella se los entregara. Necesito que revise los antecedentes de los contratos para que sean enviados vía UPS. Los quiero sobre mi escritorio firmados por parte de los rumanos a más tardar el viernes.

-Así será Sr. Cullen.

-Prepárese para viajar en cuanto los contratos estén listos y la coordinación de su estadía usted sabe con quién arreglarla,  ¿todo claro?

- Si, me ocupare  inmediatamente de este nuevo cliente.

-Puedes retirarte – En ese momento entro Jasper con una carpeta azul en sus brazos, dejando que Irina saliera de la oficina cerrando a su espalda.

-Edward, pedí esta reunión porque tengo algo muy importante que informarte con respecto a la firma – su pose formal casi despectivo, era tan distinta a la de ayer.

-Siéntate Jasper, no necesitas formalidades conmigo.

-Edward, lo que tengo que decir es importante… - levanto la mano y tiro la carpeta sobre la mesa -  necesito que Jacob Black vuelva al país – Tome la carpeta y la abrí, era la copia de una notificación de mediación para divorcio… ¡divorcio!... mire a Jasper y él se sentó en la silla.

-Si es una notificación de mediación para el trámite de divorcio con Bella. Lo que es obvio.

-¿Por qué lo tienes tú? – sus ojos azules relampaguearon cuando se cruzaron con mi mirada.

-Soy el abogado de Bella… además es competente que lo sepas, Black no puede seguir en la compañía – mientras leía detenidamente la notificación las dudas acudieron a mí, me pare para tratar de aclarar la mente. ¿Jasper tiene una relación con Isabella?... apreté los puños de solo pensarlo… ¿Por qué esa actitud?... ¿se divorcia porque es agredida? ¿A  esto se refiere que no necesita protección?... claro tiene al muy vil de mi cuñado, plantándole los cuernos a mi hermana.

-¿Se divorcia porque él la golpea? – le pregunte comiéndome las demás preguntas… Jasper camino hacía el bar y se sirvió un vaso de whisky – dímelo Jasper, quiero saberlo.

-¿Cuál es tu interés en saber el motivo?

-¡¡Demonios Jasper, porque si fuera un divorcio común y corriente no estarías plantado acá, pidiéndome que despida a ese hijo de puta!! – Sonrío y volvió al escritorio con el vaso en la mano.

-Toda la razón Cullen… Si es por violencia doméstica, además porque sufre de un trastorno sicológico diagnosticado y no está siguiendo el tratamiento, lo cual son dos argumentos irrevocables para su despido.

-Maldito hijo de perra… ¿su muñeca?... – casi no podía respirar del odio que se activó en mi torrente sanguíneo - ¿él se la fracturo?

-No fue él, según lo que relato Bella, fue arrancando que se cayó con el peso de su cuerpo en la muñeca.

-¿pero está sola en su casa?... tengo que ayudarla a buscar un nuevo lugar para que este segura y lejos de la mierda de Black

-¿tienes…? – lo mire levantándome  - no tienes que preocuparte por eso Edward, ella está segura y personalmente me estoy preocupando por ello – apreté los puños y me acerque a él –

-¿de qué forma… te estas preocupando de ella? – miro mis puños y después sostuvo mi mirada

-De la mejor manera. Alice y yo estamos pendientes de ella, y te puedo asegurar que nada le va a ocurrir, somos sus amigos, tanto Emmet y Rosalie están dispuestos a protegerla de igual manera.

-Tengo que salir… - Me volví a verlo mientras abría la puerta del closet para sacar mi abrigo – pídele a Ángela que se encargue de avisar a Black, y tú manéjalo con recursos humanos.

-¿Edward a dónde vas? -  no le respondí y salí rápidamente llamando a Eleazar en el camino para que me espere fuera del edificio.

Dentro del automóvil sopesaba todo lo que Jasper me había dicho, si bien sabía que el perro de Jacob era violento por lo que me había dicho Leah no tenía la real certeza, porque la historia que ella me conto no es tan verdadera como me hizo creer… por su historia clínica sé que el aborto no fue provocado por la violencia, sino más bien el legrado fue autorizado por ella con un procedimiento agendado… independiente lo que ella digiera, el diagnostico de él era efectivo.

-Llegamos Sr. Cullen – Levante la vista al edificio en la Avenida Lexington, abrí la puerta del automóvil

-Vuelvo enseguida – Eleazar asintió y camine hacia el hall del edificio accione el botón del ascensor… al abrirse las puertas entre en ellas tomando por los brazos a la delicada figura que se apresuraba a salir.

-¿Qué demonios haces acá? – Las puertas se cerraron tras mi espalda, comenzando el ascenso apreté el número de su piso. Ella me miraba sorprendida, tome con delicadeza sus mejillas y las alce su cabeza para poder mirarla - ¿Qué haces Edward?...

-¿Estas bien?... ¿te causo más daño?... por favor respóndeme, se sincera conmigo – me miro confundida, con sus delicados dedos separo mis manos hasta que las dejo a mis costados. Las puertas se abrieron y ella salió hacia el pasillo donde la seguí - …Bella… ¿dime por favor que él no te hizo más daño?

-Edward no sé, como o lo que sabes, con respecto a mi accidente – se paseó frente a mí, con el ceño fruncido – ni porque te tomas las atribuciones que no te corresponden con respecto a mi persona… - la tome por los hombros

-Bella sé, que eres agredida, que te estas divorciando… pero lo más importante es que sepas que puedes contar conmigo, si quieres te puedo ayudar a buscar un lugar donde vivir… llamo a mi corredor de propiedades  – Le respondí sacando la blackberry para buscar el número

-¡No!... – me quito el celular de las manos – no quiero que interfieras en mis cosas… ¡entiendes que apenas te conozco!… no logro comprender porque quieres hacer esto Edward.

-Ya indique en la empresa para que Black vuelva de Tokio… - Ella se sorprendió y me tendió devuelta mi celular - ¿Estarás segura cuando el vuelva?

-Sí, estaré segura porque ya no vivo acá. Solo vine a buscar unos documentos y me iba… lo cual tú impediste.  ¿Ahora me puedes explicar porque te preocupa tanto lo que me pasa?...

-Bella…- la mire a los ojos, los de ella eran un mar profundo de preocupación y curiosidad – desde que te conocí me produces curiosidad… y cuando te vi cerca de Black, me preocupe… no he podido conciliar el sueño sabiendo el peligro que corres… - bufó apretando los puños – por eso lo mande a Tokio, quería que estuviera lejos de ti y de Leah – ahora su expresión es de desconcierto… ella no sabe… no sabe de la relación de Leah y Jacob Black…

-¿Leah? ¿Qué tiene que ver ella con todo esto? – Esta es mi oportunidad… la oportunidad de estar a solas con ella… crear confianza.  Sonreí en mi interior porque el oportunista que vive en mí se alzó victorioso oliendo su nueva presa  - ¡Responde Edward!

-Es algo complejo… por lo que veo, la confianza no existía en tu matrimonio – Alzo la ceja y se dio la vuelta presionando el botón del ascensor - ¡no!... Bella  te lo voy a contar todo, pero no acá vamos a almorzar y te diré lo que sé… -ella se mordió el labio y yo no pude evitar sacarlo de esa tortura con mi dedo pulgar y acariciarlo levemente, sus mejillas inmediatamente se arrebolaron - ¿aceptas almorzar conmigo? – Las puertas del ascensor se abrieron. Ella entro y la seguí accionando el botón para bajar.

-Vamos a almorzar… pero me tienes que decir todo lo que sabes… y todas las respuestas a las preguntas que te he hecho.

-Lo hare Bella… pero quiero pedirte algo – Las puertas del ascensor se abrieron y salimos hacía el exterior donde Eleazar me esperaba – subamos a mi auto – ella dudo...

-Bella, vamos en mi automóvil, después Eleazar te puede dejar donde quieras – Resignada se subió por la puerta que Eleazar le tenía abierta.

La sensación de triunfo flota en el aire, ella hermosa y delicada, con las piernas cruzadas sentada a mi lado, es mi hermoso trofeo… uno que puedo apreciar en todo su esplendor en  el escaparate, como un incentivo para la meta, para que puedas apreciar el premio…

El viaje de quince minutos al restaurant fue silencioso, solo me miro confundida, cuando el automóvil paro frente a el restaurant italiano, donde la vi por primera vez con Black, salí del coche y le tendí una mano para que ayudarla.

Entramos y el maître nos saludó amablemente  conduciéndonos a la mesa que regularmente está reservada para mí.

-¿te gusta la comida italiana? – le pregunte mientras se sentaba y acomodaba su silla para posteriormente sentarme frente a ella.

-Me encanta la comida italiana – me miro especulativa y sonrió – parece que me conoces más de lo que creo prudente para alguien que vi por primera vez hace menos de un mes… ¿eres un acosador?... – reí fuerte por la cercanía a la verdad y lo perceptiva de esta encantadora mujer

-La verdad querida Isabella, es que no se muchas cosas tuyas, aún… pero me encantaría que pudiéramos conocernos… me agradas y me gustaría que pudiéramos ser amigos –por ahora pensé – envidio un poco la relación estrecha que tienes con mis hermanos y mis cuñados… - él mozo se acercó con los menús y le pedí una botella de Graffigna Malbec del 83, tomó nuestros pedidos y se retiró.

-Una buena elección de vino… - me miro interrogante - ¿Por qué quieres ser mi amigo Edward?

-Por lo que te he comentado, eres una mujer muy distinta a las que he conocido… ¿Por qué eres tan reacia a aceptar mi sincera amistad?

-¿no crees que es obvio?... – posiciono su muñeca enyesada en su regazo – creo que primero te comportas de una forma tan petulante e indiferente cuando te conocí en casa de Esme… - el mozo se acercó con nuestros platos junto al maître que nos sirvió, retirándose nuevamente, le indique que continuara, pero se quedó en silencio.

-¿qué sucede?... ¿no te gusto lo que pediste? –

-No es eso Edward… es que esto es tan extraño, me confundes… es decir tus actitudes me confunden…

-¿A qué te refieres? ¿Cómo te confundo?

-Te presentas protector ante mí… luchando por la justicia, caracterizando a un super héroe al rescate de la damisela extraña en apuros…  siendo contradictorio contigo mismo, porque pierdes los estribos con tu hermana, eres despectivo con tu cuñada…  y te plantas moralista y listo al rescate en mi departamento… ofreciéndome ayuda y amistad… - tomo la servilleta y la puso en su regazo sin mirarme – te juro que en estos momentos trato de seguir la línea de tus acciones y palabras y no logro llegar a entenderte.

-Soy un hombre de mente compleja Bella… mis acciones aunque tú sientas que son injustificadas, no lo son y  tengo mis razones…

-Entonces explícate… dime lo que me ibas a contar de tu novia y Jacob… - me interrumpió y comenzó a comer –

- Tú esposo fue novio de mi mujer en Yale…  - tome un sorbo del delicioso vino y comencé con  mi pasta… - no terminaron bien la relación por lo evidente del carácter de Black…  - sus ojos se agrandaron -

-¿era ella?... ¿por eso… él?... ¡oh por Dios! – se llevó la mano a la frente y apoyo el codo en la mesa – por eso su actitud… eso lo hizo… eso gatillo… baile… - me miro, bajando su mano – eso justifica todo…

-¿Qué justifica Bella? – la ira que se había apaciguado, comenzó a arremolinase nuevamente

-El comportamiento de Jake… su crisis… él está enfermo y en tratamiento.

-¡No!... – hable un poco más alto de lo normal por lo que capte su atención inmediatamente - ¡Nada justifica su actitud!... sabes que Leah, lloro en mis piernas contándome lo que imbécil que tratas de justiciar le hizo…

-Edward… – sus ojos se volvieron cristalinos y su mentón tembló… el oportunista volvió a oler el aire mientras veía la vulnerabilidad de la hermosa mujer que estaba frente a mí… independiente que la historia de Leah no sea cien por ciento verdad… la oficial me sirve de sobremanera si puedo sacar provecho de aquello – no lo estoy… lo siento… de verdad  nunca imagine…

-Las cosas son más complejas, Bella… la relación de ellos dejo marcas en Leah… y no me refiero sólo a las físicas, sino también las sicológicas…

-¿Qué quieres decir?... o  sea entiendo la violencia sicológica… pero…

-Ella perdió al hijo que esperaban por culpa de los golpes de Black… Leah no puede hablar de ello sin llorar… - el jadeo y la palidez de Bella me alarmaron, me levante para agacharme junto a su silla - ¿es terrible verdad?... ¿crees ahora que mi actitud hacia ti es injustificada? – Las lágrimas bajaron por sus mejillas, las que tome con mis dedos con delicadeza, la abrace para absorber todo su aroma floral mezclado con la sal de sus lágrimas – no llores preciosa… no estás sola… yo las puedo proteger a ambas – la levante y tomando sus cosas, la saque del restaurant hacía el coche donde subió sin decir nada…  -¿quieres que te lleve a tu departamento?

-No Edward, llévame a casa de Jasper y  Alice – su voz era un susurro, aunque las lágrimas dejaron de caer y ella pareció recuperar la compostura, mientras mi mandíbula se tensaba… Jasper, Jasper…  cerré los ojos para poder controlarme

-¿Por qué donde ellos?... –le dije cuando en realidad quería saber porque ella y Jasper estaban tan unidos -  Si no tienes donde quedarte, no es necesario que lo hagas donde Alice, puedo buscarte un departamento para que tengas tu independencia y añadir seguridad…

-Estoy viviendo con ellos… hace unos días. Esa es mi casa, te agradezco de verdad tu preocupación, se acercó deslizando su mano a la mía y la tomo suavemente – Lamento haber arruinado el almuerzo

-No preciosa, no te preocupes por eso… lo importante es…–lo realmente importante es este gesto que estás haciendo, mire nuestras manos… - ¿estas cómoda con Jasper y Alice?

-Lo estoy y mucho… tú hermana es fantástica y Jasper es un muy buen amigo, los quiero mucho son mi familia – Sonrió un poco y me miro tan intensamente que debo reconocer que me puse un poco nervioso – te pareces en muchos aspectos a Alice… ¿lo sabias?

-No, pensé siempre que era demasiado distintos a ellos – apretó mi mano suavemente como si me reconfortara ella a mí

-Te equivocas  Edward… eres un buen hombre que se esconde detrás de una máscara de profesionalismo y frialdad… pero todo estos detalles y la forma en que te preocupas es igual a la de Alice y Emmett… y eso es lo que más adoro de la familia Cullen… - soltó mi mano y la llevo a la comisura de su ojo derecho, para parar la lágrima que se asomaba –

-¿Qué es lo que te gusta de mi familia? – Sentí un estremecimiento en el pecho – dime Bella…

-El calor de hogar… la primera vez que entre a la casa de tus padres… me di cuenta que eso es lo que quiero cuando pueda formar mi propia familia… - volvió a sonreír tímidamente  y se acercó de nuevo a mí – quiero que seamos amigos Edward…  - una estúpida sonrisa se instaló en mi cara y ella sonrió de nuevo.

-Bella, estoy contento por esto… no te arrepentirás, tenlo por seguro – El auto se detuvo en la reja de la casona donde vive mi hermana, miro por la ventana, se volvió beso mi mejilla abriendo la puerta del auto antes que llegara Eleazar para que lo hiciera y se bajó.

-Adiós Bella, nos vemos – le dije bajando la ventanilla del coche. - Ella se giró desde la reja que se había abierto electrónicamente desde la casa.

-Nos vemos Edward… cuídate.

Subí la ventanilla cuando el coche comenzó a avanzar de vuelta a la avenida. La satisfacción bailaba en mi interior, el cosquilleo del triunfo se hacía más intenso en mi mejilla, dónde ella me había estampado un beso de despedida… bien Cullen, muy bien… cuando más lento y meticuloso haces las cosas, menos errores cometes.

-¿Dónde lo llevo ahora Sr. Cullen? – mire el reloj faltaban treinta minutos para la reunión de los casos pendientes… de vuelta a la realidad

- A la oficina…

Después dos largas horas, de presentación de los casos y la interacción de los objetivos a alcanzar y el cumplimiento de programas de audiencias jurídicas entre a mi oficina derecho al minibar a tomar un poco de agua Voss, las suaves pisadas de Ángela se detuvieron junto al escritorio.

-Dime Ángela

-Sr. Cullen, solo le aviso personalmente que la cita que me ha solicitado esta agendada para este jueves a las 11:00 horas, el Dr. Humpfey le atenderá en su clínica privada en Manhattan, la dirección se la envió directamente a Eleazar  ¿Comunicó a la Srta. Leah, la fecha y el horario?

-No te preocupes por eso yo me encargo. Puedes retirarte.

-Hasta mañana Sr. Cullen

Camine hacía el ventanal apagando la luz con el control de distancia… la noche había caído inundando la ciudad de luces y colores, los focos de los autos trazan líneas sobre las atochadas calles de Nueva York… bendito lunes… hoy he logrado tenerla más cerca… más cerca de donde la quiero y lo que quiero de ella… su amistad, que ironía, que maldita arma para estar con ella… para desatar sus instintos protectores, lo que falta es lo fundamental ¿existe en realidad la amistad entre un hombre y una mujer? Las estadísticas de las infidelidades de los hombre comienzan en la cama de la amiga… lento, muy lento voy a tenerla en mis brazos… más satisfactorio porque  no será un simple revolcón… Bella, Bella… ¿tendrás en cuenta que terminaras envuelta en mis sábanas?

Entre al penthouse y el olor a estofado me recordó el fallido almuerzo y logro sacarme una sonrisa. Pase directamente al mi dormitorio para darme una ducha y cambiarme de ropa antes de la cena, una vez listo camine hacía el living y mi novia pasaba los canales en el plasma, balanceando sus pies, me senté a su lado y la atraje hacía mí.

-¿Cómo estuvo tu día amor? – me pregunto mientras besaba mis labios

-perfecto… ¿Cómo estás tú? En la mañana dormías profundamente cuando me fui.

-¿me culpas por eso?... se acercó más a mí, besándome nuevamente, mientras le respondía en beso se colocó de sobre mis piernas… mis manos recorrieron sus piernas sobre sus pantalones, tome su rostro para hablarle

-Leah, el jueves tienes cita con el ginecólogo iremos juntos porque quiero que te ayude para embarazarte lo antes posible.

-Edward… no creo que sea tan fácil, porque yo he tomado anticonceptivos por mucho tiempo y no es de un día para otro – la devolví al lado mío en el sofá y la mire fijamente

-Quiero dejarte claro un par de cosas. Primero la medicina puede ayudar y estoy dispuesto a hacer lo necesario para que concibamos un hijo, segundo soy un Cullen… lo que me propongo lo logro y también tendrás tu incentivo por complacerme y no estoy hablando sólo de orgasmos.

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Muchas gracias…. Me hacen muy feliz

Cariños